Samuel, se aseguró de que todos los feligreses se hubiesen marchado, dejando algunas actividades a cargo del diácono, se marchó a su oficina, sus pisadas resonaban en el piso del pasillo, mientras su respiración se agitaba.

Al llegar, se desprendió de toda la indumentaria eclesiastica correspondiente para oficiar la misa, quedando con su típico pantalón de vestir negro, camisa del mismo color, su alzacuello blanco y el crucifijo que reposaba contra su pecho. Suspirando agitadamente, se dejó caer en la silla frente al escritorio, cerró los ojos y paso sus manos con desesperación por el rostro.

—¡Dios mío!, ¿Es que acoso esa mujer quiere volverme loco?— con los ojos cerrados, no podía dejar de pensar en ella, en el momento en que abrió lentamente su boca, sin apartar los ojos de él, son cortar esa conexión que parecía íntima. ¿Por qué ella lograba descolocar lo de aquella manera?, ¿Es eso lo que sentía un hombre cuando le atraía una mujer?—¿En qué estás pensando Samuel?— se desprendió asustado, abriendo los ojos enormes se sentó rectamente en la silla—¿Qué estoy pensando?... Eso no puede ser—se dijo— ¿O si?— estaba confundido, ¿cómo podía reconocer aquel sentimiento si nunca antes lo había experimentado? sin embargo, podía decir claramente que aquella mujer lo perturbaba, Ámbar Hobbs le.perturbaba.

¿Acaso necesitaba confesarse?, Sentía temor de buscar ayuda en un superior, ¿Y si lo suspendian de sus actividades eclesiásticas?... No...

Un llamado a la puerta lo sobresaltó.

—Adelante— el diácono entró con su rostro cargado de amabilidad.—sigue adelante, Elias.

—Gracias, padre. Ya he cumplido con sus órdenes, y todo ha quedado organizado y listo, he cerrado los puertas principales de la iglesia.

—Gracias Elias, aprovecharé la tarde para visitar a mis padres, agradezco tu labor y esfuerzo, puedes ir en paz, hijo mío —Elias, el diácono, se acercó al sacerdotes y tomó su mano para besarla, tras despedirse salió de la oficina...

Samuel se sentía agotado por la mala noche anterior, cerró los ojos sintiéndose un poco aletaragdo, sin embargo de nuevo, la imágen de aquellos ojos miel volvieron a él para torturarlo... Reaccionó colocándose en pie rápidamente, parpadeando, luchó por espantar el sueño y se dispuso a abandonar la iglesia, pasar la tarde con sus padres, le ayudaría a tranquilizarse.

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Aquel lunes, Ámbar despertó con ilusiones renovadas, dispuesta a dar una buena impresión en el que esperaba se convirtiera en su nuevo trabajo, desayunó, tomó una ducha, decidió salir con mucho tiempo de anticipación.

Aquel día, Ámbar tomó como opción, una linda falda tubo negra que hormaba perfectamente sus curvas y dejaba al descubierto sus largas piernas, una blusa azúl marino bastante bonita, su cabellera llena de rizos color chocolate,los dejó sueltos, se colocó el maquillaje justo, además adicionó tacones y bolsa negra.

Se miró al espejo y se sintió satisfecha, daba una imagen pulcra y profesional.

Llegó a las instalaciones de Marshall & Asociados, después de informar hacia donde se dirigía y registrar su ingreso, tomó el ascensor y subió hasta el sexto piso. Se encaminó a la recepción y la mujer le sonrió.

—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarle?

—Buenos días... vengo a una entrevista, me dijeron que debía preguntar por Kiera Lenus, soy Ámbar Hobbs.

—Permítame un momento— la mujer tecleó con la mirada fija en su computador y luego le sonrió —Si claro, puedes tomar asiento—le señaló la hilera de sillas— en un momento la señorita Lenus, viene por usted.

—Muchas gracias— tomó asiento y espero, quería estar tranquila, sin necesidad de estar nerviosa.o temblorosa. No, era buena contadora, sabía hacer su trabajo, pues era de lo más competente, así que no debía sentirse nerviosa o intimidada. Tras diez minutos, llegó hasta ella una mujer rubia, alta, de piernas infinitas y ojos amigables.

—Buenos días, señorita Hobbs, soy Kiera Lenus es un placer —le tendió la mano y la estrechó, mientras ella se puso de pie y le regaló una sonrisa— bienvenida, sígame a la sala de reuniones.

—Claro, gracias— caminó junto a ella en silencio, la sala de reuniones era amplía y cómoda.—tomemos asiento, ¿puedo ofrecerte alguna bebida?

—Gracias, estoy bien— le sonrió con amabilidad— he traído mi informe laboral. —le tendió la carpeta.

—Bien— la tomó —aunque no seré yo quien te entreviste, ya que ha Sido una recomendación, el señor Marshall será quién le entreviste directamente.

—Dios mío, eso debería ponerme muy nerviosa.

—No, solo mantenga la calma, todo estará bien— Nate Marshall, no tardó en llegar. Un hombre mucho mayor, elegante, con un delicioso aroma y una presencia fuerte e imponente, saludó y tomó asiento frente a las mujeres, le pidió a Kiera que se quedara, tomó la reseña laboral de Ámbar y se dedicó un par de minutos a leerlas, la elogió, porque aunque no tenía una larga experiencia, al menos era en dos buenos lugares, la felicitó por sus conocimientos y le hizo algunas preguntas técnicas, a las cuales ella respondió pertinentemente, todo parecía marchar bien, hasta que el Nate Marshall, la miró fijamente y preguntó;

—¿A qué se debió su retiro de su anterior empleo?— Ámbar se removió un poco incómoda, de nada valdría mentir, seguramente el hombre tenía los medios necesarios para descubrir la mentira.

—Me despidieron... por llegar tarde. —Nate Marshall, frunció el ceño.

—¿Se supone que debo asumir que tendremos ese problema, en caso de ser usted contratada?

—No, señor, por supuesto que no. Permítame y le explico. Solía vivir del otro lado de la ciudad, no tengo vehículo, así que todos los días debía venir en tren, la verdad era un trayecto muy largo. El señor Smith se negó a darme una oportunidad a pesar de que le informé que estaba solucionando el tema de mi vivienda. Actualmente me he mudado, mi nuevo departamento está muy cerca de aquí, y puedo venir caminando, no me demoraría ni quince minutos en llegar, así que le puedo asegurar, le puedo dar mi palabra de que el horario no será un problema.

—Bien, le daré un voto de confianza. Markus, habló muy bien de usted y lo buena trabajadora que es, de acuerdo a ellos, iniciaremos un periodo de un mes de prueba, allí corroborar si es tan buena trabajadora como aparenta y si puede cumplir con los horarios, si logra usted tener un buen desempeño le daré la bienvenida a mi equipo de trabajo.

—Se lo agradezco mucho— Ámbar sonrió —no voy a decepcionarlo.

—Eso espero. Por lo pronto, debes realizar el papeleo correspondiente, y algunos exámenes, por lo tanto tendrás fecha oficial de ingreso para el día miércoles, Kiera se encargará de explicarte todo lo que necesitas saber—el hombre se puso en pie— espero sea un buen elemento en nuestra empresa, señorita Hobbs.

—No se arrepentirá, lo prometo. —el hombre asintió y se retiró. Kiera, pasó la próxima hora dándole indicaciones a Ámbar, los documentos que debía enviar para la realización de su contrato, los exámenes que debía hacer y todo lo concerniente al papeleo, le dió un cortó recorrido por las instalaciones en dónde se encontró con Melina y con Markus. La amiga le pidió reunirse y ella asintió feliz y agradecida. Markus por el contrario, le pidió ir a su oficina cuando terminara con Kiera.

Así lo hizo, con todo lo que debía hacer muy claro, y con Kiera despidiéndose después de dejarla.frente a la oficina, llamó y Markus le permitió el ingreso.

—Adelante Ámbar, toma asiento — así lo hizo— ¿Cómo te fué?

—Muy bien—sonrió— tendré un mes de prueba, por lo pronto debo hacer todo el papeleo y los trámites entre hoy y mañana, ingreso oficialmente el miércoles, como mi primer día de trabajo... Quiero agradecerte Markus, realmente no sabes cuánto significa que me apoyarás, recomendandome.

—Eres una muy buena profesional, Ámbar, sé que harás un gran trabajo.

—Gracias.—asintió— reconozco esa mirada Markus, por favor no me pongas en un aprieto con Amy.

—Ámbar... yo quiero a Amy, la amo.

—Si Markus, pero estás casado y Amy no se merece eso, no eres un hombre libre. No quiero que Amy sufra, es mi amiga Markus, no la lastimes más.

—Decidimos dejarlo Ámbar, pero todo éste tiempo no he hecho más que sufrir por su ausencia, por la falta de su cariño, de su amor. Solo necesito verla, ella .. ayer la llamé, fui hasta su departamento, pero ella... se negó a recibirme. Ámbar, por favor... Melina que ha negado a ayudarme, por eso te ruego a tí, ayúdame Ámbar, al menos que me permita verla.

—Pero eso le hará sufrir, Markus. Dale tiempo, déjala que sane, que te supere.

—Es que yo no quiero que me supere, yo no quiero vivir sin Amy.

—Markus, Markus...

—Te lo ruego Ámbar...

—Hablare con ella, pero no te prometo nada. Yo la Vi muy decidida Markus, Amy no te quiere en su vida...

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POR FAVOR RECUERDEN DEJAR SUS OPINIONES Y VOTOS. UN BESO, L@S QUIERO