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CAPÍTULO DOS
pov's baek narae
Temprano por la mañana, me levanto primero entre ambas para poder tener tiempo de preparar el desayuno. Nuestros padres trabajan hasta las seis, y creo firmemente que como hija mayor –dos meses, no es la gran cosa– es mi responsabilidad cuidar de las dos. Me gusta hacer el desayuno de Lima porque siempre sonríe halagando los platillos. Le gustan los huevos revueltos con arroz, también la leche de plátano, la cual odio, pero compro por ella. De pequeña mamá me compraba una leche diferente, yo amo la de fresa.
Coloque la comida en la mesa, y grité su nombre:
—¡Yuh Lima! —la llamé desde la cocina, el apartamento es grande, aún así, no tanto para que no me escuche. ¿Por qué no me responde?— Lima, es hora del desayuno. —caminé a la sala, ella está ahí guardando cosas en su mochila.
Cuando escucha mi voz, levanta la vista de su móvil sonando, y puedo ver el nuevo aspecto que trae. Abrí mi boca en grande, ¡Lo tiñó de rubio! Lima nació con un hermoso cabello negro lacio que caía hasta sus caderas, pero lo cortó y formó pequeñas ondas en éste, tiene un rubio platinado, casi grisaceo. No lo puedo creer, es bastante impactante pues ella siempre amó mucho su cabello. Me sonríe avergonzada.
—¿Te gusta? Lo hice anoche.
—No me digas que tú sola. —me di permiso a mi misma de tocarlo, es suave y esponjoso pese a la decoloración, aunque podría haberle hecho dañó a sus puntas y por eso lo cortó. Le sonreí con completa honestidad— Te queda hermoso.
—Gracias. —se alejó unos pasos, había tomado su mochila— Iré a la escuela.
—¿Eh? Pero el desayuno…
—Ya cepille mis dientes. —lo último que vi fue como levantaba sus hombros mientras tenía una llamada entrante.
Decía en letras grandes: 'JungKook ♡' Eso no me hizo dudar ni nada por el estilo, ellos son amigos cercanos que disfrutan de pasar tiempo juntos, es usual que vayan juntos a la escuela… hasta sin mi. Traté de convencerme de que mi hermana y mi novio nunca podrían considerar hacerme el más mínimo daño.
( … )
El sol impacta contra nuestros cuerpos, hace mucho calor pero ellos insisten en jugar con esa jodida pelota. JungKook se ve bien haciéndolo, me gusta ver el sudor caer de su frente y su camisa con los primeros botones sueltos. Me encuentro sentada en las gradas con vista al partido amistoso del grupo de amigos. A mi novio le gusta jugar aquí, y como yo soy alguien que ama verlo –aparte de ser un buen momento de tiempo entre los dos– decido estar presente en estas ocasiones, bebo un poco de agua fría tratando de alivianar el calor.
La voz de Yui diciendo que es una mala idea estar aquí viene a mi cabeza. ¡No es una mala idea! A JungKook le gusta que esté aquí alentandoló, ¿cierto?
Llevé la botella a mis labios, ansiosa de saciar esta sed. Y allí en cuando escucho un tardío:
—¡Cuidado! —por parte de Jeon.
La pelota impacta contra mi rostro, dejando caer la botella sobre mi uniforme y lastimando mis dientes. Chille sorprendida, y aún más de esas risas molestas. Oh, por supuesto, no podía faltar esos ojos que me ven con simpatía, con culpa, con lástima. Su cuerpo se encuentra a un lado del de el castaño, quien ríe. Es mi novio pero es cruel.
TaeHyung siente pena por mí.
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