CAPÍTULO CUATRO
pov's baek narae

—Oye, Narae. Debes recoger los cuadernos hoy.

El último en salir del salón para correr a la cafetería fue quien me lo dijo, mis amigas también huyeron desesperadas por conseguir las nuevas gelatinas con fruta que la señora Han ingresó a la escuela. Yo, por otra parte, tengo el deber –por ser subdelegada de la clase– en recoger las tareas y ayudar con la limpieza junto a otros compañeros que son elegidos en la semana. No me encanta hacerlo, es algo molesto, algunos fingen olvidar sus cuadernos, o tratan de copiar la tarea de otro, si me descubren ayudándolos, podría ser suspendida o castigada a limpiar los baños durante un mes.

Asqueroso.

Emití un suspiro. Espero que las chicas traigan un poco de gelatina, me pondría triste si se olvidan de ello, suena deliciosa con la simple descripción. Oh, no, estoy tan cansada que me dio hambre, y si tengo hambre, me pongo molesta. Traté de concentrarme en contar los cuadernos, somos treinta en el salón, pero aquí hay veintinueve. Ahg, odio que esos idiotas finjan perderlo.

Me fije en la lista para ver el nombre de la persona que falta entregarlo. Kyung SeoJoon, entregado. Kang MiYoon, es una genio, obviamente lo entregó primero. Kim TaeHyung… ¿Él? ¿Kim TaeHyung no entregó su cuaderno? Me era casi imposible de creerlo, pues se trata de los primeros puestos en calificaciones de la escuela, él ha sido llamado por los profesores como el 'alumno perfecto'. Debido a su buen comportamiento y más que altas calificaciones, es incuestionable su nivel académico. Entregar tarde una tarea del día no es tan malo, pero nunca pasó antes.

De repente, se me ocurrió levantar la cabeza del escritorio del profesor, y entonces lo vi. Al final del salón, en la última fila, él se encuentra con su cabeza oculta entre ambos brazos, utiliza auriculares inalámbricos, debe oír música fuerte. El cuaderno está bajo su cabeza, ¿duerme?

—TaeHyung —lo llamé— Kim TaeHyung —dije un poco más fuerte, pero no hubo resultado, él finge no escucharme—. Bien, me iré ahora.

Tratando de asustarlo, porque sé que me escucha, di pasos estruendosos a la salida delantera del salón. Me di la vuelta curiosa de sí cambió de opinión y quiere entregar su cuaderno, pero no fue así. Bien, si quiere pretender que no existo ese no es mi problema. Tarareando mi canción favorita de Twice seguí con paso lento a la sala de maestros, es un lugar habitado por especímenes peligrosos, antiguos y con olor a café. Sí, hablo de mis maestros.

—Oh, Narae. ¿Están todos? —preguntó la profesora Hae-in, ella es amable, tanto que me siento culpable de odiar su materia.

—Hmmh, en realidad profesora…

No pude terminar de dar mi estúpida excusa porque ella levantó su vista de mi, unos centímetros más arriba para verlo a él. Yo giré, topandome con su intimidante expresión de pocos amigos, es curioso, él está lleno de amigos por doquier.

—Gracias por traer tu cuaderno, TaeHyung. —tomó lo que traía en su mano.

¿Por qué…?

Nos despedimos de la profesora y salimos de allí. Es bastante incómodo, yo quería hablarle para saber porque me ignoró, tal vez le hice algo… no, no creo. TaeHyung es el mejor amigo de JungKook, no creo que se enoje conmigo, ¿No? Apenas hemos hablado en estos años.

Se trata de mi imaginación, todo está bien.