09
—¡Hola Sanha! Te ves muy bien hoy, ¿vas a comer con nosotros?
Sanha sonrió hacia Hyojeong, que se encontraba con Sooyoung en la mesa del comedor, un enorme plato de comida en el centro y dos jarras de jugo a un lado.
Ese día tenían que ensayar un poco su coreografía, habían llegado al acuerdo de que Hyojeong iba a acompañarlos para que Sanha pueda tomar seguridad en su baile y sus habilidades, Minhyuk había sugerido primero a Jeonghan, pero Sanha, si era sincero, se sentía más confiado con la familia de Minhyuk.
—Comimos en la escuela, Hyojeong, gracias de todos modos — contestó Sanha amablemente.
Minhyuk y él subieron a la habitación del mayor a dejar sus mochilas, no sin antes saludar a Jihoon y el señor Park que estaban bajando a almorzar.
Resultaba que, Minhyuk tenía un espacio en el garage donde le era posible ensayar ya que el espacio del lugar era demasiado grande, el auto ni siquiera ocupaba la mitad y el resto estaba lleno de barras de ballet, las bicicletas de Jihoon y Hyojeong e incluso algunas cosas de jardinería.
Sanha se sorprendió de ver que estaba muy bien acondicionado para ser un pequeño salón, el garage estaba dividido a la mitad, una parte usada exclusivamente para el auto y la otra, era el espacio de baile de Minhyuk, las demás cosas ocupaban un mínimo espacio ahí.
—¿Aquí ensayas siempre? — preguntó Sanha.
—Sí, por la escuela y todos los pendientes que tengo que resolver ahí decidí tomar un descanso de la academia de baile a la que iba, así que mis papás dejaron esto para que yo ensayara un poco más — explicó.
Sanha observó el lugar.
—No sabía que ibas a una academia.
—Bueno, solía ir, además del club iba a una pero dudo mucho regresar ahí.
Minhyuk se veía desanimado, y no podía negarlo, claro que la actitud de Minhyuk era muy transparente como para saber que él no quería dejar de ir a la academia que mencionaba.
—¿Por qué? — cuestionó Sanha.
—Porque bueno, mis papás tenían un gasto extra conmigo asistiendo ahí, además de que Jihoon está por presentar un examen importante para entrar a una escuela buena para su nivel — suspiró — Hyojeong tiene clases de cocina y bueno, yo estoy por entrar a la universidad y no quiero que la academia sea un gasto para mis papás, tengo dinero para pagarla por lo menos seis meses, pero ellos no quieren que gaste mi dinero.
—Pero... ¿cómo es que dejaste de ir tan de pronto? Tú... amas el baile — respondió tristemente Sanha.
—La verdad no me costó mucho, sigo estando en el club y cuando tengo tiempo libre vengo aquí a practicar, pero no es algo que me afecte tanto — aclaró —, aunque de alguna forma u otra tenía que dejarlo, cuando comience la universidad tendré menos tiempo para ir y como sea, es algo que en algún momento debo dejar.
Sanha pensó que Minhyuk era muy valiente como para dejar algo que le gusta mucho sólo por pensar en los gastos de sus papás y el tiempo que le sobraba para hacerlo, porque bueno, las academias de baile son muy buenas y, el hecho de que Minhyuk la haya dejado sólo porque no quiere aportar gastos o por su poca disponibilidad de tiempo, era algo que sin duda él no podría hacer.
—No importa, tampoco me arrepiento, lo disfruté cuando tuve las oportunidades — dijo Minhyuk de la nada. — ¿Comenzamos?
Sanha asintió, dejando el tema a un lado.
—Hyojeong no debe tardar — agregó Minhyuk.
Y tal como dijo, en unos instantes Hyojeong entró y se sentó en el suelo debajo de las barras de ballet, observando atentamente a los mayores.
—Hyojeong, tú vas a poner la música ¿está bien? — indicó Minhyuk.
Hyojeong asintió, contenta de poder estar ayudando a su hermano.
Observó a Minhyuk y Sanha prepararse, no pudo pasar desapercibido la actitud nerviosa de Sanha, pero recordó que ese ensayo era exactamente para eso, para que Sanha tome confianza y pueda bailar nuevamente ante un público grande.
Puso la música, presionando el botón de la bocina que habían llevado y ambos comenzaron con la parte de la coreografía que ya habían hecho, y la verdad, era buena.
Minhyuk y Sanha bailaban de una forma muy distinta, Minhyuk bailaba con toda la seguridad y fuerza del mundo mientras que Sanha bailaba de una forma delicada pero elegante.
Y Hyojeong no podía negarlo, ambos eran buenos en ello, no era una experta –tomando en cuenta las veces que intentó bailar y no pudo, o mejor dicho, no le gustó–, pero de tantas cosas que Minhyuk le había mostrado de baile, sabía distinguir y apreciar a un bailarín dotado de talento.
Y ambos cargaban con ello.
Llegó un momento en que Sanha se olvidó de unos pasos al igual que perdió el ritmo de la música, pero no lo dejó, siguió con sus pasos algo improvisados hasta el momento en que llegaron a la secuencia que marcaba el final de lo que habían hecho, la música seguía sonando al estar incompleta pero de eso ya se encargarían luego.
Sanha se hincó, junto a Hyojeong, avergonzado por haberse olvidado de los pasos por estar nervioso.
—¿Qué tal? — preguntó Minhyuk. — ¿Te gusta?
Hyojeong parpadeó, dejando unos segundos de silencio y queriendo meterle dramatismo a su hermano.
—Es buena, me gusta.
—Me... Me olvidé de una secuencia, lo siento — se disculpó Sanha, con el rostro colorado.
—Está bien, no te preocupes, poco a poco iremos trabajando con eso. — lo animaron.
Hyojeong pasó hora y media sentada ahí, haciendo ojos ciegos a las miradas que Minhyuk y Sanha se daban por ratos que ella decidió ignorar, pero claro, no podía dejar de pensar que su hermano, estaba demasiado enamorado como para negarlo.
Sanha la pasó bien, claro que de las muchas veces que ensayaron tenía esa idea de que algo estaba haciendo mal y eso lo llevaba a confundirse, pero al fin y al cabo, estar ahí con Hyojeong le fue de ayuda.
—¿Cuándo podemos ensayar de nuevo? — preguntó tímidamente cuando llegó el momento de irse.
Hyojeong y Minhyuk se acercaron con él a la puerta para despedirlo, a pesar de que todos en la casa habían insistido en acompañarlo a casa o tan siquiera llevarlo en el coche de la familia, él se negó. Necesitaba un momento a solas.
—Podemos ensayar el fin de semana si quieres, esta semana tengo que ayudar a Jihoon con unas cosas y estaré algo ocupado. — explicó Minhyuk.
Sanha agradeció a la familia por haberle permitido quedarse ahí para ensayar, también agradeció a Hyojeong por verlos ensayar y ayudarlo con su seguridad.
Y salió caminando de la casa.
Minhyuk había dicho que en las otras dos semanas estarían ocupados porque su familia de otra ciudad vendría, además de que cada vez el evento de fin de curso estaba cerca y Minhyuk, al igual que Moonbin y Dongmin, estaban en su último año.
Mientras que a Sanha aún le faltaba uno.
Sabía que los tres se estaban preparando para entrar en universidades, Minhyuk dividía su tiempo de forma impresionante y Dongmin junto a Moonbin estudiaban juntos en una biblioteca cercana o en casa de Dongmin.
Sanha, si era sincero, aún no sabía ni qué quería estudiar.
Cuando llegó a casa, Jeonghan ya estaba ahí, saliendo de su habitación para cenar.
—Sanha, ¿cómo te fue hoy? — preguntó animado.
Sanha se sentó a su lado en la mesa del comedor, esperando a que Jeonghan terminara de servir su plato y se sentara a su lado.
—Bien, estuve ensayando con Minhyuk hoy. — contestó, simple.
—Veo que has estado ensayando mucho, ¿cuándo es tu presentación de la escuela?
—A fin de curso, creo que aún no hay una fecha.
— Ya veo... por cierto, tu cumpleaños se acerca, ¿has pensado lo que quieres para ese día?
¿Qué haremos con mamá?
¿Qué querrás comprar de regalo?
¿Te sientes bien para hacer una fiesta?
Las preguntas de Jeonghan eran insistentes y agobiantes.
Jeonghan desde hace días llevaba preguntando cosas sobre el cumpleaños de Sanha, como si fuera lo más interesante del mundo, a Sanha le daba igual, no era algo demasiado importante y en su opinión, era mejor ignorar el gran interés de Jeonghan sobre eso.
Se permitió olvidar y hacer oídos sordos a su hermano.
¿Se lo merecía? No exactamente, pero existía un punto en el que la insistencia de Jeonghan sobre el tema hacía que la cabeza de Sanha doliera, y que su tic nervioso de mover su pierna o morderse las uñas se alterara.
Las preguntas de Jeonghan, el show de fin de curso, las prácticas y ensayos del baile, la escuela, su "no se qué" que tenía con Minhyuk...
Jeonghan más que nadie sabía lo que el cumpleaños de Sanha significaba para él, sabía lo difícil que era pasar ese día pensando si su papá estaba con su otra familia o cómo hubiera sido si estuvieran juntos y aún así, se dedicaba preguntar cosas respecto a eso.
Estaba agotado. Mentalmente agotado.
Y es que ni siquiera podía entender eso, los días anteriores habían sido muy buenos, había descansado, había armado los Legos que tanto ama, había ensayado con Minhyuk e incluso sintió que las cosas entre ellos estaban más ligeras, Dongmin y Moonbin lo ayudaron con tareas.
A vista de otra persona, eso sería perfecto.
Y se sentía perfecto.
Pero de la noche a la mañana, Sanha sintió como si todo eso no hubiera sucedido y le pesaba en la mente el no saber por qué.
Jeonghan dejó el tema del cumpleaños cuando vio a Sanha levantarse de la mesa e irse a su habitación en silencio, sin contestar sus preguntas.
Él, que había prometido buscar ayuda para su hermanito, que había expuesto su estado a los amigos del menor con tal de ayudarlo... fue el primero en olvidarse que en ese momento, Sanha debía ser su prioridad.
No se dio cuenta de eso hasta que antes de dormir, Joshua le envió un mensaje diciendo que no podían verse al día siguiente porque su hermana menor estaba mal y debía quedarse con ella.
Comparar su vida, su situación con la de su novio no era algo necesario, sin embargo, Jeonghan sintió que sí lo era, porque a comparación de él, a Jeonghan le costaba dejar su trabajo, le costaba demasiado enfocarse en cosas que no sean el trabajo o permanecer en el puesto que tanto le había costado.
Y ver a Joshua dejar todo de lado, para su hermanita, hizo que su corazón pesara con culpa.
Se suponía que era él quien debía ver por Sanha.
Y claro, Sanha podía estar demasiado cerca de la mayoría de edad, pero seguía siendo dependiente de su madre y de él y no podían simplemente dejar pasar la salud mental del menor.
Jeonghan, a fin de cuentas, sintió una chispa de envidia hacia Minhyuk, por la forma en que ese chico sabía manejar todo lo que estuviera a su alcance para ver a las personas cercanas a él sonrientes, que estén bien, cómodas, incluso en confianza.
Minhyuk era esa persona que él siempre quiso ser para Sanha, quería ser él quien pudiera ayudarlo, hacerlo sentir mejor y todo eso que se supone que un hermano mayor hace hacia sus menores.
Antes de dormir, pensó en todo eso, en Sanha, en su madre, en las cosas que tuvieron que pasar, y de ninguna manera podía culpar a Sanha por ello.
Porque notaba el esfuerzo que ponía, el que puso desde que su papá los abandonó, y el que probablemente seguiría dando para superarse.
Tanto Jeonghan como Sanha durmieron con la mente pesada, Jeonghan por la culpa y el pasado regresando a él como una ola inmensa incapaz de evitar...
Y Sanha, cerró sus ojos, contando hasta la cantidad que pudo mentalmente para relajarse, apretando su sábana con fuerza y abrazado a su almohada, deseando que en lugar de ella, estuviera abrazando a su hermano, a su mamá, y tal vez a Minhyuk incluso.
Porque eran ellos quienes tenían el poder de sanarlo, quienes habían demostrado su interés en verlo mejor.
Pero había algo más...
Minhyuk era el único entre ellos tres que de verdad había demostrado su preocupación y la iniciativa de ayudarlo, incluso había mencionado una vez sobre un psicólogo que su familia conocía, a pesar de saber que lo necesitaba, Sanha se negó, porque eso implicaba un gasto grande y su mamá estaba enfocada en terminar de pagar unas cosas de la casa.
Había servido de mucho, su compañía, incluso su sola presencia, se sentía como una de esas veces en las que se había mucho frío y lograba cubrirse con una manta o un suéter.
Se sentía cálido, protegido... amado tal vez.
Y sólo entonces, Sanha deseó que fuera Minhyuk la persona que lo tuviera entre sus brazos antes de dormir.
Con todo lo sucedido, pasó una semana entera hasta que llegó nuevamente el fin de semana.
Minhyuk había quedado que saldría a comprar con Dongmin, cosa que casi nunca sucedía pues bien el mayor solía salir más con Moonbin y Minhyuk era algo flojo como para salir sólo porque sí.
Pero esa era una ocasión distinta, en dos semanas sería el cumpleaños de Sanha y ellos tenían pensado salir a comprar un regalo para él.
Minhyuk tenía uno preparado, uno que llevaba guardando con su familia e incluso había hablado con Jeonghan sobre ello, no quería decir nada al respecto porque ese era sorpresa y tendría que esperar hasta ese día para decirle y poder preparar todo.
A pesar del entusiasmo por soltar lo que sería su regalo, se dedicó a guardar silencio y buscar un regalo más para Sanha.
Incluso tuvo que pedirle a Hyojeong que guardara completo silencio durante los ensayos con Sanha, sabía que la menor se entusiasmaba demasiado con las sorpresas y regalos, siempre cuidando que ella no dijera nada e hiciera como que no sabe ni siquiera que el cumpleaños de Sanha se acercaba.
Dongmin entró a cinco tiendas, revisando y comparando precios de ropas o accesorios para celular, buscando entre audífonos hasta sudaderas –que al parecer de Minhyuk, era una terrible decisión ya que la primavera estaba muy cerca y con ella el clima caluroso–, Minhyuk lo siguió por todos lados, dando una y mil vueltas de aquí para allá porque Dongmin tardaba demasiado.
—¿No se supone que deberías estar buscando un regalo también? — preguntó Dongmin extrañado.
Minhyuk sólo se encogió de hombros.
—Después de la décima vuelta que dimos por la primera tienda escogí su regalo. — explicó.
—¿Ah sí? ¿Y qué es?
—Lo verás cuando lo vayamos a comprar en la tienda.
Dongmin, a fin de cuentas, no compró nada.
Decidieron sentarse a comer en el área de comidas del centro comercial, hablando de la escuela y los preparativos para el fin de curso que cada vez estaba más cerca.
—¿Cómo van tus ensayos con Sanha? Estos días se ha visto un poco más relajado en la escuela.
—Pues... van bien, hemos estado avanzando bastante — dijo algo apagado.
Dongmin observó a Minhyuk, tratando de leerle la mente y saber qué era lo que pensaba.
—¿Seguro que todo está bien?
—S-Sí.
—Minhyuk.
—Bueno... no lo sé. — admitió.
—¿Ha sucedido algo? ¿Le pasó algo en uno de los ensayos?
—No exactamente, sólo...
—¿Hyojeong le dijo algo?
—¿Qué? ¡No!
—¿Entonces qué pasa? — insistió Dongmin.
—Creo que algo pasó con su hermano, ehm... he estado preparando algo y hablé con él para que así yo estuviera seguro de lo que voy a hacer, pero la última vez que hablamos él se veía algo... ¿decaído?
—¿Jeonghan decaído?
—Sí. — asintió — Sanha igual estuvo algo extraño durante dos ensayos que tuvimos el fin de semana pasado, pero no quise insistirle en nada, Hyojeong incluso quiso invitarlo a cenar varias veces pero se negó, sólo dejó que yo lo acompañara a casa pero no hablábamos de casi nada.
Minhyuk sabía que no debía insistir en nada de eso, por más que quisiera saber los pensamientos y sentimientos de Sanha, existía un límite para entrar en ellos y él no estaba dispuesto a irrumpir y acabar con su tranquilidad.
Quizás no pasaba nada y sólo era su mente malinterpretando las cosas.
O quizás pasaba de todo.
No lo sabía.
Dejaron la charla porque Sooyoung había llamado a Minhyuk diciendo que ellos debían salir a tramitar unos papeles de la escuela de Jihoon, por lo que Hyojeong se quedaría sola.
Dongmin hizo a Minhyuk prometer que al día siguiente debían regresar al centro comercial para comprar el regalo de Dongmin para Sanha.
Antes de regresar, Minhyuk arrastró a Dongmin por los pasillos del lugar hasta que dieron con la tienda que Minhyuk había estado buscando.
Ni siquiera lo pensó y entró, dejando a Dongmin parado afuera porque a diferencia de él, Minhyuk ya sabía qué comprar.
Así que, una vez dentro, corrió hacia el estante donde se encontraba aquello que quería darle a Sanha e inmediatamente lo pagó, contento de haberlo conseguido.
Desvió su vista hacia un producto más, pensando en una plática que había tenido con Sanha hace tiempo y contando el dinero que le sobraba, lo compró también.
Salió de la tienda con la bolsa de su compra y Dongmin enarcó una ceja al ver la extraña felicidad que Minhyuk emanaba por haber comprado... eso.
—¿Es en serio? — preguntó Dongmin tomando la bolsa de Minhyuk y sacando la caja que había dentro.
—Muy en serio. — contestó Minhyuk sonriente.
—¿Legos de Star Wars? — exclamó. — De una... avioneta o... no sé que rayos es esto.
—Es un Destructor Estelar Imperial.
—Sí... eso que dijiste — dijo Dongmin distraídamente, leyendo la información que decía la caja — ¿Seguro que le gustará esto?
—Seguro.
—No sabía que a Sanha le gustaban las películas.... ya veo porqué se gustan.
Minhyuk no pudo evitar sonrojarse.
Dongmin revisó la bolsa y vio que había una caja más, pero un poco más pequeña que la de los Legos.
—¿Y esto qué es? — cuestionó mientras la sacaba de la bolsa.
Dongmin vio lo que la caja contenía y casi murió de ternura al ver dos figuritas de los dos personajes de la película.
—Padme Amidala y Anakin Skywalker... — leyó — Raros.
—¡Hey! — reclamó.
—Bueno... no soy quién para juzgar sus gustos, apuesto a que le van a encantar, ¿cómo sabías que le gustan las películas?
—Pues, un día armé con él una de las naves que él se compró, me mostró algunas figuras que tiene de colección pero esas son piezas algo viejas, y bueno, sé que le gusta armar Legos para relajarse así que compré esta.
—¿Y qué hay de estos... muñequitos?
—Ah pues... según lo que me dijo, ellos son de sus personajes favoritos... la verdad no tenía planeado comprarlos, sólo los vi y ya.
—Vaya...
Dongmin quiso molestar un poco más a Minhyuk pero se contuvo, sonriendo porque en los años que llevaba conociendo a Minhyuk, jamás había superado su gusto por las películas y algunas sagas en específico que eran sus favoritas. Moonbin y Dongmin nunca quisieron ver con él las películas, no por esa falta de interés o algo así, más bien era algo por cuestión de que se fastidiaban muy rápido –que era casi lo mismo–, o terminaban por dormirse a los veinte minutos de la primera película.
Sanha y Minhyuk compartían ese gusto, Minhyuk había comprobado que cuando una persona habla o hace algo que le gusta mucho o que lo mantuviera distraído, era perfecto para vaciar la mente del estrés y todo aquello que generara molestia.
Lo comprobó cuando bailó por primera vez y se olvidó de un examen reprobado, lo tuvo cien por ciento comprobado cuando vio Star Wars por primera vez y se olvidó de una pelea tonta que tuvo con su hermanito y sobretodo, lo comprobó ese día que fue a casa de Sanha y este llegó irradiando felicidad mientras hablaban que había conseguido unas piezas Lego que había estado buscando.
Cuando llegaron a casa de Minhyuk, Hyojeong estaba ahí, esperando con ansias a su hermano y curiosa por saber qué había comprado para Sanha.
O mejor dicho, no sólo Hyojeong...
En la sala se encontraba toda la familia, Jihoon, sus padres, Hyojeong... todos esperando ver el regalo.
—¿No se supone que deben ir a ver los trámites de Jihoon? — preguntó, avergonzado por las preguntas que seguramente le harían.
—Tenemos unos minutos más — contestó Sooyoung. — ¿Qué compraste? Ehm... ¿Qué compraron?
—Yo nada, traté de buscar algo perfecto pero no pude encontrar algo bueno. — se excusó Dongmin cuando la familia notó que traía las manos vacías. — Pero mañana iremos de nuevo, ¿verdad Minhyuk?
Sooyoung miró la bolsa expectante.
Minhyuk, tratando de no ponerse nervioso porque "no había razón de estarlo" sacó la caja grande seguida de la más pequeña, mostrando ambas a todos.
—¿Qué es eso? — preguntó Hyojeong.
—¡Wow! — gritó Jihoon. — ¿Eso le vas a regalar? ¡Diablos Minhyuk!
Sooyoung observó las cajas igual que su esposo, ambos recordando esa etapa en la que Minhyuk cada semana llegaba con una igual, justificando su gasto de dinero en frases como "el dinero se recupera" o "lo vi y me dije que no tendría otra oportunidad con ofertas como esta".
Sooyoung rió.
—¿Sanha también ve estas películas?
—Sí... — Minhyuk rascó su nuca.
—Minhyuk ya ni para mi cumpleaños te esforzaste tanto en buscar mi regalo. — se quejó Jihoon.
Todos comenzaron a reírse ante el comentario.
—¿Y qué hay del otro regalo? — preguntó curiosamente el señor Park.
—¿De qué se trata el otro? — preguntó Dongmin.
Hyojeong hizo que Dongmin se agachara a su altura para susurrarle al oído de lo que se trataba.
—Wow. — dijo sorprendido.
—Sí... wow — agregó Sooyoung mientras aguantaba una carcajada al ver la expresión de Dongmin.
—¿Crees que le guste? — agregó Minhyuk de forma nerviosa.
—Amigo, eso le va a encantar. — aseguró.
Minhyuk suspiró, esperando que todo eso que había planeado saliera a la perfección.
Ahora, ya no podía esperar a que el cumpleaños de Sanha llegara.
Aiñ hasta que se me ocurrió actualizar
Bueno, se acerca algo que de verdad me ha tenido con las ansias y creo que será algo muy lindo, no sé, espero que les guste cuando lo publique, por cierto, el capítulo siguiente lo más probable es que esté algo larguito jeje
Como habrán visto en esta historia, soy muy fanática de Star Wars, no pondré casi nada de referencias sobre las películas pero si llega a haber alguna y no la entienden pueden preguntarme^^
Muchas gracias por leer <3
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