Yuji anotó mentalmente que las dos pizzas carbonaras tardarían, por lo menos, unos treinta minutos en llegar. En el centro de Shibuya, el tráfico solía ser una maldita pesadilla.

El chico tomó hueco en el sofá largo de la sala, mientras escuchaba a su hermano apresuradamente recoger cosas. Por lo menos, eso indicaban todos los ruidos repentinos que se oían por todas partes; Yuji pensó que era por simplemente ordenar su habitación, por más limpia que estuviese ya.

Suspiró pesadamente para comenzar a buscar alguna película interesante en la televisión. Apoyó uno de sus brazos bajo su barbilla, sin interesarse por nada. Pero de repente, recibió un mensaje de su compañera de clase, Nobara, quien creía que solo tomaba las clases de la universidad por hacer algo. Las pocas veces que habían salido de compras, siempre que se encontraban a algún animal, la encontraba huyendo. Sobre todo de los perros, parecían no gustarle para nada. Entonces, Yuji no entendía qué hacía en su misma carrera.

Ignoró los ruidos de su hermano, ignoró todo lo demás y leyó los mensajes de la chica.

" NOBARA💄"

" El sábado, a las 11.30 pm. Quedamos en el centro, ya sabes dónde "

Y con un puchero que cualquier otra persona consideraría más que adorable, Yuji se decepcionó de la corta conversación con la chica. Le gustaba, sobre todo por su personalidad decidida, pero le dolía que solo lo usara para ese tipo de cosas. Ni siquiera una despedida, jolín, se lamentó Yuji en su cabeza, limitándose a responder con un sencillo sticker.

Ella lo dejó en leído y ahí se acabó la conversación.

Algo mucho más deprimido que antes, retomó su misión de buscar algo interesante, cuando recibió otro mensaje. Esta vez era de su amigo Junpei, a quien había conocido por sus gustos similares en las películas, ya que el otro estudiaba en la carrera de filmografía. Su sueño era hacer su propia película.

" JUNPEI 🐙"

" Hola, Yuji. Verás, siento... siento haberte dejado tirado. Estuve ocupado, pero espero que podamos ver esa película pronto. ¿El sábado? ¿O mañana tienes libre? "

Por supuesto que la noticia de ir mañana a ver la película con su mejor amigo lo animó bastante. Por lo que, rápidamente le contestó mientras escuchaba a su hermano ir al cuarto de baño.

" YUJI "

" El sábado he quedado con Nobara, pero si te queda bien, ¿mañana? Yo te aviso cuándo🤘"

Recibió una sencilla respuesta de su amigo, que decía que estaba de acuerdo. Luego simplemente añadió que lo llamaban y que hablarían mañana. Yuji entendía a su amigo, puesto que como él, también tenía una vida complicada. El año pasado, justo como les pasó a su hermano y a él, su madre murió en un horrible accidente de tráfico. Los dos tuvieron que soportar una pérdida y eso los unió bastante. Yuji conoció a su madre mucho tiempo antes, y era muy amable.

De vez en cuando acompañaba a su amigo a un cementerio cerca de la ciudad, en la que ambos dejaban flores para los que se habían ido. Allí estaba su abuelo también. Pero Yuji en realidad, iba con más frecuencia. Casi sin su hermano, pero lo hacía por ambos.

El caso, Junpei tenía una vida bastante ocupada pero siempre le había dejado en claro que sí necesitaba algo, lo tenía para lo que fuera.

Entonces justo cuándo se disponía a seguir cambiando de canales, tocaron el timbre.

Por alguna razón, su cabeza se giró hacia la puerta con más rapidez de la que debería. Le dolió el cuello y se quejó en bajo, además confundido, porque pensó que la comida llegaba con veinte minutos de antelación. Hundiendo sus hombros, se levantó apresuradamente.

Se colocó unas pantuflas que tenía guardadas bajo el sofá, quitándose rápidamente las zapatillas de clase y salió hacia la puerta. Rebuscó en el tarro de ahorros que había dejado Sukuna hacía una semanas lo justo para el cambio y se dispuso a abrir la puerta.

Su brazo rozó el picaporte justo en el momento en el que Sukuna salía del baño.

—¿Ya llegó la comida? —Le pareció escuchar a su espalda, pero Yuji se quedó sin habla al ver que al otro lado de la puerta había una de las chicas más preciosas que había visto en su vida.

Era morena, de cabello oscuro y a ras, justo por debajo de la oreja. Era un corte Pixie, o parecido, pero con mechones un poco más largos en los lados, por bastantes charlas con Nobara lo conocía. Aunque destacaba unos mechones rosados al frente, casi por todo su fleco, por lo demás, su cabello mantenía un color neutral y oscuro. Era bastante alta, hasta podía apostar a que medían lo mismo.

Yuji se apoyó en el marco de la puerta, boquiabierto.

Tenía un color de piel de una tez morena suave, acaramelada, muy bonito a decir verdad. Sus orbes amarillos brillaban con impresión también, al parecer al verlo de igual manera. Un piercing en su ceja izquierda; otro en su nariz, en la misma dirección, una pequeña joyita turquesa. Tenía un lunar bajo su ojo izquierdo y otro en su barbilla. En sus labios también tenía un arete plateado, en su belfo inferior y al lado derecho. Facciones finas y delicadas, tenía una bonita cara.

Por otro lado, vestía una corta blusa blanca, escotada a la altura de su pecho, con unas tirantas delgadas. Tenía brazos delgados, pero con un notable músculo. Un tatuaje de líneas se posicionaba en su brazo derecho, hasta la altura de su antebrazo, muy llamativo. Su vientre delgado también tenía otro tatuaje cerca de su ombligo, concretamente en su lado derecho. 

Pantalones baggy, de color chocolate y zapatillas blancas con la punta amarilla. Sencillamente preciosa, y con un gran estilo de la moda. A Nobara le caería genial.

—Eh, ¿no traerás nuestras pizzas, verdad?

Finalmente la chica pareció darse cuenta de su expresión llena de sorpresa y parpadeando, retomó un rostro indiferente y casual. Sujetaba en su mano derecha un móvil con la carcasa oscura, aunque con un diseño de unos labios y una calavera. Iba con todo lo que llevaba encima.

Rápidamente la chica negó con la cabeza, para ocultar su móvil en un bolso que colgaba de su brazo derecho. Señaló hacia adentro, mostrando unas cuidadas uñas con esmalte color vino.

—No, lo siento... Vengo a por Sukuna, pero... Pero, espera, ¿quién eres tú? —Yuji enarcó una de sus cejas, algo desconcertado.

Es decir, parecía conocer a su hermano, ¿y no sabía qué él era su gemelo? Igualmente, sonrío abiertamente mientras sujetaba con menos tensión la puerta de su casa, mientras su cabeza tomaba aparente nota de que Sukuna tenía que irse. De repente su mente voló al mensaje del jefe que le pedía horas extras. ¿Pero tan pronto iba a dejarle? ¿Y qué pasaba con la película?

—Soy Yuji Itadori, su hermano... eh, gemelo, vamos. —Se presentó, rascándose la nuca, mientras preguntaba al momento—: ¿Y tú eres? ¿Vienes a por Kuna, por...?

Oh, otra reacción. La chica sonrío con suavidad para señalarse, mientras un curioso rubor se colaba entre sus mejillas.

—Me llamo Rochelle Hughes, aunque todos me dicen Roch. —Se presentó con dulzura la chica y Yuji se emocionó de conocer finalmente el rostro de la chica que no dejaba de hablar con su hermano y además, que tenía agregada con un corazón—. Soy... compañera de Sukuna y bueno, vengo porque... —Y entonces Yuji notó una poderosa mano que se apoyó en su hombro derecho.

El agarre se hizo muy fuerte, tanto que le sacó un quejido bajo cuándo fue bruscamente tirado hacia atrás, hacia el interior. Trastabilló con las pantuflas solo para encontrar a su hermano en la puerta, sujetando el marco con una enorme tensión. Juraba ver las venas marcadas en su brazo izquierdo. Ahora vestía una camisa negra sin mangas y vaqueros oscuros, con adornos de cadenas, y bombachos. Unos botines negros lo acompañaban.

No iba en plan... noche de pelis, como él suponía, e hizo un morrito porque entonces sus conjeturas estaban realmente en lo cierto. Parecía que tenía que irse ahora, antes de lo previsto.

Escuchó entonces decir por su hermano una maldición, seguido de un «¿Qué cojones haces tú aquí?». Ahora sin embargo, no podía escuchar la voz de la chica, pero no tardó en acariciar su hombro derecho, todavía sujetando el dinero para la comida y preguntó:

—Kuna, ¿tienes que irte al trabajo tan pronto? ¿Y qué pasa con la comida y la película? —Y odiaba, por supuesto, sonar como un niño malcriado.

Pero, maldita sea, odiaba estar solo.

Al momento de soltarlo, de refilón se fijó en un respingo por parte de su hermano y cómo al momento, con otra maldición, le cerró la puerta en la cara a su amiga. No preguntó por ello cuándo rápidamente su hermano salió disparado hacia su propia habitación. Yuji dio unos pasos hacia allí, que se ocultaba tras un largo pasillo, pero se detuvo cuándo el otro salió con móvil en mano y una chaqueta de cuero ahora sobre un hombro. No había tardado más que unos cortos segundos.

Lo descompuso un poco verlo así, porque entonces no volvería a verlo hasta la mañana siguiente. Aunque eso sí tenía suerte, porque muchas veces Sukuna desaparecía por semanas enteras, y aunque le mandase mensajes ocasionales como para recordarle que seguía con vida y, extrañamente, le llegaban compras con comida de reserva a la puerta y con, ocasionalmente, dinero, no se podía comparar con tenerlo en casa.

Ahora su hermano lo miró. Su labio se agitaba y al mismo tiempo hacía mover los piercings apostados debajo de su belfo inferior. Su expresión arrugada le dio a entender qué estaba hecho un lío y, rápidamente, como había acostumbrado, torció sus cejas y ladeando su cabeza, mostró una sonrisa amable. Pudo ver cómo los hombros del otro se relajaban al instante.

Era algo que había aprendido a hacer, durante el último año, para no agobiar a su hermano.

—No te preocupes, Kuna. Veremos la película en otro momento, ¿vale? —No confiando en su propio cuerpo, se dio la vuelta para dirigirse hacia la encimera a dejar el dinero mientras tanto—. Te guardaré tu parte para... bueno, para cuando vengas.

Y detestó oírse tan lamentable. Allí en la encimera, Yuji apretó sus manos con fuerza. ¿De qué se quejaba? Después de todo, no era él quien tenía que salir a la madrugada a trabajar. No era él quien tenía que sacrificarse por los dos.

Sintió un calor por detrás de su espalda, como si su hermano estuviese detrás, pero nada más mirar de soslayo, Yuji lo encontró marchándose hacia la puerta. No lo miró de nuevo mientras la abría, pero al menos se despidió esta vez. A veces no lo hacía.

—Volveré. Cierra con llave y no me esperes despierto, mocoso. —Y después la puerta se cerró con un grave silencio.

Yuji de inmediato se limpió las pocas lágrimas que salían por sus mejillas, al darse cuenta de que era un maldito niño pequeño al comportarse de esa manera; es decir, ¿en qué estaba pensando? Sukuna y él no tenían una relación tan estrecha cómo para llorar de esa manera, pero era cierto, que a veces, cuando el otro no andaba de malas pulgas, podían compartir momentos como ese. Y, oh, como los apreciaba. En el fondo sabía que el otro también lo hacía.

Quería a su hermano, de verdad. Pero a veces no podía dejar de preguntarse qué pasaría si fuesen de otra manera, si no hubieran perdido a sus padres tan pronto y sí fueran hermanos como muchos otros.

Se recostó en el sofá nuevamente, aunque ahora estaba mucho más deprimido que antes, eligió una película de amor y esperó la comida. Varios minutos para él —arrolladoramente y tortuosamente largos— que resultaron una soledad íngrima, finalmente el repartidor real llegó.

Yuji lo recibió, pagó correctamente, cerró con doble llave y guardando la parte de Sukuna de su comida en la nevera, ahora con sus partes de pizzas servidas y divididas, se dispuso a continuar con la película.

Pero, maldita sea; se dio cuenta mientras masticaba un trozo de la comida, que resultaba tan terriblemente triste verla solo.

NIGHTYY AL HABLA (!)

muchas gracias, de todo corazón por su apoyo en esta historia. pronto comenzamos con más drama y preguntas sin respuesta. ahora mismo, conocemos un poco más de la situación familiar de yuji y sukuna, y dios, como los amo.

POR CIERTO, les tengo noticias. para quienes quieran saber de la vida de sukuna (porque esta historia es sólo desde la perspectiva de yuji y megumi) pueden pasarse por mi PERFIL PRINCIPAL: ( xElsyLight ), en donde he publicado su secuela o dulogía, como prefieran llamarlo; contando eso que no podemos saber aquí de nuestro querido rey de las maldiciones.

como pueden ver, la portada es parecida a la que podemos ver en esta historia, porque quería que fuera así; pero sin tanto dulce, en otras palabras. esa va a ser un poquito más agresiva, ufff. como la amo desde ya. ¡está publicada y pueden guardarlas en sus bibliotecas desde ya! además, como pueden ver la portada es una ilustración, y esa misma se ha encargado de hacer mi bestie ( ellasttyless ) a quien, como ya he mencionado, le pertenece el personaje de rochelle.

esta dulogía, llamada "SHE LIKES A BOY", ¡ se viene con todo !

bestieeee, amo las locas ideas que me haces haceeeer, aaaa ;3

déjenme sus opiniones al respecto de este cap, y nos veremos pronto, fresitas.

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