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Capítulo 47; Doble chantaje.

¡ATENCIÓN, ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENA SENSIBLE, SE RECOMIENDA DISCRECIÓN!




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Ámbar lo siguió, caminando torpemente en tres las personas que venian y se divertían...



-¿A dónde vamos, Matteo?- preguntó sujetando su bolso contra su cuerpo.



-¡Ya lo verás!- fue la respuesta que obtuvo, después de caminar por algunos minutos, se encontraron frente a una puerta, Matteo tomó la perilla con confianza y la abrió, atravesando el umbral y llevándola con él.



Ámbar frunció el entrecejo al encontrarse en un callejón débilmente iluminado, era la parte trasera del bar... La confusión la golpeó, mientras Matteo seguía tirando de ella para llevarla allá, dónde la luz era aún más débil.



-¡Detente Matteo!- le dijo, rehusandose a caminar y batallando por quedarse en donde estaba, pero Matteo era más grande, más fuerte y tiró de ella casi logrando arrastrarla. -¡Detente o comenzaré a gritar por ayuda!- le advirtió, Pero el se giró bruscamente hacia ella observándola casi con odio.



-Creeme que no te conviene gritar- la arrastró solo un par de pasos más y la azotó con fuerza contra la pared, Ámbar gimió de dolor y el miedo hizo brillar sus ojos.



-¡Suéltame, suéltame, suéltame!-se defendía golpeando su pecho e intentando librarse de su agarre para huir de él, pero Matteo presionó con fuerza su hombros como si quisiera fundirla con la dura pared.



-¡Te lo advertí perra, te dije que no jugaras con fuego!



-¡Mat...Matteo... ¿de que hablas?!



-¿Crees que soy un idiota que puedes manipular a tu antojo?, ¿ crees que solo puedes usarme para desahogarte cuando tienes ganas, Pero cuando yo soy quien te desea, rehuyes de mi?, ¡No soy tu maldit* juguete, ni tu objeto sexual!, ¡mírame bien Ámbar, porque a mí no puedes usarme a tu antojo!, ¡No puedes usarme y botarme cuando desees!



-¡AUXIL...!



-¡Cállate, o todos se enteraran que te follas a un padrecito!- Ámbar se detuvo de inmediato, sintió miedo, no por ella, sino por Samuel, por las consecuencias que el enfrentaría si lo suyo se supiera. Una cosa era alejarse del sacerdocio por voluntad y otra, ser expuesto por actos impuros... o por lo que la iglesia consideraba que debían ser llamados así, una gota de sudor frío le recorrió la espalda.



-¿De que demonios estás hablando?, ¡estás loco!



-Loca estás tú. ¿se puede caer tan bajo como para seducir a un sacerdote?, ¡perra!- la giró con fuerza azotandola de nuevo contra la dura pared, está vez fue toda la parte frontal de su cuerpo quién recibió el golpe.



-¡Suéltame maldit* infeliz!


-Me costó trabajo lo reconozco- se inclinó sobre ella presionando e inmovilizado su cuerpo contra la pared, mientras le hablaba en el oído- tuve que seguirte durante mucho para darme cuenta de lo que hacías, y no podía creerlo Ámbar... follar con un sacerdote es una manera especial de ganarse el infierno- Ámbar contuvo las lágrimas.


-Será tu palabra contra la nuestra.


-No soy idiota, tengo videos, fotos... todo lo conseguí siguiéndote cuidadosamente. No podía ser lógico que un sacerdote te visitará tanto. - ella se estremeció al descubrir que aunque lo había evitado, Matteo sabía si dirección. - tengo como exponerlos.


-¿Qué diablos quieres?- preguntó haciendo un esfuerzo sobre humano para que su voz sonara lo más firme posible.


-Eso no debería ser secreto para ti- le dijo mientras comenzaba a tirar del vestido en forma ascendernte. Era claro, iba a abusarla.


-No puedes hacer esto Matteo, no puedes chantajearme así.


-Tu me has utilizado, ¿por qué no puedo hacer yo lo mismo?- preguntó consiguiendo su ropa interior y haciéndola a un lado- ha sido tu culpa, nadie te manda a darme tan buen sexo- Ámbar se removió intentando liberarse, le pareció insolito que fuese a violarla y ella no fuese a luchar. - aclaremos algo, si gritas... si pides ayuda... si escapas... mañana mismo saldrá en primera plana tu foto,como la perra que seduce a un inocente curita. - lo sintió como alejaba un poco su cuerpo de ella, y no debía ser adivina para saber que se estaba dando a la tarea de liberar su miembro.


-¡Ponte un put* condón!- gimió cerrando los ojos mientras las lagrimas resbalaban por sus mejillas.


-Lo tengo todo bajo control, tampoco deseo embarazarte.- Ámbar maldijo para sus adentros, debió hacerle caso al mal presentimiento que la acompañó durante el día, no debió ir allí...- Vamos, cariño- la golpeó en las rodillas obligandola a separar las piernas mientras su labio inferior temblaba. - te enseñaré a no jugar con fuego...- le dijo antes de embestirla con violencia, Ámbar dejó escapar un grito y luego cerró la boca con fuerza, no estaba lista, su cuerpo no estaba preparado para recibirlo... no quería pensar en nada mientras lo sentía moverse en su interior, destrozando su dignidad a su paso, las lágrimas caían de sus ojos, pero se obligó a soportarlo, no podía permitir que perjudicará a Samuel... de pronto una idea la golpeó, ¿Qué evitaría que Matteo siguiera chantajeandola?, ¿acaso pretendía violarl4 cada vez que quisiera?, lo escuchaba gemir, aparentemente disfrutando de aquello, tiro de su cuerpo para que ella se recargara en él y le permitiera buscar sus senos... ¡asco, aquellas manos que le habían dado placer ahora solo podían producirle asco!, se recargó en él mientras Matteo seguia en lo suyo, pero una idea llegó a ella, la manera de librarse de aquello, segundos después su bolso cayó al piso.

Matteo concentrado en el sucio placer que obtenía no pensaba ni miraba nada más.


-Por favor Matteo, basta- suplicaba en llanto- detente, me estás haciendo daño.

-¡Cállate que se cuánto lo disfrutas, perra!.


-¡Por favor, me duele, me lastimas Matteo!- sollozó-¡Vas a desgarrarme la vagina, animal!, ¡Asqueroso violad*r!

-Soportalo y así tú padrecito estará a salvo- decía con voz agitada - voy a marcarte de tal manera que nunca me olvides- le dijo para morder su hombro, Ámbar gimió de dolor.

-¡Por Dios ya para, ya para!- y así siguió suplicando una y otra vez.

Matteo cuando al fin terminó dejó escapar un gruñido y Ámbar golpeó nuevamente contra la pared con el peso de él aplastándola, así permanecieron por largos minutos. Matteo se retiró y Ámbar pudo sentir como se liberaba de su peso, para escuchar como acomodaba sus ropas y luego él le entregaba un pañuelo.

-Toma, limpiate- ella lo tomó en silencio y lo uso para limpiar el liquido carmesí que corria por sus piernas despues del brutal acto, se acomodó la ropa.interior y el vestido, se giro hacia él y se secó las lagrimas. -¡Eso estuvo increíble, aunque no sé si debamos despedirnos así!- y allí estaba, Ámbar sabía que él no la dejaría en paz. Se inclinó y tomó su bolso- deberíamos vernos mañana.

-Si vuelves a tocarme un solo cabello, te juro que voy a matarte- le dijo con odio y luego le escupió la cara.

-¡Pedazo de perra!- le dijo con desprecio limpiando su rostro. Ámbar entonces elevó su celular y reprodujo la grabación, Matteo abrió mucho los ojos al descubrir que ella había grabado lo sucedido. -¡Entrégame esa mierd4 ahora mismo!- intentó avanzar, pero Ámbar rió.

-Ya se lo he enviado a una amiga, justo la que estaba conmigo cuando nos conocimos, la que sabe que estaría está noche contigo, o sea, la que te conoce- mintió.

-¿Qué diablos hiciste?- preguntó aterrado.

-Lo que es igual no es trampa Matteo, obtuviste lo que quisiste pero no sé repetirá, mi amiga ya tiene el audio y si algo me ocurre todos sabrán dónde y sobre todo a quién buscar.

-¿Qué es lo que quieres?- preguntó presionando los labios y conteniendo la furia.

-Devolverte el chantaje; si vuelves a buscarme o a tocarme, tan siquiera a espiarme y me doy cuenta, si dices algo de lo que sabes, si alguien se entera de lo del sacerdote... está grabación terminará en manos de la policía y tú tras las rejas por ser un asqueroso abusador de mujeres. - le dijo con odio y Matteo fue recíproco. - te dije que está sería una despedida y es lo que será, espero que lo hayas disfrutado porque jamás volverás a tocarme maldit* infeliz, porque te juro que voy a cobrarme con tu vida. - Ámbar enderezó la espalda y levantó el mentón - procura no tocar a ninguna otra chica sin su consentimiento, bastardo poco hombre. ¡hasta nunca!

-¡Maldit4 desgraciada, Ámbar!- todo resto de satisfacción le había abandonado y Ámbar haciendo acopio de todas sus fuerzas caminó firmé para alejarse de él, soportando el dolor terrible que sentía su cuerpo y su alma.

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SÉ QUE HA SIDO UN CAPÍTULO DURO, ACLARO QUE NO APRUEBO, NI ENALTEZCO EL ABUSO EN NINGUNA DE SUS MANIFESTACIONES Y QUE ÉSTO ES SOLO CONTENIDO.

PD: OJALÁ TODOS LOS ABUSADORES DEL MUNDO TENGAN EL FINAL QUE MERECEN (UNO MÁS JUSTO QUE EL DE MATTEO)

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