Capitulo 23
Después de que terminamos la práctica decidimos quedarnos por hoy en Luxon, ya mañana volveríamos a la academia.
—¡La práctica de hoy fue increíble!
—¡Me siento lleno de vida, podría seguir peleando por siempre!
—Esas armaduras son algo tan loco, no me puedo creer que exista algo así en éste mundo.
—Adeuz, lo que conseguiste es algo de otro mundo.
—Estoy tan envidioso.
Esos cinco estaban tan llenos de vitalidad pero yo...
—Callen sus respiraciones.
Estaba muerto de cansancio por haber entrado en mi modo serio. Solo fue durante unos minutos pero esos minutos desgastaron mi mente como no lo puedes imaginar.
Intenté dormir en la mesa mientras los robots servían platos. Sentí como un plato lleno de comida caliente era puesto sobre mi cabeza pero estaba yam
—Los chicos son... Bastante únicos. —Olivia rasco su mejilla.
—Solo piensan en robots gigantes sin importar la belleza delante de ellos. —Se quejó Marie.
Mientras tanto Anjelica que se había tranquilizado un poco ahora estaba mirando con extrañeza a los robots.
La vi picando el lente de uno de ellos que intentaba servir un plato.
—¿Qué clase de platillo es éste?
Lo que Luxon sirvió no fue la comida elegante de la nobleza sino que sirvió unas hamburguesas a la parrilla con papas fritas y un jugo de naranja. He intentado que Luxon cree refrescos como una buena Pepsi pero la receta es más difícil de lo que esperaba.
La última vez que probé uno de sus prototipos explotó apenas abrir la botella y dejó un sabor a limon por toda la sala de pruebas... No es broma.
Quién diría que el agua carbonatada podía convertirse en una bomba de sabor... Literalmente...
—¡Hmmm! ¡Delicioso!
—¡Es como su alteza dice! ¡Siento una explosión de sabor en mi boca!
—¡Es tan deliciosa!
—¡Quiero ver a quien cocinó ésta obra maestra!
—¿Y que son estos palillos que las acompañan? Nunca los había visto pero son increíblemente deliciosas. Crujientes por fuera pero blandas por dentro, casi como las croquetas.
—Solo son papas. Ya no hagan tanto ruido.
—¿Papas? ¿En serio?
—¿Nunca he probado una papa?
—No. —respondieron los cinco al unísono
—Aunque me habían dicho que eran algo que nadie come son majestuosas.
—Pensar que los plebeyos pueden comerlo cuando quieran y se niegan a hacerlo, si que son ignorantes.
—Cuando vuelva al palacio voy a ordenar que pongan un cultivo de papas para la familia real.
Se emocionaron y se volvieron fans de las papas fritas... Bueno, en un mundo donde los nobles suelen comer carnes de calidad y dulces no me sorprende que las pspas sean algo novedoso para ellos.
—Chicos... Solo son papas. —Marie miraba a los chicos con unos ojos de pez muertos que habían perdido toda esperanza.
—¿En serio son tan ricas? En mi familia nunca comimos papas... —Olivia rasco su mejilla con nerviosismo.
—Había escuchado que las papas suelen ser vistas con malos ojos incluso entre las castas más pobres del reino... Pero en efecto las papas pueden ser deliciosas. Debo informar de ésto a mi familia, Adeuz, ¿Podrías dejarme llevar algunas de éstas deliciosas papas?
—Si, como sea... Luego te daré algunas después...
Cerré mis ojos viendo solo oscuridad. Seguí escuchando el ruido de esos cinco idiotas junto al ruido de Marie, Anjelica y Olivia que hablaban sobre el fanatismo de las papas de los chicos.
Al principio estaba un poco molesto ya que quería descansar mi agotada mente pero cuando volví a abrir mis ojos me encontré con... Una vista cálida.
Todos estaban sentados en la mesa, comiendo con una sonrisa la comida que Luxon les había servido.
Una imagen se sobrepuso, era la imagen de un restaurante de comida rápida, estaba rodeado de mis amigos comiendo hamburguesas. Uno de ellos se había metido dos papas fritas en la nariz y hacía una cara graciosa mientras el resto reía o miraban con asco.
Algunos hablaron sobre el asco de la escuela y sobre problemas de su día a día cuando...
—Bro, ¿Estás bien? —preguntó alguien tocando mi hombro.
Fue mi mejor amigo. Cuando volteé a verlo me aterré al notar que no tenía rostro..
—¿Paso algo?
—Hey, ¿Estás bien?
—Luce como si hubieses visto un fantasma.
Miré al resto de mis amigos. Tampoco tenían rostro.
Retrocedí asustado y cuando me di cuenta me estaba alejado demasiado. El restaurante comenzó a hacerse más pequeño y desaparecer entre la oscuridad que cubría todo.
Intenté detenerme pero mis piernas no me lo permitieron y siguieron alejarse. No quería dejarlos, no quería alejarme, no quería irme... No... Yo... ¿Porqué?...
Todo se puso oscuro.
En ese momento...
—¡Waaa! —desperté agitado.
Casi al momento un pedazo de carne cayó sobre mi cabeza y comenzó a deslizarse lentamente. El resto de ingredientes también se dispersaron encima mío. Pude sentir un plato de porcelana golpear el blandito pan.
—¡Pffffff!
—¡Jajajajajajaja!
—Eso es tan humillante
—¿En serio él fue quien nos derrotó?
Los cinco -y Marie- comenzaron a reírse de mi situación.
Tomé el pedazo de carne y lo lancé a la cara de Julián. El príncipe recibió de lleno el golpe de la carne y con enojo me la lanzó pero terminó golpeando a Greg.
Entonces comenzaron los problemas.
Todos empezamos a lanzarnos comida entre nosotros mientras las mujeres salían a comer a otro lado siendo guiadas por uno de los robots.
Un robot trajo una canasta de baguettes como parte del segundo platillo de la noche, pasta italiana.
Aprovechando eso tomé una de las baguette y la use como una espada para golpear a Brad.
Le rompí el pedazo de pan en la cabeza y después tuve que usar mi destrozada "espada" para defenderme de los repentinos ataques de Chris que osciló una baguette como espada.
Fui completamente superado por el "Genio de la Espada". Apenas podía esquivar sus ataques y con mi baguette rota no podría realizar ningún contraataque. Por eso saque mi arma secreta.
—¡Tomatazo en la cara! —saqué un tomate de una de las bolsas de mis ropas y lo lance a la cara de Chris quien a duras penas lo esquivó.
Eso me dio el tiempo para escapar como el cobarde que soy. Sin embargo mi escape fue obstaculizado por un tomatazo en toda la cara, mi postura tambaleó y en ese momento fui golpeado por tres tomates más por todo mi cuerpo.
Levantando la mirada pude ver a los otros cuatro sosteniendo tomates con una sonrisa en su rostro. A su lado había un robot sosteniendo una canasta llena de tomates.
Luxon, te odio.
[Eso le pasa por desperdiciar mis deliciosos platillos. Espero aprenda la lección, maestro.]
Fui fusilado a tomatazos.
◇
—Te vez... Un poco desordenado.
Anjelica se acercó a mi que estaba tirado en el suelo del comedor y lleno de tomate por todos lados. Robots estaban recogiendo todo el desorden hecho en la guerra de comida.
—Fue su venganza por la derrota que sufrieron en la tarde.
—Pensé que el "Paladín negro" podría derrotarlos.
—No tenía la energía física ni mental para enfrentarme a ellos —me senté en el suelo mientras suspiraba—. Como sea, ¿Para que vienes a verme? Los robots ya debieron haberte llevado a tu cuarto, ¿No deberías estar durmiendo como el resto?
—Yo... Quería hablar contigo.
—¿Es por lo de las papas —suspiré—? Ya te dije que si puedes llevarte algunas.
—N-, No es eso de lo que quiero hablar contigo.
—¿Entonces?
—¿Podemos ir a otro lugar? No me siento cómoda hablando entre éstos... "Robots"
—Bien, bien.
Me puse de pie y limpie un poco del tomate que manchaba mi ropa, después acompañe a Anjelica hasta las afueras de la mansión.
Sople y pude ver mi respiración de lo fría que estaba la noche.
Quise mencionarlo pero Anjelica siguió caminando hasta los establos.
—Emm... Anjelica... ¿A donde quieres que vayamos? —Me empecé a preocupar al verla sacar dos caballos sujetandolos fuertemente por las riendas.
—Quiero despejar un poco mi mente, el aire frío me ayuda en eso.
Ella subió a uno de los caballos y sujeto las riendas.
Volví a suspirar, ¿Cuántas veces lo he hecho? Se nota que estoy cansado.
Dejando eso de lado subí a el otro caballo y entonces sujete con firmeza las riendas.
Comenzamos a pasear por los senderos de tierra en las extensas praderas bajo la luz de la luna.
Anjelica miró a los robots que incluso en la noche seguían trabajado.
—Sin duda son increíble. Son mucho más productivos que las personas.
—Si, lo son.
Seguimos paseando en silencio alejandonos de la mansión. Anjelica no habló y yo no la presione para hacerlo.
Después de unos minutos finalmente comenzó a abrir y cerrar su boca intentando decir algo, pero las palabras no salían de su boca.
Me rasque la parte trasera de la cabeza con un poco de preocupación, no soy bueno en éste tipo de situaciones.
—Quiero construir una inmensa ciudad. —confesé intentando relajar un poco el ambiente.
—¿Disculpa?
—Algún día moriré. Así que... Cuando lo haga quisiera que hubiera algo con lo que ser recordado. Por eso, antes de irme de éste mundo quiero construir la ciudad más increíble, quiero dejar huella.
—Adeuz...
—Si, si, se que es ridículo que siendo aún un simple estudiante me preocupe por éstas cosas. Debería estar preocupándome más por asuntos más sencillos de noble como la lucha de facciones o intentar mejorar el estatus de mi casa o el matrimonio, pero simplemente no puedo hacerlo... Si voy a desaparecer quiero aunque sea ser recordado —suspiré mientras bajabaa velocidad de mk caballo—. Perdón, se que no estamos hablando de mi. Simplemente pensé que...
—Está bien, no debes darme explicaciones.
—Gracias.
Seguimos avanzando en silencio durante varios minutos.
—No se que hacer. —confesó Anjelica.
—¿Respecto a qué? —respondí. Ya estaba preparado para que en cualquier momento confesara aquello que la preocupa.
—¿Respecto a que —Anjelica apretó el agarre sobre las riendas de su caballo—? ¡Respecto a todo Adeuz!
—...
—Ah~ —Anjelica suspiró—, ¿Alguna vez has sentido que la vida te ha encerrado en un bloque? Que por mas que intentes salir todas las puertas estén cerradas... Es casl como... Es casi como si fuera la villana de algún cuento infantil. Para los ojos del resto de personas soy una prometida malvada que hará hasta lo imposible para mantener al príncipe a mi lado mientras Marie... Marie es la protagonista pura que se ganó el verdadero amor del príncipe. Por más que intente cambiarlo siento como la vida entera me lo prohíbe... Es tan frustrante... Es...
Anjelica quiso seguir hablando pero se quedó callada cuando coloqué mi mano sobre su hombro.
—Perdón... —se disculpó.
—¿Qué tal si miramos un poco el cielo?
—¿Eh?
Aunque con duda Anjelica hizo caso a mis palabras y también dirigió su mirada hacia arriba. Lo primero que vimos fue la inmensa y brillante luna, era más grande de lo que recordaba de mi vida pasada.
Además de la luna también estaban las decenas o cientos de millones de estrellas que adornaban el espacio como una caja de joyas.
—¿Cuántas estrellas puedes ver Anjelica?
—Yo... No se. Son muchas.
—¿Qué tal si lss contamos? Veamos, ahí hay una, con esa dos, luego tres... —señalé algunas estrellas.
—Adeuz ésto es ridículo.
—Vamos, inténtalo.
—Pero-... Bien...
—Genial, cuenta conmigo, cuatro, cinco...
—Seis, siete...
—Oh, no, espera te faltó esa, así que son ocho, pero también te falto esa otra así que son nueve. —Me burle de ella señalando dos estrellas que se había saltado.
Posiblemente aceptando mi reto ella me señaló otras estrellas.
—Si pero tu te saltaste esa, así que son diez.
—Correcto. —volteé a ver a Anjelica y Sonreí.
—¿Eh?
Ella me miró con confusión.
—Tu dijiste que intentaste todo para cambiar tu situación actual. El problema es que al igual que yo tú solo tienes dos ojos, dime, ¿Porqué los reyes tienen nobles, ministros y consejeros que les ayudan?
—Eso es porque...
—Porque cuatro ojos ven mejor que dos y cien mejor que cuatro. Cuando más personas están viendo las opciones aumentan, aparecen opciones que tu te saltaste o nunca habrías podido encontrar, por eso, nunca digas que algo es imposible. Solo debemos sumarle ojos hasta volverlo posible, hasta encontrar la estrella que nos saltamos.
—Pero... Yo no tengo a nadie a mi lado. Nadie debe querer a una mujer tan egoísta como yo... El príncipe me abandonó.
Parece que aun no lo supera...
—Pues bueno... Supongo que si solo tienes dos ojos... Yo podría darte otros dos... Metafóricamente...
—Adeuz...
Sonreí un poco mientras miraba hacia arriba. No se como pase de una pelea de comida a éste momento emotivo.
Sentí la cabeza de Anjelica posarse sobre mi hombro y ambos nos quedamos en silencio mirando el cielo nocturno.
—Hueles a tomate.
—Lo se.
Mientras tanto Luxon estaba tomando una foto del momento.
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Hola, buenas, si, se he estado inactivo como el vago que soy, pero la razón es porque estoy preparando nada más y nada menos ¡QUE UN VOLUMEN ENTERO!
No, no se emocionen. No es un volumen de ésta historia, es de otra, aunque tal vez si veo mucho apoyo al volumen que voy a publicar podría subir una actualización masiva aquí ;)
Pronto, una sorpresa... Jurásica 🦖
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