-Papi ¿Mañana podemos ir a jugar al parque?

-No veo porque no.

-¿Podemos sacar a Motita de paseo?

-Sí pero yo la sujetaré saben que mami no puede hacerlo.

-¡Ya quiero que nazcan las bebitas para que mami pueda jugar con nosotros y Motita!

La mención de Larissa de las nuevas integrantes del equipo Kim hace que MiSuk se quedé en blanco, frunza el ceño y ponga cara de haber recordado algo muy importante.

-Papá ¿Qué es una apuesta?

-¿Sukie dónde escuchaste esa palabra y por qué la recordaste?

-Porque tío DakHo y tío NamJoonie la dicen bajito cada vez que vamos a la casa de agi halmeoni y conversan de las bebés.

-Mmm... Los tíos tienen diferentes opiniones sobre tus hermanitas y quieren saber quién tendrá la razón para ganar algo a cambio.

-¿Si? ¿Nosotros también podemos jugar a eso?

-Dejame pensarlo. Sukie, Larissa ya es hora de dormir.

-¡Pero no tenemos sueño!

-Sino se acuestan pronto no tendrán energías para levantarse y solo YeRim podrá salir a jugar al parque.

-¡Aish está bien!

Sukie trepa a la parte alta de la litera y la ayudo a arroparse mientras abraza a Jinnie su ratón de peluche; luego hago la misma operación con Larissa que estruja a Yoongs, su gato amarillo de felpa.

Antes de salir del dormitorio de las niñas dejo besos de buenas noches para las dos y verifico que YeRim esté abrigada y retiro de su boca una de las orejas de Kookie, su conejito rosa.

Me hace gracia notar que las tres les han quitado sus trajecitos rojos, cascos y botas de bomberos que son los accesorios con que llegaron desde California como regalos de parte de la bisabuela Felicia que es una anciana muy simpática y llena de vida a sus más de ochenta años.

Estoy por cerrar la puerta del dormitorio cuando Sasha se abre paso para acomodarse en su lugar favorito de la casa: la alfombra rosa del pequeño cuartel Kim.

Solo me queda señalar las camas de las niñas haciendo una gran equis con los brazos lo que provoca que la oficial canina ponga una expresión de lo más inocente.

Mi siguiente parada es la sala de estar que da muestras de vida por el brillo de la pantalla de la televisión, la tenue luz de una lámpara y un sonido que puedo distinguir claramente...

-¿Llegue a tiempo o solo queda el recuerdo de las hojuelas de patatas al horno?

-¡Qué poca fe que me tienes! Solo por eso debería de arrasar con la porción que guarde con tanto cariño para ti.

-Sé que serías incapaz de privarme de esas delicias pero tal vez has sido poseída por el espíritu glotón de las gemelas Kim que por lo que veo aman las recetas de snacks saludables para embarazadas.

-No son las únicas ¿O no querido?

-Mmmjj...

Esmi me sonríe y acaricia con cariño mi cabello para luego mirarme con extrema ternura que hace que me derrita de amor por ella.

-Me da gusto que hayas recuperado tu buen humor habitual y que tu modo de monje tibetano en contemplación haya quedado bien guardado.

Suspiro mientras trago el último bocado de papitas.

-Tu y las niñas son la mejor medicina para contrarrestar los efectos residuales que quedan en mí después de una misión de mierda.

Esmeralda me mira sorprendida y comprendo la razón de su asombro.

-Tuvimos la fortuna de poder rescatar con vida a todas las víctimas del accidente de la autopista y que en el proceso ninguno de los efectivos de la 13 y la 14 salieramos lastimados.

-Jinnie es verdad que tuvieron mucha suerte de que todo saliera como esperaban pero ese resultado es más que nada el producto del gran trabajo que todos ustedes realizan y del que debes sentirte orgulloso.

-Es cierto, gracias por mencionarlo.

-Si eres consciente de ello ¿Por qué piensas que la misión fue tan mala?

-No fue mala pero...

-¿Pero qué cariño?

-Ocurrió algo que hizo que la coraza con que suelo protegerme para no salir dañado emocionalmente se quebrara por un momento y eso no me gusto porque me hizo sentir vulnerable.

Esmi toma mi mano y el gesto es suficiente para reconfortarme y animarme a hablar.

-Una de las víctimas del auto que llevó la peor parte del accidente era una chiquilla de ascendencia asiática, la muchachita no pasaba de los quince o dieciséis años.

Amor cuando la vi... cuando la vi fue inevitable pensar en Sukie, sus ojitos me miraban asustados pero también con...

-¿Confianza? ¿Gratitud?

Debo afirmar con la cabeza porque siento que si digo una palabra más voy a romperme como un cristal.

-Jinnie te entiendo perfectamente. Sé que nuestras profesiones hacen que veamos aspectos de la vida que quisiéramos evitar porque son muy dolorosos de afrontar y nos llenan de frustración por sentir que no podemos hacer nada o tal vez muy poco por aminorar el sufrimiento ajeno o en tu caso, tal vez la muerte ¿Pero sabes algo? El que te duela significa que no has perdido la sensibilidad ni el compromiso de servicio que te motiva día a día a seguir ayudando al prójimo.

Es mi turno de mostrarme tierno así que dejo un suave beso en los labios de mi esposa.

-Siempre dices las palabras correctas.

Esmeralda sonríe de manera pícara.

-¿Siempre? ¿Incluso en aquella oportunidad que tome por asalto tu casa y te acribillé con mi ametralladora verbal?

-Incluso esa vez.

Mi casa... Ese recuerdo es tan lejano y extraño de procesar porque ese mismo espacio es el que ahora está lleno del amor de hogar que comparto con Esmeralda y mis hijas.

Mi madre regresó hace unos meses a la granja a las afueras de Chicago y cedió su dormitorio para que sea la habitación de las bebés pero siempre habrá un espacio para ella en nuestra casa ya que Esmi se esmeró en acondicionar la habitación del primer piso como el cuarto de huéspedes que acoge a su amada suegra cada vez que viene a visitarnos.

-Te amo Esmi.

-Y yo a ti Seokjinnie.

Abrazo a Esmeralda y acurrucados nos dedicamos a ver las noticias hasta que la modorra nos mande a la cama.

Entre bostezos vemos el último bloque antes de irnos a dormir.

Y ahora damos pase a la nota que nuestro reportero Will Jones hizo desde la zona industrial de Chicago donde pudo entrevistar al señor Paul Schneider, CEO de Schneider & Wentworth una de las compañías más antiguas y poderosas del estado de Illinois...

- Schneider & Wentworth ¿No es la empresa que está empeñada en comprar los terrenos de tu mamá y los tíos?

-Exactamente. Se presentaron con el nombre de su división inmobiliaria pero a Jiminie no se le escapa una y ya averiguo que el codicioso Schneider no piensa quitar el dedo del renglón en cuanto a convencerlos de vender y construir su dichoso condominio campestre.

-JiMin Park ¡Ese chico es adorable! Por algo es el mejor amigo de Taehyungie.

-Y un abogado de temer.

-Quién lo diría con esa carita de bebé.

-Sin comentarios...

-Señor Schneider el anuncio de que su corporación comprará varias empresas de la zona no ha caído muy bien entre el sindicato de obreros de Chicago.

-Estoy convocando a sus dirigentes para entablar un diálogo y mostrarles las ventajas de que los aires de modernidad lleguen a esta zona tradicional de la ciudad.

-Ese tipo es un lobo que quiere pasar por corderito lo que menos le interesa es dialogar con los trabajadores de las fábricas porque es bien sabido que él apuesta por la automatización de sus empresas.

-Menos costes sociales que pagar.

-Así es.

-¡Pobre gente! Si hace efectivas sus ideas muchos de los obreros se quedarán sin trabajo.

-Veremos de qué están hechos los dueños de las fábricas que quiere comprar y si reaccionan igual que mi familia y sus vecinos mandando a Schneider al carajo.

-Ojalá tengan la misma integridad y coraje que la comunidad de Minari.

Esmeralda se pone de pie y extiende su mano para que vayamos a dormir. Un beso es el anticipo de que pronto estaré con ella.

- Esmi ve avanzando mientras ordeno.

Tomo el mando de la televisión que muestra una última imagen que tiene como protagonista a Vincent Barbagelata, el líder sindicalista que se opone a la presencia de industrias Schneider en esa zona de la ciudad.

-Señor Barbagelata ¿Qué opina del ofrecimiento de diálogo del señor Schneider?

-Que no pienso sentarme a perder el tiempo con un tipo cuya avaricia es inversamente proporcional a su honradez y sensibilidad social.

El amigo Barbagelata acaba de declararle la guerra al ricachón.