01
—Y uno... y dos... y tres... y ¡salto!
La maestra indicaba la secuencia de pasos, corrigiendo y notando hasta el más mínimo detalle en cada bailarín.
Sanha solamente observaba a sus compañeras bailando, en ese momento las chicas usaban sus características medias de ballet y las zapatillas de punta, se veía doloroso.
La música que sonaba le hacía querer dormir pero tampoco quería irse, su madre había cocinado sopa y la temperatura ambiental estaba extremadamente caliente, no quería ni un bocado de esa comida.
Pero lo peor estaba por venir, lo supo, lo dedujo.
Especialmente en el momento que la maestra mencionó algo así de "bailes en parejas".
No. Por favor. No.
No quería trabajar con nadie, corría riesgo de ser excluido y no podría soportar eso, se sentiría muy mal.
Para su buena suerte, el timbre sonó, todos tomaron sus cosas y comenzaron a salir dispuestos a largarse a sus casas, pero Sanha prefería evitar todo eso.
—¿Iremos con Yiren y Minho?
La voz un poco rasposa de Minhyuk sonaba en el salón, había estado tan distraído que no notó la presencia de su amor platónico junto a la de Moonbin, hablando sobre alguna junta.
—Sí, Minho dice que estaremos en la cafetería esa que está junto al restaurante de la familia de Yiren.
Alguien diga todos los insultos posibles. Esa cafetería de la que hablaban estaba justo en frente de la casa de Sanha. Sabía que Yiren era su vecina y que el restaurante aquel era de su familia, pero no se esperaba que Minhyuk y Moonbin se llevaran con la chica.
No quería parecer que los estaba persiguiendo, así que durante su camino a casa, se la pasó a una distancia demasiado considerable de ambos amigos.
Tampoco quiso prestar atención a la plática que estos tenían mientras caminaban, así que durante todo el trayecto, se la pasó mirando hacia el suelo como si sus zapatos y la acera fueran lo más interesante del mundo.
Una vez notó que ellos ya habían entrado a la cafetería, corrió como nunca a la puerta de su casa y subió a su habitación.
Desde su ventana vio a Minhyuk y Moonbin sentarse con dos personas más, pensó que era ese tal Minho y a Yiren ya la conocía.
Decidió que mejor haría su tarea, de verdad quiso hacerla, pero su ventana lo llamaba para seguir mirando a Minhyuk a través de esta.
Así que eso hizo, observó desde esa distancia a Minhyuk, riendo con sus amigos y comiendo, por ratos se concentraba solamente en comer y por otros comentaba algo y sonreía alegremente.
Sanha pensó en ese momento que Minhyuk era demasiado reservado, sí, tenía fama de ser muy apegado a eso de que solamente tiene unos pocos amigos en los que confiar, y estaba bien, al menos tenía amigos.
Sanha no tenía casi ninguno, por no decir que realmente no se lleva con nadie.
Sanha tenía la mínima idea de que Minhyuk quería ser su amigo, y por esa misma razón le miraba demasiado. O solamente era demasiado raro y por eso no podía pasar desapercibido a una persona que es demasiado atenta.
Y no se negaría, Sanha estaba cansado de estar solo, si Minhyuk quería ser su amigo, Sanha lo aceptaría, era mejor eso, aún si Minhyuk se le acercaba por pena, estaba bien, pensó tristemente.
Y la tarde pasó, Minhyuk y Moonbin se retiraron de la cafetería unas horas después y tomaron el autobús que paraba en la esquina.
Al fin del día, Sanha no hizo nada de tarea.
—¿Le hablarás?
Era muy temprano, y Moonbin ya se encontraba molestando.
—¿Cuántas veces te he dicho que no lo haré?
Moonbin estaba a nada de tener un ataque y quería más que nada golpear a Minhyuk.
—¡Ahhh! Minhyuk, si te gusta háblale y listo.
—Bin... No es que no quiera, ¿sí? Es solo... que creo que él es una persona muy tímida y no quiero que malinterprete mis intenciones con él.
—¿Pues qué intenciones le traes?
—Cierra la boca.
—Por favor Minhyuk, has estado enamorado de ese chico desde que entró al club y mientras tanto... ¡otra persona se puede acercar a él!
Minhyuk tensó su mandíbula al pensar en que alguien podría acercarse a Sanha con otras intenciones que no fueran buenas.
El chico tenía pinta de ser muy noble e inocente, y Minhyuk por nada del mundo quería que alguien le hiciera daño.
Entonces tendría que actuar rápido.
—Entonces....
Pero pensó en algo.
¿Qué tal si sólo se estaba dejando llevar y Sanha no era como parecía ser?
No quería pensar que Sanha era alguien malo, es decir, era una cosita tierna, a sus propios ojos.
—Lo... Lo pensaré.
Moonbin le soltó un golpe en el hombro antes de salir corriendo.
Pero Minhyuk no le prestó atención, su mente estaba invadida en Sanha y pensando qué podría hacer para hablarle sin arriesgarse demasiado.
Lo haría.
¿Cuándo?
Tal vez luego.
Es cierto que Minhyuk no es tan social y mucho menos muy desesperado por hablar con las personas, apenas y se llevaba con Moonbin, Dongmin por ser novio de su amigo y unos cuantos amigos más.
Pero tenía la pequeña esperanza que Sanha era diferente.
A Minhyuk le dolía un poco ver que Sanha se la pasaba solo en todo el rato, no quería creer que alguien lo molestaba y mucho menos que era excluido entre los demás, Minhyuk era un año mayor que él y jamás había experimentado eso de ser apartado, al contrario, le gustaba apartarse porque no era muy fanático del afecto y de mucha gente a su alrededor.
Entonces tuvo una idea.
Sabía que Moonbin ya había intentado antes acercarlo a Sanha, y todos sus intentos habían sido un fracaso.
Pero no importaba, Moonbin sabía lo mucho que le costaba a Minhyuk acercarse a otros debido a carácter y la gente no era algo que le gustara, o al menos no apreciaba mucho socializar demasiado con desconocidos. Y Sanha, bueno... Sanha era casi lo mismo, pero el triple, además de que era ansioso y tímido.
Su idea no fallaría, se aseguraría de eso.
Lo consideraba como un plan maestro en medio de la catástrofe que estaba a punto de iniciar en su vida personal, pero, ¿importaba?
No tanto.
Porque después de todo, tendría a Sanha, al menos como amigo, y se aseguraría de que así fuera.
Sanha despertó con la culpabilidad a flote porque ignoró sus tareas y prefirió acechar a Minhyuk desde la ventana cuando él había estado en la cafetería.
No estaba seguro de qué tipo de relación tenían Minhyuk y Moonbin con Minho y Yiren, y era un poquito triste pensar que posiblemente alguno era su pareja y mientras tanto, Sanha ya se había hecho para sí mismo unas ilusiones con que podía llegar a algo con él.
Que tonto.
No pudo evitar sentirse mal ante eso, su corazoncito estaba algo roto de pensar que Minhyuk sólo lo veía por algún interés o favor y en realidad no quería ser su amigo.
Sanha se encontraba muy ilusionado de que por fin iba a tener algún amigo. Su mamá había lidiado mucho con las pláticas por parte de las maestras que decían que Sanha se apartaba del mundo, pero no siempre era cierto.
La verdad era que Sanha era demasiado excluido de las actividades grupales en su escuela cuando era niño, así que debido a eso, su inseguridad quedó como una costumbre al momento de socializar.
Pero esta vez, Sanha quiso olvidar por una vez en su vida los pensamientos negativos sobre sí mismo y sobre las personas.
La curiosidad que él comenzaba a sentir sobre Minhyuk era desbordante, de verdad, tenía muchas ganas de acercarse. Dongmin ya se había acercado a él antes pero su ansiedad no colaboró, así que Dongmin por el momento no era más que un conocido, sin embargo, sabía de la relación que tenía Dongmin con Moonbin, quien es mejor amigo de Minhyuk.
¿Podría considerar eso como un plan?
No lo sabía, pero si estaba decidido de algo, era a empezar a superarse para poder entablar conversación con alguien, hacer algún amigo tal vez...
De tan solo pensar en eso, su corazón comenzaba a latir demasiado rápido y juraba estar a nada de tener otro ataque, pero sabía que poco a poco lo haría.
Tomó sus cosas para ir a la escuela, no tenía muchos pendientes para ese día así que sus preocupaciones no se iban más allá de las tareas que debió hacer y no hizo.
El camino en el auto era aburrido, o al menos para él, porque su mamá no dejaba de hablar y su hermano tampoco. Sólo sintió cuando su mamá posó su mano en su pierna, deteniendo esta de estar sacudiéndola por su desesperación.
—Sanha, para ya con la pierna.
Él se detuvo, un poco apenado del señalamiento y la voz dura de su mamá, casi un reproche.
—¿Desayunaste hoy? Estás pálido.
No había notado eso, al mirarse a sí mismo en el espejo retrovisor del auto, se vio pálido y algo sudado.
—Sí, mamá.
Su hermano tenía rostro preocupado, se veía demasiado metido en saber qué le sucedía que él sólo pudo pensar que no quería preocuparlo más.
Al llegar, se bajó lo más rápido posible, corriendo por el pasillo para acabar encerrado en el baño hasta que el timbre sonara y tuviera que entrar a clases.
No se había dado cuenta, que desde el momento que él llegó, la mirada de tres personas habían permanecido sobre él, aún sin conocerlo, sabiendo que no se encontraba bien.
El baño era un lugar demasiado cerrado, así que Sanha, dentro de un cubículo, simplemente comenzó a llorar. De la nada, sintió demasiadas emociones sobre sí mismo y no pudo evitar pensar que estaba siendo algo ridículo, es decir, sentía una opresión en el pecho y mucha presión encima, pero no sabía el porqué.
Se sentía inútil, muy encerrado y demasiado mal.
Lo peor era no saber la razón.
El timbre sonó por toda la escuela pero él no se movió, sólo permaneció ahí. Cubriendo su cara con sus manos aún si nadie podía verlo.
La primera hora de clases pasó demasiado rápido, pero no le importaba, de todos modos en su salón no se llevaba con nadie y de ese modo nadie preguntaría por su ausencia.
Porque tal vez no le importaba a nadie.
Nadie estaría preocupado por él.
No era más que un llorón que no tiene amigos más que su hermano.
Salió después de dos horas, justo cuando el descanso estaba por iniciar, pero no hizo nada relevante, sólo caminó para recoger su comida en la cafetería y fue al patio.
Si lo pensaba bien, estuvo andando por toda la escuela y nadie se dio cuenta de que no entró a ninguna clase.
Pero luego recordó su asistencia al club y todo su plan de escaparse falló. Porque en el club ya llevaba varias faltas y si no iba a alguna clase más, lo expulsarían.
Estaba tan en su mente y sus pensamientos mientras tomaba un poco de la leche de frutilla que había comprado que no prestó atención a la presencia de Minhyuk y Moonbin en la sala de ensayos, quienes no dejaban de mirarlo.
La clase comenzó y la actitud y pocas ganas que Sanha traía eran muy evidentes, de todos modos, la mayoría ahí se encontraba tan concentrados en otra cosa que no sean las clases que la maestra decidió darles un descanso y aprovechar ese tiempo para hablar con todos sus alumnos.
—Chicos, ¿ya pensaron con quien van a hacer su baile en parejas?
Oh no.
Sanha había olvidado completamente ese detalle y ahora que se lo habían recordado, sentía como la presión se le subía encima y la forma en que su desayuno del día estaba a nada de ser vomitado.
Varios alumnos comenzaron a decir los nombres de sus parejas e incluso algunos dijeron directamente las canciones que planeaban bailar.
Su piel se le hizo chinita, ya casi todos habían mencionado a sus compañeros y al parecer solamente él no tenía una pareja.
Claro, hasta que notó que en la clase habían faltado tres alumnos y Minhyuk ya no se encontraba en el salón, solamente Moonbin estaba ahí, pero Sanha asumió que Minhyuk trabajaría con él.
—Sanha, ¿con quién vas a trabajar?
Volteó a ver a la maestra, sintiendo su sudor bajar por su frente y el corazón muy intranquilo.
—Yo... ehm.
—Moonbin, tú tampoco tienes pareja, ¿cierto?
Moonbin quiso decir que ya la tenía, pero recordó todo lo que Minhyuk le había dicho así que al momento en que iba a responder, fue interrumpido.
—Maestra, ¿puedo salir un rato? No me siento muy bien.— Sanha se veía pálido, muy inestable, incluso se le veía temblar.
—Claro, ¿te sientes bien? ¿Necesitas que te llevemos a la enfermería? Podríamos–
—¡No! Digo... No, gracias, sólo... sólo será un momento...
Sanha caminó rápidamente a su mochila y tomó en sus manos la cajita de leche que no había gastado con intención de seguirla bebiendo afuera.
Todos tenían la mirada atenta sobre él, y Sanha no podía sentirse más observado y con su privacidad algo invadida.
Sin embargo, todos quedaron impactados al momento en que Sanha abrió la puerta y un golpe sonó en toda la habitación.
Las mochilas de todos los alumnos estaban amontonadas cerca de la puerta, así que Sanha, sumido en su desesperación no pudo evitar enredarse los pies con todos los objetos ahí, y es que aún si trató de alejarse y poder salir como cualquier persona normal haría, no pudo.
No en el momento en que Minhyuk abrió la puerta, regresando del baño, y lo único que pudo ver fue a Sanha cayendo hacia él y la leche de frutilla en sus manos salir volando.
Y caer en su cabeza, literalmente.
De un segundo a otro, Minhyuk se encontraba bañado en la leche que Sanha había comprado. Los alumnos y la maestra quedaron aún más sorprendidos cuando vieron a Minhyuk manchado por el líquido y para terminar de arruinar la situación, Sanha también había caído.
Y al igual que la bebida, cayó sobre Minhyuk, dándose este un fuerte golpe en la cabeza tras el impacto del peso del menor sobre él y el suelo.
Sanha sólo supo que de la nada, se encontraba encima del cuerpo de alguien que apenas había entrado, ajeno a quién era la persona, lleno de vergüenza y humillación por su torpeza.
Y mientras todos veían la situación como si fuera la mejor película, Moonbin quiso gritar y saltar porque de alguna forma, ese acercamiento había resultado mucho más cómico de lo que jamás imaginó.
Incluso comenzó a reír un poco bajo, pensando que Minhyuk había ideado un plan que al fin y al cabo no sirvió porque en ese momento, Sanha y Minhyuk habían tenido el encuentro más vergonzoso y menos esperado.
Pero valdría la pena.
Moonbin estaban seguro que esa caída y los pasos inseguros de Sanha hacia Minhyuk, iban a valer absolutamente todo.
Era parte de, después de todo, Moonbin veía venir la preocupación de Minhyuk y muchas cosas más, pero en ese momento, sólo pudo prestar atención a la mirada de ambos, sorprendidos porque sin saberlo, su historia recién comenzaba.
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