Prólogo
El día me recibió con su peor rostro, un cielo gris y nublado mostraba sus nubes de lluvia obligándome a entrar a mi casa. No, perdón, a la casa del Vizconde Rasford.
¿Tú qué harías si alguien te dijera que estás por reencarnar en el mundo del videojuego que estás jugando?
Probablemente te pondrías a jugar algún juego bueno, si, yo haría lo mismo. Probablemente algún Isekai harem brillante y colorido, los odio, pero es el mejor mundo que se me ocurre, no creo que nadie quisiera ir a un Call Of Duty teniendo en cuenta que una vez mueres es Game Over.
Sin embargo... ¡Este no es el Isekai que quería!
Miré a mi alrededor; Las islas flotaban al igual que las naves que viajaban surcando las nubes en los cielos como colosales ballenas aéreas.
Éste sin duda es ese juego Otome.
Aquel juego por el cual morí, aquel que es el sueño húmedo de las feministas.
Me aguante el dolor de cabeza que sufría por recibir recuerdos de otra vida, solo golpeé el suelo con frustración.
—¿¡Porqué, porqué, porqué?!
Me preguntaba bastante molesto. Nací como tercer hijo de una casa Vizconde.
No puedo evitar molestarme al saber lo que me depara.
Ser un militar y morir en batalla. Eso pasaba en las escenas de guerra, muchos nobles en armaduras volaban a morir, obviamente no eran los herederos que luchaban disparando desde aeronaves protegidas por embarcaciones enteras si no que eran los segundos, terceros y demás hijos.
¡No permitiré eso!
Prometí que haría está vida increíble, prometí no volver a ser miserable. Prometí que no sufriría en el infierno que hundirá a Holfault.
Por eso... ¡Por eso lucharé!
◇◇◇
A pesar de no haber nacido como uno de los objetivos de captura parece que dios fue bueno conmigo pues mis habilidades mágicas crecieron rápidamente. Solo tuve que estudiar 13 horas diarias, ¡Es una ganga!
Por cierto, es sarcasmo por si alguien no lo entendió. Mis habilidades era, a lo sumo, deficientes.
En otras noticias, mi hermano mayor, el segundo hijo, murió de forma misteriosa por lo que tomé su lugar. Deseo desde el fondo de mi corazón que algo malo le pase a mi hermano mayor, el primer hijo, en la capital real.
Así pase diez años, hasta que un día...
—Tenemos que hablar.
Por el rostro de mi padre puedo suponer que no me dará las buenas noticias que mi hermano mayor sufre de una enfermedad y ahora yo seré el heredero.
—Iras a la guerra.
—¡Me niego!
—No es posible, Olga —La esposa oficial—, ya hizo el acuerdo.
Ya veo, me manda a morir... Esa vieja bruja planea cobrar una subvención por mi.
¡Maldita sea!
Golpeé la mesa sin desearlo.
—¿Cuándo iré?
—Partes en medio año.
¿Seis meses, eh?
Estoy por ser mayor de edad pero como aún me faltan unos meses no puedo ir a la guerra por eso deben haber esperado hasta el próximo reclutamiento para mandarme al frente.
—¡Padre! ¡Conquistaré un calabozo!
Mi padre me miró confundido, su rostro expresaba; "¿Qué está pensando mi tonto hijo este?"
—¿Sabes lo complicado que es eso?
—¡Dame una espada y un rifle, volveré en cuatro meses con fortuna y tesoros!
Mi padre nunca ha sido de gastar recursos a lo loco, por eso la prosperidad de la casa es constante no ganamos grandes cantidades pero tampoco tenemos tantos gastos. Él debió ver la confianza en mi mirada pues no solo me dio un pequeño barco si no que también me dio una armadura para caso de emergencias.
Esto no es nada barato.
Partí inmediatamente después de haberme despedido de mis lindos hermanos menores, de mi padre y de mi madre, la amante de mi padre.
¡Hacía Luxon! ¡A por el objeto trampa!
Viaje por un mes entero hasta que finalmente encontré la isla, después pase un mes y medio buscando en la inmensa isla donde estaba el cuerpo principal de Luxon. Maldita sea, esto me gano por no anotar las coordenadas cuando mi memoria estaba fresca.
Cuando finalmente encontré las instalaciones me perdí durante una semana robando suministros y comida en polvo que había en el lugar, afortunadamente esto no caduca. Finalmente después de tanto sufrir la vi... ¡Aquella hermosa nave espacial!
—Oh preciosa tu serás mía... —dije mientras usaba la tarjeta de seguridad que robe del cadáver de un tal Thomás para acceder al panel de control de la base.
Al momento de abrir la puerta... Un inmenso robot apareció ante mi.
—¿¡Whoa?! —Me caí de trasero, esto no paso en el juego.
Me lamenté por dejar la armadura afuera.
[Los intrusos deben ser eliminados.]
Su voz mecánica me congeló la sangre.
—Err... ¿Si te muestro mi tarjeta de autorización me dejas pasar? —mostré la tarjeta de identificación audazmente cubriendo la cara del tipo.
[El rostro está cubierto, no puedo identificar los rasgos. Pero los signos vitales de la tripulación cesaron hace mucho. Eres un intruso.]
Mierda... Maldito gringo inútil... Espera... ¿Gringo? ¡Si, es verdad! ¡Su nombre es muy estadounidense, si uso lo que aprendí en clase debería poder convencerlo!
¿Tal vez al final si sea útil aprender inglés?
—Soy yo. Unidad de defensa no ataques. —dije eso en mi mejor inglés.
Cuando dije eso el robot se detuvo, ¿Eso funcionó?
[¿Inglés? Ustedes la nueva humanidad no deberían poder saber inglés.]
—¡Déjame pasar! —seguí hablando en inglés.
La máquina estuvo claramente en un dilema.
[¿Cuál es tu nombre?]
Me preguntó en un inglés digno de Google Traductor.
—Thomás Rigerman.
Dije el nombre en la tarjeta.
La máquina lentamente se hizo a un lado y me dejó pasar.
[¿Ya es momento de continuar la misión?]
—Algo así.
No sé cuál estúpida misión habla, pero ahora tendrás la misión de ayudarme a tener una vida increíble.
Accedí al panel de control fue curioso que lo primero que me pidió era seleccionar el idioma, naturalmente seleccione español y coloqué mi mano para registrarme como maestro.
Sonreí satisfecho, logré pasar las defensas solo con inteligencia.
[Detecto sangre de la nueva humanidad en ti, pero también hay restos de la humanidad, eso es científicamente imposible, ¿Cómo?]
—Bueno, te engañé. No soy Thomás Rigerman, solo soy un reencarnado muy astuto que sabe inglés ¡JA JA JA!
Me reí orgulloso de mi victoria.
[Ya sabía que no eras Thomás Rigerman.]
¿Cómo una voz inorgánica puede sonar tan irónica y malhumorada a la vez?
[Solo quería tu información genética. Si no tuvieras rastros de la antigua humanidad me hubiera autodestruido.]
—¿¡Espera qué?! ¿¡Vas a autodestruirte?!
[No, ahora no.]
Suspiré aliviado.
—Eso es bueno, te busqué para no morir no para suicidarme.
[Aceptaré tu registro, parece que estaremos juntos algún tiempo, eso es bueno, así podré estudiar cómo es científicamente posible que posea sangre de ambas especies. Maestro, por favor deme un nombre.]
—¿Un... Nombre? —me quedé en silencio, no pensé en nada, supongo que solo usaré el del juego—. Entonces Luxon, te llamaras Luxon.
[Luxon. Nombre registrado.]
—Muy bien Luxon, ahora veamos el hangar.
—Entendido maestro.
Fuimos al hangar. Estaba muy destruido sin duda, pero fue... Impactante.
Estaba lleno de aeronaves de todo tipo, como decirlo, era una gran variedad y parecían todas muy costosas.
—Err... ¿Qué es esto?
—Son las aeronaves que quedaron, maestro.
Recordé una cosa cuando vi una pequeña aeronave; Compré esa, la más barata, pensando que podría ahorrar un poco de dinero. Después seguí comprando intentando ahorrar hasta que compre más de lo que hubiera gastado comprando el objeto más caro, así que me rendí y compré a Luxon.
Estaba feliz de ahora tener todas estas naves, sin embargo... ¡No comí casi 3 días solo por pagarme esas naves!
Recordé con tristeza mientras me hundía en el suelo hecho bolita. Sin duda fui miserable, muy miserable. Y ese maldito juego Otome tiene una gran responsabilidad.
[Maestro levántese, se mira muy penoso. Me hace arrepentirme de mi decisión.]
Acepté de mala gana y miré las armaduras, sin duda esto me servirá.
◇◇◇
Habían pasado ya cuatro meses desde que Adeuz partió de aventura, Olga Fou Rasford estaba bastante molesta porque su padre lo dejo escaparse de una aventura sabiendo que debía ir a la guerra.
—¡Seguro se escapo! Eso sí el bastardo no se murió.
—Mi hijo volverá.
—¿Cuándo? No puedes asegurar nada. Debemos ir preparando una disculpa al palacio por tu irresponsabilidad. Solo ruega a Dios que no aprovechen la oportunidad para destruir está casa.
—Yo... —El jefe de la casa intentó hablar sin embargo Olga no le permitió decir nada más.
—Tu amor por ese niño pudo haber condenado a esta casa campesina. —Salió de la casa con su nariz exhalando aire caliente del enojo.
Mientras paseaba camino a su aeronave pudo ver cómo el sol era eclipsado por una sombra.
Cuando vio la inmensa isla flotante de varios kilómetros no pudo evitar caerse, sus piernas no aguantaron toda esa grasa de su cuerpo.
Lo más aterrador era que esa isla tenía todo lo de una aeronave, es decir, algún loco hizo de su isla un buque de batalla y logró hacer que se moviera.
—¿¡Q-, Qué es eso?! —gritó a todo pulmón atrayendo la atención de todos en la casa.
Tembló temiendo lo peor; Una invasión. Serían conquistados y ella como jefa de la casa sería asesinada. Su mente rápidamente pensó en la posibilidad de ofrecerse como esposa al jefe de este inmenso buque.
Todo su miedo se convirtió en avaricia al ver las pequeñas embarcaciones que bajaron llenas de oro y plata.
Poco después la avaricia y la envidia se transformaron en ira al ver quién encabezaba la formación.
—¡Miren quien conquistó una mazmorra! —exclamó Adeuz con una sonrisa mientras bajaba de aquel barco pequeño que encabezaba la formación.
—¡Hijo! ¡Sabría que volverías! —Su padre, Monred Fou Rasford fue hacia él con sus ojos cristalizados.
Ahí padre e hijo se dieron un abrazo de reencuentro.
—Volví, padre.
—Parece que has conseguido un buen tesoro para la familia. —interrumpió Olga.
—¿Para la familia?
—Si, esto es de tu padre ¿No? Ah, se un buen hijo y dame ya esa aeronave. Tú no puedes usarla bien.
—Esto es mío, no de mi padre.
—¿E-, eh?
—Ya tengo 15 años, aunque no creo que recuerdes mi cumpleaños. Pero, para tu información, ya soy un adulto independiente que hace un mes se registró como aventurero. El gremio reconoce todo esto como mío no como de mi padre. Los usaré como fondos militares.
Adeuz deliberadamente dijo eso para hacer enfadar a Olga, ya no podía amenazarlo con mandarlo a la guerra y además de ello estaría frustrada por qué aún si él muere en el frente todo su botín se lo llevarán los buitres del campo de batalla y ella recibirá una miseria de subvención.
—Hijo... ¿Tú aún irás a la guerra?
—Por supuesto padre, pienso usar esta aeronave para hacerme un nombre en el ejercito. Después volveré así que espero me hagas una celebración en ese momento.
—¡Ten por seguro que lo haré!
—¿En serio vas a dejar sin nada a tu padre? ¿Él que te dio todo? ¡Que malagradecido!
Olga intentó atacar al chico en dónde más le duele; Su familia cercana.
—Es verdad, no puedo ser tan malagradecido.
Los ojos de la vieja gorda brillaron, ¡Lo consiguió! ¡Consiguió esa fortuna de ese estúpido chico!
—Muy buen chico, entonces entrega rápidamente ese dine-
—Construiré un puerto capaz de estacionar a mi flota de aeronaves, considerando nuestra posición cercana a la Mancomunidad de Alzer podríamos conseguir una buena cantidad por dejar a las aeronaves descansar y reponer suministros, pero, para eso deberíamos tener almacenes con los suministros necesarios y una línea clara de proveedores, para que comerciantes vengan deberemos aumentar las defensas y eliminar los piratas y monstruos, para eso nuestra flota necesita ser capaz de patrullar la totalidad de nuestro espacio aéreo, como tal necesitaré invertir en la mina para sacar los metales y diseñar una fabrica para construir y dar mantenimiento. Con tal fin mejorar las carreteras de las minas a la fabrica y suministrarnos con caballos de raza son indispensables. —la interrumpió.
Olga enfureció.
—¿Qué intentas decir?
—Oh, creo que mi lenguaje fue muy confuso para tu media neurona. Lo que intento decir es que planeo invertir en el territorio para ayudar a mi padre y de paso obtener ganancias, claro, ni un centavo irá para ti.
—¡Maldito mocoso malagradecido! ¡Si no fuera por mi no tendrías nada de eso! ¡Yo me lo merezco! ¡Es mío! —mientras gritaba algo golpeó la cara de Olga haciéndola caer. Era un maletín.
—Ahí tienes un punto. Toma, está lleno de lingotes de oro. Tragatelos y vete, ¡Ah! Y por favor de ser posible nunca vuelvas.
Era una pequeña gran suma de dinero, Olga podía simplemente tomarlo y retirarse, pero su codicia la cegaba.
—¡Mocoso malcriado!
Olga estaba por lanzarse contra Adeuz pero cuando vio la decena de armaduras que salieron de los barcos detrás del chico se arrepintió.
—Vizcondesa Rasford, no, Olga ¿Qué pasa? ¿Estás dispuesta a atacarme?
—Tch... ¡Un estúpido chico plebeyo como tú no puede tocar a un noble como yo, el reino no lo permiti-!
Olga quería seguir hablando sin embargo se vio obligada a callarse cuando sintió la oscura mirada de su hijastro. Todas las alarmas en su cabeza se dispararon por el peligro.
—No soy un plebeyo, ¿Acaso estás ciega o tu cerebro de anciana se ha podrido al punto que no eres capaz de razonar?
—¡...!
—Con esta isla puedo fácilmente recibir el título de Baronett o Barón, solo falta que el palacio me reconozca como tal, si me atacas volveré como un noble y terminaré con tu vida bajo la causa de preservar mi honor.
—¡B-, basura, dices puta basura! ¡E-, el palacio nunca permitiría que eso-!
—¿Estás segura? ¿Quieres apostar tu vida a la buena fe del palacio?
El engaño no funcionó, Olga misma sabía que el palacio no intervendría si dos Barones de la frontera deciden luchar y debilitarse entre sí. Se fue sin decir nada más, obviamente se llevó consigo el maletín con lingotes.
Adeuz sonrió satisfecho, burlándose silenciosamente. Esos no eran lingotes de oro, era Pirita; El oro de los tontos. Adeuz desearía poder ver la cara de esa gorda cerda cuando se de cuenta que fue estafada.
Valieron la pena los cuatro meses de duro esfuerzo solo para vivir este momento. Esto era vida, la libertad y la fuerza de joder a quienes intentaron joderte primero.
Así comenzó su vida en este nuevo mundo. Así comenzó la aventura de Adeuz Fou Rasford en ese juego otome!
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