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CAPÍTULO CUARENTA Y TRES
pov's baek narae
Pasar el día de mi cumpleaños junto a TaeHyung fue una grandiosa idea, estando aquí pude aprender más cosas sobre él y su familia. Tiene un padre abogado, que técnicamente debería estar viviendo con él, pero toma casos en otros países, así que suele viajar al exterior por semanas, o meses. Su madre es modelo en Roma, aunque no siempre se encuentra en las pasarelas ya que es algo mayor, unos veinte años más que nosotros, ella tiene una marca de zapatos a su nombre, por lo que se dedica a manejarla. Le envían dinero a través de una cuenta bancaria, una vez cada dos meses se reúnen en una cena de a tres.
Ellos son personas frías, calculadoras, sin el más mínimo sentido de afecto o cariño a una persona que ruega de ello. Pero TaeHyung no parece afectado, come con tranquilidad sin prestarle atención a los pocos cuadros familiares, a la silenciosa gran mansión, o a como pasa así todos los días de su corta vida.
¡No lo soporto! ¿Cómo él sí puede hacerlo?
—Cariño —lo llamé, levantó la vista del tazón y me observó— ¿No extrañas a tus padres?
—No. —limpió las comisuras de sus labios— Para nada, ¿Por qué preguntas?
Pensé que era bastante evidente. Sin dudas a TaeHyung no le afecta ésto, o no lo demuestra.
—Estás solo… aquí.
—Nunca permanezco mucho tiempo en casa, siempre salgo. Así que no me afecta del todo la soledad, mi tiempo se divide en estar contigo o en la escuela. —explicó— No me siento solo, Narae. —al parecer dijo todo aquello para tenerme tranquila, y lo consiguió.
Dejé los palillos a un costado y suspiré. Tal vez es porque tengo una familia numerosa llena de tíos y primos, por lo cual me es imposible imaginar a una persona agusto sola, sin nadie que se preocupe por él. El rubio tomó mi mano por sobre la mesa, e intentó hacerme ver que no se encuentra mal.
—Eres un lobo solitario.
—Lo era, hasta que llegaste tú.
¡PUM! Mi corazón explotó como confeti saliendo disparado a unos recién graduados. Con ambas mejillas sonrojadas fije la mirada en el plato de comida. Es demasiado… tierno, lindo, guapo, atento, y sus labios se ven apetecibles. Hace unas horas estaba preocupada de si la invitación fue con segundas intenciones, ahora, en lo único que pienso es en lo genial que es, y en que es muy maduro para su edad. Tengo suerte de ser su novia.
La cena terminó unos diez minutos después, me ofreci a lavar los platos, pero TaeHyung quiso hacerlo alegando que la cumplañera debe ser agasajada hasta el final del día. Me senté en su cama, tiene una habitación grande, y con pocas cosas a su alrededor. Una cama matrimonial, una puerta que seguro da a su armario, y un escritorio con libros de la escuela. Creí que no tendría fotos de nosotros, me equivoque, porque estaba lleno de estas.
Junto a su cama, en la mesa de luz, halle un retrato con la vez que fuimos a la playa de busan y pequé un pez blanco.
En su escritorio hay polaroids esparcidas, y dentro de un cajón algunos dibujos que le he hecho en la clase de arte. ¿Cómo lo sé? Digamos que soy buena urgando. ¡No me juzguen! Es mi única oportunidad de ver una parte diferente de él.
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