(17)
Sus padres solían decirle muy seguido que su inteligencia era algo de lo que debía sentirse orgulloso.
Cada vez que llegaba a casa con las rodillas mallugadas o algún que otro golpe en la mejilla por el trato brusco de algunos de sus compañeros de clases, su madre solía sentarlo en sus piernas mientras lo consolaba diciéndole que en un futuro tener aquel talento le ayudaría y terminaría compensando todos los malos ratos que le ocasionaba ser un niño prodigio en medio de un aula llena de crueles adolescentes.
Quizás todas las personas a su alrededor le subieron el ego al llamarlo "genio", con halagos y recompensas por su buen trabajo. Jeon Jungkook es lo que cualquiera llamaría un científico con un gran potencial, mas actualmente, él mismo no se cree capaz de razonar absolutamente nada con su jodido cerebro de maní.
Taehyung lleva cerca de dos horas encerrado en su habitación. Ha rechazado todos y cada uno de sus intentos de acercarse, incluso aquellos que venían con tentadores aperitivos y quizás Jeon Jungkook y la celebrada inteligencia de la que sus padres le dijeron que debía sentirse orgulloso estaban perdiendo dos a cero contra la testadurez del lobo de Kim Taehyung.
Había investigado en Internet todas las consecuencias que tendría romper el nido de un Omega y quizás Jungkook estaba perdiendo los nervios teniendo en cuenta que la menor complicación de todas sería un episodio de depresión.
Un Omega gestante era sumamente protector con el espacio que creía seguro tanto para él como para su cachorro y, según los artículos y sitios webs que llevaba media noche frecuentado, era extremadamente importante respetar dicho espacio y solo ingresar a él si contabas con el absoluto permiso del Omega.
Ajeno a toda esta información, había destruido el nido que Taehyung había creado con su ropa y era más que normal que el Omega no haya querido saber nada de él y que tampoco le hubiera permitido entrar a su habitación.
Se dejó caer en la cama, sintiendo el pecho apretado y la angustia de su lobo por la reciente situación. Hundió el rostro en la almohada, gruñendo en molestia cuando ninguna solución llegó a su cabeza y tenía que pensar algo, al menos que le permitiera hacer que Taehyung le abriera la puerta de la habitación o que comiera un poco antes de dormir.
Las feromonas pesadas se mantuvieron flotando en el aire, su aroma siendo más intenso en la cama, donde las almohadas y las sábanas permanecían y una idea cruzó su mente al instante.
Se incorporó con rapidez, tomando una almohada y la manta que usaba para cubrirse en las noches, saliendo apresurado de su habitación con ambas cosas en las manos.
Se detuvo frente a la de Taehyung, dejando un par de toques en la puerta y al igual que todas las veces anteriores, el silencio fue la única respuesta que obtuvo.
Volvió a insistir y esta vez un gimoteo se escuchó, seguido de un corto quejido y Jungkook se apresuró en hablar.
- Omega, tengo algo para ti. - Jungkook llamó, su voz temblorosa por los nervios; ansioso de que su idea funcionara. - Siento mucho haber roto tu nido, pero tengo algo para compensarte, ¿bien? Hagamos un trato. Tengo parte de mi ropa de cama conmigo, puedo dártela para tu nido si me prometes comer algo, ¿qué dices? - El silencio se mantuvo. - Es una de mis almohadas y la manta que uso para dormir, mi aroma en ellas es bastante fuerte así que pensé que te serían útiles para tu nido.
- Dos.- La voz amortiguada tras la puerta dijo, sorprendiéndolo y Jungkook pegó el oído a la madera para escuchar mejor. - Dos almohadas, quiero que sean dos. - El Alfa sonrió.
- Bien, buscaré otra almohada. Pero tienes que comer algo, ¿de acuerdo? - El Omega se mantuvo en silencio nuevamente. Jungkook lo escuchó murmurar un bajo "Sí" al segundo siguiente. - Entonces abre la puerta y toma primero estas, luego te traeré las otras y algo de comer.
La puerta se abrió despacio, el rostro del Omega mostrándose y sintió la culpa apoderarse de él al ver aquellos ojos verdes llorosos, las mejillas enrojecidas y la expresión entristecida.
Le extendió la almohada, luego la manta y vio a Taehyung aferrarse a ellas, con su aroma suave flotando entre los dos y si había logrado que el Omega cooperara con él, quizás podría encontrar una manera de que el lobo de Taehyung cediera el control nuevamente lo más pronto posible puesto que resultaba peligroso para el cachorro que este se manifestara por mucho tiempo.
- Vendré dentro de un rato, ¿okay? - La puerta se cerró apenas hubo dicho y Jungkook suspiró, girándose en sus talones para cumplir su parte del acuerdo.
No regresó hasta que tuvo una bandeja con algo de comida y jugo, con la otra almohada que Taehyung había pedido sostenida entre su cuerpo y su brazo mientras intentaba mantener el equilibrio de los recipientes sobre la superficie de metal que sostenía sus manos.
Flexionó la rodilla, dejando toques sobre la madera con esta y retrocedió un paso cuando la puerta se abrió, revelando el rostro ansioso del Omega, los ojos con irises esmeraldas yendo a la almohada bajo su brazo y Jungkook retrocedió otro paso cuando Taehyung se acercó a tomarla.
- Toma la comida primero, luego te daré la almohada cuando me muestres que comiste todo.
El Omega frunció las cejas, con el lobo en él gruñendo hacia el Alfa que no retrocedió en su posición, manteniéndose firme frente a él, sin la más mínima intención de entregarle una nueva adquisición para su nido.
- Solo quiero que comas algo, ¿lo harías? No es bueno para el bebé que te vayas a la cama sin comer. - Jungkook admitió y sus palabras parecieron ser incentivo suficiente para el Omega, quien asintió, tomando la bandeja de sus manos para adentrarse a la habitación.
Se abstuvo a sí mismo de espiar por el espacio libre que dejó Taehyung, recordando lo importante que era respetar su espacio, tener su permiso; no se permitiría a sí mismo el reincidir nuevamente en un error así.
- Alfa.
Su lobo se removió complacido en su pecho al escuchar a Taehyung llamarlo así, su parte instintiva retorciéndose en felicidad cuando el Omega se acercó, aferrando una de sus manos al borde de su suéter, mirándolo con brillantes ojos verdes.
- ¿Me das la almohada? - Preguntó bajito.
Y Jungkook sintió su cerebro derretirse cuando el mayor parpadeó suavemente hacia él en coquetería, con su aroma dulcificándose .
¿Acaso le estaba haciendo ojitos?
- Alfa, por favor. Mi almohada. - El lobo de Taehyung le pidió y el Alfa casi olvida que ambos tenían un trato.
- Me prometiste que comerías algo y que luego te daría la almohada. - Recordó y el Omega le hizo pucheros, luciendo disconforme con lo que se le decía y Jungkook sintió a su lobo removerse en su pecho, gruñéndole para que le diera al Omega todo lo que pidiera. - Aunque si me aseguras de que comerás algo, puedo dártela ahora, ¿qué dices? ¿Tenemos un trato?
Taehyung asintió, extendiendo su mano para que le entregara la almohada y Jungkook rió cuando, al instante de entregársela, Taehyung se escondió en su habitación nuevamente.
Al menos había logrado un avance. El lobo del Omega había aceptado comer y la seguridad de que lo haría por el cachorro lo dejaba tranquilo, por lo que se sumergió el resto de la noche en su investigación, revisando cada cierto tiempo la hora en el reloj sobre el escritorio del estudio.
Fue consciente de su alrededor cerca de las once de la noche, cuando escuchó a lo lejos la puerta de su habitación abrirse y mantuvo su sonrisa hasta que los pasos se escucharon rumbo al estudio, donde el aroma dulce se coló segundos después.
Jungkook no se sorprendió cuando escuchó la presencia tras el murmurar un bajo "Alfa", y ciertamente podría acostumbrarse a que Taehyung lo llamara de esa forma.
Jeon Jungkook es un hombre de ciencia, establecía su postura respecto a cualquier cosa basándose en hechos y pruebas verídicas, más aquella sensación fuerte que sacudía su cuerpo cada vez que el Omega se refería a él de esa forma era algo a lo que no le encontraba una explación objetiva o racional.
Se giró en la silla para enfrentar al Omega, quien traía un nuevo cambio de ropa por un estilo más holgado y sonrió al ver la pequeña curva del vientre cubierta por la tela suave de la camiseta.
- ¿Pasó algo? - Preguntó.
El color verde en los ojos ajenos aún persistía y ser consciente de que no era la parte racional de Kim Taehyung quien lideraba sus acciones en dichos momentos no lo privó de sonrojarse cuando el Omega se acercó, sentándose en su regazo.
Jungkook se tensó al instante, con el mayor sentado a horcajadas sobre él, abrazado de su cuerpo y con el rostro escondido en su cuello, donde la respiración caliente chocó, erizando cada vello de su piel.
- Supongo que ya no estás más enojado conmigo, ¿verdad? - Preguntó y se sintió como algo instintivo llevar las manos a la espalda ajena, deslizándolas en una suave caricias hasta sus caderas.
- No. - El Omega dijo, el movimiento de sus labios contra su cuello provocándole cosquillas al Alfa. - Quiero mostrarte algo, Alfa. Ven conmigo. - Le pidió, saliendo del escondite en el cuello del pelinegro, sus ojos enfrentándose y Jungkook sintió a su lobo gruñir complacido con la imagen somnolienta y tranquila que se mostraba ante él, todos los muros defensivos del Omega desapareciendo, el instinto en él interpretando aquello como una señal de confianza y aceptación.
- ¿Qué vas a enseñarme?
El Omega se levantó de su regazo y Jungkook sintió sus brazos extenderse, buscando alcanzar el cuerpo que se había retirado y pronto las manos ajenas tomaron las suyas propias, alándolo para que se incorporara del asiento y se dejó guiar por el Omega, la sorpresa invadiéndolo al ver donde se dirigían.
Se quedó de pie en medio de la habitación de Taehyung cuando este lo soltó, girándose a cerrar la puerta antes de volver a él y tragó en seco cuando con pasos rápidos ambos llegaron hasta la cama.
Observó al Omega, quien lo miraba fijamente como esperando que hiciera algo y miró luego el recién hecho nido, con su manta en el centro del círculo de su ropa y la de Taehyung mezclada, con uno que otro cojín fuera de este y en el centro, estaban las dos almohadas que había traído hacía unas horas.
Sopesó la razón por la que el Omega le estaba mostrando aquello y, teniendo en cuenta su anterior comportamiento, era más que obvio por qué el lobo de Taehyung le estaba mostrando su nido.
- Perdón por haberlo roto antes, te juro que no volveré a acercarme o tocarlo sin tu permiso. - Aseguró y, contrario a lo que esperaba, el Omega lo miró con la expresión molesta y las cejas fruncidas; como si aquello no fuese lo que quería escuchar de él.
Y no pudo contener la sonrisa al percatarse de que a lo mejor, aquel caprichoso lobo estaba en busca de halagos y no de disculpas.
- Es un nido muy bonito, es perfecto. Me encanta, Omega. - Aduló y los ojos de dicho Omega brillaron.
Jungkook observó con una sonrisa el rostro ajeno iluminarse; Taehyung se encogió en el lugar, luciendo avergonzado y con las mejillas rojas pero con una expresión contenta, el aroma dulce esparciéndose con rapidez por la habitación.
- Gracias. - El Omega le dijo, la felicidad iluminando aún más el tono esmeralda de aquellos irises y Jungkook rió enternecido con aquella reacción.- Alfa, ven, acuéstate conmigo.
Dicho Alfa se sintió congelar en el lugar, mirando el nido en la cama y luego al Omega ir a recostarse en él, acurrucándose en una de las almohadas y extendiéndole una mano en invitación.
-Tengo sueño, vamos a dormir. Duerme conmigo.
- No creo que sea correcto que yo...-
- Alfa tonto.
Escuchó al Omega farfullar, quejándose en voz baja antes de girarse dándole la espalda y Jungkook se mantuvo de pie junto a la cama, observando la silueta de Taehyung.
Jungkook siempre se percibió a sí mismo como alguien inteligente, el hecho de que quizás era el lobo del Omega quien le estaba pidiendo tales cosas frenándolo un poco al pensar que creería Kim Taehyung si retomaba el control de su mente.
Obviamente le exigiría respuestas de por qué estaban durmiendo juntos en su nido y él se vería en la necesidad de explicarle todo, dejando caer la culpa sobre el lobo de ambos y el embarazo del Omega.
Sí, podría hacer eso. Sería la excusa perfecta y ninguno tendría que cuestionar de más las cosas.
- Voy a acostarme ahora, ¿bien? - Pidió permiso, acercándose a la cama cuando vio al Omega permanecer tranquilo.
Y cuando se acostó sobre el nido de ropa, fue abrumante la sensación cálida que lo envolvió al sentir su aroma y el de Taehyung mezclarse en una sola fragancia.
El cuerpo frente a él se removió y Jungkook pronto tuvo al Omega acurrucándose entre sus brazos, aún de espaldas a él.
Taehyung tomó una de sus manos y la llevó a su vientre, colándola debajo de la camiseta y el Alfa de repente se vio a sí mismo recreando la posición de la cucharita junto al mayor.
Sus músculos se destensaron y se relajó junto a él, acomodándose para compartir la almohada de su lado con el Omega, amoldándose a su cuerpo hasta que estuvo cómodo.
- Alfa. - La voz ajena dijo en lo que parecía un suave ronroneo.
Jungkook sonrió, acariciando con suavidad la curva del vientre del Omega hasta escucharlo suspirar contento.
- Al humano y a mí nos gusta cuando nos tocas.
El lobo en Taehyung confesó y el pelinegro sintió su pecho comenzar a latir errático mientras la persona entre sus brazos bostezaba somnoliento, acurrucándose más y agitando su pobre corazón sin piedad alguna, que se mantuvo alterado incluso después de que el Omega se durmió relajado contra su cuerpo y hasta que el sueño poco a poco hizo presencia en él mismo.
Y quizás tanto Kim Taehyung como el Omega en él no eran muy conscientes de lo que su simple presencia provocaba en cierto Alfa.
Estaba demasiado ocupado sintiéndose tranquilo con el pelinegro sosteniendo y acunando su vientre con cuidado, teniendo solo presente de que había un mundo más allá de ellos dos enrollados en su nido cuando la molesta luz del sol se coló entre las ventanas.
Taehyung gruñó, sintiendo su cabeza doler y quizás el hecho de que su lobo se apropiara de su consciencia por tanto tiempo estaba empezando a ocasionarle malos ratos.
No se pudo levantar ni mover, tenía un brazo sobre su costado y una mano sobre su vientre, colada bajo la camiseta ancha y verse abrazado por el Alfa en medio de su nido provocó una descarga inmensa de catecolaminas a todo su cuerpo que terminó con él sintiéndose taquicárdico entre aquellos brazos.
Se giró para enfrentar al Alfa, quedando de costado frente a él. Taehyung sonrió al verlo dormir, con la mejillas aplastada contra la almohada y la boca semiabierta, roncando poquito y se sorprendió cuando vio al pelinegro quejarse entre sueños antes de atraerlo más cerca de su cuerpo, pegándolos hasta que la curva de su vientre les impidió más cercanía.
Suspiró bajito, con el corazón latiendo rápido y con el instinto erizando cada extensión de su piel antes de hundir el rostro en el pecho ajeno, inhalando el aroma fuerte.
Taehyung sonrió, dejando un rápido beso sobre la piel cubierta, acurrucándose más antes de murmurar bajito.
- Alfa.
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