Tensión y Pasión
Aquella mañana Momo había decidido llegar temprano al estudio, si empezaba a ensayar antes ese día podía ser mejor. Para su sorpresa, Dahyun se encontraba en la sala de ensayos, sentada en una silla frente al espejo, sosteniendo una taza de café y mirando su celular. Su rostro parecía relajado.
— Buenos días — saludó Momo, intentando que su voz no sonará demasiado débil. Después del ensayo de ayer no habían vuelto a hablar ni siquiera en la casa.
Dahyun levantó la vista brevemente, asintió y volvió su atención a su celular.
— Empieza a calentar, tenemos mucho que hacer hoy.
Momo obedeció en silencio, la tensión había crecido desde el ensayo anterior y era como una cuerda que podía romperse en cualquier momento, una que se estaba ajustando alrededor de su cuello.
El resto de los bailarines empezaron a llegar uno por uno, pero la sensación no cambió. Era como si todos supieran que algo estaba a punto de suceder y no sería bueno; todos caminaban y hablaban con cuidado como si estuvieran en una pista de hielo que nunca sabrías en que momento se quebraría.
Y así fue.
Dahyun no mostró ni una pizca de piedad durante el ensayo. Dirigía cada movimiento con una precisión cruel, corrigiendo a todos pero de alguna manera siempre terminando en Momo.
— No, no, no. Estás fuera de tiempo otra vez.— Momo tragó saliva, volviendo de nuevo a su posición inicial. —Desde el inició — ordenó Dahyun, su voz firmen no dejó lugar para alguna discusión.
El ensayo se extendió más de lo normal y todos estaban perturbados por la actitud que estaba teniendo Dahyun ese día. Incluso Mina, quien disfrutaba de las críticas ajenas, se había sentido incómoda ese día.
Ese día hasta Mina había actuado con sumo cuidado para no llamar la atención de Dahyun, pues tenían miedo de las críticas filosas que podía proporcionarles la mentora.
Cuando finalmente terminaron, Momo sentía que sus piernas no podían sostener su cuerpo, sus pies ardían como si hubiera caminado sobre rocas calientes. Internamente estaba feliz de poder irse a casa a descansar un poco.
— Tú te quedas — dijo Dahyun, señalandola.
Momo sintió como el cansancio y el miedo volvió a atacar su cuerpo al escuchar esas palabras, no creía que su cuerpo podría ser capaz de seguir bailando por Dios sabe cuanto más tiempo. No lo decía en voz alta pero tenía miedo de cuanto tiempo más Dahyun la tendría bailando ahí.
El reflejo de Momo en el espejo lucía cansado, pero sus ojos brillaban con una mezcla de desafío y terror.
— De nuevo
Momo comenzó el paso, tratando de concentrarse en cada movimiento pero su mente empezaba a nublarse y su cuerpo empezaba a sentirse más pesado de lo normal.
— Estás pensando demasiado, no puedes bailar así.
— Estoy intentando... —Empezó Momo en voz baja pero Dahyun la interrumpió.
— ¡Ya te dije que intentar no es suficiente! — exclamó, se acerco a ella un poco molesta— Si no puedes sentirlo, nunca lo harás bien
Momo deseaba gritar, defenderse pero de alguna manera su cuerpo se quedaba inmóvil. Tal vez era el respeto que le tenía a Dahyun.
— Otra vez — ordenó Dahyun, retrocediendo para darle espacio.
La japonesa sentía un mar de emociones que no la dejaban pensar de manera clara; le recordaba una y otra vez las palabras que había escuchado en los últimos ensayos.
Podía sentir los dedos de sus pies arder y sus piernas exigiéndole un descanso; parecía ser que su cuerpo se movía casi por cuenta propia. Cerró los ojos un momento y dejo que su cuerpo se moviera por si solo, intentando dejar su mente en blanco.
Cuando abrió sus ojos, noto algo extraño en la mirada de Dahyun, algo que no veía desde la audición. Un brillo intenso y una sonrisa le daban un aire diferente.
— ¡Alto! —Momo dejó de bailar al instante con temor de ser regañada nuevamente— ¡Eso es lo que quiero! Lo hiciste excelente
Momo frunció el ceño, confundida de las palabras de la coreana.
— Debes seguir bailando de esa manera. Ve a cambiarte y vamos a casa, tienes que descansar un poco para el ensayo de mañana.
¿Qué había hecho? ¿Cómo lo había logrado? Aquellas palabras inundaron el interior de Hirai, y esperaba encontrar una respuesta pronto.
El sonido del televisor era lo único que sonaba en la sala de la casa, creaba una luz tenue debido a la falta de luz en ese momento. Momo estaba sentada en el sofá, con el cabello húmedo debido a la reciente ducha.
Dahyun se sentó al lado de Momo al escuchar las carcajadas de la televisión pero se sorprendió al notar el rostro sin expresión de la japonesa.
— ¿Alguna vez fue suficiente para ti?
La voz de Momo salió como un susurro.
— ¿Qué?
— El baile. ¿Alguna vez sentiste que eras lo suficientemente buena?
Dahyun se quedo helada. Su mente divago por todos sus recuerdos, desde su infancia hasta su divorcio; sus ojos empezaron a picar, y agradeció internamente la falta de luz.
— Nunca lo fui... —susurró con la voz quebrada.
Aquellas palabras cayeron en medio de ambas, como una verdad dolorosa.
Las carcajadas del show de televisión se encargaron de llenar la sala llena de silencio. Momo extendió su mano, tocando la de Dahyun.
— Lo que te dije antes... —Dahyun aclaro su garganta para eliminar el nudo que se había creado— No quiero que pienses que no creo en ti.
Momo giró su rostro para mirarla, no podía distinguir bien el de Dahyun pero algo en ella parecía estar fuera.
— Entonces, ¿Por qué..?
— Quiero que seas mejor de lo que yo fui — interrumpió Dahyun— Cuando me pediste que te ayudará a entrar al equipo nacional, te acercaste a mi porque crees que soy la mejor... Quiero ayudarte a llegar hasta ahí pero para eso debes ser mejor de lo que yo fui
Momo sintió algo en su pecho que no pudo distinguir, se había fijado solo en lo negativo de los últimos ensayos sin recordar sus propias palabras.
— ¿Y si no quiero ser mejor que tú? — murmuró, inclinándose ligeramente hacía ella.
La distancia entre ambas parecía haber desaparecido de repente. Fue un beso suave, inesperado, pero lleno de tensión acumulada durante las últimas semanas.
Aquel beso decía todo lo que no habían podido expresar esas semanas; fue lento, lleno de pausas para disfrutar de los labios de la otra, del sabor y la calidad que brindaban.
Cuando se separaron, ambas quedaron en silencio, observándose mientras respiraban con dificultad.
— Esto no cambia nada —Dijo Dahyun con la voz ronca.
Momo sonrió levemente, sin estar segura del porque.
— Lo sé
Feliz navidad💚 pasenla bien y disfruten mucho. Gracias por seguir leyendo, me gusta leer sus comentarios! Así que no tengan pena de escribir cualquier cosa
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