Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 28: Iniciativa

¡Lánzate! ¡La cagaste! Eran dos frases que no paraban de repetirse en la mente de Ace. Sí, era consciente de que no haber besado anoche a Law era algo que le pesaba demasiado. Debió hacerlo, pero... por algún motivo no fue capaz. Quería enmendar su error, de verdad que quería hacerlo, pero dudaba si ahora era un buen momento. Seguramente no lo era. El momento fue anoche y lo dejó pasar.

Law abrió los párpados al ver que Ace no se movía. Seguía sobre su cuerpo y le observaba. Ace no era consciente de lo que estaba ocurriendo, no podía escuchar a nadie, pero Law sabía que la jugada continuaba. Debían levantarse y volver al partido, sin embargo, dejó de reír y miró los ojos azules de Ace llenos de dudas. Algo le ocurría, tenía un brillo especial, ése que se le ponía cuando pensaba demasiado las cosas. Esperó.

Los ojos de Ace bajaron hacia los labios de Law. Había dejado de reír y... ¡Lánzate! Era lo que su mente le repetía. Los latidos de su corazón se aceleraron como nunca. Tuvo miedo de que Law pudiera sentirlos al estar su pecho apoyado contra el suyo. El aroma frutal que desprendía Law era sumamente atrayente.

Quería arreglar lo de anoche. Todo en su mente le decía que era tarde, que la oportunidad había pasado, pero... aun así, acercó su rostro hacia el de Law muy lentamente. Si ahora se hubiera podido mirar a un espejo, seguro que estaría completamente rojo. Cerró los ojos y siguió acercándose. ¡No era el momento! Pero... tenía que enmendar su error. Así lo sentía.

Su labio rozó el inferior de Law. Un pequeño roce para asegurarse de que Law no se echaría atrás, que no le frenaría de alguna forma. Sólo quería asegurarse de que le dejaba hacerlo. Todavía tenía presente el problema con Kid y no quería ser como él, no quería robarle un beso.

No se atrevía a moverse. Sus labios temblaban, pero, al sentir que Law entreabría los labios, se dio cuenta de que no pensaba rechazarle. Juntó más sus labios hasta hacer presión y los movió. Atrapando el labio inferior de Law entre los suyos, disfrutó del contacto.

Ésa era la primera vez que disfrutaba del silencio absoluto. No escuchaba a sus compañeros jugando, no escuchaba la naturaleza, ni cualquier ruido que pudiera estorbar. En su mente, sólo estaban Law y él, sólo estaba ese beso que ayer no se dieron por vergüenza.

Law elevó la mano hacia el rostro de Ace hasta apoyarlo entre su cuello y su mejilla. Durante tanto tiempo deseó besar a ese chico... y ahora que por fin él tomaba la iniciativa, no pensaba desaprovechar el momento. No quería ir rápido con él ni pasarse del límite que quisiera poner, pero no pensaba permitir que Ace pudiera llegar a pensar que no quería algo así. Por eso mismo, apretó sus dedos en la nuca de Ace para indicarle que no deseaba que se separase. Le gustaba ese beso y lo había esperado durante mucho tiempo.

Una tos seguida de un carraspeo ronco y fuerte de garganta llegó a los oídos de Law, pero no se inmutó. Sabía que alguien intentaba llamar su atención, pero Ace seguía encima de él, no le escuchaba y no parecía querer cortar el beso.

- ¡Ejem! – pronunció el chico que debía estar carraspeando. Parecía la voz de Kid –. Ey, venga ya. ¿Jugamos o nos besuqueamos? Venga... no hemos acabado el partido – intentó hacerles ver.

Los labios de Law se curvaron sin poder evitar la risa. Lo que hizo que Ace se diera cuenta de que algo ocurría. Hasta el momento, había pensado que estaban solos, pero cuando se separó de Law y le miró a los ojos, fue cuando se dio cuenta de que seguían en el parque en mitad del partido. Se giró a la derecha completamente rojo imitando a Law. Allí estaban todos reunidos mirándoles.

- Eres un corta-rollos – se quejó Bonney de Kid –. ¿No ves que Ace necesitaba eso? Haberles dejado un rato más.

- ¿Qué? Pero... – intentó rebatirse Kid. No creía haber hecho nada malo, sin embargo, Bonney parecía ofuscada por haberles cortado –. ¿Y qué querías que hiciera? ¿Que les pague una habitación de hotel? – preguntó.

- Con haberles dejado unos minutos de margen, habría estado bien – suspiró la chica.

- Los chicos no entienden de romanticismo – se quejó Nami en apoyo de su compañera femenina.

- Para nada – suspiró Robin con agotamiento.

- ¿A qué viene esto? – se quejó Kid al ver que todas las mujeres se aliaban en su contra.

Sabo, a su lado, elevó el brazo hasta apoyar la mano en su hombro en muestra de comprensión y ánimo.

- Tío... las chicas siempre se alían contra nosotros aunque no se conozcan entre sí. Esta batalla la tienes perdida – sonrió Sabo –. ¿Seguimos jugando o preferís dejarlo por hoy? – preguntó hacia los tortolitos.

- Jugamos – aclaró Law, haciéndole un gesto con la cabeza a Ace para indicarle que era mejor levantarse.

***

Con el cabello húmedo tras la ducha, recostado en la cama y con la luz de la mesilla encendida, Ace todavía pensaba en el beso. Se sonrojaba cada vez que venía a su mente esa escena. Ni siquiera se dio cuenta en ese momento de dónde estaban o que todos se encontraban allí. ¡Qué vergüenza! Y, aun así, no negaba que había disfrutado ese beso. Law no se apartó, no le rechazó y... de hecho, pareció gustarle, lo cual le relajaba un poco y, a la vez, le alteraba. Los latidos de su corazón intensificaban su ritmo cuando pensaba en el beso.

Nunca antes había sentido tantas cosas a la vez: miedo, dudas, amor, excitación, vergüenza y deseo.

La simple acción de ver a Law le provocaba un cúmulo de todo ello. Sentía miedo a sus reacciones, dudas a lo que pensaría de las acciones, le hacía quererle y excitarse, pero también le causaba una gran vergüenza mirarle a los ojos sabiendo lo que había ocurrido entre ambos. ¿Qué ocurriría mañana en el instituto? Volvería a verle inevitablemente y, no sabía qué decirle o qué hacer, ni siquiera sabía cómo debía comportarse ahora tras ese beso. ¿En qué punto estaba su amistad?

Debía dormir. Estaba agotado por el intenso fin de semana. Primero la cita con Law que fue increíble, pero le llevó a tener los nervios en su estómago la noche anterior por culpa de no haberle besado en esa oportunidad, y hoy, el partido y el beso. Su cuerpo ya no respondía más, sólo quería un descanso, pero su mente no dejaba de revivirle el beso una y otra vez. ¡No podía dormirse por más cansado que estuviera!

Se metió bajo la colcha y apagó la luz para intentar dormir. Le costó horrores, pero finalmente, después de dar muchas vueltas en la cama buscando una posición cómoda, consiguió dormirse.

El día en el instituto empezó como de costumbre para Ace. Su padre le llevó en coche hasta la puerta y él entró en el edificio. Lo primero que hacía siempre era ir a su taquilla a descargar la mochila y cambiar los libros por los de las siguientes clases. Hoy estaba nervioso. En cualquier momento aparecería Law y no estaba seguro de cómo mirarle a los ojos sin pensar en lo sucedido ayer.

Cambió los libros, revisó que llevaba las libretas de los ejercicios y los apuntes de la asignatura correcta y cerró la taquilla metálica. Se asustó ligeramente al ver a Law tras la puerta, apoyado sobre otras taquillas y mirándole con seriedad. Sus manos se elevaron un poco para hablar.

- Ey, ¿estás bien? – preguntó Law –. Lo siento si te he asustado.

- Estoy bien – sonrió Ace. Su corazón empezaba a acelerar de nuevo.

Los dos observaron el pasillo. La gente les miraba. Podrían haber pensado que ya habían corrido los rumores de su romance, pero no era así, en realidad, tanto Law como Ace entendían lo que ocurría. Ver al "pandillero" hablando con el que había sido el mejor "quarterback" del instituto era raro. Creían que algo raro pasaba.

- Ven conmigo, hablaremos en otro lado – sugirió Law al ver que las miradas no dejarían de estar fijos en ellos.

Ace siguió a Law por los pasillos hacia las escaleras. Subieron al tercer piso. Ace sólo había subido allí cuando tocaba la guitarra en el aula de música. Tan sólo había aulas para algunas asignaturas optativas y extraescolares. Poca gente estaba por ese pasillo. Law le guió por el pasillo contrario al aula de música y abrió una de las puertas. Cuando Ace entró, se dio cuenta de que estaban en el laboratorio. Él nunca había entrado allí.

Miró las cubetas y los pósters sobre elementos químicos y cosas que él apenas entendía. Esperó hasta que Law cerró la puerta tras él.

- ¿Me cuentas cómo te sentiste ayer? – preguntó Law, tomando una de las banquetas y sentándose en cuanto terminó de hacer los gestos con su mano. De su mochila, sacó una libreta y un bolígrafo para poder continuar las conversaciones más complicadas y que no pudieran seguir en lengua de signos.

Ace tomó asiento a su lado. Hablaba del deporte casi seguro. Ni siquiera habían sacado todavía el tema sobre el beso.

- Me gustó jugar con todos – sonrió Ace a la vez que hacía los gestos – aunque, es difícil coordinar a todos cuando no puedo escucharles. No me cuesta tanto fijarme en las señales que Kid hacía en su espalda cuando iba a pasarme el balón. Es difícil siendo quarterback decirles la jugada que quiero llevar a cabo cuando ellos no me entienden. Debería hablar con ellos, pero, aunque puedo hacerlo porque no tengo problema en mi voz, me da miedo hablar demasiado alto y que nos escuchen los demás o demasiado bajo y que no me oigan. Además, yo no me escucho a mí mismo así que... no puedo regular cómo lo estoy diciendo o si lo he dicho bien. Me siento limitado en ese aspecto. Si no fuera quarterback, tendría problemas para escuchar las instrucciones que me den.

- Entiendo. Vale. Trabajaremos tu voz si quieres como quarterback y dame un tiempo para ver si se me ocurre algo con lo que tú puedas llegar a entender instrucciones. Quizá leer los labios. El quarterback o el entrenador podrían hablar más despacio y si algo no lo entendieses, siempre puedes preguntar a un compañero. ¿No?

- Sí. Eso estaría bien.

- Bien. Trabajaremos en eso. Sabiendo los puntos que más se te dificulta, podemos arreglarlo.

- Law. Lo del beso...

¡Dudas! Fue lo que Law vio en los ojos de Ace cuando preguntó sobre el tema. Había hecho el amago de levantarse para retirarse, pero al ver que quería hablar de ese asunto, volvió a sentarse.

- Dime.

- Lamento no haberlo hecho la noche de la cita. Quise hacerlo, pero me entraron dudas.

- Es normal. Que nos estuvieran espiando también nos cortó un poco. ¿No crees? – sonrió Law –. Ace, me gustó el beso y de hecho, me gustas desde hace bastante tiempo. La primera vez que me fijé en ti fue antes del accidente, tocabas la guitarra en un aula vacía.

- Lo recuerdo – sonrió Ace –. Un profesor se cabreó con unas chicas que se agolpaban en la puerta del aula y las echó del pasillo para poder seguir con su clase.

- Sí – sonrió Law al recordarlo –. No sabía si estabas preparado para hablar de relaciones sentimentales con todo lo de tu accidente y quería darte tu espacio.

- Lo sé. He estado centrado en intentar recuperar las clases, en aprender lengua de signos, en volver a una cierta normalidad, pero... creo que estoy listo para avanzar un poco y, me gustaría avanzar contigo a mi lado.

- ¿Eso implica que quieres salir conmigo? ¿El quarterback del instituto me está pidiendo salir?

Ace le dio un golpe con su puño en el hombro al ver que Law sonreía como si bromease con él. Law no era de las personas a las que les importaba salir con alguien popular en el instituto, no era como el resto de chicas que intentaban ligar con él sólo por ser el quarterback. La verdad era que desde que se quedó sordo y dejó de jugar, ninguna se había interesado en él. Eso decía mucho de la gente.

- Eres idiota – se quejó Ace.

- ¡Oh! Algo – sonrió Law antes de poner su mano tras la nuca de Ace e impulsarle hacia él hasta unir sus labios – pero acepto salir contigo.

Ace miró sus manos diciendo que aceptaba en cuanto soltó el beso.

- Por cierto, hoy comemos juntos. Kid me ha invitado a sentarme con vosotros en la mesa de la cafetería. Creo que recibió demasiados golpes ayer para hacer algo así, pero... no le cuestionaré mientras pueda pasar más tiempo contigo.

Ace sonrió ante los gestos de Law. Kid intentaba ser amistoso con el chico que le gustaba y eso también decía mucho de su mejor amigo.

- Entonces, te veo en la comida – le expresó Ace con las manos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro