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Capitulo 44

Después de que todo terminó fuimos al gimnasio de la academia, los militares que en la lucha brillaron por su ausencia, llegaron a limpiar el desastre.

Ya que muchas personas estaban heridas no podían usar la oficina médica así que todos fueron reunidos en el gimnasio donde los sacerdotes del templo los estaban revisando.

Ahora que habíamos ganado obligamos a Jilk a acostarse y reposar, el quiso resistirse para ayudar con los problemáticos eventos de limpieza pero como sus heridas habían empeorado por culpa de participar en la lucha Julian no se lo permitió.

Habia varias tareas que hacer por lo que los otros cuatro se fueron a hacer sus tareas.

La academia se llenó de un ambiente oscuro después del festival por lo que Julian fue a dar un discurso para animar a todos, Chris lo siguió como su escolta.

Mientras tanto Greg y Brad se fueron para ayudar en la reconstrucción con sus armaduras las cuales podían levantar los escombros como si nada. Eran literalmente tanques humanoides voladores.

Estaba hablando un poco con Jilk antes de irme a hacer mi parte. Habían cuatro paredes que no eran más que persianas que nos separaban del resto de pacientes. Era un lujo que se le dio a unos pocos heridos de clase alta.

—Parece que el chico de corazón negro no es tan oscuro como pensaba, ¿No?

Jilk cerró sus ojos mirando hacia otro lado.

—Lo sabías, ¿Verdad?

Sonreí y cambie el tema, cuando lo hice Jilk se puso serio y yo también lo hice.

—¿Porqué lo hiciste? —pregunté.

Jilk se vio bastante incómodo y pareció dudar.

—¿Puedes prometer no contar nada?

Asentí.

—Lo que ocurra aquí se quedará entre los que estamos aquí.

—Bien —Jilk respondió sospechando un poco de mi curiosa elección de palabras—... Lo hice como una forma de expiación. En realidad me siento un poco culpable por lo sucedido.

—¿Porqué?

—Por mi forma de actuar Clarice terminó acostandose con sirvientes exclusivos. Adeuz, tal vez no seas consciente pero en la sociedad noble, en rangos Conde y superiores, una mancha como tener un sirviente exclusivo es algo fuerte. Será difícil que ella se comprometa incluso siendo de la casa Atlee, después de todo ya no es virgen. Además, incluso ignorando el tema de las casas, ahora, por mi culpa, si Clarice encuentra a alguien que corresponda a su gran corazón, por más que desee entregarle su primera vez no podrá hacerlo porque ya se ha manchado, desde que conocí a Marié entendí algo.. —Jilk suspiró, aparentemente él junto a los otros cinco idiotas estaban teniendo un voto de castidad hasta que pudieran hacerlo con Marie, su fuerza de voluntad es increíble—. Soy horrible porque incluso sabiendo eso, si pudiera corregir mis acciones, no lo haría.

—Bueno, al menos lo aceptas. —respondí secamente.

Jilk dio una sonrisa de autodesprecio.

—Debo admitir que esperaba que intentaras consolarme.

Adeuz le respondió con un suspiró.

—Aún si lo hiciera no creo que eso cambiaría algo.

—Supongo que tienes razón.

—Ahora dime, si pudieras decirle a Clarice algo, ¿Qué sería?

Jilk lo pensó un poco antes de responder.

—Tienes un gran corazón, no se lo entregues a alguien como yo. Y... Lo siento.

—Jilk, tú...

Se escuchó una voz femenina y Jilk se puso alerta, en ese momento Adeuz abrió una de las persianas; Ahí estaban Clarice y algunos de sus seguidores.

Nadie se atrevió a hablar.

Clarice se acercó a Jilk quedando frente a él, un hombre de aspecto patético. Entonces ella le metió una cachetada que resonó por todo el gimnasio.

Los sacerdotes quisieron acercarse pero los seguidores de Clarice los mantuvieron alejados.

Ella, tenía los ojos llorosos.

—¡Es tarde, ya no tiene caso decirlo! ¡Estuve esperando demasiado! ¿De verdad pensaste que podrías borrar todo entre nosotros con un simple "Lo siento"? ¿¡Qué es lo que sientes?!

Clarice estaba furiosa pero pude verlo. Ella era una niña pequeña lastimada.

Incluso entendiendo eso no hice nada. Ya había arreglado que éste asunto ocurriera, era una muestra de mi cortesía a Clarice.

No espere un agradecimiento ya que organice todo ésto por mi egoísta deseo de ayudar a crecer a Jilk.

—Yo... Lamento cómo me enamoré de otra persona, lamento el asunto de nuestro matrimonio. Lamento no poder corresponderte... Lamento muchas cosas.

Clarice miró a Jilk con una mirada terriblemente decepcionada.

Jilk no siguió hablando aunque parecía querer disculparse por más cosas.

—¿¡Solo vas a disculparse por eso!? Fuiste seducido por esa mujer, ¿Y solo harás eso? Incluso ahora si me dijeras que quiere reparar nuestro compromiso yo aceptaría, pero no, no piensas hacerlo, ¿Tanto así querías abandonarme? ¿¡Porqué?! ¿¡Por qué esa chica!? ¿¡Porqué yo no?! ¿Por qué... no soy lo suficientemente buena? ¡Dime Jilk! —gritó, su voz rota y sus ojos cristalizados. La desesperación salió disparada como un volcán que hacía erupción.

—Eso no es algo que pueda responderte. El corazón es quien elije de quien te enamoras. No puedes forzarlo. Incluso si volvemos a comprometernos nunca podré corresponder a tus sentimientos, no puedo hacerte algo así.

¿Qué es esa excusa cliché?

Aunque debo admitir que una excusa siempre es más creíble cuando es dicha por alguien atractivo.

Bueno, esa cachetada marcada en el rostro de Jilk le baja muchos puntos.

Aunque Clarice parecía querer gritarle que estaba mintiendo ella al igual que yo pudo sentir algo extraño. Jilk estaba siendo completamente honesto.

Había abierto su corazón a nosotros unos momentos.

Debajo de esa capa de negro había un corazón verdadero.

—Estos son mis sentimientos honestos. N-...

Aunque Jilk quiso seguir hablando se agarró el pecho y después su cuerpo cayó hacia atrás y se quedó acostado en su cama.

—¡Jilk!

Clarice fue corriendo para revisarlo.

—¡Dejen pasar a los sacerdotes!

Los seguidores de Clarice me hicieron caso y los sacerdotes entraron a improvisada habitación.

Ellos atendieron a Jilk y lo estabilizaron.

Clarice se quedó cuidando al inconsciente Jilk, si que es buena chica.

Cuando evalué la situación me di media vuelta para irme cuando...

—Adeuz.

—Clarice.

Ella me dedico una pequeña sonrisa risueña por mi respuesta.

—Gracias.

Los seguidores estaban preocupados al ver cómo Clarice empezó a llorar pero ella no les dejó moverse.

—No debes agradecerme, por cierto, ¿Qué harás a partir de ahora?

—No tiene sentido ensuciarse más, él ya creció, tu lo viste ¿Verdad?

—Si, lo hice. —respondí.

—No puedo quedarme atrás, tengo que ser mejor que él. Por eso ya no tengo nada que ver con éste hombre. De ahora en adelante él es sólo un extraño. No quiero volver a involucrarme con él.

—Entiendo. Despidete de él entonces. Nos vamos chicos.

Salí de la habitación haciendo una seña, de mala gana los sacerdotes y seguidores me siguieron dejando a Clarice y al inconsciente Jilk en la improvisada habitación. Los sirvientes exclusivos de Clarice no tenían pensado seguirme pero después de dedicarles una mirada asesina ellos no lo dudaron y también salieron.

En primer lugar, la esclavitud es simplemente contractual. No hay lealtad ahí.

—Lo siento por los problemas que te causamos. —Se disculpó Dan.

—Tranquilo, no me causaron problemas.

—Cuando despierte Alexander y nuestros otros compañeros heridos los traeré a disculparse contigo

—Te he dicho, no hay problema. Ellos también solo fueron víctimas, alguien los engaño. Tengo que buscar información. —respondí con seriedad.

—Entiendo, en ese momento por favor llevanos contigo a golpear a ese bastardo.

—Dalo por hecho, por cierto — saqué un blog de notas y en ella escribí una cifra con gran cantidad de ceros, después entregué esa hoja a Dan—, tengo planeado construir una pista de motos aéreas en mi territorio y necesito personas hábiles en el tema, ésto es lo que puedo darles mensualmente, ¿En serio no quieren trabajar para mi?

Dan al recibir el papel de quedó en shock.

Los otros seguidores se acercaron y sus mandíbulas cayeron al suelo al ver la cantidad de ceros escritos en el papel.

—Pero... —intentó refutar Dan.

—Nunca les pediré nada que dañe a su señorita, pueden estar seguros, si mi palabra no los convence entonces pueden renunciar cuando quieran.

Esa respuesta rompió la última defensa de Dan.

—¡Sera un honor trabajar para ti, jefe!

Dan inclinó la cabeza en un ángulo de 90°, todos los seguidores hicieron lo mismo.

—¡¡Será un honor, jefe!! —repitieron al unísono.

Quedé un poco sorprendido por su vigorosa respuesta.

—E-, Em... ¿Hagamos nuestro mejor esfuerzo?

No supe que más decir.

En ese incómodo momento Clarice decidió salir de la improvisada habitación médica, aunque seguía llorando pude sentir como si se hubiera quitado un peso de encima.

Así que al fin podrás seguir a delante, ¿No?

—¿Has terminado?

Clarice asintió.

—No tiene sentido hacer más. Ya he sido mancillada.

Noté que uno de los sirvientes exclusivos hacía una sonrisa amplia. Era una sonrisa que presumía de haber ganado algo.

Oye, Luxon, asegúrate de volver impotente a ese elfo.

[Entendido.]

Luxon, que no tenía idea desde cuando había llegado, me dio una respuesta satisfactoria.

—Tal vez es porque soy un simple Barón, pero, ¿Cuál es el problema de estar manchada? Realmente no puedo entenderlo.

—¿Es eso así?

—¡Ah-!, aunque, por favor, no uses mis palabras como excusa para alocarte todas las noches con tus esclavos.

Clarice sonrió por mis palabras dichas con un tono torpe. Como si acababa de enterarme de algo.

—Dalo por hecho.

Ella asintió levemente con la cabeza.

Cuando volví a mirar a los sirvientes exclusivos ellos estaban pálidos. Lo más probable es que no querían separarse de su amo, una buena chica que les daba un buen sueldo y que era mejor que el resto de la chicas de la academia.

—Bien. Supongo que éste es el Adiós. —Me despedí de Clarice dandole la espalda mientras agitaba mi mano.

Si ésto fuera un anime entonces aquí terminaba el arco del festival y los personajes importantes de éste Arco no aparecerían hasta después.

Suspiré.

—Supongo sigue el arco de los piratas del cielo.

Mientras pensaba eso y me alejaba las hojas secas caían con brillantes colores anaranjados iluminados por el sol del atardecer, todo éste ambiente me daba un aire cálido y agradable que me hizo sonreír hasta que...

—Intentaré seguir haciendo mi mejor esfuerzo. Ya estoy cansada de vivir así. No dejaré que ésto me supere, así que no apartes tu mirada, mirame, ¡Mírame como voy a crecer a partir de ahora!

No queriendo romper la escena simplemente seguí mi camino haciendo una seña a Calrice mientras me despedía.

Clarice me estaba mirando con sus ojos cristalizados y su corazón comenzó a latir dentro de su pecho.

¿Tal vez levanté una bandera?

Me preocupe mucho por esa idea pero solo me fui. Tal vez tendré problemas en el próximo arco de Clarice pero de momento no me preocúpate por eso.

Acababa de salir de una escena tan emotiva, entonces, ¿Porqué mi corazón se enfrió tan rápido?

Frente a mi había una loli la cual tenía una mano extendida exigiéndome algo.

—Dame el dinero de la carrera.

Ésta chica...

—No lo haré. En primer lugar no tengo ese dinero.

—¿¡Qué?! ¿¡Cómo de que no?!

—Después de todo lo ocurrido los organizadores decidieron expulsar a los que se volvieron monstruos y realizar un análisis sanguineo al resto de participantes. Se cree que una nueva droga de fortalecimiento ha comenzado a ser vendida en la capital, así que hasta no pasar por las pruebas de dopaje no me entregarán el premio.

—¡Tsu...!

Marié hizo un pequeño puchero.

—Si eso es todo entonces me retiro.

Me comencé a alejar no queriendo pasar más tiempo con Marié. Yo seguiría mi camino y ella el suyo. Esa fue la política que decidí al interactuar con otros reencarnados.

No creo que sea estúpida, ya debe saber que soy un reencarnado al igual que ella.

Ella no tocó el tema y yo tampoco.

—Ya veo, si no quieres darme el premio entonces supongo no te daré cierta información.

—¿Información?

—Si, acerca de esas dos. Olivia y Anjelica.

Eso llamó mi atención, me detuve y me di la vuelta.

—Te escucho.

—Sin embargo, mis labios están muy apretados. Tal vez algo de dinero pueda ayudarme a aflojarlos.

Gruñí y decidí abrir la boca de Marié a base de golpes.

La golpee con un fajo de billetes con un valor de varios cientos de miles de dias.

El dia, la moneda de éste mundo que tiene un horrible nombre, está bastante inflado a mi parecer. Tal vez es para parecerse al Yen japonés o tal vez simplemente la economía medieval mezclada con billetes es mala.

El punto es que una sola moneda de oro puede valer miles de Dia.

Para las transacciones grandes se usan monedas en lugar de billetes.

¿Porqué la economía es tan extraña en éste mundo?

Por suerte mientras sea el único que use la herramienta de Luxon que convierte rocas en platino no podré hacer algo como colapsar el mundo de minerales preciosos.

–Voy a tomarlo, pero me ofende muchísimo —Marie tomó todo el dinero con el que la había golpeado como un perro recogiendo croquetas.

Ésta mujer que tenía que cuidar a cinco chicos usando los escasos subsidios que les dan sus seguramente ha tenido que ir a la mazmorra muchas veces para conseguir dinero, ¿Qué tan lamentable es?

De cualquier manera, no haré algo como darle un subsidio.

—Ahora dame la información. —reclamé.

—Parece ser que algo ocurrió entre la aterradora villana y la protagonista cabeza de flores.

—¿Qué sucedió?

—No se. —Marié dejó de ponerme atención sólo preocupada en recoger el dinero.

Pise la cabeza de Marié aplastandola bajo mis zapatos.

—¡Ouchhhh! ¡Suelta, suelta!

Marié se quejó mientras se convertia en pulpa bajo la suela de mi zapato. Verla revolverse como un gusano sin soltar el dinero me hizo darme cuenta de lo abariciosa de ésta chica.

—¿¡Te pague tanto solo por eso?! ¡Dejate aplastar obedientemente, pedazo de pulpa.

—¡No soy una pulpa, no soy una pulpa! ¡No soy una pulpaaaaaaa!

Seguí aplastando la cabeza de Marié hasta estar satisfecho, después lance billetes sobre ella para que se quedara recogiendolos mientras me iba.

[Hizo lo que quiso con ella, maestro.]

—Fue como tener una pelota anti estrés entre mis manos, se sintió muy bien.

[¿Debería preocuparme por ese fetiche que acaba de desarrollar, maestro?]

{El compañero es alguien con muchos fetiches aunque es virgen, es patético.}

—¿¡Incluso tú, Brave?! Aunque.. Si, en ésta vida aun soy virgen, pero, ¡No es mi culpa! No es como si pudiera coquetear con las chicas nobles. Todas ellas tienen amantes semi-humanos y me desprecian por ser un barón de campo.

[Pero no es que todas las mujeres sean nobles, maestro.]

—¡La única plebeya es Olivia, y en los mejores momentos que tuve para hacerlo fui interrumpido!

[Si usted desea podría tener un harén.]

—Tch... Aunque ahora que hablamos del tema... Si, ya quiero dejar de ser virgen en ésta vida —me animé—. Muy bien, ¡Cuando terminé de encargarme de todo lo que tengo que hacer dejaré se ser virgen! ¡Me aseguraré de tomare un par de días de descanso antes de ir a por los piratas para hacerlo! ¡Vamos!

[Entendido.]

{Si.}

Tenía múltiples cosas que hacer pero una de ellas tuvo cierta prioridad.

Me dirigí a la parte de atrás del edificio de la academia, según Luxon ella estaba aquí.

Me encontré a Olivia, la protagonista, sentada alejada de todo, tratando de esconderse.

Hundió su cabeza en sus piernas las cuales abrazó como si quisiera que la protegerieran del mundo exterior.

—Hola.

Me acerqué y saludé, Olivia levantó su mirada.

—¿Adeuz?

—Si, soy yo.

Ella me intentó sonreír pero fue una sonrisa dolorosa.

—No sé qué debo hacer.

Me sente a su lado. Ya había ido a ver a Anjie pero ella dijo que estaba bien y que mejor viniera a ver a Olivia.

—¿Qué golpea tu mente?

Me limité a preguntar eso.

—¿Soy la amiga de Anjie? ¿Crees que somos amigas?

—¿No lo son?

—¿Eh?

—Yo creo que si crees que alguien es tu amigo entonces esa persona es tu amiga —respondí mientras abría una bolsa de plástico de la cual saqué dos rosquoillas glaseadas que compre camino aquí—, ¿Rpsquilla?

Olivia aceptó mi rosquilla con algo de duda, al verla hizo una sonrisa complicada. Me alegro que ya no fuera una sonrisa dolorosa.

—Tal vez en la sociedad el estatus sea muy importante, pero a nivel personal creo que no importa. Incluso un rey y un campesino podrían ser amigos, claro, sus antecedentes familiares y todo tipo de cosas entre ellos diferiran demasiado, pero, ¿Acaso importa? No hay una fórmula para la amistad. Pero bueno, ¿Qué piensas tú?

—Yo... Yo estaba feliz de haber tenido una amiga del mismo sexo en esta academia, pero parece que no funcionará entre nosotras, solo la molestaría... Anjie es criticada por mi culpa y... y... Me di cuenta que Anjie ni siquiera me ve como una persona... Para ella ni siquiera soy un humano.

Escuche sus palabras y me pareció completamente lógico que a los nobles no les importaran los plebeyos. Ya estamos muy ocupados peleando entre nosotros por el matrimonio como para tomarles importancia a ustedes.

Naturalmente no le dije eso a la llorosa Olivia.

—¿Deberás crees que ella piensa así? —pregunté.

Olivia lo pensó un poco antes de negar con su cabeza.

—Yo... Quiero confiar en Anjie.

—Y yo también quiero confiar en ti, Livia.

Ol- Livia, cubrió su boca sorprendida. Ella comenzó a llorar de felicidad.

Terminé dándole unas palmadas en su espalda para reconfortar la y nos quedamos ahí un buen rato hasta que anochecio y ella volvió a su habitación.

Yo por mi parte tuve que irme a continuar con mis trabajos.

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