
parte única
PARTE ÚNICA
pov's park mon sua
Amor adolescente. Aquella categoría es tan famosa entre las jóvenes de mi edad por su gran aspiración a enamorarse eternamente del chico más apuesto de la escuela, casarse y tener hijos hermosos quienes sean buenas personas. Las chicas no buscan mucho, se conforman con un hombre quien pueda decirles que son hermosas, y que saben hacerlo sentir bien. Muchas de mis amigas han tenido romances furtivos, amantes, novios pasajeros, e incluso más de un chico en la cama. Ellas dicen que el amor se vive de diferentes maneras, y que no es necesario enamorarse con intensidad para amar lo que haces, y con quien estas. Es algo confuso para mi, porque nunca he estado con nadie antes de él. Así que cuando lo conocí, y mi pecho latió de emoción, pensé que aquel momento iba a convertirse en un recuerdo hermoso, pues estaba frente al hombre de mis sueños.
Es algo fantasioso, lo sé, pero suena coherente teniendo diecisiete años. A esta edad cualquier muestra de cariño por parte del género contrario te hace alborotar, y creer que el destino te está gritando en la cara '¡Es amor!' ¿Lo es? ¿Acaso no son los hombres buenos en dar amor y luego quitarlo cruelmente?
—¡Mon Sua! —mi nombre es dicho con un tono grueso, similar a la molesta que denota su cara cuando giro la cabeza para verlo— ¿Me estás escuchando? —me encuentro apoyada sobre su brazo extendido, el suelo del gimnasio parece ser el mejor lugar para un par de chicos en busca de privacidad.
—Sí. —respondí, la verdad es que no, he dejado de escucharlo en el momento que recordé a Bora, es una chica del salón al lado del mío, tiene nuestra edad y es hermosa, muchos dicen que se encuentra en una relación con él, no quiero preguntar porque la respuesta es algo que no quiero saber. Tengo miedo de saber sobre las otras chicas en su vida.
—Pareces distraída. ¿Ocurre algo? —el suave tacto de sus manos sobre mi piel es delicado y glorioso, incluso en un momento vulgar como éste, donde nos escondemos del resto para no ser vistos, me hace sentir que no hay de qué temer, y que debería confiar ciegamente en él, en lo nuestro. Me llama de mil maneras tiernas, su voz usualmente ronca se convierte en una dulce, me besa y es lo único que necesito saber ahora.
Pero, de nuevo caigo en la realidad. Estamos en un gimnasio, casi sin luces y sin nadie alrededor, todos se encuentran en sus salones estudiando. Deberíamos hacerlo también, sin embargo me encuentro entre sus brazos, tímida, preguntándome porqué no podemos ser vistos. Desde que comenzamos a hablar JiMin me mantiene cómo su más grande secreto, la chica de sus ojos según él, a la cual no quiere que nadie vea a su lado. No mentiré, es doloroso aceptar que no soy suficiente para satisfacerlo, tal vez si fuera más como Bora entonces se acercaría a mi en frente de otras personas, y pasaría su brazo por sobre mis hombros.
—No es nada. —negué a sus insistencias— Creo que ya es hora de irnos.
—Bien. —suspiró— Quiero otro beso antes. —pidió.
La primera vez que lo bese fue similar a esta situación, ambos escondidos y escapándonos de clases. Me envió un mensaje por kakao, dijo que debíamos vernos en uno de los pasillos sin salones, entonces fui, me vió y entré en un cálido momento de vergüenza que me hizo probar sus labios. Mi primer beso había sido con él, lo disfruté como nunca, me creí la chica más afortunada del mundo porque Park JiMin quiso besarme. Me eligió a mí, después de todo. Sé que ha estado con muchas chicas antes… ¿Es un pecado pensar que yo soy diferente al resto? Puede que sea la única que lo hace sentir bien, las demás lo besaran tantas veces como quiera, pero yo, yo me sonrojare y lo haré reír para luego abrazarme. Eso provoco.
Nuestra despedida de aquel encuentro clandestino fue un beso en su mejilla de mi parte, y su sonrisa desgastada.
—Te amo. —me dijo— ¿Me amas?
Usualmente, cuando me lo pregunta, nunca digo nada por temor a ser una estúpida y aceptar que lo amo hasta con el último grado de pasión en mi cuerpo, hasta que por primera vez asentí.
—Te amo. —y lo confesé.
Distinto a como pensé y soñé que sería, el Park sólo sacudió mi cabellera para de esta impune forma caminar a su salón, dejándome allí. Igual a un perro abandonado, la ansiedad empezó a recorrer mi estómago, estaba asustada, le dije lo que sentía pensando que… él iba a entenderlo. ¿Por qué dice que me ama? ¿Por qué quiere que se lo diga? Si luego, se irá con una sonrisa de satisfacción.
—JiMin se lo dice a todas. —Minrae conoce a JiMin más que yo, es porque han sido compañeros de escuela desde que tienen diez años, me ha aconsejado muchas veces sobre cómo actuar en lo 'nuestro', hasta que dejó de funcionar en algún punto, como ahora. Ella no está sorprendida de lo que cuento, incluso creo que se lo esperaba. Me observó con lástima mientras maquilla sus pómulos antes de que la clase de historia comience— A Bora, Yesung, ChaeYong, y tantas otras…
—Sé que ha tenido muchos romances, lo nuestro…
—Mon Sua, no quiere ser cruel contigo. Pero debes entender que JiMin es así, disfruta de ilusionar a las chicas y luego irse, no es algo que pueda ser cambiado de un día a otro.
—Lo amo. —no planee que mi voz se quebrara, mucho menos estar a punto de llorar— ¿Por qué no me ama?
—Porque es un idiota, ¡Joder! Puedes estar con quien tu quieras, ¿Y lloras por ese patán? Mon Sua, a veces te detesto.
—Quiero que me ame.
—El amor no funciona así.
—¿Cómo entonces? ¿Cómo puedo hacer que JiMin me ame?
—No hay nada que puedas hacer, amar no se planea ni se fuerza, es un sentimiento natural, debe surgir espontáneamente dentro suyo.
A pesar de que mi mejor amiga trataba con todas sus fuerzas de hacerme entender que ese chico no valía la pena, y que llamar 'amor' a lo nuestro es un tanto pretencioso, no me di por vencida. JiMin me enviaba mensajes todos los días, nuestros encuentros secretos se volvían más habituales, y yo no podía estar más enamorada de la ilusión que cree de él. Fue así, hasta que Bora se posó frente a mí en la cafetería, mi mesa había sido irrumpida por una invitada. Sus ojos redondos me vieron con un sentimiento al cual prefiero llamar envidia, antes que lastima.
La mesa quedó en silencio por nuestra batalla discreta, ninguna decía nada, pero ambas sabíamos bien de lo que se trataba.
'Mon Sua, necesito hablar contigo.' me hizo levantar de la silla y caminar junto a ella fuera de la cafetería, la hora del almuerzo se me estaba escapando de las manos y ni siquiera me importaba, aunque mi estómago gruñera. En esos momentos, lo que Bora fuera a decirme era en lo único que pensaba, lloraba en el interior, esperando que sus palabras no conllevarán a ser yo una tercera en discordia. Aún no pude preguntarle a JiMin sobre ella.
En un salón cualquiera, sin nadie dentro. La chica suspiro antes de hablar.
—Quería… preguntarte si tienes algo con JiMin. —mi expresión la volvió un manojo de nervios, sin yo quererlo— D-Disculpa si suena muy atrevido, es sólo… siento cosas por él, pero los vi el otro día juntos a la salida, y me preguntaba si están en una relación o…
—Estamos en eso. —interrumpí— No sé si llamarlo 'relación', pero definitivamente hay sentimientos mutuos.
—Oh… —melancólica mordió su uña del dedo pulgar mientras fijaba la vista en otro punto. Bora es una muchacha guapa, ha sido durante un tiempo popular debido a que forma parte del equipo femenino de tenis, los chicos aman su cuerpo, y yo, envidio su inteligencia. Es la única persona en toda la escuela que ha podido ser vista frente a todos con JiMin, de la mano. Si, lo admito, también quiero ser mostrada, no ser un secreto sucio. Sin embargo me sentí más tranquila al saber que no están juntos, tengo ventaja.
—¿Por qué preguntas? —cuestione atacante— ¿Planeas algo?
—No. Desde hace un tiempo me dejó de hablar, pareciera que… —se quedó callada, y yo ansiosa le pedí que siguiera— Olvidalo, no es nada, sólo estoy… rencorosa, nada más eso. Suerte, Mon Sua.
—Dime, por favor. —la detuve antes que se vaya, y ella suspiró antes de proseguir. Con una expresión de 'yo te lo advertí'.
—Pensé que entre JiMin y yo había algo especial, me hizo sentir por meses que era la chica de sus sueños… pero entonces la fantasía acabó, hace dos semanas me dejó de hablar, no me responde las llamadas y si nos vemos finge que no me conoce.
Sus palabras me dejaron en vista que, por más que él estuvo conmigo, nunca perdió la comunicación con ella, hasta ahora. De algún modo lo sabía, las personas en la escuela murmuraban sobre ellos, rumores de que estaban saliendo llegaban a mi, y lo odiaba, moría de envidia.
Escuchar que dejó de hablarle… eso me mantuvo feliz, ¿Significa que va en serio conmigo? Demonios no podía contener la esperanza en mi cuerpo, el encanto saliendo de los poros.
Luego de dejar a Bora, ese mismo día una hora más tarde me había escabullido del salón para ir a donde siempre nos encontrábamos, mi estómago se removía en felicidad. Entre sus brazos, aspiraba la deliciosa colonia que usa, y no podía aguantarlo más, quería saber qué es lo que siente por mi, si de verdad me ama, entonces deberíamos… ser pareja. Me convencí de aquello, y me hice la loca fantasía de que él me lo propondría.
Sin embargo no ocurrió.
—Hmmh… JiMin. —dije su nombre cuando nuestros labios se separaron, podía estar horas besándolo.
—¿Qué sucede? —me observa mientras deja un mechón de cabello detrás de mi oreja, era romántico a su delicada forma.
—Me preguntaba si querías salir conmigo este fin de semana.
—Seguro. —aceptó, fácil y rápido— Dime donde nos vemos por mensaje, ahora debo ir a clases. Te amo, adiós. —con la misma rapidez se fue.
Nuestro pasillo desolado se llenó de mis chillidos felices. Se lo conté a todas mis amigas, quería presumirle a todo el mundo que tendría una cita con Park JiMin, que se convertiría en mi novio y que… me ama. Me compre ropa nueva, me maquille de la mejor forma viendo tutoriales en Internet, incluso antes de salir de casa cepille mis dientes cinco veces, por precaución.
Absolutamente cada detalle pensado para esperarlo sentada en la banca del parque donde prometió llegar, encontrarnos e ir al cine, en el cual saqué dos entradas con anticipación. Los primeros treinta minutos lo llamé, como no atendió supuse que estaba sin señal en el bus, una hora después dejé siete mensajes de voz pidiendo que se apure. Y tres horas más tarde, lo acepté. JiMin me había dejado plantada en nuestra primera cita.
Lloré mucho esa noche, en videollamada con Minrae pude ver sus expresiones de 'Chica, era obvio.' ¡Mierda claro que lo es! Era obviamente predecible sus intenciones, ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué a mí? Si íbamos tan bien…
—Mon Sua, debes dejar de hablarle. Él te está usando. —dijo, y a su vez llevaba helado a su boca.
—No lo entiendes, yo lo amo. Quiero estar con él, siento que… tenemos una relación especial y…
—Quería distraerse, JiMin es así. Una vez que te has dispuesto a todo, la diversión acabó, su objetivo está hecho, fin.
Quise negar sus palabras. Quise defenderlo. Pero en la escuela, cuando estaba predispuesta a ignorarlo para que sea él quien me busque de rodillas, me di cuenta que no lo haría. Salí del salón y fui a nuestro pasillo, donde hemos dado más que el primer paso, y lo vi. Iba a enviarle un mensaje diciendo 'Te espero.'
No hizo falta, ya estaba ahí.
Con otra chica.
¿Moraleja? No importa cuanto des, cuantos 'te amo' recibas, o cuantas veces te haya dicho que eres la única… Nunca lo eres.
Digamos que me desahogue un poco con este one shot, esta basado (apenitas) en una "relación" que tuve. En realidad, tenía planeado hacer una historia, pero tengo muchas en producción y decidí hacerlo más rápido y corto.
Denle ☆ y comenten. ¡Gracias por leer! ♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro