O45
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO
pov's baek narae
El obsequio de TaeHyung fue puesto en mi cuarto, era un retrato hecho con óleo, lo realizó hace medio año y ayer es cuando al fin se animó a dármelo. Me gusta, y lo amo porque no es un simple collar con un corazón como el que JungKook me obsequió el año anterior, tratando de arreglar sus errores. Me gusta porque lo hizo él mismo pensando en mí. Y me gusta porque se trata de Kim TaeHyung. Mis padres dijeron que era demasiado lindo, le tomaron una foto para enviárselo a toda la familia, segundos después comencé a recibir mensajes pidiéndome que les presente a mi nuevo novio. Aunque la tía ReoJin mencionó algo sobre querer el número del Jeon, ya que ahora es soltero.
Espeluznante…
—Cariño, dile a Lima que se prepare para salir. —me pidió papá. Hoy iremos a una cena por mi cumpleaños, pese a que fue ayer, les hice saber que prefería pasar tiempo con mi pareja y decidieron pasar la celebración.
No queriendo girar mis ojos en protesta, hice lo que me pidió; toqué dos veces con mis nudillos la puerta de madera blanca, pero nadie respondió. Intentándolo una vez más, me di por vencida e ingresé sin permiso. Debe dormir.
—Hey, iremos a… —no hay nadie, la habitación con paredes blancas y muebles lilas se encuentra en silencio.
Me dio algo de escalofríos, porque no he entrado en mucho tiempo y cambió desde entonces, no hay mucho de aquí que me diga de ella, excepto un par de fotos esparcidas en su tocador. Acercándome con pasos de ninja, las vi por arriba con curiosidad, preguntándome si es que tiene con JungKook o TaeHyung, o con ambos. Lo que me encontré fue distinto, había una mujer con aspecto similar al suyo, tenía los mismos ojos. La tomé, y vi a los costados con temor de que ella apareciera de un segundo a otro. Detrás de la mujer, yacía sentado un hombre…
Y lo observé con más atención que nunca.
Mierda.
—¡¿Qué mierda, Narae?! —di un salto en mi lugar— ¡No puedes entrar a mi habitación…!
—Lo siento. —me disculpe rápido, aunque esa imagen de mi cabeza no desaparecía. Puede que esté alucinando— Mamá y papá…
—Ya lo sé. —con un gruñido feroz camino hacía donde me ubico, y de entre las manos me arrebató la fotografía— No toques mis cosas.
—Éste hombre… —señalé— Ya lo he visto.
Los ojos de mi hermana se iluminaron con algo que no supe descifrar, creo que era esperanza. Nunca la he visto así, al menos no desde niñas, cuando llegaba su cumpleaños y papá le hablaba sobre sobre su obsequio sorpresa, pues no aguantaba la emoción por dárselo. Tragué saliva, el sujeto de allí es como el que vi ayer.
—¿Dónde lo viste?
—Hum… yo…
—Vamos, dime.
—En casa de TaeHyung, su padre es idéntico. Que loco, dicen que hay muchas versiones de uno, ¿Te imaginas ver a una chica como yo? —reí, pero Lima se mantuvo callada, volvió a ver la foto para luego guardarla en un cajón— Oye, ¿Estás bien?
—Sí. —suspiró— Vamonos.
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