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𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁𝗲𝗲𝗻. two seconds, one bullet

❪ pre season 3 the walking dead show ❫

019. ┊໒ ⸼ | 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗘𝗜𝗚𝗛𝗧𝗘𝗘𝗡 | 🐝•˖*

❛ 𝖳𝗐𝗈 𝗌𝖾𝖼𝗈𝗇𝖽𝗌, 𝗈𝗇𝖾 𝖻𝗎𝗅𝗅𝖾𝗍 ❜

(no se olviden de votar y comentar. Y se que no es un cap tan largo, pero revela muchas cosas, en especial, ven a Nirvana fuera de la sombra de sus hermanos <3)

Nirvana...¿estás ahí? ─la chica se sobresalto cuando escuchó aquella voz saliendo del walkie-talkie.

Ella se había entretenido reuniendo artefactos para poder construir algo a partir de ello, algo que sea útil, porque ella pensaba que podía hacer la radio funcionar, o poder conseguir lo necesario para abrir la puerta de la farmacia. Se consideraba buena siguiendo instrucciones, de hecho, una de las cosas por las cual agradece a su padre es que hubiera financiado su curiosidad, comprándole libros o materiales para crear artefactos desde la primera vez que la encontró desarmando la moto vieja para crear un robot que solo caminaba... y que luego explotó, pero al fin y al cabo lo terminó creando. Así que pensó que eso podría ser útil en estos momentos.

Esta vez no crearía algo que explotara, ni mucho menos un robot que caminara. Solo haría algo simple, lo cual era hacer que la radio vieja funcione junto al walkie-talkie, y así poder ampliar su señal para tener la oportunidad de contactar con más personas, y quizá alguna podría brindarle ayuda.

Pero regresando al tema que la interrumpió: la llamada de Jack.

─ Halcón tuerto aquí, ¿qué sucedió?

─ Llegué al motel y pues... ahora estoy atorado.

─ Creí que conocías el lugar.

─ Lo conozco, pero no sabía que saldrían tantos no muertos de la nada. No tengo balas y mi único cuchillo se perdió cuando me metí a este maletero donde estoy escondido.

Alaska, cuando vio que su hermana estaba hablando por el walkie-talkie, se levantó del piso, derrumbando el castillo de naipes que había construido hace unos minutos.

¿Qué pasa? ¿Él está bien? ─preguntó, al ver la expresión de Nirvana.

─ Shh, espera ─le pide, despeinando el cabello rubio de Alaska ─. Travis y Lee están moviendo unos muebles; ahora les informo e iremos por ti.

No vengas tu, cuidate y cuida a tu hermana.

Le dio de repente, y aunque Nirvana estaba confundida por la preocupación del hombre hacia ella y Alaska, no preguntó sobre eso, en su lugar presionó el botón para poder hablar y dijo;

Tú también cuídate.

Y dio por terminada la llamada.





















Lee no había contado con muchas opciones para ir a por Jack. Las únicas que contaban con armas (con balas), eran Carley y Nirvana. La primera de las dos era buena tiradora, e iba porque se sentía en deuda con Jack, pero, por otro lado, Nirvana, nadie tiene idea de por qué se ofreció a ir. Sin embargo, Lee no puso peros, porque sabía que tenía una puntería decente.

Travis intentó que Nirvana no fuera, pero llevándose a todos los que tienen armas, solo Kenny y él se quedaban a defender al grupo, que en su mayoría eran personas sin experiencia en armas.

─ ¡Agáchate! ─le advierte Lee a Nirvana, quien se había distraído buscando en qué auto podría estar escondido Jack.

La joven de inmediato obedeció, al igual que Carley, así que ahora los tres estaban escondidos debajo de un pequeño muro cerca de la entrada del motel.

Los caminantes parecían ser lentos. Tal vez se debía a que era de noche. De todas formas, por lo que habían logrado ver, eran una buena cantidad de ellos. No podían pasar como si nada, esquivándolos.

Nirvana se asomó por un lado para poder contar cuántos habían. Esta era la primera misión en la que era tomada en cuenta, y quería hacerlo bien. Su plan no era ser una carga para Carley o Lee. Así que luego de pasar su vista por todo el lugar, logró contar dieciocho errantes, y luego susurró el número a sus dos compañeros.

─ Bien ─asintió el hombre─. Ellos son más torpes de noche, pero igual de peligrosos.

─ Pero podemos avanzar escondidos por las columnas o autos del lugar. Pasaríamos por todo el lugar sin enfrentamientos.

─ Sí.

─ ¿Ya lo hiciste antes?

─ No, pero mi hermano me enseñó.

Los tres señalaron diferentes direcciones; cada uno iría a una de ellas, no solo a buscar a Jack, sino a buscar suministros. A Nirvana le habían designado el segundo piso del motel. Ella en un principio se sintió mal, porque arriba apenas había un caminante, el cual parecía estar lo suficientemente atorado como para significar peligro. Es decir, le habían designado el lugar más fácil.

Nirvana tomó su arma y comenzó a avanzar, escondiéndose detrás de autos viejos y mirando a todos lados para evitar ser mordida. Ella revisaba las maleteras, rogando que Jack estuviera en alguna de ellas, pero luego de revisar los dos autos que estaban en su camino, supo que por aquí definitivamente no estaba. Esperaba que Carley y Lee tuvieran más suerte.

Llegó a las escaleras y las subió con mucho cuidado. Este motel era muy viejo, y tenía miedo de que las maderas crujieran y atrajeran caminantes. Afortunadamente, eso no pasó, pero tuvo que arreglárselas para subir un tramo donde apenas había donde pisar. Fuera de eso, fue fácil llegar a la segunda planta.

Había solo tres habitaciones aquí. Ingresó a la primera, y si no fuera porque le cubrieron la boca, ella hubiera soltado un grito, porque alguien le apuntaba en la cabeza y la sometía contra una pared.

─ Espera, ¿Nirvana? ─preguntó, y de inmediato la soltó.

Era Jack.

─ Te dije que no vinieras.

─ Bueno, pronto aprenderás que terquedad es el segundo nombre de Alaska y mío... ¿No estabas en un auto?

─ Estaba ─corrigió─. Tuve que salir y esconderme aquí. Había muchos caminantes en el pasillo.

─ Supongo que bajaron ─murmuró la chica, solo recordando al no muerto del pasillo─. Lee y Carley investigarían el motel esquivándolos, el plan era buscarte y buscar suministros. Me mandaron a ver las habitaciones de aquí.

─ Ya cubrí esta, no había mucho ─informa, y luego se agacha, recogiendo del suelo un peluche de tortuga─. Tuve que soltarlo cuando entraste; creí que eras una amenaza... Creo que a Alaska le gustaría.

─ Le va a encantar, ella tenía uno, lo perdió cuando empezó esto, tuvo que huir de la casa rápidamente ─sonríe─. Nunca nos reclamó por aquel peluche, pero debió dolerle su pérdida, le tenía mucho aprecio al señor Stanley.

─ ¿Así lo llamó?

─ Alaska nunca le pone nombres normales a sus cosas, ni mascotas. Su hámster se llamaba Salmón.

Jack sonrió al escuchar eso, pero antes de que pudiera decir algo, Nirvana se adelantó.

─ Cubre la siguiente, me voy a la del final del pasillo. Entre más rápido, mejor. ─Apenas termina de hablar sale de la habitación.

No era momento de distraerse.

Desde arriba levanta los pulgares hacia Carley y Lee, señalando a Jack sano y salvo, y luego avanza hasta la última habitación. Ella trató de abrirla, bueno, técnicamente ya la había abierto (unos centímetros), pero atrás probablemente había algo pesado que bloqueaba el camino. Así que guardó su arma en su pantalón y usó sus dos manos para empujar.

Luego de unos minutos, logró hacer un espacio lo suficientemente grande como para entrar. Era delgada; cabía en prácticamente todos lados. Además, estaba empeñada en entrar ahí, así que de igual forma lo haría. Esta habitación prometía cosas, parecía muy equipada; había visto ya galletas y agua en una mesa, y si no estaba loca, había escuchado el leve llanto de un bebé, como si este estuviera muy débil para gritar, pero aun así podía dejarse oír.

Quizá un bebé abandonado o un viejo juguete, pensó.

Ella ingresó a la habitación, estaba a punto de dirigirse a la mesa donde estaba el agua, pero sintió como había alguien más en la habitación; giró, y efectivamente, una mujer de aspecto demacrado la estaba apuntando con un arma, bueno... no a ella, sino al bebé que tenía entre brazos.

─ ¡No! ─gritó Nirvana de inmediato, tratando de correr hacia la mujer, pero antes de que pudiera llegar, esta ya había jalado el gatillo, y luego dejó caer al bebé al suelo sin remordimiento alguno.

La bala había destruido la cara del infante, y toda la sangre había hecho que la cobijita se tiñera de un rojo carmesí.

La chica Miller no podía asimilar lo que había pasado, y ella solo atinó a tomar su propia arma. Esa mujer no merecía vivir, y ella no era quien para juzgar, pero era un peligro... matar a su hijo de esa manera...

"Mierda, Nirvana, no has matado a nadie vivo".

Y era cierto; su mano temblaba y apenas podía apuntar... aunque luego de unos segundos, se dio cuenta de la mordida de caminante que tenía el bebé en su bracito derecho.

─ ¡Nirvana! ─gritó Jack desde afuera, trataba de entrar a la habitación─. ¡¿Qué fue eso?!

Aquella mujer se apuntó a sí misma; apretó el gatillo, pero la bala no salió. No tenía municiones.

─ Tienes una pistola. ─le dijo.

─ La tengo...

─ ¿La puedo tomar?

La chica negó.

─ ¡Mierda, Nirvana! ─seguía diciendo Jack, mientras seguía empujando la puerta.

─ S-Se que no es cristiano, ¡pero no quiero ser eso! ─le gritó─. Dámela. Puedo, ya sabes, terminar con esto, como lo hice con mi bebé, y luego no habrá más problemas... Te irás... ¡Por favor! ¡¡No quiero ser uno de ellos! ¡Son satánicos!

─ No puedes hacerte eso.

─ ¡Entonces hazlo tú!

─ No he matado a nadie.

─ Solo dame tu arma. Son solo dos segundos, solo una bala y podré estar con mi hijo y mi esposo en un mejor lugar que este...

─ Retrocede... ─pidió Nirvana con la voz temblorosa cuando vio a la mujer acercarse.

Para este momento Jack había logrado abrir la puerta de par en par, empujándola con tanta fuerza que incluso el mueble que estaba detrás de ella se había roto. Él de inmediato corrió hacia ambas chicas, tomó su arma y estaba a punto de disparar, pero aquella mujer extraña se había abalanzado contra Nirvana, llevándola hacia afuera con forcejeos en un intento de tomar su arma.

Las varillas del balcón se rompieron, haciendo que ambas cayeran al suelo.

Nirvana se frotó el brazo. Había caído sobre él. Sabía que no se había roto nada, porque de otra forma estaría gritando como loca por el dolor y... ¡su arma!

Se levantó lo más rápido que podía, corriendo hacia su revólver, pero alguien más había llegado a él, y antes de que pudiera hacer algo... la mujer ya se había disparado. Acabando con su vida.






















Lee y Carley se habían encargado de limpiar el lugar de caminantes, usando un hacha de emergencia que encontraron y el arma que tenían, pues todos los no muertos habían venido hacia ellos tras el accidente con aquella mujer misteriosa.

Jack, por su lado, estaba con Nirvana. Se rehusaba a dejarla sola después de lo que había vivido en menos de una hora. Así que la había sentado en el capot de un viejo auto y con una venda que había encontrado en el botiquín del motel, le hizo un cabestrillo improvisado para así aliviar un poco el dolor del hombro que tenía a causa de la caída. Es decir, no había sido una altura muy grande, pero había caído sobre su brazo.

─ No le digas a Alaska lo que pasó. Ya está lo suficientemente triste por lo de Brooke como para saber que yo estoy herida. Me quitaré la venda antes de ir; debes estar consciente de ello.

─ Así que ahora eres la hermana mayor.

─ Solo soy su hermana; me preocupo por ella.

─ Así son los hermanos.

Nirvana frunció el ceño, y por primera vez en toda la noche se había olvidado del incidente con aquella mujer y su bebé, y había tenido curiosidad por la vida de Jack. Un hombre misterioso del que apenas se sabe su nombre y que es militar.

─ ¿Tienes hermanos?

─ Un hermano mayor, pero nunca fuimos cercanos.

─ ¿Y no lo extrañas?

─ Lo hago, y espero que esté bien. Yo no estaría aquí si no me hubiera salvado el trasero un par de veces.

─ ¿Sabes? Yo tampoco estaría aquí sin ellos. Leo, Brooke e incluso Alaska... ellos me salvaron el trasero un par de veces.

Ambos se quedaron en silencio por un buen rato. Jack terminó de atar el cabestrillo de Nirvana, y luego se sentó a su lado, viendo como Lee y Carley terminaban de extraer combustible de un carro abandonado para ponerlo en el suyo propio.

─ ¿Me enseñas a disparar como tú? Usar cuchillos, pelear ─pidió de pronto la chica ─. Ayudarme a ser rápida, y ser fuerte.

─ Nirvana...

─ Por favor. No quiero que el final sea dos segundos y una bala.

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