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03

Luego de tener la peor jornada escolar y vaciar su llanto en el baño, Yoon Sanha regresó a su casa.

Sólo, como de costumbre.

Caminó en la acera, cabizbajo y con algunas lágrimas bajando.

Cuando entró a su casa, pudo divisar a su madre y su hermano sentados en la cocina, ambos hablando sobre sus días en el trabajo y la escuela.

Jeonghan volteó rápidamente al escuchar la puerta de la entrada, queriendo ir y hablar con su hermano menor, sin embargo, cuando vio a Sanha subir las escaleras mientras lloraba, dejó todo rastro de felicidad para ir detrás de él, preocupado.

—Sanha.— le llamó, tocando suavemente la puerta de su habitación.— ¿Puedo pasar?

Sanha le hizo un sonido de aprobación, dándole paso.

—Sannie, ¿qué sucede? ¿por qué lloras?

La pregunta hizo a Sanha querer llorar más, sobretodo porque amaba cuando le llamaban Sannie, se sentía protegido cada vez que su hermano le hablaba de ese modo.

—¿Puedo sentarme?— prosiguió Jeonghan, señalando un espacio en la cama de Sanha.

—Sí.

—Hablemos, sabes que puedes confiar en mí siempre, ¿no?

Sanha no estaba en condición de querer hablar mucho, pero aún así, tenía la intención de querer soltarlo todo.

—¿Qué sucedió en la escuela? ¿Te hicieron daño?

—Yo mismo me lo hice, de nuevo.

Y lo único que pudo hacer, fue contarle todo a Jeonghan, su corazón latía desbocado y su mente le armaba un conflicto, Jeonghan sabía que su hermano menor era muy sensible, también sabía la condición que tenía y los problemas que vagaban por su mente, y no podía evitar sentirse culpable porque al parecer, Sanha llevaba mucho tiempo guardando sus problemas.

—Han, y-yo no sé qué hacer.

Sanha se hundió en el abrazo que Jeonghan le daba, disfrutando el cariño que su hermano era experto en darle y la atención que siempre estaba dispuesto a otorgar.

—Sanha, respira, tranquilo.

—T-Tengo miedo, tengo mucho miedo.

—Mira Sanha, sé que yo no estoy pasando lo mismo que tú, pero si algo sé Sanha, es que guardarme las cosas cuando necesito sacarlas hace daño. Estás asustado, lo sé, pero no tienes porqué guardarte todo, estamos mamá y yo aquí, siempre lo estaremos.

—No quería... no quería molestarlos... En especial a mamá.— sollozó.

—Jamás vas a ser molestia, Sanha, eres mi hermano, ¿recuerdas cuando te prometí que siempre vamos a cuidarnos cuando papá se fue? — Sanha asintió apenas — Pues mantengo eso, jamás voy a dejar que vuelvas a caer de ese modo. Además, tú dijiste que está este chico... Park Minhyuk, ¿no? Sannie, el miedo hacia las personas podrá estar siempre ahí, pero mientras nos enfoquemos en aislarnos por más cansados que estemos de estar solos, no nos llevará a mejorar, tal vez deberías intentar hablarle, ¿no dijiste que querías acercarte?

—Sí, pero hyung, cada vez que me voy a acercar siento que estoy por ahogarme, lo que nos pasó en el salón fue muy vergonzoso y no creo que quiera volver a acercarse a mí luego de que rechacé su ayuda.— agregó.

—O tal vez está dándote tu espacio.

—Lo dudo.

—Él dijo que su amigo junto a él estarían para ti si lo necesitabas, ¿alguna vez lo viste maltratar a alguien? ¿o hiriendo a algún compañero?

Negó.

—¿Tiene mal carácter? ¿O hay algo que te haya gustado o llamado la atención de él?

—Tiene fama de ser muy reservado, pero él... solía mirarme mucho, no puedo decir que me incomodaba como es de costumbre.

—Ahí lo tienes, ¿qué te hace pensar que tiene malas intenciones contigo? A mi parecer, podrías intentar acercarte a él, no tienes porqué confiar en él a la primera, simplemente puede hacerte compañía junto a sus otros amigos y tú mismo decidirás si te sientes cómodo ahí. Me dijiste que tú querías llamar su atención, pero sabes, yo creo que él tenía su atención en ti desde antes.

Sanha no quiso escuchar más, su silencio le hizo saber a Jeonghan que deseaba estar un rato más a solas, y él respetó el espacio de su hermano menor.

Ese día, a pesar de ser ayudado, Sanha se hundió en los problemas que su mente le daba, sintiéndose más culpable de lo normal porque Jeonghan estaba ahí, su mamá... hacía lo que podía o algo así.

Y aún así, él no tenía el valor para decirles que cada día, se sentía más atormentado.

Minhyuk amaba comer.

Cuando Minhyuk se sentía nervioso o tenía algún problema, comer era su solución, o bailar, pero comer era por mucho una mejor opción en ese instante.

Dongmin sólo observaba como Minhyuk estaba a nada de ahogarse con la hamburguesa que se encontraba comiendo, o tragando, mejor dicho.

Dongmin había llevado a Minhyuk a comer para que este se tranquilizara luego del asunto muy incómodo sobre lo que había pasado con Sanha.

No es como que Minhyuk se hubiera sentido en exceso herido, sino que la preocupación que era muy evidente en él estaba por sacar de sus casillas a Moonbin y Dongmin.

—Minhyuk, te vas a atragantar, come más despacio.

Minhyuk se dio cuenta de que estaba comiendo como salvaje, su expresión volviéndose una avergonzada porque Dongmin comía con toda tranquilidad mientras él parecía comer como un animal.

—Lo siento.

—No te preocupes, sólo ten un poco de cuidado.— comentó Dongmin sonriéndole —Ahora, habla conmigo.

—¿Eh?— soltó el más bajo, extrañado.

—Habla conmigo, sé que hay algo que te está incomodando o que no te deja tranquilo... y también es muy obvio que no nos quieres decir a Bin y a mí, pero estoy dispuesto a escucharlo.

Tomó una respiración profunda antes de hablar.

—Es que... quiero ayudarlo, Dongmin, tengo muchas ganas de ayudarlo, me gusta demasiado, y... me hace sentir muy mal el no poder hacer demasiado por él.

—¿No crees que sea sólo un gusto pasajero?

—Lo dudo.

Minhyuk no quería hablar, lo único que deseaba era terminar de comer y comer más, opacar ese sentimiento que le decía que Sanha no estaba bien y que debía ayudarlo.

Dongmin sabía que Minhyuk poseía un alma en demasiado amable, las cosas a su alrededor no pasaban desapercibidas, especialmente si eran problemas, así que hacía lo posible por ayudar. Era alguien callado, sí, pero la iniciativa de mejorar en muchas cosas hacía de su persona alguien cada vez mejor, y Dongmin no podía evitar pensar en lo orgulloso que se sentía de tener un amigo como él.

Pero al mismo tiempo, no soportaba ver cómo las preocupaciones lo carcomían por dentro.

—Ven, Minhyuk, vamos a tu casa.

Salieron del lugar, pasando por la parada de autobuses, el clima estaba frío y lo más probable es la lluvia comenzara, así que, ambos, sentados en la parada, sólo se quedaron el silencio.

—¿Se ha ido el autobús?— preguntó una voz desconocida.

Levantaron la vista para observar al chico que estaba frente a ellos, con un paraguas en mano y un bulto colgando de su hombro.

—No, aún no cruza.

—Gracias.

El chico se sentó a lado de Dongmin, comenzando a platicar con ellos al instante, incluso cuando el autobús hizo su parada y los tres se subieron, siguió hablando con ellos sobre lo malo que se veía el clima y por algún motivo, empezó a hablar sobre su carrera de contaduría.

Dongmin y Minhyuk no sabían bien como reaccionar ante ello, sobretodo porque el chico era un desconocido pero les inspiraba confianza, lo que era mucho más extraño.

Hasta que se tuvo que bajar.

—Oh, mi parada, por cierto, un gusto hablar con ustedes.

—Claro, nos vemos...

—Jeonghan.— contestó — Yoon Jeonghan.

Cuando se bajaron ambos caminaron lentamente hacia casa de Minhyuk, recibido por el cariño de sus papás y sus hermanos menores, que igual abrazaron a Dongmin.

El más bajo seguía pensando en la gran coincidencia del chico del autobús y el apellido, diciéndose que era muy paranoico y que había muchísimos Yoon en Corea, pero su conciencia le decía que no, que podía ser algo relacionado.

Su mente simplemente amaba jugar con él.

Minhyuk sabía que nada estaba bien, pero de esa misma forma, se dijo a sí mismo que todo se solucionaría poco a poco, esperaba con todo su corazón, que Sanha pueda estar bien.

Dongmin cenó con ellos, como todo buen amigo, Dongmin permaneció con él hablando sobre su club y tratando de animar el mal sentimiento que Minhyuk tenía.

—Quiero saber una cosa.— soltó Dongmin de repente.

—Adelante.

—¿Por qué te empezó a gustar? Sé que puedes decirme que porque es lindo y todo, pero Minhyuk, has estado observando a Sanha desde que entró a tu club y aún no termino de entender el porqué o qué es lo que te gustó.

Minhyuk suspiró.

—No lo sé exactamente... Creo que fue más el hecho de que era muy tímido, muchos lo trataban como si fuera un bebé en el club, todo lo hace con una delicadeza que te hace creer que le teme a todo, no quiero... no quiero pensar que es así, pero igual noté que todo lo sobre piensa. Tiene una cara muy linda, es tan lindo y... me cuesta mucho trabajo entender porqué no puedo acercarme a él.

—¿Sólo eso?

—Siento que me entendería muy bien con él.

—¿Sientes?

—Sí, Dongmin, tú sabes que no soy la persona más social del mundo, pero he sabido sobrellevar ese miedo, tú y Bin me han ayudado mucho y creo que es eso mismo, que yo tuve la ayuda de ustedes y Sanha no tiene a nadie fuera de su familia que lo apoye, y tampoco conozco a su familia para saber si lo ayudan y, creo que empezó a gustarme desde que el sentimiento de querer protegerlo vino a mí.

—¿Es por eso que quieres acercarte a él?

—Creo que sí.

—Minhyuk, aunque no lo parezca, estás más cerca de lo crees.

—¿A qué te refieres?— Minhyuk odiaba cuando Dongmin se ponía en su plan de sabio y filósofo.

—Dejaré que lo pienses.

—Jódete.— bufó.

—Yo también te quiero.— le contestó Dongmin sarcásticamente antes de salir del cuarto de Minhyuk para dejar la casa e ir a la suya.

Era cierto, ambos estaban más cerca de lo que creían. Sólo eran demasiado miedosos para verlo.

Moonbin despertó con la idea de que su día iba ser muy productivo.

Lo cual desapareció cuando llegó a la escuela y recordó que tenía que ir al club.

No malentiendan, Moonbin ama el club, lo que arruinaba su día, era el proyecto de parejas.

Minhyuk y Sanha aún no sabían que iban a trabajar juntos.

El horarios escolar había finalizado, y Moonbin no exageraba cuando decía que estaba a nada de tener un ataque por el miedo de sus reacciones de ambos cuando supieran todo.

No iba a mentir, estaba muy asustado.

—Chicos, aún faltan personas por confirmarme con quiénes van a trabajar en sus coreografías.— empezó la maestra, hablando.

—Hey... ¿trabajamos juntos?— le preguntó Minhyuk, un poco triste porque en realidad quería esa oportunidad para trabajar con Sanha.

Si sólo supiera...

Bin visualizó a Sanha parado junto a la barra de ballet que estaba en la pared, concentrado mirando sus pies sin prestar atención a lo que le maestra decía.

—Ehm, no lo sé, yo...— Moonbin había comenzado a ponerse nervioso.

—¿Ya tienes pareja? No hay problema Bin, sólo dime — Minhyuk le miraba extrañado por su reacción.

—Bien, observando que varios aún siguen sin encontrar a sus parejas — dijo la maestra —Aquí tengo la lista de quienes ya tienen la suya, para que vayan ubicando quiénes aún no tienen.

Y comenzó a leer, mencionando a todos y Moonbin quería encerrarse por lo que estaba a punto de decir.

—Park Minhyuk y Yoon Sanha.

El mundo de Minhyuk se detuvo.

Su vista voló hacia el otro mencionado que tenía los ojos bien abiertos y la cara roja de la vergüenza.

—Y son todos... Bin si gustas puedes trabajar con Juyeon o con...

Pero Moonbin no estaba escuchando, sólo miraba el rostro de Minhyuk que expresaba confusión, queriendo decirle a la maestra que todo era un malentendido.

Por más que quisiera trabajar con Sanha, la idea ya estaba hecha, Sanha necesitaba su espacio y a menos que demostrara lo contrario, permanecería de ese modo.

—Entonces... ¿Bin?— llamó la maestra por segunda vez.

—Y-yo oh... sí, trabajaré con Juyeon — musitó difícilmente.

—Bien, entonces, la clase de hoy se las dejaré para que discutan sobre las canciones que van a bailar y si ya las tienen, comiencen su coreografía.

Minhyuk sintió que nada estaba saliendo bien, así que, con tal de arreglar el "error" en la lista, caminó hacia la maestra para hablar con ella.

Aunque antes de llegar, alguien le tomó el brazo, impidiendo caminar lo suficiente.

Minhyuk jamás esperó que Yoon Sanha fuera quien quería hablarle.

—Hola... yo... uhm... ¿Deberíamos... empezar a trabajar?

Y bueno, tal parecía que todos se habían puesto de acuerdo para dejar a Minhyuk fuera del contexto de todo, estaba más que confundido.

Pero veía la ilusión en los ojos de Sanha, podía ver la vergüenza y el esfuerzo que el chico estaba haciendo por hablarle y él, no podía arruinarle eso.

—¿Estás bien con ello?— preguntó pensativo.

Alcanzó a ver el sonrojo del menor acompañado de un asentimiento.

—Sí, todo bien.

Con intención de tranquilizarse y transmitir esa calma a Sanha, le regaló una sonrisa. Y Sanha no podía estar más que agradecido con ello, haber hablado con Minhyuk era hasta ahora, su mayor avance desde que todo lo horrible empezó.

Tal vez todo empezaría a mejorar a partir de ahora.

¡Muchas gracias por leer!

Cabe aclarar que no quiero alargarle mucho el drama a esta historia así que ya verán que poco a poco todo estará siendo más fluff y tranquilo.

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