-No puedo creer que estos dos...-Yokozawa sentía que le vibraba la ceja del enojo.

-Se estén haciendo tan cercanos.-Takano, a su lado, estaba más cansado que molesto.

El editor en jefe ya quería irse a casa, era tarde por la noche y solo quería llegar, tirarse en su cama y entrar en un coma inducido por el cansancio y el exceso de trabajo, pero luego de recibir una llamada por parte de Yokozawa, tuvo que dar vuelta atrás en su auto y regresar por el tonto que tanto amaba.

-Vengan, vengan.-Kirishima sonreía como tonto mientras les indicaba a ambos que se sentaran junto a ellos. Onodera estaba acostado sobre la mesa al lado de un montón de cervezas que Takano esperaba no se hubiera tomado él solo, o si no, el mareo sería el último de sus problemas mañana.

Yokozawa había llegado a la casa de Kirishima para quedarse a dormir, luego de las constantes súplicas y llantos falsos en los que se envolvía para hacerse la víctima cuando Hiyori no estaba. La niña se había ido de viaje a donde sus abuelos y, aunque Kirishima estaba contento de que su hija pasara tiempo con ellos, se sentía solo y se enfurruñaba en pasar tiempo a solas con Yokozawa, incluso en contra de la voluntad de este último.

Pero no pensó que todo esto fuera una estúpida artimaña para juntarlos a los cuatro bajo un mismo techo.

-¡Que venga ni que nada!-Yokozawa se arrodilló frente a Kirishima y le arrebató la cerveza de la mano.-Ya tomaste suficiente, santo cielo.-

-¡Claro que no, apenas estamos empezando!-Kirishima logró rodearle los hombros al menor y lo empujó a sentarse juntos, Yokozawa apretaba los dientes de la rabia.

Takano observaba todo con diversión, su amigo trataba de luchar con todas sus fuerzas contra Kirishima y aunque se hacía el molesto, se notaba que le gustaba la cercanía.

-Mmm...-Onodera volteó la cara sobre la mesa y miró hacia su jefe.

-¿Por qué siempre tienes que exagerar cuando bebes?-Dijo mientras se cruzaba de brazos.

Onodera desvió la mirada y sus mejillas se colorearon de un leve tono rojizo. El pequeño palmeó el lugar a su lado, en una clara invitación para acompañarlo. Takano suspiro y se sentó.

-¡¿Pero qué haces, Masamune?!-Replico Yokozawa mientras trataba de alejar el rostro sonriente de Kirishima de sus labios.

-¿Acaso no quieres saber de qué hablan esos dos cuando están juntos? Me molesta.-Takano se inclinó ligeramente hacia adelante para susurrarle esas palabras a su amigo.

-Hey, hey, hey.-Kirishima le dio un leve empujón en el hombro.-Este hombre.-Señaló a Yokozawa.-Esta conmigo, respeta.-Takano levantó las manos en son de paz y se alejó. Yokozawa juro que haría pagar a Kirishima por eso.

-¿Qué hacían aquí?-Pregunto el peliazul, rindiéndose ante el abrazo chueco de Kirishima.

-¡Beber, beber y beber!-Levanto la botella de cerveza y la meció en el aire, haciendo salpicar levemente el contenido sobre todos.-¡Como los peces de Belén!-De repente, empezó a tararear la tonada del villancico en algo que Yokozawa solo pudo llamar como locura de borracho.

El vendedor apretó los dientes con fuerza mientras trataba de quitárselo de encima, mientras Takano se encontraba perdido observando a su subordinado.

-¿Te diviertes?-Echo hacia atrás todo el cabello que le tapaba la vista de esos hermosos ojos verdes, algo perdidos e idos, pero igual de hermosos.

Onodera sonrió, asintiendo lentamente. Takano suspiro al verlo, estaba demasiado enamorado de esa sonrisita bonita.

-¿Y esto no lo podemos hacer tú y yo?-Señalo hacia sus acompañantes.-Solos los dos, sin ese silencio incómodo que finges ignorar.-Puso su mano sobre su sonrojada mejilla y lo acaricio levemente con el pulgar.

-Es diferente...-El hilo de voz de Onodera apenas era audible por encima de las quejas de Yokozawa.

-¿Qué es diferente?-

-Kirishima-san es... Kirishima-san.-Comentó con obviedad.-Y Takano-san es... bueno, Takano-san.-

-¿Y eso en qué nos diferencia?-Se inclinó ligeramente sobre él, lo suficiente como para llamar la atención del padre y hacer que soltara a Yokozawa.

Onodera frunció el ceño, irritado de tener que contar algo que era obvio para él.

-Pues, tú sabes, no me hagas decirlo.-Hipo al final de la frase y volteó el rostro, incapaz de seguir sosteniéndole la mirada.

-No, no sé, por eso pregunto.-Takano se acercó y se inclinó del otro lado, haciendo enrojecer aún más a Onodera cuando sus narices se cruzaron.-Dime, quiero saber.-

El menor se echó hacia atrás, sintiendo como su espalda pegaba contra la del pelinegro. Estaba cubierto y en territorio enemigo.

-Cállate.-Cerró los ojos.-Me haces sentir incómodo.-

-¿Ah sí?-Takano se inclinó aún más sobre él, sintiendo el calor que emanaba su cuerpo por encima de la ropa.-¿Y por qué cierras los ojos y abres los labios? Parece que quieres un besito.-

Onodera se sorprendió a sí mismo al darse cuenta de su expresión suplicante. Enseguida trato de alejarse pero la mano sobre su cintura estaba firmemente pegada a su cuerpo.

-¡Beso de cuatro!-Grito Kirishima de repente, asustando a Onodera e irritando a Takano por haberlo interrumpido.

Lee el ambiente.

-No lo creo.-Respondió Yokozawa de inmediato, frunciendo aún más el ceño.

-Buuuh...-Kirishima apoyó su barbilla en su hombro.-Venga, ¿si? Después de todo, los únicos que faltan por besarse somos Onodera y yo, ¿no?-Yokozawa alargo su boca en una mueca para después golpearlo en la frente.

Kirishima rodó por el suelo mientras aferraba sus manos a su frente palpitante.

-¡No se vale!-Golpeo la mesa con fuerza.-Takano-san es guapo y tiene tu edad, me da rabia, todos te quieren robar de mí.-Agarro una cerveza y la tomó de golpe.-¡El idiota del ascensor, la pendeja del subterráneo y tu antiguo amor!-

-Pero que estupideces dices...-Yokozawa sentía el comienzo de un nuevo dolor de cabeza.

-Eso es mentira.-Respondió Onodera, levantándose con ayuda de su jefe.-Takano-san no quiere robarse a Yokozawa...-Cerro los ojos cuando sintió un besito sobre su cabello castaño. Yokozawa rodó los ojos.

-Aunque tampoco le hace falta, Masamune siempre estuvo rodeado de mujeres desde que lo conozco...-El pelinegro le dedicó una mirada de advertencia.-Muy mujeriego.-

Ritsu pareció recobrar fuerzas de repente, más que dispuesto en hablar mal de su jefe.-¡Eso es verdad, eso es verdad! Cuando estudiábamos, era todo un fuckboy, todo misterioso y a las chicas les encantaba eso.-Takano se sonrojó ligeramente al escucharlo, alargando su boca en una mueca y apretándole la cintura.-Tengo problemas en casa, no me hablen, soy muy misterioso y nadie puede comprenderme.-Onodera frotó su mejilla contra la del avergonzado pelinegro, una sonrisa surcaba su rostro de oreja a oreja y el olor a borracho desprendía de cada parte de su cuerpo.

-Pero era mi fuckboy, ¿verdad que sí?-Takano fue empujado ligeramente hacia el suelo hasta terminar con el castaño sobre su cuerpo.

El pelinegro trato de alejarlo pero cuando los labios de Onodera estuvieron sobre los suyos, no pudo evitar corresponderle. Takano recorrió el cuerpo del menor lentamente mientras sus lenguas se enredaban y los dejaban sin aliento. Cada roce y toque lo invitaba a más, sus manos estaban inquietas por tocarlo, pero los observaban, así que se contenía.

-Solo hazlo.-Onodera agarro las manos sobre su cintura y las colocó sobre su trasero, impidiendo que el pelinegro refutara al distraerlo con el suave movimiento entre sus labios.

Takano apretó ligeramente su trasero, consiguiendo un pequeño gemido por parte de Onodera. Era tan suave y, aunque el olor y el sabor a alcohol era prominente, el sutil aroma del menor lo envolvía.

-Hey, Masamune, tú no estás borracho como para estar dejándote llevar.-Dijo Yokozawa con sus brazos cruzados sobre su pecho y su típico ceño fruncido.-Si van a follar, hazlo en otro lado.-

-Que envidia.-Kirishima tomó un sorbo de su bebida mientras sus ojos se desviaban ligeramente hacia Yokozawa, quien lo ignoró magistralmente.

-¿Eh?-Takano se levantó ligeramente con ayuda de sus manos para observar a su amigo, dejando de lado a Onodera que parecía muy entretenido besándole el cuello.-Sí, sí, es verdad.-Le dio unas palamaditas al menor sobre su espalda y trato de levantarlos a los dos.

Definitivamente debía llevárselo a otro lado o si no aquella molestia entre sus pantalones lo obligaría a tomarlo en casa ajena.

-¿Qué?-Onodera rodeó su cuello y le dirigió una mirada despectiva a Yokozawa.-¿Celoso?-

La estruendosa risa que soltó Kirishima solo hizo enojar aún más a Yokozawa luego de escuchar tal comentario. 

-Hey, hey, hey.-Kirishima levantó las manos entre los dos sin quitar su sonrisa.-Si vamos a hablar de eso, Yokozawa tuvo sexo con los dos.-El mayor hizo unas tijeras con las manos, logrando enojar ligeramente a Onodera.-Te va ganando, por eso digo que debemos besarnos y coger entre nosotros dos, así estaremos a mano.-Alargó su brazo hacia el menor pero Takano lo alejo.

-Sí, ese chiste ya no me está gustando, Kirishima-san.-Apretó el ardiente cuerpo de Onodera contra el suyo, frunciendo el ceño. El castaño suspiro al sentir la fuerza con que lo atrapaban, dejándose envolver por el aroma de su jefe.

-A mí tampoco.-Apoyó Yokozawa, suspirando al ver la expresión estúpida que le daba su pareja.

-Prometo que soy mejor que Takano.-Yokozawa rodó los ojos.-¿Verdad que sí, Takafumi?-

-No voy a responder a eso.-

-Jeh...-Kirishima empezó a picotear la mejilla de Yokozawa, en una molestia constante e irritante que solo encendía aún más su enojo.-¿Y quién es mejor, Yokozawa o Onodera? Yo estoy seguro que Yokozawa, escucharlo gem-...-

-Te estás pasando.-Yokozawa se apresuró en taparle la boca.

Kirishima alejó su mano de un manotazo, sorprendiendo a Yokozawa.

-¿Qué? ¿Te me vas a poner delicado por eso? Ustedes dos.-Señaló a Yokozawa y a Takano, su aura desinteresada y amable había desaparecido.-Tuvieron sexo muchas veces, ¿y ahora se ponen sensible porque pregunte? ¡Quiero saber!-Apretó los puños.-¡Me da tanta rabia!-

Yokozawa lo observó con los ojos entrecerrados, ¿acaso era idiota?

-Estás borracho...-El vendedor frotó su frente con sus dedos, el dolor de cabeza estaba en su apogeo.

-¡Yo soy mejor!-Grito Onodera de la nada, asustando a los presentes y acunando entre sus manos el rostro confundido de su jefe.-¡¿Verdad que sí?!-

-Ah...-Los cristalina mirada de Onodera era una amenaza sutil pero efectiva contra Takano.-Claro, para mí, tú eres mejor.-Yokozawa suspiro al ver a su amigo dejarse llevar tan fácilmente por esos dos.

-¡¿En serio vas a salir con esas, Masamune?!-La sonrisa de satisfacción de Onodera lo estaba molestando.

-¡¿Ah?! ¡¿Qué te importa si es mejor que tú?!-

-¡¿O sea, que si es mejor que yo según tú?!-

-Oooh, ¿te vas a dejar?-Kirishima soltaba algunas leñas al fuego.

-¡Pues si así estamos, perdóname pero tú no eras el mejor, eras muy brusco!-

-Es.-Corrigió Onodera, cerrando sus brazos alrededor del cuello del pelinegro.-Sigue siendo muy brusco.-

-No me ayudas.-Dijo Takano mientras le acariciaba la cabeza para que se durmiera de una vez.

-¡Oooh, yo sabía que soy mejor que tú!-Kirishima levantó los brazos en señal de victoria.

-¡No pues, perdóname que no haya tratado de ser considerado con el tipo con el que me acoste por despecho!-Golpeo la mesa y se levantó para encarar a Yokozawa.-¡Y no por amor!-

Todos en el lugar guardaron silencio y se sumieron en un ambiente incómodo. Yokozawa desvió la mirada y cubrió su rostro con su cabello.

-Ah...-Takano se echó para atrás, se dejó caer a un lado del borracho Onodera y tapó su boca con su mano.-Perdóname, eso estuvo de más.-

-Un poco, sí.-Yokozawa apretó sus brazos contra su pecho. Ya no le dolía, eso era verdad, la herida que Takano le hizo había sanado hacía mucho, pero escuchar una verdad que siempre trato de negar de los labios de su amigo lo afecto más de lo que creía.

-Perdón, Yokozawa, no quería lastimarte.-

-Está bien, yo también me pase, discúlpame.-Ambos callaron y, aunque el ambiente se aligeró, el silencio era algo asfixiante.

-Bueno entonces.-Kirishima dio un fuerte aplauso.-¿Y si me beso a Onodera como compensación?-

Y la pelea empezó de nuevo.

Me va a tocar narrar una pesadilla de Takano en donde ve a Onodera y Kirishima cogiendo.

Necesitamos nivelar las cosas.

Cambio y fuera mis amigos. Aquí Todoroki19.