(14)
- ¿No creen que van demasiado rápido? ¿Taehyung y tú? - Jungkook detuvo sus acciones ante las palabras ajenas.
Se giró, desviando la mirada desde su armario hasta la figura de su amigo, sentado sobre la cama, a un lado de las prendas que debía empacar.
- ¿A qué te refieres? - Preguntó y la sonrisa en los labios del Omega delató que aquello a lo que se refería no debía tratarse de un asunto serio.
- Me refiero a que se conocieron hace unos meses, entonces decidieron tener un hijo juntos, le donaste tus espermatozoides al hombre y unas semanas después te vas a vivir con él. - Confesó con una risita, girándose a tomar uno de los suéters sobre la cama, comenzando a doblarlo despacio. - ¿Qué será lo siguiente que harán, mhm? Tengo curiosidad. Su boda, ¿tal vez? - Jungkook se sonrojó hasta las orejas y la carcajada de HoSeok resonó estridente en la habitación.
- No puedo con tu lógica, así que solo te daré por incorregible. - Murmuró, centrándose nuevamente en escoger la ropa. Detrás de él, HoSeok bufó audiblemente.
- Oh vamos, sabes que tengo razón y por eso me ignoras. Un científico de tu nivel no debería ignorar la verdad, Jungkook-ah. - El Omega le dijo y Jungkook no pudo evitar rodar los ojos, caminando hasta la cama con un par de pantalones.
- Tu verdad está basada en incongruencias. - Refutó.
- Ya, pero eso no quita que sea verdad, ¿o sí? - Jungkook arrugó las cejas, intentando ignorar los comentarios que lleva escuchando desde media tarde y pronto la camiseta que estaba doblando se le fue arrebatada, sus ojos enfrentándose a los oscuros del Omega. - Te gusta. - Acusó.
- No lo hace.
- Entonces, ¿por qué te vas a vivir con él? - Jungkook se mantuvo en silencio por unos segundos.
- Es por el bebé. - Murmuró, arrebatándole la camiseta para guardarla sobre la maleta en la cama. - Y solo serán unas semanas, hasta que el estado de su lobo se normalice o el malestar de Taehyung mejore un poco. Lo más lógico sería tenerme cerca teniendo en cuenta que soy el padre de su cachorro. - HoSeok rodó los ojos, dejándose caer en la cama con dramatismo.
- No entiendo como puedes usar "lógico" y "soy el padre de su cachorro" en una misma frase cuando tu relación y la de Taehyung-ssi es un tanto...peculiar.- Jungkook lo miró curioso y el Omega se apresuró en añadir. - No todo tiene una explicación o una razón lógica, ¿sabes? Hay algunas cosas que solo son instinto y ya, como el hecho de que te guste un sabor de helado en específico o por qué prefieres el verano antes que el otoño. No todo es ciencia, Jungkook-ah.
- Hobi Hyung, se te están yendo de las manos tus teorías conspirativas. - El aludido sonrió, levantándose de un pequeño salto de la cama.
- Tal vez. - El Omega se encogió de hombros, dejando unas palmaditas en la espalda de Jungkook. - Cuida bien a Taehyung-ssi y al bebé ahora que van a vivir juntos. Cocina algo saludable para él, ¿de acuerdo? - Jungkook asintió.
- Lo haré.
HoSeok salió de la habitación con pasos lentos, casi arrastrando los pies. Jungkook se centró nuevamente en su tarea cuando escuchó la puerta de la habitación del Omega cerrarse a lo lejos. Observó la hora en el reloj de pared en una de las esquinas de la habitación; faltaban cerca de treinta minutos para que la hora que había acordado con Taehyung llegara y todavía no ha empacado ni la mitad de sus pertenencias.
Su estancia en la casa del Omega no sería prolongada, solo estaría el tiempo suficiente para que todo se normalizara así que no debería llevar tanta ropa como la cantidad que estaba empacando.
Siempre podía volver por más al apartamento que compartía con HoSeok cuando lo necesitara; pero Jungkook no podía evitar sentirse responsable; le había dicho a Taehyung que se apoyarían mutuamente durante todo el proceso del embarazo así que empacó más y más ropa.
Y quizás era demasiado; Hoseok se lo confirmó cuando al despedirse de él unos minutos después le preguntó si no tenía pensado volver al apartamento de nuevo.
Volvería, en su momento.
Jungkook se mantuvo atento todo el camino, siguiendo las indicaciones del GPS para llegar a la dirección que se le fue dada unos días atrás y la esperada zona residencial de enormes propiedades y jardines extensos nunca llegó, en su lugar, varias casas con un típico aire familiar se erguían a cada lado de la carretera. Se percató que habían muchos parques alrededor, algunos con pequeñas áreas para los niños y se topó con una que otra escuela de la que pequeños cuerpecitos salían de la mano junto a sus padres.
Su corazón revoloteó, pensando que dentro de unos meses esa sería su vida, con un bebé que estaría siempre allí, que dependería de él, a quien llevaría y por quien esperaría en la puerta de una escuela. Un bebé que nacería, crecería y lo llamaría papá. A él y a Taehyung.
Detuvo el auto cuando la voz monótona del GPS le indicó que había llegado a su destino. Salió del interior, revisando la fachada de la casa que se mostraba ante él, con un amplio jardín con el olor característico del césped recién cortado, un enorme roble a uno de los costados mostrándose imponente junto a la propiedad que lucía más grande que las que había pasado hace unos minutos.
Sacó su maleta del interior, arrastrándola mientras caminaba con pasos lentos y la mirada curiosa sobre los alrededores. Quizás juzgó mal, pero supuso que Taehyung viviría en una de esas mansiones ostentosas o en algún penthouse de un afamado hotel de Seúl. En su lugar, la edificación provocaba en él una sensación agradable y hogareña, cálida.
Estaba pintada de un suave color crema, suponía que debía de tener dos pisos y un ático por lo que veía desde afuera y había un jardín lleno de flores bien cuidadas, que le daban un aspecto agradable a la entrada de la casa.
Subió la escaleras del porche, deteniéndose a mirar unos segundos el columpio de metal lleno de cojines de distintos colores en una de las esquinas antes de tomar un suspiro y dejar tres toques seguidos en la puerta.
Contuvo la respiración los segundos que transcurrió frente a la puerta cerrada, con el corazón golpeteando fuerte en su pecho, nervioso. Sus manos sudando como la primera vez que puso un pie en Heal Corporations.
Pronto se escucharon unos pasos rápidos, seguidos del sonido de la cerradura cediendo y cuando la puerta se abrió, los orbes color miel del Omega le dieron la bienvenida.
- Hola. - Taehyung lo saludó y su voz se escuchaba baja, casi un susurro. - Te estaba esperando, ven, pasa. - Se apartó de la puerta, abriéndola aún más para el Alfa, quien avanzaba con pasos lentos hacia el interior, arrastrando la pesada maleta. - Oh. Espera, déjame ayudarte con...- Se calló cuando escuchó un sonido bajo y rasposo salir de entre los labios de Jungkook.
- No puedes cargar cosas pesadas. - El pelinegro le reclamó y Taehyung parpadeó despacio, analizando lo que acababa de suceder.
- ¿Acabas de gruñirme? - Preguntó con una risita y un casi imperceptible sonrojo se extendió por las mejillas del Alfa, enterneciendo a Taehyung. - No tendremos una buena convivencia si desde que llegas ya estás gruñéndome, ¿sabes? - Bromeó, cerrando la puerta una vez que Jungkook estuvo dentro.
- Perdón, no fue intencional. - Se disculpa, buscando rastro de molestia en la expresión ajena, pero Taehyung solo le está sonriendo, con la mirada un poco brillante.
Su cabello castaño cae en hondas rebeldes sobre su frente, lleva un abrigo morado que luce esponojoso y pantalones anchos negros. Taehyung luce hogareño, sencillo, sin esos trajes hechos a medida, sin la postura erguida que usaba para caminar por los pasillos de la empresa y Jungkook no puede evitar pensar lo bonito que se ve así.
- ¿Cómo te has sentido? - Pregunta curioso y el Omega se encoge de hombros, murmurando que se sentía regular, porque si bien Taehyung vomitó en la mañana como si se tratase de la peor resaca de su vida, en esos momentos no se sentía para nada mal.
- Ven, te daré un tour por la casa. - El Omega ofrece y Jungkook olvida su maleta en la sala, siguiéndolo por todo el lugar, atento a las decoraciones y los detalles en el interior.
Se entretiene con la voz suave y profunda de Taehyung, atento a sus palabras y a las indicaciones que se le están siendo dadas,en la forma en la que las caderas del Omega se mueven cuando camina, en lo rosados que lucen sus labios y el gesto repetitivo que tiene de morderlos después que sonríe.
Es un patrón, se encuentra a sí mismo identificándolo.
Comentario, sonrisa, mordida. Algo sobre que habitación de la casa prefiere, sonrisa de dientes blancos, lengua sobre los labios y mordida. Otra risa, mordida.
Es como un coqueteo y Jungkook solo tiene que acercarse y entonces morder, morder y morder...
- Entonces, ¿cuál prefieres?
El Alfa parpadea, sintiendo como si le arrebataran el mejor sueño que ha tenido en la semana y Taehyung no puede evitar sonreír, esta vez es su lengua la que humedece sus labios y Jungkook traga en seco.
- ¿O te gustaría probar, a ver si son tan buenos como lucen? - El Omega le dice y de pronto, Jungkook olvida que necesita respirar.
¿Probar? ¿Su boca?
Joder, sí, por favor. Gracias.
- Sí, me encantaría. Yo...- Balbucea, haciendo reír a Taehyung, quien luce sereno junto a él y quizás está malinterpretado las cosas. Jungkook entrecierra sus ojos antes de preguntar - ¿Exactamente, qué es lo que tengo que probar?
- Los colchones. - Le dice con obviedad y en qué jodido momento comenzaron a hablar de colchones. - Hay dos de las habitaciones de huéspedes que puedes utilizar, pero los colchones son diferentes y estaba preguntándote si querías probarlos antes o solo escogerás la habitación que más te guste y ya. ¿O eres quisquilloso con esas cosas?
- No, yo...no. Cualquier habitación estará bien. - Taehyung asintió a sus palabras y Jungkook lo siguió escaleras arriba, trayendo su maleta consigo cuando pasaron por la sala.
- Escogí este cuarto porque tiene un pequeño estudio. - El Omega le dijo, abriendo la puerta para él, acercándose a abrir otra de las puertas en el interior de la habitación, revelando otro espacio mucho más pequeño dentro. - Pensé que quizás sería de tu agrado, por si algún día necesitas trabajar aquí. - Confesó. - Pero si quieres podemos ver la otra habitación. - Jungkook negó al instante.
- Está será perfecta. - Afirmó, mirando los alrededores. - ¿Tiene un baño propio? - Taehyung asintió.
- Es la puerta de la derecha. Y la que está en el otro lado junto a la del estudio es un closet. - Contó, jugueteando con sus dedos antes de decir. - ¿Ya has comido algo? Puedo pedir algo para el almuerzo, si quieres comer aquí o...¿tienes planes o algo?
- Deberías comer comida casera. - Jungkook murmuró en su lugar, levantando con algo de esfuerzo la maleta para dejarla sobre la cama. - Dame unos quince minutos para desempacar y preparo algo para los dos. ¿Estaría bien para ti? - Taehyung apretó los labios, luciendo apenado.
- No tienes que tomarte tantas molestias, puedo comer cualquier cosa...- Refutó bajito, relajando los hombros cuando vio al Alfa sonreírle.
- Estoy aquí para ayudarte a mejorar, ¿bien? Para cuidarte. - Confirmó, logrando que las mejillas ajenas enrojecieran. - Así que no es ninguna molestia para mí, ¿de acuerdo? - El Omega asintió despacio. - Entonces, ¿me esperas unos quince minutos?
- Sí, está bien.
- ¿Algo en especial que quieras comer?
- ¿Algo en especial que se te de bien preparar? - Preguntó en su lugar y Jungkook pensó la respuesta unos segundos.
- Se me da muy bien la pasta. - Taehyung sonrió hacia él.
- Entonces, pasta será.
Media hora después, confirma que definitivamente a Jeon Jungkook se le da de muerte cocinar pasta.
Enrolla el tenedor alrededor de los fídeos, pinchando unos de los trocitos de salchicha que el Alfa dejó en su plato y un gemidito bajo de felicidad escapa de sus labios.
- No mentías cuando decías que la pasta es tu especialidad. - Taehyung halagó, apresurándose en devorar otro poco más del contenido de su plato bajo la atenta mirada del Alfa.
- Gracias.
Jungkook sonrió y Taehyung le devolvió el gesto como pudo, con las mejillas llenas de comida y era un alivio que la presencia del Alfa anulara mágicamente las terribles náuseas que le impedían disfrutar de más mínimo bocado.
- Aquí, ten.
Dejaron otro par de salchichas junto a unos tomates en su plato y miró al Alfa con ojitos brillosos, sintiéndose un poco culpable de apoderarse indirectamente de la comida ajena y Jungkook se rió de su expresión, apoyándose en el asiento,
con la mirada perdida en algún punto de su rostro y Taehyung se congeló al percatarse de que se trataba de su boca.
Masticó despacio, tragando con un poco de dificultad antes de preguntar.
- ¿Pasa algo? - Le preguntó y el Alfa solo negó, con la mirada aún sobre su boca y Taehyung apretó un poco los labios, ganándose la atención del pelinegro con aquel gesto.
- Sólo estaba pensando...- Jungkook le dijo y su voz se escuchaba baja, mucho más grave que el usual timbre que el Alfa utilizaba para hablar y no pudo evitar apretar los cubiertos en sus manos, esperando sus próximas palabras. - Estaba pensando en que...realmente me gustaría mucho si el bebé heredara tus labios, tienes una boca muy bonita, ¿sabías?
Taehyung dejó ir el aire, sintiendo sus mejillas calientes y a su lobo revuelto en su pecho, totalmente complacido con el reciente halago por parte del Alfa, alterando su creciente mar de hormonas y quizás, en lugar de calmar, Jeon Jungkook parecía estar allí para hacer un caos de su vida.
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