(16)
Kim Soyeon es una mujer de muchas facetas. A sus veinticinco años de edad, Kim Taehyung creyó haberlas visto todas.
Desde la felicidad hasta la tristeza, añoranza, miedo, ira. Había vivido cada rasgo de la personalidad de su madre y podía lidiar con todas y cada una de ellas, menos con su decepción.
- Mamá...-
- ¿Cuánto tiempo tienes? - Ella le pregunta desde su lugar en el sillón individual de la sala, donde se sentaron a conversar.
Taehyung tiene el corazón apretado mientras la mira, los nervios enfrían cada vez más sus manos y siente la boca seca y el cuerpo tenso al percibir el aroma de la Omega acidificarse en una obvia representación de su malestar.
- En dos semanas cumplo los cuatro meses. - La mirada sorprendida de su madre va a él al mismo tiempo que deja escapar un jadeo. El brillo en aquellos amables ojos café desaparece y Taehyung agacha la cabeza,jugando con sus dedos. - Perdón por no decirte antes, mamá. Pasaron un par de cosas.
- Taehyung-ah. - Ella le dijo bajito, con la voz temblorosa y los ojos llorosos. - ¿Cuatro meses dices? Prácticamente estás en la mitad del embarazo y me entero ahora porque vine a visitarte sin avisar.- Ella reclamó. - ¿Es por eso que no has ido más a casa? Sé que tu relación con el abuelo no es buena pero nunca te ausentas por tanto tiempo. Me preocupé por ti y resulta que me estás ocultando todo esto.
- Tengo mis razones...- Se excusó, atreviéndose a mirar a la Omega. La tristeza en la expresión ajena lo hizo arrepentirse al instante.
- ¿Qué razones son esas? - Ella preguntó, sintiéndose afiligida. - Sé que eres un adulto y no tienes por qué decirme todo, pero es un embarazo, Taehyung. Vas a tener un bebé y sin importar las circunstancias en las que lo hayas concebido, tú y ese Alfa, es algo de lo que me gustaría formar parte.
- Es algo difícil de explicar y hay un par de cosas que no te he contado y que no creo poder decirte, no ahora, pero no quiero que pienses que es tu culpa que no te lo haya dicho antes. - Admitió, suspirando temblorosamente cuando su madre se levantó del sillón; yendo a sentarse junto a él en el sofá.
- Taehyung-ah, mi bebé. - Soyeon le dijo, tomando sus manos para dejar caricias sobre ellas, transmitiéndole calidez con el gesto. - Ese Alfa, es el mismo de la fiesta de beneficencia, ¿verdad? Para aquel entonces, ¿él y tú ya tenían algo? - Taehyung se sonrojó ante la suposición, sin tiempo de negar las palabras ajenas puesto que su madre pronto estaba preguntando. - ¿Él es la razón por la que no me habías dicho nada? ¿Están en malos términos con respecto al bebé?
- No, no es eso. Jungkook y yo queremos esto, ¿bien? Los dos estamos de acuerdo con tener el bebé, es algo mutuo. - Admitió bajito, sosteniendo las manos de la Omega. - No te conté antes porque es un embarazo de riesgo, no es seguro que llegue a término siquiera; por lo que quería que fuera un secreto, hasta que fuera algo más estable y...- La voz le tembló al final. - Perdón por no decirte antes, por favor, no era mi intención decepcionarte.
- Ay, Tae. Ven aquí, mi cielo. - Se dejó envolver por los brazos de su madre, hundiendo el rostro en el cuello ajeno e inhalando la suave esencia para calmarse.
Soyeon dejó suaves caricias en su cabello, buscando tranquilizarlo y Taehyung sorbió la nariz, sintiendo su pecho apretado.
- Eres lo más importante de mi vida y siempre me has enorgullecido. Nunca podrías decepcionarme, ¿okay? - Taehyung asintió, con el rostro escondido. - Tu papá ya no está, solo somos tú y yo, así que no me excluyas, ¿bien? Puedes contar conmigo para lo que seas que necesites y puedes estar más que seguro que adoraré a tu bebé tanto como tú lo harás.
- Perdón por no decirte.
- Puedes compensarlo diciéndome cuando es tu próxima consulta. Me gustaría ir contigo y ver a mi nieto. - Taehyung sonrió, incorporándose y pronto recibió caricias en su rostro. - Sólo si tú quieres, claro está.
- Sí, me encantaría. Hagamos eso. - El Omega dijo emocionado, sintiéndose mucho más aliviado que al inicio de su conversación. - Hablaré con Jungkook e iremos solo tú y yo. Podemos ir por ropa para el bebé después, almorzamos fuera y podemos ir al café cerca de la plaza y entonces...- Una risita de Soyeon detuvo el flujo continuo de las palabras que salían trastabilladas de su boca.
- Suena genial, Taehyung-ah; pero tampoco excluyas a tu Alfa, ¿de acuerdo? - El Omega se sonrojó, sintiendo la calidez de la vergüenza extenderse hasta las cumbres de sus mejillas.
Jeon Jungkook es el padre de su bebé, no su Alfa; y era algo que su madre debía saber. Más tarde, se lo diría más tarde.
- Jungkook-ssi puede acompañarnos si así lo desea. Aunque la verdad es que me gustaría tener una conversación con los dos acerca de qué tipo de relación tienen, ¿bien?
- ¿Puede ser otro día? - Su mamá sonrió, asintiendo con un gesto suave hacia él. - Gracias por entender. - Murmuró bajito.
- La verdad es que no entiendo mucho. Me has contado solo la punta del iceberg tras tu embarazo, pero entienda o no tus razones para hacer esto; eso no quiere decir que no vaya ha apoyarte. - Taehyung pronunció sus labios en un puchero.
- Te amo un montón. - Soyeon rió, acercándose a besar las mejillas de su hijo.
- Yo también te amo un montón. - Correspondió. - Pero creo que es hora de que me vaya ya a casa. Podemos hablar con más calma otro día. - Ella dijo, levantándose del sofá y pronto Taehyung la imitó, incorporándose.
- ¿No quieres quedarte a comer? Jungkook cocina delicioso y compré helado. - Soyeon negó.
- Otro día, ¿de acuerdo? - Taehyung asintió en acuerdo. - Taehyung-ah. -El aludido murmuró un bajo "¿Sí?", bajo la cálida mirada ajena.- Felicidades por tu bebé, mi niño. - Ella dijo, acercándose a abrazarlo con cuidado.- Serás un padre maravilloso, estoy segura.
- Gracias.
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A Jeon Jungkook nunca se le ha dado bien esperar, menos si se trata de algún asunto importante que incluye a su persona.
Tener a Taehyung y a la madre de este conversando en la sala de la casa lo tiene con los nervios de punta y si no fuera porque fue el propio Omega quien le pidió que lo dejara hablar a solas con la mujer, él ya hubiera bajado las escaleras e intervenido en dicha discusión.
No le resultaba agradable la idea de dejarle al mayor toda la tarea de explicar aquel asunto enredadizo que era su embarazo y más aún, si tenía en cuenta las circunstancias en las que el bebé había sido concebido.
Caminó de un lugar a otro en la habitación, con la ansiedad carcomiendo la calma que tiene normalmente en las noches junto a Taehyung luego de un pesado día en el laboratorio.
La sensación cálida que le provocó sentir al bebé moverse aún seguía tatuada en su tacto y si no fuera por la inesperada intervención de aquella Omega, él aún estaría deleitándose en la agradable emoción que le provocó sentir su cachorro.
El sonido apagado de una puerta cerrarse a lo lejos terminó por tensarlo. Se detuvo en seco, apresurándose a salir de su habitación y tenían que haber discutido, de lo contrario no habría sido capaz de escuchar aquello si no fuera un portazo.
Se fijó en el pasillo que conducía a las habitaciones, siguiendo con la mirada el recorrido que lo llevaba a la de Taehyung y el silencio en el lugar fue incentivo suficiente para dirigirlo hasta allí.
- Taehyung.
Dejó unos toques suaves al llegar, esperando en silencio una respuesta que nunca llegó y repitió la acción, obteniendo el mismo resultado.
Jungkook apretó sus labios, suspirando; al parecer aquella conversación entre el Omega y la madre de este no había salido bien.
- Voy a pasar, ¿de acuerdo? - No recibió respuesta, por lo que giró el pomo de la puerta, empujándola con suavidad hasta que la habitación del Omega se reveló para él. Se encontraba vacía y en ella sólo quedaba el fantasma del aroma del Omega.
Fuerte, tan fuerte y dulce que no necesitó inhalar profundo para que la esencia dulcificada le hiciera agua la boca.
Kim Taehyung olía delicioso, los suaves cambios modificados por el embarazo solo lo hacían más atractivo, erizando todo su cuerpo en instinto y quizás debía de salir de allí, antes de que aquel olor terminara por engatusar sus sentidos.
Sin embargo, antes de salir, captó con la mirada algo a lo lejos que llamó su atención.
Sobre la cama, a unos pasos de distancia; lo que parecía un distorsionado círculo blanco estaba en el centro del amplio colchón y Jungkook no lo pensó mucho antes de acercarse.
Tomó la prenda de encima de la cama, que se mezclaba con otras de diferentes colores y la sorpresa invadió su cuerpo al ver de lo qué se trataba.
Eran sus batas de laboratorio, Jungkook las tomó una por una, contándolas y allí estaban todas las que había perdido en las últimas semanas.
Observó nuevamente la cama, donde el círculo antes dibujado ya no estaba y luego se fijó en las batas en sus manos, sintiendo el pecho apretado de repente, como si estuviera ignorando algo.
- ¿Qué crees que estás haciendo? - La voz alterada y algo aguda de Taehyung lo sorprendió.
Se giró hacia él, enfrentando al Omega que lo miraba desde la puerta de la habitación, con sus ojos iluminados en un intenso verde, gruñéndole.
- Aléjate, Alfa.
Jungkook no reaccionó a tiempo, teniendo pronto a Taehyung encima, arrebatándole las batas de las manos para lanzarlas nuevamente en la cama.
El aroma ajeno se volvió espeso y pesado, el malestar del Omega flotando en el aire junto a las afligidas feromonas y lo escuchó lloriquear, dejando ir uno que otro sonido bajo y estrangulado parecido a un gimoteo.
- No puedo arreglarlo, lo arruinaste, ahora por tu culpa...- El Omega balbuceó incoherentemente, el lobo en él haciendo presencia.
Jungkook jadeó al recibir un repentino golpe en su pecho, seguido de un empujón que lo hizo retroceder, alejándolo de la cama.
- No podías tocarlo, no tenías mi permiso, Alfa.
Dicho Alfa tragó en seco, retrocediendo cada paso que Taehyung avanzaba hacia él.
- Pero mis batas estaban en...-
- No son tuyas, son mías. Estaban en mi nido, me pertenecen.
Jungkook chocó contra la puerta, su retirada siendo frustrada. La mirada llorosa y triste del Omega apretó su pecho, sintiendo a su lobo descontrolarse por el malestar ajeno.
- Vete.
- Lo siento. - Se disculpó, más la mirada severa que le regalaban aquellos ojos verdes no vaciló. - Actué sin pensar, si lo hubiera sabido no las...- La puerta tras él se abrió y Jungkook se tambaleó cuando el Omega lo empujó fuera de la habitación. - De haberlo sabido no las habría tomado, yo...-
- ¡Cállate, Alfa tonto! - Jungkook parpadeó sorprendido cuando Taehyung le cerró la puerta en la cara, sintiendo el pecho oprimido por la reciente angustia percibida en el Omega.
Era algo contradictorio, se suponía que debía cuidar del estado de Taehyung, evitar aquellos momentos en los que su lobo tomaba el control, pero ahí estaba él, desbaratando el jodido nido.
Bien, Jeon Jungkook. Eres un crack empeorando las cosas.
Caminó hasta su habitación, tomando su teléfono y quizás la ayuda de un profesional sería útil en estos casos.
Esperó y esperó, insistiendo un poco más de lo que normalmente haría con una persona con la que no tiene tanta confianza y en su tercer intento, Park Jimin le respondió con la voz agitada.
- ¿Jungkook-ssi? - El Alfa murmuró extrañado al otro lado de la línea. - ¿Sucedió algo? ¿Pasó algo con Tae y el bebé? - Jimin le preguntó, con el tono de voz asustado y Jungkook se apresuró a responder, buscando no alterarlo.
- Algo así. Uhm, él me gritó y se veía muy agitado. Yo...en una escala del uno al diez, ¿qué tan grave es que haya deshecho sin querer el nido de Taehyung? - Preguntó. Park Jimin jadeó escandalizado al otro lado de la línea y Jungkook supo que lo había arruinado todo en proporciones catastróficos.
- Del uno al diez. ¡Quince! ¡¿Cómo se te ocurre?! - El otro Alfa casi gritó, no tardando en añadir. - Joder, es que tienes el cerebro enorme por gusto. Todos saben que un nido es el lugar seguro de cada Omega, esté gestando o no. Los construyen como una fortaleza contra cualquier amenaza, es instintivo; y tú vas y lo desbaratas. ¡Loco!
- ¡Es que no sabía! - Se excusó. - Es la primera vez que veía uno, no tenía ni la más mínima idea de como eran. Solo vi la ropa que había perdido y la tomé sin pensar.
- Joder, Taehyung debe estar pasándola terrible. Sobre todo su lobo. - Jimin supuso con pesar. - Muchas personas hoy en día no le dan tanta importancia a cosas como los nidos, pero quiero que imagines un lugar en el que te sientas a salvo, donde vayas cada vez que sientes que no puedes más y que todo te sobrepasa. Y luego imagina que alguien más lo encuentra y lo destruye.
- Oh mierda...
- Sí. Oh mierda, esa es la idea. - Jimin le dijo con seriedad, Jungkook sintió su garganta cerrarse. - Haz algo al respecto antes de que todo el asunto del nido pase a mayores.
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