Hoseok guarda el teléfono luego de su tercer intento de localizar a Yoongi. Ya pasaron los dos primeros turnos y su amigo no ha dado señales de vida mas que un escueto mensaje de "Nos vemos hoy".

Yoongi ha estado ausente por tres días, cuatro si cuentas este, y Hoseok ya no sabe qué decirle a los profesores para justificarlo.

El celo es la vieja confiable. Obviamente.

Terminó diciendo que la pareja de su amigo estaba en sus días. Eso pareció funcionar para los profesores, pero no con sus compañeros omegas y betas que explotaron en exclamaciones como si fuese su culpa el celo imaginario de la imaginaria pareja de su amigo.

Ugh, tan complicado.

La verdad sea dicha, Hoseok conoce a Yoongi desde la preparatoria, y el chico siempre se las ingenia en hacerse de un grupo de fanáticos, a pesar de que ahora no es ni la mitad de lo agradable que era en aquellas fechas. Yoongi ha cambiado muchísimo en año y medio. Y Hoseok, siendo alfa también no se explica como un omega que no es su pareja puede afectarlo tanto.

Irónicamente, es justo en ese momento que la figura de Yoongi se abre paso entre la multitud y se hace presente ante sus ojos. Pero, por una mierda, Hoseok está seguro que cambiaron a su amigo. Porque este alfa sonriente, sin ojeras, que exuda paz y felicidad no es su Yoongi de siempre.

Este Yoongi brilla.

Y las cosas son un poco mas claras cuando ve la mano de su amigo envuelta posesivamente a la pequeña manito de un omega rubio. Un omega rubio que se le hace muy familiar.

—¿Ji-Jiminnie? —duda, y el asentimiento del mas bajo le saca una sonrisa.

Pero a penas y logra acercarse cuando Yoongi está empujando al omega tras él, evitando que Hoseok siquiera le mire.

—¡Alfa! —reclama el menor. —¡Es tu amigo! —ríe, dando golpecito suaves en la espalda del alfa como si estuviera en contra de la situación, cuando claramente le divierte.

Hoseok los mira de hito en hito, sin comprender y cada vez mas perdido.

Pero su nariz capta como las notas del aroma de su amigo envuelven el cuerpo del mas bajo y, oh bueno, eso explica mucho.

—Imini, ¿por qué no vas a la secretaría ahora? —sugirió Yoongi, con una expresión totalmente opuesta a la dirigida al alfa. Mas suave y dulce que un malvavisco, y eso es la magia de los omegas. Es injusto, si le preguntan a Hoseok. —Tengo que ir a resolver unas cosas, ¿crees que puedes ir solo o quieres que te acompañe?

Jimin, de hecho, está sonriente y ruborizado. Sus ojos brillan mientras mira a Yoongi hablar y Hoseok cree que podría caer una bomba cerca y esos dos ni se enteran. Él podría morir por la bomba y ellos no voltearían a mirarle.

La gente enamorada es solo taaan rara.

—No es necesario, alfa. —contesta el rubio, todavía mirando a Yoongi con estrellas en los ojos. Jodidas estrellas, Hoseok no exagera. —Nos vemos en un rato, ¿si? Voy a esperar que termines todas las clases y luego salimos a caminar.

—A por un helado. —completa Yoongi con una sonrisita tímida y, para shock del espectador (el pobre Hoseok) se inclina y besa dulcemente los labios carnosos del mas bajito. —Tan dulce como tu.

<<Espera, ¿cuando pasó esto?>>

Hoseok traga las ganas de gritar y chillar, y espera que Jimin se marche prácticamente saltando por el pasillo hacia la secretaría de docencia. La cara de Yoongi en el momento que Jimin desaparece es una copia exacta del Yoongi anterior. Se torna apagado y sombrío, pierde la sonrisa por entero y sus ojos miran a Jung como vidrios de reloj.

—¿Qué me miras?

¿El jodido tiene el descaro de preguntar? ¿En serio?

—¿C-cómo... cuándo...? Uh, no lo se idiota, solo dime algo. Lo que sea. —suplica a Yoongi, quien continua mirándolo tranquilamente. —¿Como pasaste de llorar por él y negarte a buscarlo a desaparecer tres días y volver como novios?

Algo oscuro pasa por la mirada de Yoongi, lo suficientemente rápido para que a penas se note. Él lo nota, incluso si la expresión del trigueño vuelva a normalizarse en seguida.

Yoongi suspira con cansancio para murmura un torcido "No somos novios."

Y él no puede creerle una mierda.

—Bueno, disculpame. Pero claramente ya no lo consideras tu hermanito si acabas de besarlo y lo miras como si quisieras lamerlo de pies a cabeza. —suelta él, siguiendo al otro alfa que empezó a caminar en dirección a las aulas. —Eso sin mencionar que apesta a ti y estuviste desaparecido días, presumiblemente con él.

Ante eso, Yoongi gruñe. Un gruñido bajo, pero de advertencia, que hace al alfa de Hobi crispar su pelaje y recogerse.

—Yo no lo toqué. —aseguró el pálido. Sus pasos se detienen cuando entran a una de las aulas que está convenientemente vacía. —No de esa manera. No hubo roces sexuales entre nosotros. No puedo desaparecer y volver solo para tener mi revolcón de contentamiento. ¿Me crees capaz de eso?

No puede mas que negar. Por supuesto que Yoongi no es así. No hubiera pasado por todo ese período de sufrimiento y flagelación si fuese esa clase de alfa.

—Pero... —continua Yoongi, mirando hacia otro lado en vez de su rostro. —Nos besamos. Eso parece ser la nueva cosa ahora. Y jodidamente no puedo detenerme de hacerlo, Hoseok. Mi cuerpo se mueve solo y..., no voy a excusarme. Me gusta besarlo. Punto.

Bueno, mierda. Solo wao.

Las dotes de psicología que tiene Jung Hoseok pueden irse al carajo porque nunca vio a un paciente en negación admitir algo tan rápido.

—Se que estoy contradiciendo todo lo que dije. Lo se. Pero... —se interrumpe el alfa, buscando y buscando, mientras niega con la cabeza. —Los besos son tan diferentes con él, Hobi. Tan diferentes a cualquier otra cosa. Mi alfa responde a él, responde a su toque como no lo ha hecho nunca con nadie. Me estremezco, jodidamente tiemblo, cuando nos besamos y eso es..., es la primera vez que se siente así.

El alfa castaño suspira, no sabiendo bien qué decirle a su amigo. Yoongi se ve dividido entre feliz y miserable, y Hoseok no sabe como alguien puede procesar ambas emociones a la vez.

—¿Han hablado? —pregunta. Yoongi tiene la mirada puesta en alguna de las ventanas y a penas está parpadeando; el brillo ha bajado también. —Yoon, ¿hablaron?

—Mas o menos. Algunas cosas. —balbucea el mayor. —En otras no nos ponemos de acuerdo y no creo que Jimin esté listo para discutir nada. Si crees que yo estoy afectado, deberías verle a él.

—No pude ni verle porque lo apartaste, Min idiota Yoongi. ¿Qué diablos hicieron estos días?

Yoongi se ve apagado, pero hay algo brillante en sus ojos cuando habla. —Estuvo en mi casa.

—¿¡Todo este tiempo!? —exclamó sorprendido. —Yah, ¿no que era su graduación? ¿Qué hiciste?

—Fui a su graduación, lo besé y lo llevé a mi casa. —explica y se pone más y más interesante. —Luego lo marqué con mi olor porque me lo pidió y..., aquí estamos.

Hoseok prefiere callarse antes que opinar, seguro que su opinión no sería bien recibida por un alfa que se ve como Yoongi. Porque, ¿marcar con tu olor a un omega que no es tu pareja? Encabezando la lista de cosas que no se deben hacer en la vida.

-¿No vas a decirme lo mal que hice al marcarle?

-Sabes que hiciste mal. No es mi papel repetirte lo que sabes.

—¿Y cual es tu papel?

—Aconsejarte, Yoongi. Porque no haces dos cosas bien seguidas. —replicó. —Continuas enredándote en tus propios pensamientos y estás arrastrando a Jimin contigo. Se que no quieres hacerle daño, pero lo estás haciendo cada vez que tomas la decisión equivocada. Tienes que decidirte de una vez y tomar la decisión.

—¡Me mantuve meses lejos de él! ¿Qué mas puedo hacer para terminar esto?

—Hablar con él. Contarle que pasa por tu cabeza o cual es el jodido conflicto que tienes con tu alfa. Pero las cosas no se van a resolver con que huyas y te escondas. El pobre chico estuvo en pausa esperándote casi dos años, por dios. ¿Vas a dejar que sufra eso de nuevo?

Yoongi expulsó aire con fuerza. —Claro que no.

-Entonces habla con él. Termina esto o, de una vez y por todas, afronta que tienes sentimientos por Jimin. -expuso Hoseok. -Y si no lo quieres afrontar, libéralo. Porque se va a volver tóxico y no creo que quieras eso.

[[🌸]]

Jimin encontró la oficina de secretaría tras casi quince minutos de búsqueda.

Quince. Minutos.

Y, la verdad, es que podría culpar a la negligencia de no colgar ni un miserable cartel por todo el lugar o porque todas las oficinas se veían exactamente iguales, o que ningún profesor se dignó en ayudar a un adorable omega perdido.

Pero la verdad es que la culpa de todo la tenía su lobo. Su omega estuvo inquieto y enérgico desde que se separó de Yoongi. Incluso si traía el olor del alfa mas allá de palpable en sus prendas y piel. Había algo que estaba haciendo a su lobo mas y mas nervioso, su pelaje erizado y su garganta apretada en tensión.

—¡Dios! ¡Para ya! —susurró Jimin, acariciando su pecho en un intento de que omega se calmara.

Los gruñidos bajos no cesaron, pero su lobito pareció tranquilizarse un poco y se acomodó con la cola entre las patas en espera de otra ocasión para quejarse.

—¡Es aquí! —señaló con alegría cuando por fin, (POR FIN), encontró el lugar donde podría matricularse y recibir información sobre su carrera.

La habitación era espaciosa y pulcra, con unos cuantos sofás y un escritorio de roble en la esquina. Señorita Oh se leía claramente en la placa.

—¿Disculpe? —murmuró él. La mujer, una beta de cabello canoso, levantó la vista del papeleo y enfocó en él. —Seré estudiante aquí el próximo curso y...

—¿Matrículas? —cortó ella. Jimin asintió como autómata y le dio su, recién impresa, boleta de notas. —Espera por ahí, niño. Tengo que terminar esto antes.

Ah, nada como un maravilloso trato y un bache burocrático.

Jimin se alejó de la beta, sintiéndose mal y un poco fastidiado. Se dejó caer en uno de los sofás y tomó varias revistas para ojearlas en lo que esperaba.
Su mente ni siquiera estaba al tanto de lo que miraba, solo pasando pagina tras pagina mientras pensaba en que tanto demoraría esa mujer en terminar lo suyo.

Dios, quería ver a Yoongi. Quería tomarse el jodido helado con el alfa y volver al departamento lo antes posible. ¿Era malo que ya lo extrañara? Habían pasado los tres días anteriores completamente juntos en casa, claramente tenía que añorarlo. ¿Yoongi también lo extrañaría a él? ¿Debería llamarle o sería muy agresivo? ¿Dejar un mensaje, quizá?

—¿Disculpa?

Esa voz.

Jimin levantó la vista de manera casi dramática, lastimando su cuello en el intento, hasta dar con la imagen del alfa que le hablaba.

—¿Chanyeol-sunbae?

El alfa hizo una reverencia con la cabeza y volvió a sonreír amablemente. Su cabello oscuro acomodándose pese al movimiento. —Hola, Jimin-ssi.

Jimin ni siquiera sabía qué hacer. ¿Disculparse? Había pasado un tiempo desde su único encuentro con este alfa, pero por lo que recuerda fue injusto con él. A penas y le dejó hablar.

Y que su omega se alterara de repente fue inesperado. Jimin se sentía apenado con este chico. Y eso es raro en él.

—¿Puedo sentarme a tu lado? —murmuró el alfa, señalando el espacio libre en el sofá.

Jimin asintió, con mas rapidez de la que quizás debería. El alfa sonrió pequeño, aliviado.

—¿Vas a matricular aquí?

—Sí.

—Yo..., entro el siguiente curso en el segundo año. Tuve un periodo sabático y voy a retomar las clases ahora. —explicó el alfa con una sonrisa amable. El omega asintió, sin dejar de mirar el perfil contrario. —¿No es gracioso?

Jimin hizo un sonido de duda, no entendiendo a que se refería el mayor.

—Sabes..., te fui a ver a tu escuela porque realmente llamaste mi atención, Jimin. —prosiguió ChanYeol, jugando con sus anillos de manera nerviosa, sin mirarle. —No lo hice porque tuviera algún propósito macabro, o lo que sea que pensaste de mi. —se sonríe. —Soy pésimo hablando, en especial cuando me pongo nervioso, y no supe explicarme bien ese día. Solo quería conocerte. Perseguir a omegas extraños no es algo que suelo hacer, pero de verdad me interesé por ti al segundo de verte en la biblioteca.

Las mejillas del omega se volvieron rojas de repente. ¿Qué clase de alfa decía esas cosas así de directo? Era la primera vez que escuchaba una confesión, ¿esto era una confesión? Jimin quiso creerlo así, por lo que los latidos erráticos de su corazón eran justificados, ¿cierto?

—No se que eres de aquel alfa, pero lo que sea que pasó entre aquel chico y yo, afectó a mi lobo. —admitió el mayor, volteándose a mirarle a la cara. —Tuve muchas bajas calificaciones, problemas para concentrarme y decidí pedir una año para salir del bucle donde quedé. Obviamente mis padres se quejaron, pero yo creo que fue una buena idea. —confesó tímido. —Una muy buena.

Jimin parpadeó nervioso, sin saber que hacer con sus manos mientras la mirada del alfa continuaba fija en la de él. ¿Qué carajo pasaba con su cuerpo?

—Supongo que ahora nos veremos mas seguido, ¿no? ¿En que facultad estás?

El omega duda, pero su boca está dando respuesta antes de que lo piense mucho. —Literatura.

Y la sonrisa del alfa es jodidamente brillante cuando responde. —Oh, yo también.

<<Maravilloso, ¿qué está pasando?>> Se cuestiona Jimin, su estomago retorciéndose en una sensación que no logra descifrar. ¿Miedo? ¿Nervios? ¿Qué diablos está pasando?

—Por favor mírame, Jimin. —suplicó el alfa a su lado, atrayendo su mirada con rapidez. —Sé que no debería pero..., ¿estas saliendo con alguien?

Y Jimin se quedó mudo ante la pregunta porque, ¿lo estaba?

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Hello buebitos, volví. 😷

Para las que querían al Yeol, aquí está. Y les advierto que saldrá hasta en la sopa que tomen para pasar la resaca. Lo advierto. 😉