2 de agosto 1668

Olbia, Sebrial, Pueblo Sebireh

Aritz balanceaba su espada al ritmo de su mana y su respiración, su espada brillaba cada vez que el la paraba a la altura de su cadera, el punto del golpe, al sincronizar tu flujo de mana y tu respiración se conecta tu cuerpo a la espada, como si por un momento la espada fuese una extensión de tu cuerpo.

Yo estaba enfrente suyo aun par de metros, haciendo lo mismo, mi padre estaba raro, no paraba de dar vueltas al rededor del jardín.

- Papá? Que te pasa? - dije extrañado

- Ehh! Na... nada... - dijo Kale

- Vamos a seguir golpeando el aire todo el día? - pregunte, a continuación di un golpe al aire

- Ahhh! Esta bien! Lo siento... - dijo Kale

Yo mire a Aritz a los ojos mientras encogía los hombros.

- Que ocurre maestro, por que "lo sientes"? - pregunto Aritz

- Ya no puedo seguir entrenados – dijo Kale con un suspiro

- Ehh! Por que? - dijo Aritz con los ojos muy abiertos

Yo ya lo había notado, nuestros entrenamientos se estaban volviendo repetitivos, supongo que mi padre ya no sabe como enseñarnos cosas más avanzadas.

- Pero, no os preocupéis, pronto tendréis un nuevo maestro – dijo Kale mientras caminaba hacia casa – Vosotros seguid golpeando el aire, os ayudara a controlar el mana y la respiración.

Aritz me miro preocupado, y yo encogí los hombros.

Poco después Aritz y yo entremos a casa. Mi padre se había vuelto loco. ¿Estaba... escribiendo?

- Que haces papá!? - dije con el ceño fruncido

- Calla! Estoy concentrado... - dijo Kale mientras miraba a su hoja

- Que hacemos ahora? Seguimos con el entrenamiento? - dijo Aritz

- Mmm... No, ya puedes volver a casa Aritz, por hoy ya esta bien... - dijo Kale aun concentrado en lo que escribía.

Aritz se fue, y yo me fui a dar un baño.

Cuando baje del piso de arriba, ya era de noche, y mi padre no estaba en casa, mi madre estaba haciendo la cena, aunque no era muy buena cocinera ya que en casa solía cocinar mi padre.

- Mamá? Donde esta papá? - pregunte extrañado

- Ehhh... Se ha ido a entregar una carta, bueno, o eso me ha dicho. - dijo Kristal - Vamos, ya he acabado la cena, vamos a empezar.

6 de agosto 1668

Olbia, Sebrial, Pueblo Sebireh

Pasaron un par de días, y mi padre siguió entrenándonos a Aritz y a mi, aunque cada vez el entrenamiento se volvía más repetitivo aún.

Hoy, también estábamos balanceando nuestra espada, otra vez, aunque mi padre pudiese ser más poderoso que algunos maestros espadachines, como ya había dicho no sabia enseñar algunas cosas más avanzadas, y hacia menos de una semana que había llegado a su limite.

Entonces mientras entrenábamos, mi padre escucho la valla de nuestro jardín abrirse y salio corriendo hacia la entrada. Aritz y yo nos miremos a los ojos dudando y seguimos "entrenando".

Al cabo de un rato, una mujer pelirroja de la altura de mi madre giro la esquina hacia donde Aritz y yo estábamos entrenando.

El pelo recogido con un moño, vestida con lo que en mi antiguo mundo se llamaría top, que le cubría muy poco, ademas sus pechos no eran precisamente pequeños, llevaba unos pantalones cortos y unas botas que le llegaban por debajo de las rodillas. Desde el frente podía ver la empuñadura de su espada la cual estaba detrás de su cintura.

- El es mi hijo, Xeno y este es Aritz, son buenos chicos... - dijo mi padre con la voz un poco temblorosa

Ella nos inspecciono de arriba a abajo,con sus ojos color verde claro.

- Bueno, vamos a empezar, haber que sabéis hacer. - dijo ella mientras sacaba su espada, esta tenia el filo plateado y la parte no filosa negra como también lo era la empuñadura.

Sin darme cuenta me puse en posición defensiva, esta mujer desprendía un aura que por lo que parece asustaba hasta a mi padre.

Mire a Aritz que estaba mi izquierda, pero el estaba paralizado, también en posición defensiva.

- Kale, aparta, necesitaremos espacio... - dijo ella mientras tiraba la vaina de su espada – Vamos, los dos a la vez, no me importa, atacad!

Aritz corrió hacia ella primero, yo que estaba más cerca suya, di un paso grande, y salte, abalanzándome sobre ella con mi espada por delante.

Su espada brillo, brillo muchísimo, se me quedo grabada en la retina una imagen residual de ese brillante mana, salí rebotado cayendo de espaldas a un par de metros de distancia.

Desde el suelo pude ver a Aritz el cual en vez de saltar como yo, se deslizo hacia un lado mientras cortaba, aunque, solo corto el aire. ¿Donde había ido?

Aritz miro a todos sitios, detrás, a sus lados, y luego arriba, allí estaba, cayendo con su espada por delante.

Aritz, a duras penas consiguió bloquear su golpe, y aunque lo consiguió, perdió un poco equilibrio al bloquear su golpe, entonces una patada de la mujer pelirroja en la espalda de Ariz, le hizo caer hacia delante.

- Bueno... Cuantos años me dijiste que tenían? - pregunto ella

- N... Nueve... - dijo Kale

- Ahhh...- suspiro la mujer - Esta bien, esta bien después de todo te debo una...

- Gracias! - dijo Kale aun nervioso

- Okey, chicos, levantad. - dijo ella

Nos levantamos, y nos pusimos delante suya.

- Yo soy Frisha Stokv, para vosotros "Maestra" a partir de ahora- dijo ella

- Ejem, donde esta mi saludo? – pregunto Frisha

- Si, Maestra! - gritamos Aritz y yo

Frisha dio un suspiro largo y dijo – Bueno comenzemos con el entrenamiento.

- Si, Maestra! - gritamos Aritz y yo otra vez