O12
CAPÍTULO DOCE
pov's baek narae
Durante los días siguientes a ese no fui a la escuela, me había enfermado por estar llorando en el parque de siempre, a unas calles de mi casa, la lluvia me mojó para disimular tantas lágrimas. No fue una buena idea, tuve fiebre y moco. Mi novio en estos días sólo me envió un mensaje, era aquel tan cortante y frío que me sentí enojada a un nuevo nivel. Rompí varias cosas en mi pobre habitación, los adorables peluches que me fueron obsequiados antes del engaño vieron su trágico final con unas tijeras bien afiladas. ¡Lo odio! Odio al Jeon y su indiferencia. ¿No valgo nada para él? ¿Es acaso mi hermana la razón de su existencia? Me convertí en nada más que un objeto sin valor en la vida de él.
'Oye, no olvides pasarme los apuntes de hoy.' me envió ese día, y no hubo más que una llamada de ayer. No me visitó, por ende comencé la semana con una expresión cansada en mi rostro y la humillación latente. Lima no borraba esa sonrisa asquerosa, ella estaba triunfando.
Mi camino a la escuela fue corto, estaba pensando en un plan. Usando una sudadera rosa y mi cabello un poco más largo que antes, traté de maquillarme para que no se notara lo infeliz en mi rostro. Entré veinte minutos antes de que la campana suene, el portero me observó asombrado, y yo sonreí en respuesta. La felicidad duró poco cuando vi a JungKook estar con sus amigos, reían, charlaban, él no estaba preocupado por mi. Pero entre la multitud de estudiantes, pude ver una cabellera rubia con auriculares inalámbricos y espalda encorvada.
Me acerqué a TaeHyung, pasé entre el grupo de amigos del Jeon y lo tomé del antebrazo.
El joven se detuvo, se quitó un auricular para escucharme.
—Acompáñame.
—¿Qué dices? —no le di opción a rechazar mi pedido cuando ya lo guiaba hacía detrás de un árbol, puedo asegurar que mi novio nos ve con atención— Narae…
—Lo siento, estoy desesperada. —expulsó el aire retenido— Tú dijiste que debería vengarme…
—Dije que deberías hacer algo. —aclaró.
—¿Y no quieres ayudarme a hacer 'ese algo'?
Mostró un rostro pensativo— Dime que quieres.
—Se mi amante, TaeHyung. —había dicho al fin, nerviosa a más no poder, mi pedido lo sorprendió, y creo que no le gustó para nada porque me dio la espalda tan rápido como un pestañeo— ¡Espera! U-Uno falso, no sería real. —me ignora, pasando a caminar a la entrada— ¡Al menos di que somos amigos!
Deteniéndose, me ve y asiente. De acuerdo, podría hacer algo con eso.
( … )
—¿Qué te sucedió en toda la semana? —pregunta Jian.
En la cafetería, mi cuerpo se siente tenso cada vez más, y ésto es debido a que puedo ver a JungKook en unas mesas adelante, él de vez en cuanto fija sus ojos redondos en mi. No se me ha acercado a hablar, en un día cualquiera –antes de descubrir su engaño– yo me hubiera acercado para recibir un mínimo grado de atención. Pero ahora no puedo, me causa rechazo la idea de que, besándolo, piense en Lima. Tengo los hombros caídos, con unas mejillas rosadas porque lloré en el baño.
Yui corre el cabello que cubre mi rostro.
—No pareces bien, cariño.
—Estoy bien, chicas. —no les cuento sobre lo que vi, pues todo debe permanecer igual que antes, una jugada astuta— Lo digo en serio.
—La semana que pasó fue una tortura sin tí, esa perra parece querer ocupar tu lugar. —MiYoon frunce su ceño molesta— Quiere verse como tú.
—No creo que Lima busque eso, ella se ve bien siempre.
—Hum, eres demasiado buena, Narae.
Sí, lo soy.
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