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🍦23 - Tired

Jimin suspira y mueve las manos de nuevo hacia arriba para sostenerse.

El vapor de la ducha y los movimientos de ambos provocan que sus brazos caigan constantemente y a duras penas le da tiempo a acomodarse de nuevo sosteniendo los hombros del alfa.

Cuando lo logra sonríe satisfecho pues el alfa está besándole el cuello y susurrando obscenidades que harían a una puta abochornarse.

¿Quien diría que su perfecto mejor amigo amante de los libros lo follaría en la ducha sin permitirle tocarse, mientras le embiste y le susurra cochinadas?
Joder, no se puede confiar en nadie.

—¿Te gusta ahí? —le pregunta Yoongi y Jimin gira los ojos hacia atrás mientras asiente.

¿No ha sido suficiente prueba la cantidad de veces que lo han hecho en el plazo de veinticuatro horas? Sinceramente Jimin ha llegado a pensar que uno de los dos está en celo o algo así, porque no habría motivos para tanta necesidad por el otro.

Así, al despertar esa mañana, el alfa lo tomó sin darle tiempo a nada y luego lo cargó hasta el baño donde volvió a follarlo contra la encimera. Tomaron el desayuno en la cama y él tuvo el impulso de chupar a Yoongi pues siempre había tenido curiosidad sobre porqué a los omegas le parecía gustar tanto hacerlo.

Sorpresivamente, era mas caliente de lo que sospechó nunca y amó el sabor del alfa en su boca. Mala cosa.

Vieron una mala película en Netflix y terminaron besándose y frotándose sin ropa en un extremo del sofá.

Y ahora estaban aquí.

La ducha caliente hervía sobre su piel, o quizás era el propio Yoongi que hervía. Mas caliente que nada que Jimin conociese, con su olor a madera ardiente y llamas flamantes. Tocándole por todas partes, sin restricciones de ningún tipo, y haciéndole sentir chiquito e indefenso. 

Como si no tuviera potestad alguna sobre lo que hacen.

Y Jimin sabe que eso es mentira. Sabe que podría pedir detenerse y que Yoongi, su Yoongi, sería suave y amable con él. Saldría de él, lo arroparía en toallas y le peinaría los cabellos hasta hacerlo dormir. Porque Yoongi no lo está forzando a nada.

Pero, ¿está mal que el simule que sí?

¿Está mal que, pese a amar al Yoongi suave que da besitos, también ame al alfa que le embiste contra el cristal? Ama sentirse pequeño con él tanto como ama sentir que Yoongi tiene el control.

Puede que Yoongi le haya jodido la cabeza o, simplemente, es con Yoongi con quien se siente exactamente como deben de sentirse los omegas.

Porque confía en que no va a hacerle daño y, justo por eso, puede dejarse hacer a su antojo.

—Mas. —pide, ruega, bajito, solo para el oído de otro.

Yoongi hizo un sonido entre asentimiento y gruñido y comenzó a moverse mas rápido y fuerte dentro de él. El cristal de baño está vibrando a sus espaldas pero el golpeteo contra su próstata es tan bueno que a penas y puede pensar en lo que hace o dice.

Se deja hacer y tocar y besar por el alfa. Le recibe con gemidos a cada estocada y, por si quedan dudas, le muestra el cuello constantemente.

Y es que es adictivo. Todo ello, incluso cuando el nudo se forma y Yoongi maldice porque aun no logra controlar eso y sigue anudándolos en lugares incómodos.

De pie contra una cortina de cristal es, ciertamente, un lugar terrible para anudarse.

—Es la segunda vez que te anudo en el jodido baño. —se queja el alfa, acariciando su espalda y sosteniéndolo contra su pecho para no tirar de su unión mucho mas abajo. —Perdóname, ¿sí? No sé como carajo controlarlo aún. Mi lobo solo..., continúa haciéndolo.

Jimin no va a quejarse.

En el fondo, desea que Yoongi jamas aprenda a controlarlo y siga anudándolo cada vez que lo tome, sin importar que luego tengan que salir chorreando el agua hasta la habitación y que, muy probablemente, arruinen las sábanas.

—No me molesta, alfa tonto. —murmura cuando siente a Yoongi recostarlos en la cama. El alfa se acomoda entre sus piernas y resopla molesto por tener que aplastarlo. —Eso solo dice cuánto me quiere tu alfa. Tu lobo realmente me quiere para él.

El alfa suspira y olfatea todo su cuello de manera remolona. Su voz suena expuesta y en carne viva cuando jura “No tienes idea de cuanto quería esto.”

Jimin sonríe, se abraza a la espalda del mayor y los pega aún más. No se siente restringido ni falto de aire. El peso del alfa sobre él se siente correcto y cómodo, protector.

Se duerme antes de que el nudo baje por completo y olvidan el almuerzo.

Despiertan en la misma cama, sin ropas y oliendo al otro. Por primera vez en veinte años Yoongi se siente completo. Por primera vez en diecinueve, Jimin comprende esas cosas que leyó en sus novelas y de las que su padre habla.

Ruedan en la cama y se buscan, hambrientos del otro. Hacen al amor lento, entre besos. Se susurran tócame, bésame, córrete. Se dice te amo entre gritos y Yoongi vuelve a anudarlos, esta vez Jimin está encima y ninguno puede dormirse.

Se cuentan secretos el uno al otro. Yoongi quiere contar las pequeñas pecas claras que hay en sus mejillas y Jimin quiere llenar el rostro ajeno de besos.

Los dos se salen con la suya y, cuando el nudo baja, van a la cocina y se atiborran de ramen y bollitos de mermelada de moras. El omega exige compartir helado y, aunque está repleto, Yoongi le consciente el deseo.

Llevan el pote de postre hasta su habitación y le buscan nuevos usos. Yoongi prefiere devorarlo directamente del omega y Jimin prefiere sentirlo escurrirse entre los dos cuando Yoongi lo folla contra el colchón.

Los labios del alfa saben a vainilla y, definitivamente, es su nuevo sabor favorito.

[[...]]

—La sábana es insalvable.

Jimin levanta la vista del teléfono y se ríe al ver al alfa intentando desdoblar el pegotes de telas. Hay manchas de dulce por todas partes y, lo que no está cubierto de postre, está lleno de ciertas otras cosas.

Mucho de esas otras cosas.

Bueno, en fin, habrá que seguir adelante sin esas sábanas porque Jimin no piensa arrepentirse de haber hecho que Yoongi se corriese, ni de haberse corrido él.

Nunca. Jamás se arrepentiría de volverse un desastre por el toque de su hyung.

Aunque, ahora que está satisfecho y sexualmente saciado, piensa que quizá debió medirse en casa de TaeHyung.

¿Sofá de tu mejor amigo para perder la virginidad? No tan buena idea.

—¿Qué dices de comida china? Te juro que los rollitos de huevos son la mejor cosa que he comido. Y hacen una sopa de res para morirse. —exclama Yoongi desde alguna parte del departamento. —¿Te animas? Podemos ir, no está lejos.

—A penas y puedo cerrar las piernas. ¿Como quieres que vaya a algún lado?

Yoongi vuelve a la habitación, trae el cabello hacia atrás, todavía húmedo de la ducha, y un suéter de cuello alto de color azul.

Jimin no será un novio pegajoso. Nope. No. Jamás.

—Uhm, ven aquí y bésame. —pide estirando los brazos y se ríe cuando ve al alfa trotar hacia él. —¿Por qué eres tan guapo? ¿Umh? ¿Podrías ser guapo y bueno y buscar la cena para los dos mientras tu herido novio reposa su maltratado trasero?

—No está maltratado. Yo sería incapaz de hacer algo que tu no quisieras y, por lo que recuerdo, estabas perfectamente feliz con lo que hacíamos. —se defiende Yoongi, dejando un beso sobre su frente. —Pero si..., si quieres quedarte a remolonear en la cama mientras yo salgo a por comida, bueno, ¿qué se le va a hacer? Nunca has sido muy laborioso, de todas formas.

—Te odio. —lloriquea segundos antes de tomar las mejillas del alfa y bajarlo hasta poder besarle. —Usa un gorro y abrígate bien. Te amo. Tráeme galletas de la fortuna o no tendrás mas besos, Min Yoongi.

Diez minutos y quince besos después, Yoongi sale por la puerta del departamento y Jimin se decide a encender su teléfono.

Tiene muchas llamadas de sus padres, muchas de JungKook y un solo mensaje de TaeHyung.

TaeHyung:
¿Como mierda se te ocurre coger en mi casa, Kim Jimin?

Oh, Dios.

Jimin siente sus mejillas mas rosas que nunca y se muerde el labio porque no quiere gritar. Vale. TaeHyung es su mejor amigo, seguramente lo entenderá. Él solo debe ser sincero al respecto.

Jimin:
Lo siento.

TaeHyung:
¿Lo sientes? Había lubricante en mi sofá. Lubricante.

TaeHyung:
Mis padres creyeron que era mío. Creen que lo hice con tu hermano en la sala. ¿Entiendes cuan grave es eso?

Jimin:
.

Jimin:
Lo siento Tae,
lo siento mucho.

TaeHyung:
Ay, olvida eso. ¿Como estuvo? ¿Te hizo sentir bien? ¿Se mueve bien? ¿La tiene grande? ¿Te anudó? ¿La tiene grande? 😄

Jimin:
😡

Jimin:
Preguntaste por su tamaño dos veces. ¿Qué mierda está mal contigo? 😒
Es mio. 😤

TaeHyung:
Eso es que no 😂😂😂😂

Jimin:
Para tu información, es grande. Pero no vamos a hablar de medidas porque NO QUIERO QUE ME DIGAS CUÁNTO LE MIDE A MI HERMANO POR FAVOR.

TaeHyung:
Vein-... Oh, está bien. No te digo. Seré discreto con eso porque te respecto, eres mi bestie. -tiuno. 😜

Jimin:
Te odio.

TaeHyung:
Cojiste en mi sofá, me lo debes.

TaeHyung:
Supongo que estás con él ahora. Estuve súper tentado a decirle a tu hermano que estabas ahí pero me contuve. Tus padres están perdiendo los nervios, por cierto.

Jimin:
Mañana iremos allá.

TaeHyung:
Pues prepárale una armadura a tu Romeo. Mis suegros quieren lincharlo y usar su cadáver descompuesto como abono para tomates. Sobre todo NamJoon-ssi.

TaeHyung:
Tu hermano se huele algo. Sospecha que estás con Yoongi, me mira raro. Seguro también quiere golpearlo.

TaeHyung:
Diablos, hasta yo quiero golpearlo. No como lo perdonaste tan fácil.

Oh, joder.

Jimin cerró la conversación y soltó por completo el teléfono. En toda la bruma no había pensado en sus padres o su hermano.

Y no es que odiaran a Yoongi. Al menos Jin no lo odia del todo. NamJoon sí. Lo detesta y es un alfa jodidamente intimidante y Jimin tiene que pensar seriamente en como decirle su decisión.

Quizás debería aprovechar y, de paso, contarle que encontró a su destinado pero que le va a ignorar porque está irremediablemente enamorado de Yoongi.

No quiere ni pensar en sus padres al enterarse de eso.

Imagina que Jin va a gritar y llorar y que NamJoon lo llevará de viaje a algún lugar con agua y que se sentarán a hablar hasta que él cambie de opinión.

Quizá deba esperar a contarle. Unos años, cinco al menos, y que Yoongi ya le haya marcado. Sip. Mejor esperar para contarle.

—¿Sabes que haces muchos gestos cuando piensas? —irrumpe la voz del alfa, haciéndole casi caer del susto. —Es tierno, pero en serio haces muchos movimientos. Como si discutieras en tu cabeza.

—Lo hago. —afirma con un puchero. —Yah, ¿como llegaste tan pronto?

Yoongi se encoje de hombros y deja las  bolsas con el emblema de dragón sobre su escritorio.

—Te dije que estaba cerca. —recuerda. —¿Bajamos a cenar o quieres que sea aquí?

—No, mejor bajamos. —definitivamente no quiere que el olor a salsas y carnes arruine la perfecta atmósfera que ha logrado crear en la habitación. Pese a dolerle, se arriesgará a las escaleras. —Podemos seguir viendo la película, después.

El alfa le dio una mirada incrédula y asintió, acercándose a él. —¿Puedes ir solo o debo llevarte en brazos, su majestad?

—En brazos está bien, plebeyo. —murmura Jimin en broma.

Yoongi lo hace, sin embargo.

Y es un poco sorpresivo pero, pese a lo delgado que se ha vuelto, todavía parece capaz de llevarlo. Lo sostiene entre sus brazos y baja las escaleras sin apuro, como si Jimin no pesase nada.

—Hy-hyung..., ya bájame. ¡Estoy pesado! —se quejó, golpeando suave el pecho del otro.

Yoongi gruñó. —No, no lo estás. Estás muy delgado. Demasiado.

Con un giro, el alfa lo colocó sobre la isla de la cocina y depositó un beso sobre su frente.

—Espera aquí, voy a por las bolsas. No-te-bajes.

Jimin puchereó inconforme pero obedeció al alfa puesto que, en las condiciones en que estaba su cuerpo, lo último que necesitaba era saltar desde donde estaba. Sus pies ni siquiera estaban cerca de tocar el suelo y se molestó bastante al notar que, probablemente, se debía a su estatura.

Joder.

Tenía muchas cosas para pensar y, sin embargo, no pudo hacerlo cuando vio al alfa volver. Posiblemente era una vista normal para cualquiera pero, para Jimin, era la mejor de las vistas.

¿Podía alguien culparlo?


[[...]]

La mañana siguiente Jimin despierta con las manos heladas de Yoongi bajo su sueter. El alfa se mueve en sueños y se pega incontrolable a él en busca de calor. Olfatea entre sus cabellos y gruñe posesivo, y Jimin no puede evitar compararlo con un gatito gigante.

—¿Alfa? —pregunta despacio, acariciando la mano que abraza su cintura, sin querer que se mueva. —¿Despertaste?

—Hueles bien. —musita Yoongi, enterrando su cara en su cuello y gimiendo gustoso por el olor dulce que desprende el omega. —A mi, a ti, a increible y dulce.

—Creí que solo lirios.

—No. —niega el alfa, besando por sobre sus hombros.  —Siempre oliste a algo mas para mi. Como..., maravilloso y mio. Siempre tan maravilloso.

—¿Tuyo?

—Umh. —asiente, bajando la mano y acariciando el muslo al que puede acceder. —Te sientes mio, también. Como muy, muy mio.

—Será que mi celo está cerca. —dice el omega y siente la forma en que el alfa casi le asfixia por lo estrecho que lo abraza.

No puede ver la cara de Yoongi, pero está seguro que sus pupilas deben estar dilatadas. Puede escucharlo gruñir, sin embargo.

—¿Qué tan cerca?

—Menos de un mes. —susurra. —Dos semanas, si se adelanta por tu presencia.

Hay un silencio pesado y la duda flota entre ellos hasta que el alfa se atreve a expresarla.

—¿Vas a dejar que te ayude?

Es casi tonto, mas Jimin no se ríe porque la inseguridad del alfa no es motivo para bromear. Se gira, sin salir del abrazo, y mira los ojos oscuros del otro.

Yoongi se ve frágil de nuevo y él sólo odia, odia, esa imagen.

Quiere golpear al alfa y luego golpearse él porque es injusto que ellos llegaran a esto. 

—Solo si tu quieres. —sugiere, mirando a Yoongi por debajo de sus pestañas. Siente su cara tornarse rosa, y aroma a excitación y lubricante filtrándose por el cuarto. —Si lo deseas tanto como yo, entonces sí. Voy a dejarte cuidar de mi en mi celo.

—Imini, dios. —pronuncia Yoongi, mirándole con una mezcla de adoración y pánico. —Joder, te quiero. Quiero hacer eso, tanto, tan mal. —la mano en su cadera baja y los dedos se adentran en la suave curva de su trasero. Ya está húmedo allí, por dios. Jimin respira dentro y fuera, porque Yoongi sigue hablándole. —Te amo y quiero todo. Quiero hacerlo todo contigo, todo.

Jimin no se explica cómo, pero el alfa está de nuevo contra su espalda. Su dureza presionando inconfundiblemente contra él y el aliento cálido en su oreja.

—¿Puedo tomarte? Aquí, seré suave. —promete, casi demente. —Muy bueno para los dos, te lo juro.

—No, alfa. Estoy sucio. —dice intentando alejarse. Las manos de Yoongi no lo dejan. —Seguro huelo a sudor y..

—Hueles a nosotros, a mio..., déjame hacértelo de nuevo. Ven.

A penas y tiene tiempo para inclinarse y ya hay dos dedos del mayor tocando su entrada en busca de estirarlo. No hace tantas horas que lo hicieron, pero su cuerpo ya está apretado como la primera vez y Jimin se retuerce ante la intromisión.

Yoongi lo toma así, y luego lo voltea sobre sus manos y rodillas y se empuja en él hasta que Jimin solo distingue alfa, amor, mío, y llora contra las sabanas por la sobre estimulación.

Toman una ducha juntos y Yoongi gruñe y patalea cuando le ve limpiarse a fondo. Jimin talla y enjabona hasta que solo queda una fina capa del olor del alfa sobre su piel.

El alfa lloriquea, de hecho. —Ya no hueles tanto a mi. No es justo que tengamos que salir así.

—Sí lo hago, aún huelo muchísimo a ti. Lo que ya no huelo es a semen. —chilla. —No vamos a casa de mis padres conmigo oliendo a tus fluidos corporales, Min Yoongi. Olvida esa idea.

—¿A qué vamos a ir? Tus padres me odian, con toda la razón.

—No, no tienen razón. —discute él, acercándose. —Pero no tenemos que contarles todo, ¿sí? Lo único que debe de importarles es que estoy feliz y contigo, y que no pienso dejar de lado mis sentimientos por ti nunca.

Y, como predijo TaeHyung, los padres de Jimin no se toman a bien ver al alfa.

En un inicio parecen aliviados al ver que Jimin se encuentra bien y sano pero, tras el alivio, Jin encoleriza rojo fuego por la presencia de Yoongi.

NamJoon parece serio como estatua, mas su tranquilidad dura segundos cuando siente el aroma del trigueño sobre su hijo. Entonces gruñe posesivo, y su propio aroma lo abarca todo empujando al alfa a salir de su territorio.

Yoongi no lo hace.

Yoongi se ve pequeño y apenado y todos los presentes quedan sin respiración cuando le ven arrodillarse frente al alfa mayor. Tiene la mirada baja y las manos hacia adelante.

Jimin quiere que se ponga de pie de inmediato, pero no hace nada. Sabe que, aunque no quiere que Yoongi continúe hiriendo su propio orgullo, el orgullo de su padre también está herido. 

Es una costumbre en desuso por lo humillante que era considerada para los alfas.

Que Yoongi fuese capaz de hacerlo por él le apretaba el pecho dolorosamente.

—¿Qué significa esto? —gruñó su padre hacia Yoongi. —¿Estás arrepentido ahora? ¿Es eso?

—Sí, señor. —dijo Yoongi, con fuerza.

—Bueno, eso no soluciona una mierda. Hiciste infeliz a mi hijo, ¿entiendes eso? Lo hiciste miserable por meses, jodido todo, por más de un año. —maldijo NamJoon tensamente. —¿Tengo que aceptar que él es un cabeza hueca y que ya te perdonó? No tengo que aceptar eso. No tengo que darte a mi hijo y esperar a que vuelvas a joderla.

—Lo sé.

—Soy amigo de tus padres y te vi crecer, Min Yoongi. —bufó. —He visto lo que siente mi hijo por ti y también lo que es capaz de sufrir por tus acciones. ¿Tengo qué?  ¿Confiar en que puedes hacerlo feliz?

—Lo haré. —declaró Yoongi, levantando la vista. Sus ojos brillaban dorados. —Si él me deja, voy a darle todo de mi. Nunca será mas que completamente feliz, voy a hacer lo que tenga que hacer por eso. Jimin es todo lo que tengo y no voy a dejarlo, incluso si usted se opone. —advierte. —Pero quiero contar con su apoyo. Quiero tener su perdón también, y el suyo. —dice a Jin que estaba al lado del alfa. —No tiene que ser ahora pero, por favor, vuelvan a confiar en mi.


❇❇❇

UF, el siguiente es el último. Primer aviso.

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