Era viernes por la tarde y Ámbar al fin había realizado la mudanza, había pagado a un par de jóvenes que le ayudaron a subir lo poco que había traído a su nuevo apartamento. Veía las muchas cajas apiladas y se sentía agobiada comprendiendo todo el trabajo que tenía por delante.

En su bolso, escuchó como su celular timbraba, corrió a atender la llamada, no reconoció el número.

—¿Si?

—¿Señorita, Ámbar Hobbs?

—Si, soy yo.

—Mi nombre es Kiera Lenus, y estoy llamando desde las oficinas de Marshalls & asociados— Ámbar se emocionó al reconocer la importante firma de contadores, encargados de llevar la contabilidad de algunas de las empresas más grandes de la ciudad— le estoy llamando para informarle que tendrá una entrevista de trabajo el día lunes a las ocho y treinta de la mañana.

—¡Oh, que alegría, muchas gracias señorita Lenus!

—Le sugiero llegar con anticipación, y preguntar por mi en recepción.

—Claro que si, muchas gracias.

—Feliz tarde, señorita Hobbs— y así cortó la comunicación, Ámbar gritó de alegría, está era una gran oportunidad, si conseguía el puesto, y se encargaría de que así fuese, irónicamente estaría trabajando con la competencia.

—¡GRACIAS AMY!—gritó feliz—¡No tendré nunca como pagarle ésto!— extrañamente sintió mucha motivación para seguir sacando cajas y ordenando, debía esforzarse por tener todo listo para el domingo a medio día, de esa manera tendría tiempo para descansar...

Sonrió pensando en que su vida comenzaba a mejorar, un giro de ciento ochenta grados, una sensación maravillosa la embargó. Marcó el número de su amiga y esperó

—Hola, Ámbar —saludó Amy dulcemente al otro lado de la línea.

—¡TE AMO, AMY!—gritó feliz— acabo de recibir una llamada, tendré una entrevista el lunes.

—Oh, que alegría Ámbar, que felicidad, sabía que él no me fallaría.

—¿Él?—preguntó sorprendida, sabía que en esa firma de contadores, trabajaba el ex amante de su amiga, pero creía que ya no mantenía contactos con él — Me dijiste que Melina...

—Sé lo que dije—suspiró— le escribí diciendo que necesitaba un favor y que Melina le explicaría de que se trataba... intentó conversar pero corté, temía estar perdiendo la fuerza de voluntad

—¡Oh Amy!, Lo siento mucho y realmente agradezco que hicieras esto por mí... Sé lo difícil que debe resultar.

—Siempre es difícil cuándo te enamoras del hombre equivocado.

—Oh, cariño... lo lamento... ¿Esto representa algún problema para ti?

—No—suspiro— Markus y yo, decidimos hace mucho dejarlo, era lo mejor, al menos para mí. Espero nunca repetir la experiencia de salir con un hombre casado, disfrute mucho, pero padecí de igual manera... y creo que padeceré toda la vida, lo amo Ámbar , pero lo mejor es mantenerme lejos... a fin de cuentas son hombres ajenos, en la mayoría de los casos vuelven a casa con sus esposas, y es una quién se lleva la peor parte. —parecía repentinamente triste— sin embargo, sabía que si le pedía el favor, no se negaría.

—Me extrañas que no le pidieras antes trabajar allí, Marshall & Asociados, es una firma más grande e importante.

—Lo es, pero la tranquilidad no tiene precio, y no tendría tranquilidad estando tan cerca de Markus, es lo mejor... Es una muy buena oportunidad, espero la aproveches al máximo.

—Por supuesto Amy, no imaginas lo agradecida que estoy. Si todo sale bien, y espero que así sea, te invitaré a ir por una copa.

—Eso suena a muy buen plan...

Después de hablar con Amy, siguió organizando paquetes, hasta que una nueva llada reclamó su atención, era Matteo...

—Hola.

—¡Hey guapa, hasta que logro dar contigo!

—He estado un poco ocupada.

—Así parece, confieso que me ha decepcionado un poco que no me llamaras, creí que la habíamos pasado bien.

—Y así fué.

—Fui a tu depa y me cansé de llamar, sin respuesta alguna.

—Me he mudado por cuestiones de trabajo.

—Bien... ¿Te parece si nos vemos hoy después de mi turno?

—Me encantaría, pero no será posible, estoy muy ocupada desempacando, quizás mañana... yo te llamo.

—Eso suena a que no me llamarás —escuchó el evidente reproche.

—Lo haré, pero intenta no presionarme Matteo, eso hará que pierda el interés.

—De acuerdo, de acuerdo... te dejo, debo entrar a turno. Estamos en contacto, preciosa.

—Adiós, Matteo...

La cena resultó un ligero sandwich y un poco se zumo, una larga ducha que la ayudara a relajarse y luego directa a la cama vistiendo solo un largo camisón y unas ligeras braguitas de algodón. Tomó su celular para después dejarse caer en la cómoda cama, buscó el contacto y suspiró, mordiéndose el labio se debatió en si debía hacer la llamada o no... Pero... ¿Qué le diría?,¿Qué podía usar como excusa para hablarle?, sentía que la estaba evadiendo y necesitaba acercarse de nuevo...

—Hagamoslo—se animó— no tengo nada que perder—marcó el número y esperó ansiosa, su corazón latía violentamente, la emoción de escuchar su voz la hizo estremecer y sintió como sus pezones se endurecieron contra la tela del camisón logrando enviar una descarga eléctrica por todo su cuerpo.

—¿Ámbar?, ¿Está todo bien?— su voz denotaba preocupación, sin embargo lo que la hizo estremecer hasta los cimientos fue escuchar que la llamaba por su nombre... sonaba demasiado bien cuando él lo pronunciaba, sin querer si quiera evitarlo se imaginó aquella voz gimiendo contra su oído mientras la nombraba una y otra vez, y sintió como si un volcán buscará de hacer erupción en su bajo vientre.

—Hola, si soy yo... todo está bien— dijo batallando para controlar su acelerada respiración.— ¿Usted cómo está?—hubo un largo silencio del otro lado de la línea—¿Hola?

—Si... eh... estoy bien, hija, muchas gracias. ¿Necesitabas algo?

—Cualquiera le escucha e imagina que no desea hablar conmigo, padre.

—Yo... estoy un poco ocupado, sólo eso.

—Hace días que está muy ocupado, me parece que está huyendo de mi— dijo y rió, pero contrario a lo que esperaba, el sacerdote no rió, hubo un silencio— yo... solo quería contarle que tendré una entrevista de trabajo, al parecer parte de mis plegarias han sido escuchadas y comienzo a ver un poco de luz, y estar de este lado de la ciudad me ayudara a ser muy puntual , lo cual me permitirá tener un buen desempeño en mi empleo.

—Qué buena noticia... alabado sea el nombre de Dios... son pruebas que enfrentamos, pero con cada prueba, el Señor nos otorga también la solución.

—Así parece, padre... yo...

—¿Si?

—Padre... quisiera confesarme—se animó a decir — siento que necesito hacerlo, pero ... hace mucho que no lo hago, de hecho, no recuerdo cuando fue la última vez. Usted... ¿podrá confesarme?—silencio— ¿Padre?...

—Si, claro hija, la casa de Dios siempre estará abierta, ven cuando lo desees. Ahora debo dejarte... Feliz noche, que la paz del Señor sea contigo.

—Amén pad...— Ámbar se detuvo al darse cuenta que él había cortado la comunicación. ¿Que rayos había sido eso?...

Samuel cortó la comunicación y colocó el artefacto sobre el escritorio de su oficina. Tenía la respiración agitada...

—Dios mío, Dios mío...—susurró evidentemente perturbado... Se colocó en pie y fue directo al reclinatorio de oración que estaba en una esquina, se arrodilló y elevó las manos—Dios mío, "diga el débil, fuerte soy"—citó las escrituras— reconozco mi debilidad Dios mío, necesito hallar paz, dame las fuerzas padre, fuerzas para resistir a los deseos de la carne... no me desampares, por favor, no me dejes sólo....

El padre Samuel, estaba aturdido, reconocía que aquella jóven estaba provocando cosas en él que no podía seguir evitando o negando, debía reconocerlo y clamar a Dios por ayuda...

¿Qué era aquello que Ámbar le hacía sentir?

¿Por qué a él, por qué?

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Hola amores, ¿Que les va pareciendo la nueva historia?, déjenme saber sus opiniones.