
Capítulo 19: Distancias
Se acercó hasta la fuente más cercana para llenar la botella de agua. Hoy tenían entrenamiento y aunque le encantaba ir, no había sido lo mismo desde que su mejor amigo no participaba. Siempre habían estado juntos, prácticamente desde el parvulario. Se apuntaban a las mismas clases extraescolares, solían ir a las mismas clases, con los mismos tutores, quedaban todos los días fuera del colegio o instituto para hacer los deberes juntos o jugar un rato y ahora... tras su accidente, sentía un tremendo espacio entre él y Ace.
Cuando volvió a clases, se alegró. Por fin pensó que todo sería como antes, pero estaba siendo más difícil de lo que creía. Ace estaba ausente. Cuando se sentaba con ellos, les miraba a cierta distancia, sin entender las conversaciones, sin intervenir en nada. Comía en silencio cuando no removía la comida sin sentido alguno. Sus ojos siempre estaban fijos en ellos, en cómo reían, hablaban, jugaban...
Se asustó un poco al sentir la mano de alguien sobre su hombro. Pensando en Ace y sus reacciones, ni siquiera había sido consciente de cuando Bonney se acercó a él. Por cómo los músculos de la espalda de Kid se habían movido, la chica entendió que no se esperaba aquel contacto y le había sorprendido.
- Lo siento. No quería asustarte. Sólo... me has preocupado un poco al verte salir así. ¿Estás bien?
- Sí – susurró Kid.
Bonney era de esas chicas con un buen instinto. La conoció en el colegio aunque no eran demasiado cercanos entonces. ¡Los niños solían ser un poco cabras con las chicas a esas edades! Pero en el instituto, se volvieron mucho más cercanos. ¡Una chica en la que confiaba y podía apoyarse! Así la veía. Una gran amiga, incluso Ace la consideraba como tal.
La botella de agua rebosaba. El agua resbalaba por su mano y la apartó del grifo antes de observar a la chica acuclillarse bajo la pequeña fuente. Su minifalda escolar quedó perfectamente ajustada a sus piernas al hacerlo, sin mostrar ni un resquicio de piel gracias a sus medias altas. Ella le miró desde abajo.
- ¿Es por Ace? – preguntó entonces pese a parecer saber la respuesta.
Por cómo Kid abrió los ojos, ella supo que había dado en el clavo. Colocó sus codos sobre las piernas y reposó la cabeza en sus manos sin perder de vista a Kid.
- Ya no sé cómo tratarle – dijo sin más Kid – no sé cómo terminar con esta distancia que nos separa cada día más.
- Fingimos que nada ocurrió – dijo la chica, apartando sus manos del rostro y mirando el césped frente a ella – pero sí ocurrió algo aquel día. No es fácil para nosotros intentar seguir adelante tal y como estaban las cosas antes del accidente y creemos que es lo mejor para él, pero quizá... él no quiera que todo sea igual o no pueda aceptarlo.
- ¿A qué te refieres? – preguntó Kid, alejándose de la fuente y mirando a la chica desde su altura.
- A que creo que Ace es el que más quiere que todo sea como antes, pero sabe que es imposible. Se está adaptando pero a nosotros no nos es tan fácil adaptarnos. Hemos intentando integrarle y hacerle ver que todo sigue igual, pero para él... quizá nada es igual por mucho que lo desee.
Kid entendió brevemente por dónde iba la chica aunque le estaba costando un poco encontrar una solución a ese problema. Ella parecía estar triste con todo ese tema, al igual que él pese a que intentase ocultarlo bajo sus sonrisas o su forma de agarrar a Ace por los hombros como solía hacer antaño.
- Me cuesta aceptar que no me escucha y no estoy acostumbrada. Sé que no puede oírme, lo sé muy bien, pero instintivamente, acostumbrada a que siempre le he hablado...
- Le hablas – sonrió Kid, porque a él le ocurría lo mismo.
- Sí. Creo que le hago sentirse incómodo, porque no me entiende y cuando me doy cuenta... ya le he hecho daño. Puede que sienta que le excluimos cuando conversamos, pero... es que no sé cómo incluirle en la conversación ahora mismo, muchas veces, cuando me doy cuenta... ya he hablado de algo creyendo que él estaba en nuestra conversación.
- Te entiendo. Me pasa lo mismo. Al principio intenté escribir la conversación – dijo Kid – llevaba un cuaderno a todos lados y le escribía lo que hablábamos en la mesa pero...
- Hablamos más rápido de lo que puedes escribir.
- Sí. Quizá cuándo él quiera decir algo, nosotros ya hemos cambiado de tema y no puede seguirnos. Siento que se distancia cada vez más y por mucho que lo intento, no puedo alcanzarle donde ahora está. No sé qué hacer, ya no se me ocurre nada.
Los dos mantuvieron el silencio unos segundos. Bonney siempre había sido una chica carismática aunque un poco detestada por el resto de chicas. A veces, Kid pensaba que no era bueno para una chica ir con todos los chicos, pero por otra parte, entendía que ella no quisiera estar en otro lado. Estaba en ese grupo por su hermano, Killer. Tras tantas burlas del resto de chicas, su hermano acabó ofreciéndole ir con sus propios amigos. Todos habían dudado de tener a una chica entre ellos, pero a día de hoy, Kid no lamentaba esa decisión. Ella parecía estar a gusto y no había vuelto a sufrir burlas del resto de chicas, sobre todo, porque en el instituto muchas cosas cambiaban.
Ahora las chicas intentaban ligar con ellos, así que las burlas habían pasado a ser celos de que ella estuviera más próxima a los chicos a los que intentaban conquistar, pero preferían portarse bien con ella por las posibilidades que tendrían que ella les presentase a sus "amigos".
Bonney quiso hablar entonces, decir quizá alguna idea para el problema, pero al iniciar las primeras sílabas, se bloqueó. Su mirada se alzó hacia Kid con una sonrisa como si hubiera descubierto algo que poder hacer, pero enseguida se borró al ver cómo Kid centraba sus ojos en algo que ocurría al fondo. Ella se giró para ver qué miraba con tanto interés.
¡Trafalgar Law! Y no iba solo, caminaba al lado de Ace. Eso la dejó tan sorprendida como a Kid. ¿Desde cuándo se conocían esos dos? Es más... ¿Desde cuándo se habían hecho tan amigos como para ir juntos en un recreo? Antes del accidente, Ace ni siquiera hablaba con él, prácticamente, ni le miraba y ahora... caminaba a su lado cruzando el patio.
- ¿Por qué va con ese pandillero? – preguntó Kid con claro enfado.
- No lo sé – susurró Bonney.
***
Durante las horas lectivas, Kid no dejaba de mirar a Ace. Sentado un par de asientos tras él y en la fila de su derecha, su mejor amigo miraba por las ventanas sin hacer caso a la clase. ¡Tampoco es que pudiera escuchar al profesor! Sólo de vez en cuando, cambiaba la mirada a la pizarra para comprobar si habían escrito algo nuevo que tuviera que apuntar en su libreta.
En una de esas veces que cambió la vista, Ace se dio cuenta de la mirada de Kid sobre él y sonrió ligeramente, consiguiendo que Kid sonriera también con algo de tristeza y desviase la mirada. ¡Una mirada de "está todo bien"!, es lo que Kid le dejó ver, aunque en realidad, no entendía nada de lo que hacía su mejor amigo. ¿Por qué se juntaba con Law? ¿Cuándo había ocurrido? ¿Por qué lo conocía?
Al terminar la clase, todos se levantaron con rapidez, recogiendo sus cosas para irse a casa. Por lo general, eso mismo habría hecho Kid, él solía ser de los primeros en querer marcharse, pero al ver a Ace recoger con lentitud, decidió imitarle. Quería hablar con él de algo que le estaba carcomiendo desde hacía mucho tiempo. ¡El día del accidente y aquel fatídico beso que intentó robarle! Ace se marchó ofuscado y, a veces, pensaba que quizá el accidente pudo ser debido a la tensión que puso sobre él ese día, que anduviera más despistado de lo normal. Era absurdo pero aun así... a veces sentía que sus acciones pudieron tener algo que ver en todo aquello.
Colocó su mano sobre el hombro de su amigo para hacerle ver que estaba allí y quería hablar con él. Ace sonrió, observando cómo Kid abría una de sus libretas y empezaba a escribir.
- ¿Podemos hablar de lo que ocurrió aquel día? – escribió Kid en la libreta.
Ace pareció tensarse un poco, aunque enseguida sonrió y asintió con la cabeza. Los dos sabían que en algún momento, debían arreglar aquel tema que no estaba zanjado y habían retrasado demasiado tiempo. Con todo el tema del accidente de Ace, ambos se centraron en su recuperación y sus problemas, no en un beso que no llegó a nada más que una discusión entre amigos y que seguramente, de no haber sido por el accidente, lo habrían hablado al día siguiente.
Fue Kid el que comenzó a caminar, saliendo del aula para ir hacia un lugar más privado donde la gente no fisgonease sobre el tema. Aun así, sería complicado que alguien se enterase puesto que ni siquiera iban a hablar... sino a escribir. Ace se colgó la mochila en uno de sus hombros y salió tras su amigo. Él debía ir a las prácticas en breve, así que seguramente, sería una conversación rápida.
En el rellano de las escaleras del tercer piso, Kid se detuvo, mirando por la gran cristalera al resto de estudiantes marchándose. El campo de fútbol americano se podía ver desde allí, así que estaba completamente seguro de que sus compañeros aún no habían empezado. Debían pasar todos por el vestuario y ponerse todo el equipo, harían que tardasen. Aún tenía unos minutos para solventar ese tema y aunque llegase algo tarde, pondría alguna excusa con el entrenador.
- Lamento haberte asustado de aquella forma – escribió Kid, dejando que Ace viera lo que quería decirle.
Ace se había situado a su derecha, seguramente para tener más a mano que le pasase la libreta por su lado izquierdo. Él conocía perfectamente todos los problemas que Ace había tenido por ser zurdo, sobre todo en el equipo cuando le daban esos pases por su lado malo.
- No me enfadé – le escribió Ace – me marché para dejar que las cosas se enfriasen. No quería que pasara tanto tiempo para explicarte esto pero...
- Lo entiendo. Tras el accidente... - Ace le quitó el bolígrafo antes de que pudiera seguir.
- Eres como un hermano para mí, así lo siento. Me apena saber que puedes sufrir por sentimientos que no conocía. Lo que menos quiero es hacerte daño pero es que no puedo verte como algo más que mi mejor amigo, como mi hermano. Hemos estado juntos desde el parvulario y no quiero que eso cambie – le agregó Ace – y me siento un poco idiota al no haberme percatado de lo que sentías o haber frenado antes esos sentimientos.
- Lo entiendo, Ace – sonrió Kid para relajar a su amigo un poco – yo tampoco quiero perderte. Me tuviste muy preocupado. Los entrenamientos no son lo mismo sin ti. Echo de menos que vengas a jugar a casa todas las tardes.
- Yo también – le escribió Ace con una sonrisa – pero, siendo sincero, no he salido a la calle solo todavía. No me siento demasiado confiado.
- Ace, esta mañana te vi con Law.
Aquello sorprendió a ambos. En principio, Kid no quería sacarle ese tema, pero la verdad era que se moría de curiosidad y finalmente, no pudo evitarlo. Ace, en cambio, pese a su primera reacción cargada de sorpresa, luego sonrió.
- Me da clases particulares de química – le escribió – soy muy malo en ciencias y la tengo pendiente. Viene por las tardes a casa a prepararme para el examen. Tras el accidente, voy un poco rezagado en la materia y los profesores creen que repetiré el curso. Law me está ayudando, es bueno en los estudios.
- Ya, eso tengo entendido – escribió Kid pese a que no le hacía demasiada gracia la idea, sin embargo, aceptaba que la excusa por lo que conocía a Law era más que aceptable.
Todos los profesores de ese instituto estaban siempre halagando a Law y sus notas. Era el estudiante modelo o eso decían. En los tablones de notas, siempre quedaba el primero.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro