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- Pareces un personaje sacado de "The Walking Dead". - Taehyung miró con cejas alzadas a Jimin al escuchar su comentario. Sonrió hacia Yoongi cuando el Omega se acercó a dejar un poco de té, no tardándose en darle un sorbo que sentó de maravilla a su estómago.

- ¿A quién me parezco? ¿Al sheriff? - Cuestionó y Jimin bufó una risa, acercándose a robarle una de las galletas que Yoongi había dejado para él.

- No, a un zombie. - El Alfa confesó y Taehyung rodó los ojos ante el intento fallido de broma, respirando despacio mientras tomaba la bebida caliente. - Luces como si fueras a morirte y todavía te faltan siete meses y medio. - Taehyung ignoró sus palabras, sus ojos fijos en el té. - ¿Ya le contaste a tu mamá? ¿Qué hay de tu abuelo? - El Omega se tensó con la pregunta.

- Aún no le he dicho nada, a ninguno. - Admitió, dejando la taza sobre la mesita. - Quiero esperar un poco, que pase un tiempo y que sea más seguro, ¿sabes? Quizás en el primer trimestre o cuando comience a notarse, mamá no se enojará y el abuelo...supongo que se mantendrá tranquilo respecto a los asuntos de Heal durante el tiempo que dure el embarazo.

- ¿Tienes miedo de que puedas perder el embarazo? ¿Es por eso que no le has contado nada aún a tu familia? - Jimin preguntó, recibiendo el cuerpo de Yoongi entre sus brazos. Taehyung asintió despacio, con la mirada sobre sus manos. - Te estás cuidando mucho, las posibilidades de que pierdas el embarazo...-

- Sé que no son altas las posibilidades de que ocurra, Jungkook me explicó todo, pero tampoco es seguro que logre llegar a término y no quiero ser pesimista al respecto pero he tenido bastantes decepciones hasta el momento. Esta vez ilusionarme sería mucho más doloroso y no sé, pero no creo poder sobrellevar perder al bebé. Me destruiría por completo que después de anhelar tanto a alguien de repente no esté y...- Se tragó sus próximas palabras, sintiendo cada sílaba atorarse junto al nudo en su garganta.

- Taehyung-ah. - La voz de Yoongi lo llamó con suavidad, su mirada topándose pronto con una ligera sonrisa en los labios del mayor, una sonrisa que buscaba transmitirle tranquilidad. - Es cierto que existe la posibilidad, pero la ley de la atracción existe. Los buenos pensamientos atraen buenos momentos, así que no pierdas la fe ni en ti ni en tu bebé antes de tiempo, ¿de acuerdo? Nos tienes a todos nosotros, también está Jungkook, así que todo estará bien. Todo saldrá bien. - Taehyung sonrió un poco.

- Gracias, Hyung. Lo tendré en cuenta. - Murmuró, comprobando la hora en su reloj. - Tengo que irme, gracias por el té y las galletas. Nos vemos la próxima semana en el hospital, Jiminie. - La pareja se levantó, acompañándolo hasta la entrada y obtuvo dos abrazos como despedida, uno mas cuidadoso que otro. Una sonrisa amplia adornando sus labios cuando Jimin acarició su vientre con cuidado.

- Sé que aún eres muy pequeño, pero por favor pórtate bien con tu papá y deja que retenga algo de lo que come para que no parezca un zombie ¿de acuerdo? Sé que eres hijo de Kim Taehyung, pero no seas caprichoso. - El Alfa pidió, haciendo reír a los Omegas. - Nos vemos pronto, cachorro. Cuida a papá. - Su mirada fue desde el vientre hasta el rostro del Omega. - Cuídate mucho, Taehyung-ah. Y no pienses en que ocurrirá lo peor, ¿bien?

- Lo prometo. - Musitó, con la garganta apretada.

El malestar que llevaba semanas manteniendo debido al embarazo empeorando aún más su estado emocional y sabía que iba a ser difícil, pero no estaría de más cinco minutos de calma. Estaba tan agotado y de repente todo a su alrededor se sentía demasiado.

Los olores fuertes, el sabor de la comida, la temperatura; distintas cosas coincidían empeorando su estado y haciendo que fuera difícil soportar el ajetreo del día a día.

Se apoyó contra la pared del elevador, cerrando sus ojos el par de segundos que duró aquel repentino mareo y pronto la saliva amarga acompañada de náuseas se unió a la tríada que anunciaba el inicio de otro vómito.

Jungkook le dijo que todos los embarazos eran diferentes y tenían sus propias particularidades, pero quería saber si todas las personas gestantes habían llegado al punto de sentirse tan mal o solo se trataba de un efecto secundario del suero que el Alfa había creado.

- Buenos días. - Una voz saludó cuando las puertas del elevador se abrieron nuevamente, permitiendo el acceso a una chica que le sonrió antes de marcar el mismo piso al que él se dirigiría. Taehyung sonrió hacia ella, devolviéndole el saludo con la voz baja y débil. - ¿Te encuentras bien? - Ella le preguntó y era algo común que todos le preguntaran cómo se sentía en las últimas semanas y si pudiera, solo respondería una cosa.

Cansado, está tan cansado.

- Estoy bien. - Mintió, viendo como la chica arrugaba las cejas en obvio desacuerdo al verlo blanco como una hoja de papel y Taehyung la vio rebuscar en el pequeño bolso que llevaba, extendiéndole un caramelo al cabo de los segundos.

- Es el único que me queda, espero que te ayude a recuperar algo de color. Estás más pálido que el Conde Drácula. - Ella admitió, sonriendo cuando el Omega aceptó la golosina, desenvolviendo el caramelo con dedos torpes y pronto el sabor dulce a uvas invadió su paladar, enviando un gusto agradable a su estómago.

- Muchas gracias. - Murmuró antes de masticar el pequeño caramelo, triturándolo con los dientes antes de cerrar sus ojos unos segundos, esperando que desaparecieran las centelleantes luces de colores que invadían su visión. Taehyung tragó en seco, sintiendo su cuerpo estremecerse en un fuerte escalofrío que lo hizo jadear y pronto sus oídos comenzaron a zumbar, en un fuerte pitido que le impidió escuchar cualquier otra cosa a su alrededor.

- Hey...- La voz preocupada de la chica se escuchó lejana, siendo opacada por el pitido en sus oídos y Taehyung se dobló, apoyándose en sus rodillas cuando su cuerpo se sintió débil y decaído, sus extremidades totalmente acalambradas, con los músculos tensos que se negaban a acatar sus órdenes. - Oh Dios Mío, ven. Apóyate en mí.

Se sentó en el suelo del elevador, su visión borrosa dando vueltas y pronto las paredes metálicas se cernieron sobre él, tornando su aliento errático al sentirse apresado. Fijó su vista en el suelo blanco del elevador, sintiendo su pecho enfriarse cuando un par de gotas rojas cayeron una tras otra. Jadeó asustado, llevando su mano hasta su nariz donde se sentía húmedo, inspeccionando el color rojizo que manchaba sus falanges una vez que las alejó.

Sangre.

Estaba sangrando.

- Sé que es difícil, pero necesito que me digas si padeces de alguna enfermedad que pueda estar ocasionándote esto. Soy doctora y puedo ayudarte hasta que llegue la ambulancia, la acabo de llamar y el hospital en el que trabajo está cerca de aquí. - La voz suave se coló por sus oídos, pidiendo respuestas mientras que Taehyung solo podía pensar en una cosa.

- Cachorro...- Murmuró, perdiendo cada vez más el control sobre su cuerpo. - Mi bebé, no puedo perder...-Intentó decir, sintiendo como unas manos lo envolvían antes de que todo se tornara negro.

(...)

Sus pulmones ardían, al igual que los músculos temblorosos de sus piernas mientras corría lo que restaba de distancia. Acomodó los anteojos una vez que llegó, apresurándose en invadir la visión de una de las enfermeras tras el pulcro mostrador lleno de papeles y el nombre salió de entre sus labios casi de forma inconsciente.

- ¿Kim Taehyung? - Preguntó jadeante, con su corazón latiendo errático contra sus costillas y observó a la menuda mujer rebuscar algo en su celular con tranquilidad, quebrando los pocos estribos que quedaban en él.

- Haeri-ah, hay un Alfa preguntando por Kim Taehyung. - La enfermera murmuró al auricular, asintiendo varias veces a la información que se le estaba siendo dada por teléfono y Jungkook contuvo la respiración los segundos que le tomó a la mujer volver a hablar. - La doctora Jung vendrá en unos segundos, por favor, espere allí. - Le indicó unos asientos a lo lejos, donde un par de personas estaban esperando y Jungkook apretó los labios para contener el gruñido atascado en su garganta.

- No pregunté por la doctora Jung. - Murmuró entre dientes, la tranquilidad en la mujer empeorando aún más su estado de nervios. - Quiero saber cómo está Taehyung. Exijo que me diga cuál es su estado y el de mi cachorro. Ahora.

- Le repito que la doctora que atendió al señor Kim vendrá a explicarle todo lo que desea saber acerca del estado de su Omega y su cachorro, así que le pido por el momento, que tome asiento, espere y mantenga la calma. - Los nervios de Jungkook se crisparon, su aroma tornándose ácido y pesado.

- ¡No me pida que mantenga la calma cuando...!-

- ¿Jungkook-ssi? - El aludido se giró al escuchar su nombre, la imagen de una chica aproximadamente de su edad acercándose con pasos rápidos hacia donde estaba, evitando que soltara los mil y un horrores que pensaba gritarle a la enfermera. - Gracias por venir tan rápido, mi nombre es Jung Haeri, soy la doctora que atendió a su Omega. - Se presentó y Jungkook sintió su garganta cerrarse.

- ¿Cómo están, los dos?

- Su bebé está bien, es un cachorro fuerte. - Aseguró. - Pero por otra parte Taehyung-ssi está un poco débil. Estaba junto a él en el elevador de mi edificio cuando perdió el conocimiento, al llegar al hospital lo hidratamos porque parece no haber estado alimentándose bien y lo más seguro es que los vómitos del embarazo hayan contribuido a que terminara colapsando. ¿Sabe si se ha estado alimentando correctamente? - Jungkook apretó los labios, negando.

- No tenemos ese tipo de relación,  nosotros no estamos juntos, es...-

- ¿Complicado? - Haeri terminó por él y Jungkook asintió despacio. - No se preocupe, lo llamé porque era el contacto de emergencias del señor Kim, así que suspuse que debían tener una relación cercana. - Ella confesó. - Me gustaría su ayuda con algo. En estos momentos Taehyung-ssi se encuentra despierto pero no es él mismo. - Jungkook arrugó las cejas.

- ¿A qué se refiere?

- Su lobo tomó el control. - Los ojos del Alfa de abrieron amplios ante la declaración. - No es algo de lo que deba preocuparse, es común que ocurra en los Omegas gestantes cuando se sienten en peligro pero lo que sí no es normal es que conserven este estado por tanto tiempo. Su lobo aún tiene el control y no nos permite acercarnos. Prácticamente se arrancó el abordaje por el que le estábamos administrando la hidratación, lastimándose en el proceso, pero no deja que nadie entre a la habitación e intentar cedarlo para curarlo no sería la mejor idea teniendo en cuenta su embarazo. - Admitió con una mueca de preocupación en el rostro. - Me preguntaba si podría intentar hablar con él, convencerlo al menos de que curemos el brazo que se lastimó al arrancarse el abordaje y que coma algo antes de que colapse nuevamente por fatiga. - Jungkook asintió varias veces hacia la doctora.

- Lo intentaré, lléveme con él.

Sus manos estaban frías mientras seguía a la muchacha por los pulcros pasillos, su corazón golpeteando con insistencia contra su pecho y los pensamientos negativos revoloteando como mariposas en su cabeza. ¿Sería un efecto provocado por el fármaco que había creado, el que Taehyung perdiera el control sobre su lobo?

El género secundario con el que cada uno nacía era algo inherente a la persona, como una segunda naturaleza atada a ti de la que no podrías desprenderte, una que en ocasiones se manifestaba como una segunda personalidad pero que no se apoderaba de tu conciencia por demasiado tiempo. Que Taehyung estuviera pasando por algo como eso, ¿sería su culpa?

- Es aquí. - Haeri señaló a una habitación y Jungkook apretó las manos a sus costados, sintiéndose nervioso. - Su lobo debe reconocerte como el padre de su cachorro y lo más probable es que se relaje más a tu alrededor, pero si no es el caso, en cuanto vea que está alterándose o identificándolo como una potencial amenaza para el bebé, le recomiendo que salga de allí, ¿de acuerdo? - Jungkook asintió.

- De acuerdo. - Aseguró, viendo a la chica alejarse al cabo de los segundos y tomó una amplia respiración antes de girar el pomo de la puerta.

Taehyung estaba sentado en medio de la cama, con el cabello y la ropa del hospital enmarañada. Su antebrazo derecho estaba lleno de sangre, al igual que las sábanas celestes de la cama y parte de su ropa. Jungkook sintió a su lobo revolverse en su pecho, gruñendo al ver el estado del Omega y en cuanto abrió más la puerta para ingresar a la habitación, toda la atención de Taehyung se volcó en él con una rapidez abrumadora, haciendo que se detuviera en seco en el lugar.

El color miel al que estaba acostumbrado en los ojos del Omega no estaba, siendo sustituido por un fuerte tono de un verde esmeralda, con la mirada brillante y atenta mientras recorría la figura del Alfa, el reconocimiento reflejándose en el rostro ajeno en forma de un lloriqueo y un par de mejillas rojas que hizo que el pelinegro diera unos pasos más hacia adelante, con su lobo exigiéndole que se acercara al Omega, invadido por sentimientos de protección, con las ganas de envolver el cuerpo ajeno y marcarlo con su aroma hasta que Taehyung oliera complemente a él, desde sus cabellos despeinados hasta la punta de sus pies descalzos.

- Alfa...

Taehyung murmuró, casi en un ronroneo y Jungkook sintió su cuerpo responder al llamado, todo en él resumiéndose al más puro instinto cuando musitó.

- Omega.

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