Capítulo 6
—¿De que va, Liam?
—Por la luna, Alfa. Son las 6 de la mañana y llevas todo el fin de semana hablándonos de esto, cállate. -Pide Maya mientras rueda los ojos-
Louis bufa, cruzándose de brazos y recostando la espalda contra el respaldo de su asiento en la cafetería. La luz del sol era anaranjada, filtrándose por los ventanales del local y haciendo que la piel de Louis se viera angelical.
Mientras Louis refunfuñaba desde su lugar en la cafetería, con una de sus barritas de chocolate favoritas entre sus manos, Maya y Liam se encontraban tras la barra, dando los últimos retoques antes de que sea la hora de apertura.
—¡Me llevó hasta mi casa! -Exclama como si fuera la mayor locura en el mundo- ¡Mientras estaba borracho!
Maya puso los ojos en blanco sin detener su trabajo.
—¿Y que esperabas? El chico es más dulce que la leche condensada. -Louis rueda los ojos para seguidamente dar un mordisco a su barrita de chocolate blanco.-
—Esto es vuestra jodida culpa por poner tanto alcohol en la cena. -Dice después de masticar y con el ceño fruncido-
—¡No sé de que hablas! -Dice Liam a la defensiva, soltando el trapo con el que limpiaba y levantando las manos en alto- Yo no hice nada.
Maya en cambio pone los ojos en blanco por quinta vez en lo que lleva de mañana, seguidamente sale de detrás de la barra para bajar las sillas de encima de las mesas y colocarlas para cuando los clientes entraran.
—Harry está apunto de llegar Louis, sal corriendo antes de que llegue. -Bromea la omega, mientras bajaba las últimas sillas-
A Louis sin embargo, le parece una buena idea. Lo último que quería era toparse una vez más con aquel chico con aspecto de Bambi.
Louis simplemente era un lobo solitario. Amaba a sus amigos y familia, pero la gente nueva siempre se le hacía difícil de procesar. Y es que al vivir en una pequeña isla en la que todos se conocen entre todos, la gente nueva no suele ser habitual.
Y hace tiempo llegó él.
Haciendo que el corazón de Louis latiese y cometiera el error de confiar en un humano sin pensar en las consecuencias. Y cuando él se fue, Louis construyó paredes de hielo alrededor de su corazón, negándose a dejar que nadie entrara en el de nuevo.
—Nos vemos a la hora de comer, os amo. -Se despide mientras se abrocha su chaqueta negra y abre la puerta para salir del local-
Sin embargo, no tarda en encontrarse al rizado por el camino. Y lo que era peor, su perro, Clifford, caminaba alegremente a su lado.
—¿Pero que mierda? -Pregunta mirándolos con el ceño fruncido-
—Buenos días, Louis ¿Como te encuentras hoy? ¿Aún sigues con resaca? -Se burla el más alto cuando llega frente a él-
—No me jodas, ratón ¿Ya has secuestrado a mi perro también? -Louis ignora la pregunta mientras Clifford se sienta en la nieve, entre ambos, mirándolos con la lengua fuera-
Clifford simplemente parecía estar feliz todo el tiempo.
—Creo que le gusto. -Harry sonríe, hoyuelos aparecen en sus mejillas y eso no debería ser algo que Louis encontrara atractivo.-
—Voy a ponerte una orden de alejamiento. -Se limita a rodar los ojos al ver como Harry se inclinaba para acariciar la cabeza de Clifford-
—No es mi culpa que tú perro opine que soy mejor que tú. Esta mañana me lo he topado en el porche de mi casa, creo que me estaba esperando. -Harry sonríe, mirando al perro sentado a su lado-
—A mi perro le gusta la gente nueva, ratón. No te sientas tan especial.
—Será eso, Louis. -El rizado asiente, aún con su sonrisa en sus labios-Ahora si me disculpas, tengo que ir a trabajar.
Louis aprieta los labios molesto y asiente mientras Harry se despide del animal con una suave caricia en su cabeza y una sonrisa de hoyuelos.
Seguidamente pasa por su lado y se marcha a la cafetería.
Louis, una vez solo, le hace una señal a Clifford con la cabeza para que le siga e intenta ignorar la imagen del rizado durante el camino a casa.
Porque si Louis había pensado que Harry se veía lindo con las mejillas sonrojadas por el frío, su gorro de lana azul y su chaqueta marrón, entonces eso sería algo que se llevaría a la tumba.
—Como me vuelvas a cambiar por el ratón ese, no te dejo comer salchichas en un mes ¿Me oyes?
Pero Clifford solo responde con un ladrido y sigue caminando felizmente a su lado.
***
—¿Pero os habéis vuelto locos? -Grita Liam en susurros- ¡Me estáis empezando a dar miedo!
Niall rueda los ojos mientras Zayn se encoge de hombros.
—Solo van a ser unos minutos. -Aclara el rubio tranquílame-
—¡Si Louis se entera nos arrancará la cabeza de un mordisco!
—¡Quieres dejar de manifestarlo! -Maya susurra violentamente- Por la luna Li, sabemos lo que hacemos.
En realidad no lo sabían.
El plan había surgido hace menos de 20 minutos, y aunque sabían que aquello tal vez no era lo más adecuado, pensaron que quizás sería el pequeño empujón que necesitaban para unirse más.
Eran las nueve y media de la noche, la cafetería cerraba en media hora y prácticamente el local se encontraba vacío. Maya le había pedido a Harry que limpiara unas cafeteras en la cocina y habían llamado a Louis 15 minutos atrás, por lo cual estaría por llegar.
—Si Louis se molesta por esto estará en todo su derecho. -Liam se cruza de brazos mientras se apoyaba en la barra de madera-
—Si nos preguntan, a sido idea de Niall. -Zayn dice con tranquilidad-
—¡Oye!
—Lo siento omega, pero ha sido idea tuya. -Niall se cruza de brazos y frunce el ceño-
—No es mi culpa que la puerta de la cocina esté rota.
—Ya sabes lo que dicen, si tienes dos amigos que se gustan, una cocina y una puerta estropeada, deja que el destino haga su magia.
—No sabemos si se gustan -Aclara Zayn-
—¿El destino se llama Niall? -Pregunta Liam con expresión confusa-
—Nadie dice eso, Maya. -Dice Niall antes de rodar los ojos-
—¿Quien no dice el qué? -La voz de Louis causa que los cuatro se sobresalten. Mirándose nerviosos los unos a otros-
—¡Louis! Menos mal que estás aquí, necesito ayuda para arreglar algo en la cocina, pero no tengo fuerza. -Maya dice de repente, haciendo que todos asintieran de manera exagerada-
—¿Por qué no lo hace Liam? -Louis señala al alfa de ojos café-
Maya abre los ojos en sorpresa y con pánico voltea su cabeza para mirar a su alfa.
—¡Le duele el brazo! -Exclama rápidamente- Probecito mi alfa, tengo que cuidarle Louis.
El castaño levanta una ceja y mira a Zayn, quien se encontraba de brazos cruzados a su lado mientras miraba al suelo.
—¿Por qué no lo hace Zayn?
—Porque por suerte ya estás tú aquí
Maya toma el brazo de Louis y lo arrastra hasta la cocina, empujándolo dentro y cerrando la puerta rápidamente detrás de él.
—¿Pero que mierda? -Louis se da la vuelta para toparse con la gran puerta blanca cerrada por completo-
—Lo que estaba roto es la puerta, necesitamos que nos ayudes desde dentro para arreglarla. -Explica Maya desde el otro lado, como si aquello fuera lo más normal del mundo-
—Per...
—¿Louis?
El mencionado gira la cabeza para toparse con el chico rizado que se encontraba al lado del fregadero, manos mojadas goteaban el suelo mientras lo mira confundido.
Genial. Lo que faltaba.
—Harry -Louis gruñe, apoyando su frente contra la puerta de metal y cerrando su ojos en un intento de contener su ira-
—¿Que ha pasado? ¿Nos hemos quedado encerrados?
—Si, Harry, eso es exactamente lo que ha pasado.
El rizado lo mira con el ceño fruncido.
—¿Puedes calmarte? Habrá sido un accidente, estoy seguro de que enseguida nos sacan de aquí.
Diez minutos después, Louis y Harry siguen encerrados dentro de la cocina de la cafetería.
Ambos se encuentran sentados en el suelo, mirando a la puerta en silencio.
Nada.
Al otro lado ni siquiera se escuchaba nada. Y ambos empezaban a perder la paciencia.
—Los voy a matar. -Louis dice con rabia-
—No creo que nos hayan encerrado aquí a propósito, Louis. La puerta estaba rota.
—Ya, es que tú lo sabes todo ¿Verdad?
Harry lo mira con molestia, a él tampoco le gustaba la situación pero no iba a pagarlo con Louis que no tenía la culpa de nada. Le molestaba la facilidad que el castaño tenía para hablarle mal, y no iba a soportar aquello por más tiempo.
—¿Porque mierda me tienes que hablar así? -Pregunta molesto-
Louis aprieta los dientes, su mandíbula marcada con fuerza mientras simplemente guarda silencio.
Entonces, de repente, la rabia parece desaparecer de la voz de Louis.
—¿Por qué estás aquí? -Pregunta en un murmuro, ignorando su pregunta y cambiando el tema de conversación-
Harry se sorprende ante la pregunta y frunce levemente el ceño. Guarda silencio por varios segundos antes de responder.
—Maya me pidió ayuda para fregar.
—No me refería a eso -Niega suavemente- ¿Por qué estás en Blue Island?
Harry aún confundido se encoge de hombros y juega con sus propios dedos, un tanto nervioso por la pregunta y la forma en la que Louis parecía querer saber sobre él.
—No lo sé. -Se encoge de hombros- Es bonito y solitario así que no lo pensé demasiado.
Louis asiente, aún luciendo molesto pero un poco más tranquilo.
—¿Por qué me odias? -Pregunta entonces el rizado esta vez-
—No te odio -Murmura entre dientes-
—Pero no te caigo especialmente bien -Dice mientras rueda los ojos- ¿Por qué?
—No me gusta la gente. -Responde cortante-
Harry aprieta los labios y asiente.
—Pareces adorar a Niall, Zayn, Maya y Liam.
—Ellos son mi familia, es diferente.
Ambos giran los rostros para mirarse a los ojos. Y Harry se odia por ser masoquista y desear que esos fríos ojos azules lo miren con calidad y cariño.
Y Louis se odia por ser un imbecil que dejó su corazón en manos de alguien que no lo quería, y ahora no hay sol ni calor que derrita el hielo que cubre su corazón.
Y tal vez se odia un poco más por pensar que los estupidos rizos de Harry le quedan bien y que ese suéter grande y verde que usa ahora mismo combina con sus ojos y le hace odiarlo por ser tan ridículamente atractivo.
Pero por sobre todas las cosas, se odia por su manera de actuar frente al rizado. Por no aceptar que tal vez si le da una oportunidad, podían llevarse bien.
—Estoy cansado de discutir contigo, Louis. Es estupido, somos adultos ¿No? Podemos ignorarnos mutuamente y no terminar discutiendo cada vez que nos vemos
Harry dice un tanto inseguro de sus propias palabras, y sin embargo, Louis asiente.
—Sí, podemos. -Susurra, su tono aún frío y distante-
Su alfa entonces se remueve incómodo ante la idea de no ver al chico con frecuencia, pero lo ignora.
Y tal vez en aquel mismo momento, otra pared crece alrededor del frío corazón de Louis.
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