06
Cuando Minhyuk regresó a su casa luego de haber dejado a Sanha en la suya, lo primero que hizo fue llorar.
No podía creer lo que hizo, toda la paciencia y la espera por ese momento, se había ido a la mierda. No lo malentiendan, no se arrepentía de nada, sin embargo, había una fina línea que dividía todo el proceso que había llevado con Sanha, la seguridad en él, superación de su ansiedad y él, metiendo el asunto de estar enamorado de su persona, sin querer, le había dado a Sanha una cosa más por la que pensar.
Cuando en ese momento, lo que Sanha menos necesitaba, era llenar su mente.
Claro, todo había salido mejor de lo que esperaba, Sanha le había agradecido e incluso tomó la iniciativa de darle un abrazo, pero una vez que Minhyuk se fue, ¿qué le aseguraba que Sanha estaría igual que los minutos anteriores?
Exacto, nada.
Y luego, lo que más le hizo llorar y su corazón doler, fue haber pensado en las palabras de Sanha, el nivel al que había llegado para pensar que no merecía ser querido y que la gente lo iba a abandonar por tener miedo.
Minhyuk en ningún momento había tomado en cuenta y ni si quiera tenía esa posibilidad en sus planes.
Sus hermanos entraron en su cuarto, preocupados al ver al mayor llorar silenciosamente en su cama, pensando que todo esto era culpa de ellos y se excedieron al revelar el enamoramiento de Minhyuk en voz alta.
Minhyuk era muy blando, la faceta y fama de ser muy tacaño en la escuela eran falsas, porque vamos, Minhyuk era una persona tan empática y amable, empezando con su familia, sus hermanos lo eran todo, Hyojeong y Jihoon amaban con toda su alma hacer enojar a Minhyuk, pero sabían sus límites.
Y luego de pensar en lo que hicieron, por obvias razones, se sintieron arrepentidos.
Hyojeong se acercó a la cama y abrazó a su hermano, teniendo ganas de llorar también porque esta vez sí se habían pasado de la raya con sus acciones.
Y Hyojeong lo entendía, era la menor de la familia, pero igual la más unida a Minhyuk, sabía sobre la manera en que su hermano se veía afectado cada vez que alguien querido pasaba por momentos difíciles y honestamente, Hyojeong no quería volver a ver al mayor llorar como en ese momento.
Los menores se aferraron a Minhyuk en un abrazo, repitiendo que lo sentían mucho y que no volverían a hacerlo. Minhyuk no respondió, la verdad es que en ese momento él necesitaba estar sólo pero no tenía corazón para decirle eso a sus hermanitos.
Hyojeong y Jihoon pedían disculpas sin parar, y Minhyuk estuvo a punto de soltar una risa al verlos casi llorando por su perdón.
—Perdón Minhyuk ya n-no lo haremos de nuevo, lo... lo prometemos ambos. — sollozó Jihoon.
Minhyuk abrazó aún más fuerte a Jihoon y Hyojeong, simplemente no podía enojarse con ellos por más que quisiera y si estaba seguro de algo, es que Hyojeong iba a cargar con el peso de haberlo hecho llorar.
No importaba, honestamente, Minhyuk conocía a sus hermanos y estaba dispuesto a disculparles todo.
—Ya, ya, está bien ¿sí? No lloren — dijo, separándose y limpiando las lágrimas traicioneras que corrían por el rostro de ambos menores.
Hyojeong no quería separarse de él, queriendo abrazar más a Minhyuk y decirle lo mucho que lo sentía, Hyojeong y él eran iguales, aunque ella era aún más afectuosa y nadie, nadie podía creer el gran cariño y admiración que Hyojeong tenía por Minhyuk.
—Perdóname M-Minnie y-yo... no debí hacerlo... — siguió sollozando.
—Tranquila, está todo bien... sólo, necesito un momento ¿okay? — los tranquilizó, ambos asintiendo no muy convencidos — ¿Podrían decirle a mamá que venga?
Hyojeong saltó de la cama, yendo lo más rápido posible a hablar a su mamá.
Jihoon la siguió, disculpándose una última vez con Minhyuk antes de salir de la habitación.
—¿Minhyuk? — se asomó Sooyoung por la puerta un momento después — Cielo, ¿todo bien?
Asintió.
—Entra, mamá.
Sooyoung cerró la puerta no sin antes darle una mirada de amenaza a sus hijos menores que la observaban desde las escaleras, diciéndoles con eso que no se les ocurriera escuchar por la puerta o husmear por ahí.
—¿Querías hablar conmigo? Hyojeong dijo que me llamaste.
—Sí... sobre eso...
—¿Es por lo de Sanha? — preguntó Sooyoung con una sonrisa discreta.
—Ehm... sí... — concedió, cabizbajo.
—¿Pasó algo cuando lo llevaste a casa?
Y bueno, tal y como tenía pensado, soltó todo, contando hasta el más mínimo detalle desde el principio hasta el punto en el que habían llegado.
Sí, empezando desde ese día en que Sanha entró al club de baile y Minhyuk quedó encantado con él.
Sooyoung escuchó atentamente a su hijo, viendo a través de los ojos de Minhyuk la gran preocupación que este tenía por Sanha y todo lo que había pasado desde que coincidieron. No podía mentir, estaba contenta de que Minhyuk hubiera conocido a alguien y la disposición que tenía para ayudarlo, Minhyuk siempre había sido muy reservado, y, verlo ahorita, saliendo de su propio comfort para ayudar a alguien... Sooyoung no podía con el orgullo que sentía por él.
Como esperaba, Minhyuk terminó llorando, abrazándola y buscando el cariño de su mamá.
Cuando terminó de hablar, con lágrimas en los ojos, ella pasó su mano por el cabello algo largo de su hijo, limpiando también sus lágrimas como él había hecho hace un rato con sus hermanitos y dándole un beso en la frente.
—Minhyuk — llamó, suavemente — Tranquilo, escúchame... sé que esto es un poco difícil de asimilar para ti viendo todo esto y queriendo ayudarlo, pero creo que no tienes que preocuparte demasiado.
—Pero mamá...
—Sanha ha tenido un tiempo difícil, todos tenemos tiempos difíciles y al parecer él ha llegado a un límite dentro de lo que puede soportar, ¿no es así? — Minhyuk asintió — Pero Minhyuk, ¿Cuánto tiempo ha estado sólo? ¿Cuántas veces él se sintió mal y nunca lo dijo? Nosotros no sabemos eso, pero tú con tus amigos llegaron y le han dado ese empujón que necesitaba para poder comenzar.
Minhyuk parpadeó, tratando de comprender todo lo que Sooyoung decía.
—No sólo se trata de que ya no esté sólo o que ya puedan hacerlo sonreír, Minhyuk, tú mismo lo dijiste, es un proceso, Sanha ahora ya no está sólo, pero aún faltan muchas cosas por las que debe pasar y tú, así como lo hiciste con Dongmin cuando lo conociste, estás haciendo bastante.
—¿A qué te refieres?
—Que has tomado su mano y le has hecho sabe que tú estarás ahí. No siempre nos sentimos bien o estamos de humor para muchas cosas, y tú como su amigo le dijiste que sin importar su estado él siempre podrá sostenerse de ti... ¿No es eso lo que hacemos cuando queremos a alguien? ¿No es eso lo que haces tú con Dongmin y Moonbin? — preguntó — Sanha poco a poco está confiando en ti, dale espacio, cuando se sienta mal, hazle saber que su opinión cuenta y que si quiere un tiempo a solas lo vas a respetar y si quiere compañía también vas a estar ahí... Fuera de todo el asunto de que te guste Sanha, sé ese soporte que necesita, porque no siempre van a haber días buenos, Minhyuk, pero tú vas a estar para él todos los días.
Las palabras de Sooyoung vagaron en la mente de Minhyuk, analizando cada una de ellas y pensando si era correcto.
—Pero no quiero que Sanha piense demasiado en lo que le dije — admitió — no era mi intención decirle eso y...
—Sé que tu confesión fue sin que tú quisieras hacerla, pero tampoco quiero que pienses demasiado en ello, ¿está bien? — agregó Sooyoung — Los sentimientos no son algo que desaparezca rápido y además, todo va a su tiempo, si quieren ir lento, es una decisión que tanto tú como él deben tomar y respetar.
—Le dije que... que lo esperaría el tiempo que sea necesario. — Dijo Minhyuk apenado.
Sooyoung sonrió.
—Entonces no hay de qué preocuparse, cariño, todo estará en su lugar pronto... sólo deben ser pacientes. — Sooyoung se levantó, tomando la perilla de la puerta para salir.
—Mamá. — le detuvo Minhyuk.
—¿Sí?
—Gracias.
La mayor le regaló una sonrisa sincera.
—No es nada, cielo.
Minhyuk se durmió con la tranquilidad de que lo sucedido con Sanha no sería en vano.
Sanha entró a su casa sintiendo su pecho cargado de emociones.
No eran emociones malas, tampoco había esa constante carga a la que ya estaba acostumbrado pero... se sentía lleno.
No un lleno negativo, era como si... como si su mente y su corazón hubieran estado de acuerdo en algo por primera vez en mucho tiempo.
Y sí, ambos estaban de acuerdo en que era correcto.
Minhyuk se sentía correcto.
Sonrió enormemente en las palabras que Minhyuk le había dado antes de irse, sabiendo que estaba bien, sentirse de ese modo estaba bien y que aún con todos sus problemas, había encontrado a alguien que por primera vez, había estado dispuesto a todo por ayudarlo.
Jeonghan y su mamá estaban adentro, mirando a Sanha que tenía los ojos brillosos de lágrimas y una sonrisa sincera en el rostro.
Jeonghan se acercó a abrazarlo, preocupado, preguntando dónde había estado y si se encontraba bien.
—Hyung, todo está bien. — le prometió.
—¿Seguro, Sannie?
—Completamente seguro.
Sanha durmió esa noche abrazado a su almohada, recordando todo lo sucedido en el día, las palabras de Hyojeong y Jihoon, la familia cálida de Minhyuk y su charla.
Por primera vez en muchos meses, Sanha tuvo un sentimiento positivo que logró opacar todo lo malo que había tenido en mente.
Sí, definitivamente se sentía correcto.
Cuando el lunes llegó, Minhyuk había estado más nervioso de lo normal.
El fin de semana se había pasado pensando en todo lo que había hablado con Sanha el viernes, teniendo muchas inseguridades de repente por haber dicho sus sentimientos.
¿Y si lo puso nervioso?
¿Y si Sanha se sentía incómodo?
¿Y si ya no quería hablarle?
Las palabras de su madre sonaban en su cabeza, diciéndose que estaba bien y que estuviera tranquilo. Por un momento, quiso regresar corriendo a su casa y abrazar a su mamá hasta dormirse de nuevo, necesitaba ese tranquilizante y cariñoso afecto que su madre le daba para poder sentirse bien.
—¿Minhyuk? ¿Te encuentras bien?
Levantó la vista y logró ver a Moonbin frente a él, con una mirada preocupada.
—¿Sucedió algo?
Parpadeó repetidas veces.
—N-No... Nada.
—¿Me contarás lo que pasó con Sanha el viernes? No contestaste mis mensajes ni los de Dongmin...
Cierto, Minhyuk había estado tan concentrado en hablar con su mamá y aclarar su mente que su celular había pasado a segundo plano.
—Estuvo... bien, hablamos y... — sus nervios comenzaban a notarse — creo que estamos empezando de nuevo, o algo así yo... luego te cuento, ¿okay?
Moonbin lo miró con una ceja enarcada.
—Bien.
La mente de Minhyuk era un desastre y él no se sentía listo para enfrentarse a Sanha en el descanso.
Moonbin tuvo que sostenerlo cuando llegaron a la cafetería y visualizó a Dongmin y Sanha sentados juntos, Dongmin habloteando y el menor escuchando solamente, como era costumbre.
Sanha levantó la vista, en seguida sonriendo a Minhyuk que sintió un peso menos de encima por creer que Sanha estaría incómodo a su lado.
Al parecer no lo estaba.
Minhyuk comenzó a sacar su almuerzo de su mochila, su madre había dicho que le preparó el desayuno y que debía comerlo todo, así que, sacando el pequeño traste del cual un magnífico aroma salía, vio una pequeña nota pegada a este, un papelito rosado que llamó la atención de todos los presentes en la mesa.
"Min:
Te hice este desayuno cuando te fuiste dormir, espero que esto sea suficiente para que me perdones a mí y a Jihoon por lo del viernes...
Sé que te gusta más el gimbap que hace mamá, pero usé su receta para hacer este, espero que te guste, de verdad me esforcé para que saliera igual.
¡Suerte en la escuela!
Atentamente, Hyojeong, que te quiere mucho."
Dongmin sonrió al ver que Hyojeong seguía pensando que Minhyuk estaba enojado con ella, aunque la verdad es que para Minhyuk era imposible molestarse con sus hermanos menores.
—Uh... Hyojeong me cocinó hoy.
—¿En serio?
Minhyuk mostró el traste de comida a sus amigos.
—Sí. Al parecer quiso hacer la receta de gimbap de mi mamá.
—¿Y qué tal? ¿Salió bien?
Todos miraron a Minhyuk, expectantes por su reacción, viéndolo disfrutar el bocado de comida y continuar con el resto de las porciones.
—Por lo visto quedó más delicioso de lo que esperaba. — comentó Dongmin riendo.
Tanto Dongmin como Moonbin y Sanha habían probado un bocado de la comida, quedando satisfechos por las habilidades de cocina de Hyojeong, haciendo comentarios positivos sobre ella.
Sanha se veía normal, callado, tranquilo, no había incomodidad ni una mueca de desagrado hacia él o lo que había pensado, sólo sus mejillas sonrojadas y una sonrisa pequeña.
El descanso acabó más rápido de lo que quería, así que no tuvo el tiempo suficiente de hablar con Sanha ya que se había dedicado a disfrutar la comida que su hermanita hizo.
Pensó que hablar con él en el club sería lo ideal.
Claro que lo sería.
—¿Ya han avanzado con sus coreografías? — preguntó la maestra entrando al salón, viendo a la mayoría ya dentro y estirándose.
Minhyuk, Sanha y Moonbin estaban ahí, en silencio, concentrados en lo que debían hacer mientras los demás respondían a las preguntas que la maestra hacía.
—Hay algo de lo que deben enterarse — mencionó la maestra de la nada.
Todos se fueron acercando a donde ella estaba, sentándose en el suelo para escuchar lo que estaba por decir.
—Verán, en la escuela siempre se han hecho eventos especiales para los clubes, nosotros siendo el de baile tenemos muchas cosas por las cuales trabajar y no voy a negar que también hay mucho potencial aquí — comenzó a explicar, sonriendo — Sé que ustedes piensan que las coreografía de esto son para su examen de fin de curso aquí, pero, hubo una junta de maestros hoy con el director y se llegó a un acuerdo.
Pensar en fin de curso era atemorizante para Sanha, si era sincero. La mayoría no era de gran importancia, sus presentaciones mayormente eran entre ellos o máximo, frente al director de la escuela y unos otros maestros.
No frente a un público numeroso.
—Así que, las coreografías que están armando ahora, serán presentadas en la clausura de fin de curso, este es nuestro año, chicos, hay que lucirnos.
Las palabras de la maestra sonaban distantes y Sanha sólo se hizo el sordo el resto de la clase, no queriendo pensar que la coreografía que estaba haciendo con Minhyuk sería vista por el resto de la escuela y los padres de familia.
Estaba asustado.
Minhyuk pareció notarlo, porque inmediatamente, sintió las manos del mayor tocar su cabello y comenzar a jugar con él, los dedos de Minhyuk se deslizaban de forma lenta en las hebras de su cabello, muy cerca de su nuca.
Cerró los ojos por un instante, dejando que esa inocente caricia terminara de calmarlo y que su corazón dejara de latir como loco.
Pero había algo más...
Había algo más que su mente no pudo evadir y una ola de recuerdos lo invadió, queriendo hacerse pequeño y recibir todo el cariño posible.
Ni él ni Minhyuk hicieron nada en la clase.
Permanecieron sentados, usando la excusa de que estaban trabajando en mezclar su música.
Pero no, en realidad, Minhyuk se le quedó viendo con cariño, tranquilizando al menor con toda la paciencia habida y por haber.
—¿Te sientes mejor?
Sanha asintió un poco inseguro.
—¿Hay algo que te esté molestando? — preguntó Minhyuk justo cuando el timbre sonó, anunciando que ya podían irse a casa — No te preocupes, Sanha, puedes decirme cuando te sientas listo — agregó mientras recogía sus cosas y las guardaba en su mochila.
Moonbin se acercó a ellos diciendo que debía irse porque tenía una cita con Dongmin por su aniversario de noviazgo, corriendo feliz hacia la salida.
—¿Quieres venir a casa? Mi mamá dejó comida y sólo está Hyojeong ahí, Jihoon y mis papás salieron.
Sanha pensó que no tenía nada más que hacer, además de que su mamá y Jeonghan confiaban en él y siempre que decidía desaparecer un momento, era fácil encontrarlo puesto que siempre iba al mismo lugar a pensar y desahogarse.
Pero esta vez era diferente.
Estaba yendo a casa de Minhyuk, sin Moonbin o Dongmin, sólo ellos, y como si fuera poco, iba a comer con él y posiblemente con su hermanita también. Sus nervios de comenzar a profundizar sus sentimientos por el mayor tan rápido eran visibles.
Pero aún así, asintió.
Porque no iba a negarlo, la compañía de Minhyuk era muy buena.
Por eso mismo, salieron ambos de la escuela y caminaron en completo silencio a la casa de Minhyuk.
Ni una palabra estuvo presente en el camino, la verdad es que no hacía falta, Minhyuk pensó que tal vez ese momento era exclusivo para pensar sobre lo que hablarían en casa, Sanha por su lado, pensó que era un silencio reconfortante para ambos.
Lo reconfortante venía del hecho de que no hacían falta las palabras para sentirse cómodos, por ratos veía a Minhyuk observándolo o sonriendo para él, le devolvía la sonrisa y seguían su camino.
La casa de Minhyuk no estaba muy lejos, así que cuando llegaron unos diez minutos después, sólo entraron, esperando que Hyojeong ya esté aquí.
—¿Hyojeong? ¡Ya llegué! — anunció Minhyuk cuando llegó — Creo que está en su habitación, ponte cómodo Sanha, ya vuelvo. — dijo, yendo a la habitación de Hyojeong para que comieran juntos los tres.
Sanha se sentó en la sala de estar, observando nuevamente las fotos que la familia Park tenía ahí, muchísimas de Minhyuk bailando, otras de Jihoon con sus diplomas de la escuela y una muy singular de Hyojeong bañada en una mezcla y la licuadora a su lado destapada, atrás de ella se encontraban Minhyuk y Jihoon igual de manchados y sonriendo.
Eso sí era una familia.
Apreciaba a la suya, de verdad la amaba, pero extrañaba mucho llegar y ser recibido con un "vayamos a pasear" o un abrazo, siendo mayormente un silencio desesperante y arrasador lo que lo esperaba al entrar en su casa.
No podía negarlo, envidiaba un poco a Minhyuk por tener una familia tan... completa.
Claro, porque desde que su papá se fue, nada volvió a ser igual. Desde que él se fue, todo acabó, las salidas, los abrazos luego de cada mínima acción y todo, todo había cambiado y no podía creer que apenas se había dado cuenta que aún si Jeonghan estaba ahí, aún si su mamá estaba en casa... Todos ellos estaban rotos.
La ausencia de su papá era muy evidente, y jamás había podido pensar en ello hasta que conoció a la familia Park y notó que eso es lo que él siempre quiso, a su familia reunida de nuevo.
Quiso llorar, pero escuchó los pasos de Minhyuk y Hyojeong en el pasillo, viéndolos caminar mientras hablaban y reían.
—¡Hola Sanha! — saludó Hyojeong — Mamá dejó comida en la mesa, ¿Sanha, comes con nosotros?
—Sí, claro — contestó regalando una sonrisa a Hyojeong.
Hyojeong, a diferencia de Minhyuk, tenía la facilidad de entablar conversaciones con quien sea, fue por eso, que cuando los tres se sentaron en el comedor, una plática empezó y Sanha juró haber hablado más que en toda su vida.
Hyojeong preguntaba cosas y opinaba bien sobre las respuestas de su hermano y de Sanha, a veces curiosa sobre ellos o solo asintiendo y estando atenta de sus palabras.
Y no podía negar que se sentía bien, además, la comida era muy deliciosa y ya ni siquiera sabía si comer o responder a Hyojeong.
La comida terminó rápido, Hyojeong yendo a su habitación mientras decía que tenía tareas pendientes por terminar y agradeciendo por la compañía.
—Tienes una familia muy linda. — soltó Sanha de repente.
Minhyuk lo miró, algo dudoso por el comentario.
—Ehm... sí, gracias, Sanha — sonrió, volteándose a ver la foto de su familia completa en la sala de estar — Me gusta mucho estar con ellos, de verdad que jamás voy a poder agradecerles por completo todo lo que hacen por mí, especialmente a mis papás.
Sanha pensó, pensó mucho si debía decirlo y en un segundo, tan rápido como ese pensamiento había llegado, llegó a una conclusión de que debía soltar todo lo que estaba sintiendo.
—Me siento celoso.
El mayor lo miró extrañado.
—¿Qué?
—La primera vez que vine a comer aquí, ví la manera en que tus hermanitos suelen recibirte, haya sido un buen o mal día, los tienes aquí, ví la forma en que tus papás siempre están para ustedes y no debo ser tonto para poder reconocer que aún si trabajan, hacen un tiempo para ustedes, Dongmin y Moonbin son prácticamente parte de tu familia y... — Sanha sintió sus ojos arder — Probablemente hoy llegue a casa, luego de haber convivido contigo, con Hyojeong, tal vez con tus papás y Jihoon, y lo único que veré es mi casa vacía para hundirme en mi cama, sólo. Las fotos que tienen ahí — dijo señalando la sala de estar — Los veo y no puedo evitar pensar que me gustaría poder llegar a casa y ver a mi familia ahí como antes.
Minhyuk comprendió algo en ese momento, captó por completo lo que Sanha estaba queriendo decir y, a pesar de querer intervenir, se dijo que lo mejor era que lo dejara hablar hasta que el menor sintiera que ha dicho todo lo necesario.
—C-Cuando estuvimos en el club, y-y la maestra dijo que debemos bailar en el fin de curso, sólo pensé que lo mismo sucedió cuando yo era niño, mis papás igual me llevaban a la escuela, veían mis presentaciones de primavera, me abrazaban mucho y luego íbamos a comer pasta junto a mi hermano...
Suspiró de manera pesada.
—Sanha...
—¿Pero sabes algo? No puedo quejarme, admito que... me está costando mucho no rendirme en lo que he avanzado y de verdad agradezco todo, pero verte aquí, verte a ti, siendo la mejor forma de decirme que no estoy solo y presentarme a tu familia como la que siempre quise, me hace pensar que tal vez soy yo el que no merece una familia de ensueño.
Y era cierto, porque la mamá de Sanha era una buena maestra, tenían una buena posición económica, además de que Jeonghan igual era muy bueno en su trabajo, la señora Yoon se preocupaba mucho por Sanha, siempre preguntando sobre su estado y otras cosas. Pero, ¿de qué servía una familia que sólo se preocupa de a ratos? ¿De qué sirve preocuparse si al final no van a hacer nada por ayudar? No sirve de nada, Jeonghan escondía esa preocupación en su trabajo al igual que su madre, guardando esos sentimientos de querer proteger a Sanha para eventualmente olvidarlos. La familia Yoon tenía muchos defectos, y es que, ninguna familia es perfecta, pero era algo triste poder apreciar que tanto la familia Park como la suya, tenían muchas cosas de diferencia pero aún así, se notaba mucho el esfuerzo de los Park en estar ahí para todos en sus mayores posibilidades.
Cosa que él nunca tuvo.
—Y de verdad, Minhyuk, de verdad tengo mucha envidia de poder venir y decir que me tratan como si fuera parte de ella, pero... no se siente nada lindo llegar a mi casa luego de una tarde espectacular con ustedes para que una casa sola me reciba.
Y era todo.
Honestamente, se arrepentía de haber dicho eso.
Minhyuk lo veía con pena, analizando sus palabras e hizo lo que menos esperaba.
Abrazarlo.
Abrazar era una costumbre que estaban tomando entre ellos, así que, Minhyuk lo envolvió en sus cálidos brazos, siendo notable la diferencia de estatura entre ellos porque Minhyuk le llegaba un poco más alto del hombro.
Sanha lloraba en silencio, devolviendo el abrazo mientras de reojo veía a Hyojeong caminar hacia ellos, también con un rostro preocupado.
La niña sin pensarlo corrió hacia ellos, abrazando a ambos.
—¿Escuchaste lo que dijimos, Hyojeong? — preguntó Minhyuk cautelosamente.
—Una parte — admitió — Oye Sanha... — llamó Hyojeong con disimulo — Tú eres una buena persona, no nos conocemos mucho... pero tú eres lindo y las personas lindas sólo merecen cosas lindas, y si quieres una familia linda... puedes ser parte de la nuestra.
Ahí Sanha entendió el parecido entre Hyojeong y Minhyuk, ambos ayudando sin recibir nada y dispuestos a escuchar todo.
Hyojeong solamente le regaló un beso en su mejilla y un abrazo más antes de seguir con sus deberes, sabiendo que Minhyuk y Sanha necesitaban un tiempo a solas.
—¿Puedo... Puedo confesar algo más? — preguntó Sanha, el contrario asintiendo para que continuara — Cuando tenía cinco años mi papá solía llevarme al lago Jinyang, íbamos antes de cada presentación mía en la escuela y teníamos la creencia de que ese lugar me daba buena suerte, íbamos un fin de semana ya que nos quedábamos en las zonas de Jinju y comíamos en un restaurante cercano.
Minhyuk se sorprendió al escuchar eso.
—Yo vengo de Jinju.
—¿Qué?
—Ahí nací, bueno, Jihoon y yo nacimos ahí y nos quedamos hasta que él cumplió los dos años, justo antes que Hyojeong naciera nos mudamos aquí.
—¿Conoces el lago Jinyang, entonces?
—Claro, no fui muchas veces pero sí las suficientes como para recordarlo.
—Es hermoso. — dijo Sanha sonriendo, olvidando todo lo que había dicho anteriormente y recordando el aspecto del lago, extrañando ir porque ya tenía casi nueve años sin visitarlo.
Minhyuk se quedó ahí, mirando a Sanha y apreciando su rostro, pensando en todo lo que el menor había dicho en los últimos minutos y agradeciendo a Hyojeong por estar ahí también.
Parecía que no, pero en realidad estaban avanzando.
Semanas atrás, Sanha ni siquiera podía hacer contacto visual con él o hablarle, ahora, incluso tomaba la iniciativa de abrazarlo.
Y cuando Sanha quedó ahí en el comedor, sumido en sus pensamientos, Minhyuk tuvo una idea.
Una magnífica idea que por más que sonara algo loca para él, era perfecta para ambos.
La tarde la pasaron en casa de Minhyuk, Sanha yéndose casi al caer la noche. Hablaron y Minhyuk pudo poner en calma su agitado corazón por la sinceridad de Sanha ante sus sentimientos encontrados en esa situación.
Sí, tanto Sanha como Minhyuk podían decir y jurar, que estando juntos, aún como amigos o de cualquier otra forma, se sentían correctos.
Muchas gracias por sus votos y comentarios, lo aprecio mucho <3
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