El frío parecía haberse colado a cada rincón de la casa al igual que el olor al chocolate caliente. Dahyun sostenía una taza de chocolate mientras veía un programa en la televisión que le ayudaba a permanecer desconcentrada.

Momo apareció en la sala con el cabello todavía húmedo, lo que le daba un poco de escalofríos a Dahyun pues no le agradaba la idea de lavarse el cabello cuando el clima era frío.

— ¿Dormiste bien? — preguntó, dejó caer su cuerpo en el sofá junto a Dahyun. 

Dahyun asintió brevemente sin dejar de mirar la televisión.

— Lo suficiente. ¿Tú?

Momo se encogió levemente de hombros. — No estuvo mal. Me desperté antes de lo que esperaba.

El intercambio fue corto casi insignificante, pero para Dahyun cada palabra parecía tener un peso demasiado grande. Lo que más la atormentaba era los ojos de Momo.

Existía algo en su mirada, algo que parecía un desafío o una invitación. Dahyun intentaba convercerse de que todo era un malentendido que ella misma había creado, pero las imágenes permanecían, grabadas como una cicatriz.

Pero Momo parecía cómoda, incluso relajada. Podía notar un leve rastro de satisfacción en su rostro, como si todo lo que hubiera hecho había sido con un próposito, uno que no sabía como descifrar. Y eso solo aumentaba el desconcierto en ella.

— Hoy terminamos de ajustar el baile del segundo acto, ¿verdad? — preguntó Momo rompiendo el silencio.

Dahyun parpadeo varias veces, regresando a la realidad.

— Sí. Necesito que trabajes en la entrada, tu postura aún necesita intención.

Momo asintió con seriedad, pero una leve sonrisa apareció en su rostro.

— Claro, profesora. Haré lo que sea para alcanzar su perfección.

El comentario tenía un tono ligero, casi jugueton, pero al mismo tiempo se sentía el filo oculto en esas palabras.

Perfección

La palabra resonó en la mente de Dahyun, como un martillo golpeandole la cabeza, la razón de tantas discusiones de su ex-marido. La perfección había sido su ancla y su condena; su ex-marido solía decirle que no podía seguir viviendo bajo las expectativas de los demás, pero era él el que no comprendía.

"La imperfección es lo que da sentido a todo. No puedes controlarlo todo"

Él no podía comprenderla y nunca lo haría porque no se dedicaba al arte, no podía entender lo hermoso de la perfección. 

— No se como lo haces — dijo de repente. Dahyun levantó la mirada, desconcertada.

— ¿A qué te refieres?

—  A manejar todo... los ensayos, la presión. Parece como si nada pudiera tocarte.

Dahyun frunció el ceño, buscando algún significado oculto en aquellas palabras.

—Solo hago lo que tengo que hacer. No es muy complicado.  

— ¿De verdad? Algunas veces parece que estas cargando con algo más que solo la coreografía 

Dahyun no respondió de inmediato. Aquello la había tomado por sorpresa, ¿acaso Momo había notado aquello? ¿Se podía dar cuenta de que estaba perdiendo el control? ¿Jihyo lo habrá notado también?

— Si quiero que las cosas salgan bien, tienen que salir a la perfección y eso no se alcanza sin un peso, sin sacrificar algo 

Momo se inclinó hacía adelante, sus ojos brillaban con una mezcla de curiosidad y desafío. El corazón de Dahyun se detuvo por unos segundos pues la cercanía que habían tomado no era lo que esperaba.

— ¿Y quién decide que es perfecto? 

 Dahyun le sostuvo la mirada, había algo en los ojos de Momo que le erizaba la piel pues parecía saber donde golpearla.

— Yo lo decido — respondió al fin, cada palabra parecía encadenarla más.

Momo se alejó de ella con un poco de sorpresa. — Eso explica muchas cosas...

Dahyun no podía evitar sentir que había perdido el rumbo de la conversación, era como si Momo estuviera descubriendo las grietas en las que había trabajado tan duro por esconder. La japonesa se levantó para dejar la taza en la cocina, Dahyun la siguió con la mirada. 

Había algo que la inquietaba en la forma de andar de la japonesa, parecía estar interpretando un papel hasta en los momentos más simples o era su forma de negar que estaba perdiendo el control sobre sus pensamientos.

Esa noche, los recuerdos parecían atacar a Dahyun constantemente; ¿en qué momento había empezado a romperse su relación con HyunWoo? No, eso no pudo haber sido en su matrimonio tal vez todo había comenzado en su noviazgo. Todo el mundo le decía que debía apoyarlo, darle más tiempo y comprenderlo a él pero, ¿dónde quedaba ella? ¿y sus sueños?

Tal vez fue por eso que deseo formar una familia, tal vez lo vio como una manera de salvar su relación pero la presión constante de quedar embarazada solamente la estresaba y más cuando se dio cuenta que las probabilidades eran bajas. Pero, ¿un bebé la habría ayudado a salvar su relación? No.

Y entonces, recordó esa madrugada donde vio a Momo.

La intensidad de los movimientos, la forma en que no apartó la mirada cuando se dio cuenta que estaba ahí, ¿Por qué nunca había podido sentirse de esa manera con HyunWoo? El sexo con él nunca había sido complaciente, ni siquiera le gustaba pero... ¿por qué Momo aparecía en sus sueños húmedos? 

Dahyun se levantó de la cama y camino hacía el baño, necesitaba algo que la ayudará a ordenar sus pensamientos. Pero todo lo que vio en su reflejo fue su propio rostro, cansado y lleno de preguntas sin respuestas.

¿Por qué esa escena, ese momento, la seguía como si fuera un fantasma?

Lo más importante, ¿por qué sentía la necesidad de que Momo la viera?

¿Teorías?