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Capítulo Único

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YoonGi admiró a JungKook descansando con tranquilidad en la hermosa cama matrimonial, la cual se hallaba ubicada en el centro de la habitación que ambos compartían desde hace poco más de tres años.

Había perdido la cuenta de las veces en la que se había encontrado en la misma situación, viendo cómo su novio dormía profundamente y se negaba a despertar, dado a que el propio JungKook sabía que no soportaría el dolor de cabeza que lo atacaría al instante e intentaba —a toda costa— evitar sufrirlo.

No era la primera vez que JungKook llegaba ebrio, por supuesto que no era así. El menor solía presentarse bastante seguido en su departamento, tambaleándose y/o actuando de una manera completamente contraria a como lo hacía estando sobrio. En un comienzo, fue un espectáculo digno de ver y hasta disfrutar, pero ahora sentía un gran rechazo.

YoonGi no tenía problemas con que JungKook fuera a beber con sus amigos, JiMin y TaeHyung, ciertos fines de semanas. Pero le resultaba molesto notar que, al parecer, su novio era capaz de mostrarle y brindarle afecto físico únicamente con la bebida recorriéndole la sangre.

JungKook era un hombre serio, reservado y hasta hermitaño. Prefería mantener una distancia prudente con las personas, entablando conversaciones si era necesario en verdad y mostrándose muy brusco, desinteresado y grosero de igual forma.

Era claro que no le gustaba relacionarse con el resto y todos respetaban esto, aunque YoonGi nunca pudo comprender la razón por más que quisiera, ya que él —si bien era bastante similar al chico en ciertos aspectos— no nunca insultaría a una persona que solo quería saludarlo.

Si YoonGi tuviera que explicar cómo es que —contrario a lo que hasta ellos mismos esperaban— terminaron convirtiéndose en amigos, y posteriormente en pareja; él no lo podría hacer con exactitud y tendría demasiadas dudas, porque hasta a su propia persona le resultaba increíble todo.

Un día común y corriente, simplemente se encontraron en los pasillos de la universidad y coincidieron en una clase más tarde, terminando sin otra opción más que tomar asiento uno junto al otro. JungKook había bufado al escuchar cómo YoonGi comenzaba a comentar —a raíz de su nerviosismo— sobre temas al azar, aparentemente olvidando que tenían que finalizar con unos deberes antes del cierre de la clase.

Luego de aquella primera mala impresión, YoonGi —para sorpresa de sus conocidos— se acercó a disculparse y JungKook lo miró de manera indescifrable, aunque después le aseguró que todo estaba bien y lo invitó a sentarse a su lado para desayunar; por lo que el mayor podría mencionar que, a partir de entonces, comenzó a formarse un vínculo especial entre los dos.

Desde cualquier perspectiva, resultaba evidente que ambos eran un claro ejemplo de polos opuestos. YoonGi era un hombre tranquilo, cariñoso hasta cierto punto y amable con toda aquella persona que estuviera a su alrededor, mientras que JungKook solía actuar —y en algún punto, realmente lo era— como un joven bastante grosero que intimidaba a la gente con su apariencia de badboy.

La personalidad del chico había sido lo primero que captó su atención, ya que YoonGi sentía mucha curiosidad y quería comprender cómo es que el menor podía arreglárselas para alejar a cualquier persona que intentara establecer una conversación. Y por supuesto, también deseaba entender por qué motivo a él no lo hizo a un lado, tal y como lo hacía con el resto.

La apariencia de JungKook también solía ser un factor, ya que las personas aún parecían creer que una persona era malvada y criminal solo por tener múltiples tatuajes adornando su cuerpo y llevar vestimentas oscuras, además de múltiples perforaciones en su rostro y determinadas partes más de su anatomía.

Tuvo la oportunidad de conocer mejor a JungKook, quien —si bien podía llegar a tornarse muy estresante— resultó ser un buen chico. Había aprendido que él demostraba su aprecio e interés por el otro de maneras diferentes a la mayoría de personas, lo hacía con pequeños detalles que podían llegar a pasar desapercibidos por muchos.

Al notar esto, YoonGi pudo verse a sí mismo en JungKook; ya que, cuando era más joven, también solía actuar de dicha manera hasta que comenzó a mostrar más sus sentimientos gracias a su mejor amigo, Jung HoSeok, quien le demostró que no había nada de malo en demostrar cómo uno se encontraba y le enseñó que no tenía sentido pretender ser una persona diferente a la que éramos en verdad.

En algún punto, de manera no muy sorpresiva a decir verdad, YoonGi comenzó a ver al chico en detalle y a sentir mucho más por JungKook, quien se había convertido en un buen amigo. Por supuesto que se sintió aterrado ante sus sentimientos y quiso hacerlos a un lado, debido a que sospechaba —y sabía— que no sería correspondido, así que no quería arruinar la amistad que ambos tenían.

Pero él era muy malo mintiendo y ocultando todo en los últimos tiempo, por lo que —no demasiado tiempo después— terminó confesando ante JungKook todo lo que estaba sintiendo, fue completamente sincero y pareció olvidar que lo más obvio era que no volverían a hablar nunca.

JungKook lo había mirado con atención y se mantuvo en silencio por varios minutos, causando que los nervios del castaño se presentaran y sintiera ganas de retroceder en el tiempo. El menor parecía estar perdido en sus pensamientos y YoonGi no se encontraba seguro de cómo proceder, así que optó por esperar.

Cuando JungKook se aproximó lentamente hacia él, mirándolo a los ojos y haciéndolo sentirse muy cohibido, YoonGi creyó que lo mejor que podría haber hecho era quedarse callado y jamás confesar lo que sentía, mientras que pudo imaginar lo que venía a continuación.

Aunque nunca podría haber sido capaz de pensar que, lejos de golpearlo y/o pedirle que lo dejara tranquilo, JungKook le iba a brindar caricias en las mejillas con sus manos y aproximar el rostro al suyo lentamente, para después besarlo con timidez y un cariño que causó que YoonGi se sintiera desfallecer.

Sin poder resistirse y sintiéndose un idiota, YoonGi le preguntó —una vez que el beso llegó a su fin— si él se sentía de la misma manera, a lo que JungKook asintió con lentitud. Ante dicha acción, el mayor no pudo evitar sonreír y acercarse para abrazar al chico, quien le correspondió el gesto de forma tímida y un poco insegura.

Sí, definitivamente JungKook lo había hecho sentirse como nunca antes. Había sido el primer y único hombre que logró —sin el más mínimo esfuerzo— convertirse en una persona tan importante para él, por lo que le dolía pensar que aquello terminaría antes de lo que ambos pensaron en algún momento.

—Buenos días. —La voz de su novio causó que hiciera sus pensamientos a un lado, notando que JungKook ahora estaba sentando contra el respaldo de la cama y mirándolo con atención.

—¿Cómo te encuentras? —fue lo primero que le cuestionó, notando cómo el menor formaba una mueca en su rostro. 

—Me duele la cabeza —le dijo entonces y YoonGi sonrió enternecido ante la divertida mueca que JungKook formó con su boca.

—Te dejé unas pastillas y jugo a un lado de la cama.

JungKook asintió y se movió para ir en busca de lo que su novio le había indicado, mientras que YoonGi permanecía sentado en una de las esquinas de la cama, manteniendo una distancia prudente del menor y teniendo una gran mezcla de pensamientos inundando su mente.

—¿Sucede algo? —le preguntó JungKook—. Luces extraño. —El chico lo conocía muy bien y YoonGi era muy transparente con él también, por lo que no le sorprendió que su novio notara qué estaba pasando.

—Sí —YoonGi respondió de forma automática, implementando un tono bastante tosco y se sorprendió de sí mismo—, así que necesitamos hablar.

—De acuerdo. —El menor dejó el vaso en el antiguo lugar, para después acomodarse nuevamente y centrar su atención en él—. ¿Qué es lo que va mal?

—Nuestra relación —le dijo finalmente en voz baja y notó cómo JungKook fruncía el ceño. ¿Había sido demasiado directo? Quizás, pero necesitaba descargarse de una vez y dejar de darle vueltas al asunto—. Todo lo que hubo o existe entre nosotros, todo está yendo muy mal.

—¿De qué hablas?

YoonGi se mantuvo en silencio por unos momentos, analizando la situación y pensando en si podría llegar a existir una alternativa diferente, pero no le resultó posible hallarla y decidió organizar sus ideas, para así ser completamente sincero con su novio.

—JungKook, creo que debemos terminar.

Al escuchar sus palabras, el menor lo miró preocupado y abrió su boca incrédulo. YoonGi pudo percibir un gran terror y una especie de tristeza en sus ojos, pero supuso que solo se trataba de su imaginación nuevamente, la cual se empeñaba en hacerle creer que JungKook lo amaba.

—¿Por qué dices eso, YoonGi? No es divertido.

—No estoy bromeando, JungKook. Hablo enserio. —YoonGi se levantó su lugar y comenzó a moverse de un lado a otro, sintiendo que un dolor se acentuaba en su pecho—. Llevo mucho tiempo pensando en todo esto y tratando de apartar aquellas ideas, pero he entendido que es lo mejor para nosotros.

—Hyung...

—Estoy cansando, JungKook. —El mayor detuvo su andar—. Ya no lo soporto. —YoonGi posó su mirada en su novio, quien comenzaba a mostrarse de una manera que no había podido ver nunca antes—. Siento que soy el único que lucha para lograr que nuestra relación siga a flote, pero ahora ya está hundiéndose demasiado y no puedo solucionar esto sin tu apoyo —le confesó dolido.

YoonGi pensaba que quizás se habían enamorado en el momento equivocado, pero no le fue posible controlar nunca sus sentimientos. Solamente fue por un momento que intercambió miradas con el chico y terminó cayendo rendido, aunque poco interesaba aquello ahora.

—¿Por qué es tan diferente cuando despertamos? —le cuestionó con la voz débil y JungKook se mostró bastante confundido y desesperado, aún sin poder comprender del todo la situación—. Se trata de los mismos labios que beso siempre, pero no es la misma caricia y me duele. Es como si fueras dos personas diferentes.

—Hyung...

—Tú no sabes cómo amarme cuando estás sobrio, JungKook.

El mayor sonrió con melancolía y sintiéndose jodidamente patético, mientras que JungKook no apartaba su vista de él y aparentaba estar teniendo también un gran debate en su mente.

—Cuando se termina la botella de alcohol, me aproximas a ti y dices que me amas. —YoonGi podía notar el nudo que estaba en su garganta—. No dudas en abrazarme, besarme y hacerme sentir especial para ti. —Recordó cada uno de los detalles que JungKook le demostraba dichas noches—. Estando ebrio tú dices y haces todas las cosas que deberías mencionar y hacer siempre, pero encontrándote en tus cinco sentidos.

YoonGi notó cómo JungKook se levantaba de la cama matrimonial, aunque poco le interesó y no quería permitir que la valentía que adquirió desapareciera. Le resultaba difícil tener que estar diciendo todo aquello y aparentando que era un hombre fuerte, pero necesitaba hacerlo.

—Yo nunca he dudado en brindarte todo lo que puedo —el mayor soltó un suspiro—, ya que cuentas con un fuerte poder sobre mí y debo admitir me tienes en tus manos —mordió su labio inferior—, porque realmente estoy enamorado de ti.

JungKook comenzó a dar pequeños pasos hacia YoonGi, tal y como si temiera hacer algo incorrecto que pudiera provocar que el mayor se hiciera a un lado. El más joven lucía consternado, nervioso y sumamente preocupado, aterrado.

—Sé que debería irme y no forzarte a otorgarme cosas que quizás no puedes —dijo en un susurro—, aunque tu amor es demasiado bueno y no quiero estar lejos de ti —le confesó resignado y sin tener deseos de mentirle, pensaba que debía ser completamente sincero—. Pero me es imposible seguir por cuenta propia, yo no puedo...

Antes que YoonGi pudiera decir otra cosa, JungKook lo tomó el brazo repentinamente y se ocupó de aproximarlo hacia su cuerpo, para después cubrirle la boca con la suya y comenzar a besarlo de forma desesperada, provocando una enorme sorpresa en el mayor y haciéndolo guardar silencio.

YoonGi sabía que debía negarse a caer y se maldijo a sí mismo por ser tan débil ante el toque del contrario, pero se limitó a rodear el cuello del menor con sus brazos y corresponder el beso que estaba recibiendo, buscando transmitirle a JungKook toda la serie de sentimientos que estaban atormentándolo en dicho instante.

JungKook le sujetaba el cuerpo con fuerza y acariciaba la pequeña porción de piel blanquecina de su cintura que estaba a la vista, parecía como si temiera que se escapara de sus brazos y necesitaba tocarlo lo más que pudiera. Por su parte, el mayor soltaba pequeños quejidos y enredaba sus dedos en el cabello oscuro del chico.

—No tienes idea de lo mucho que significas para mí, YoonGi —le susurró JungKook con un tono particular en su voz, en cuanto se alejaron lo suficiente como para hablar—. Eres lo más importante en mi vida.

—¿Y por qué no me lo demuestras? —YoonGi sentía mucho dolor en su ser, ya que realmente no podía comprenderlo—. En estos años, sé que has intentado cambiar y modificaste tu forma de manejar determinadas situaciones —le aseguró apenado—, pero tienes que aceptar que no es suficiente.

—Lo lamento mucho, hyung. —JungKook depositó un beso sobre la frente del castaño, quien cerró sus ojos al sentir el contacto—. Realmente he sido un idiota —se dijo a sí mismo y YoonGi asintió—. Nunca podré perdonarme lo que te he hecho.

—No quiero transformarte en otra persona, porque me enamoré de cada uno de tus detalles —YoonGi miró a su novio a los ojos, intentando demostrarle que estaba siendo sincero—, pero te pido que entiendas cómo me siento.

La mirada del mayor se perdió en algún punto del suelo, mientras que JungKook optaba por mantener silencio y permitir que YoonGi le dijera todo lo que necesitaba comunicarle, porque sabía que su novio seguramente había guardado muchas cosas por medio a dañarlo de una forma u otra.

—Yo suelo pensar que no me quieres —YoonGi soltó aquello que llevaba sintiendo hace mucho—. Después de todo, no me lo dices y nunca eres quien decide iniciar un abrazo o beso, proponer un plan para que hagamos juntos, ni nada similar. —Mordió su labio inferior y sintió cómo sus ojos se llenaban de lágrimas—. Actúas con mucho desinterés, y me duele.

JungKook pudo percibir cómo su corazón dolía y parecía romperse al ver a YoonGi de aquella forma por su culpa, así que envolvió el cuerpo de su novio y lo abrazó con fuerza; permitiendo que el mayor comenzara a llorar en su hombro, mientras que él luchaba por contener las lágrimas que amenazaban con caer por su rostro.

—Te amo, JungKook —le dijo YoonGi en un susurro, manteniendo el rostro oculto en su cuello—. Pero yo sé lo que sigue luego de cada discusión, y quiero mucho más de lo que tenemos ahora. —Soltó un suspiro y el menor cerró sus ojos—. Deseo sentir que mi novio realmente está conmigo porque me quiere, ¿entiendes?

—YoonGi...

—No quiero que cambies tu forma de ser, no es necesario que actúes como yo lo hago —le dijo con la voz ahogada—; lo único que te pido es que no me hagas sentir que no me quieres, no quiero seguir pensando que estás conmigo por lástima.

—YoonGi, escúchame, por favor —el menor intentó hablar, pero no pudo hacerlo—; lo siento, no creí que te sintieras de esa forma —susurró apenado—. Es que yo...

—Ya basta, JungKook. —El mayor negó con la cabeza y retrocedió dos pasos, alejándose del contrario—. Me cansé de ser el único que se esfuerza por intentar que esto funcione —suspiró molesto—. Estoy harto de ser el único interesado en el otro.

El mayor pasó una mano por su rostro.

—La realidad es que estás provocando que te mire a los ojos y piense que únicamente eres como un hermoso sueño desperdiciado —YoonGi acarició la mejilla de JungKook, quien cerró sus ojos ante el tacto—, y todo debido a que no sabes cómo amarme cuando estás sobrio.

Por algún motivo, YoonGi recordó entonces las palabras que sus amigos le habían dicho, hace tiempo, cuando hablaron acerca de la falta de afecto del menor. Cada uno de ellos, había concordado en que JungKook no era del tipo de persona que se la pasaba abrazando y/o besando a quienes lo rodeaban, ni tampoco solía decirle en voz alta a la gente que los quería, ya que él demostraba esto con pequeños e importantes detalles.

El mayor pudo rememorar cómo JungKook se había quedado a su lado, velando por su salud, la vez que una fuerte gripe lo atacó; y la manera en que, a partir de dicho día, lo obligaba a ser sumamente cuidadoso, ya sea alcanzándole un abrigo —cuando él lo olvidaba— o llevándolo al médico ante cualquier mínima alarma.

A su mente, llegaron los recuerdos de cómo JungKook aceptaba visitar —junto a él— lugares que no le agradaban en absoluto, aunque lo hacía porque el mayor quería ir. De la misma forma en la que también aceptaba ver películas dramáticas o románticas en vez de horror, porque —las últimas mencionadas— al castaño lo ponían demasiado nervioso.

JungKook también solía corresponder tímidamente los abrazos que su novio le otorgaba en público y adoraba en demasía acariciar con suavidad el cabello de YoonGi, mientras que el último mencionado intentaba luchar contra el insomnio que lo atacaba y dormir como era debido.

YoonGi había escuchado varias veces cómo JungKook corregía al resto, principalmente cuando decían algo erróneo relacionado con el mayor; y es que el menor lo conocía muy bien, a tal punto que —en ocasiones— al castaño le sorprendía notar que existían cosas que solamente el chico pudo notar.

—Intentaré ser mejor para ti —JungKook volvió a hablar y el mayor lo miró con atención, notando cómo ahora era el contrario que eliminaba la distancia que los separaba—. Sé que mereces y necesitas a una persona que no tenga miedo de decirte que te adora, requieres de alguien que no se sienta tímido contigo y pueda iniciar un abrazo. —La voz del más joven se ahogó y sus ojos brillaron aún más—. Pero yo realmente te amo, YoonGi, y no quiero perderte.

YoonGi no sabe con precisión qué fue lo que provocó que su respiración se detuviera y algo se oprimiera en su pecho. No podía decir exactamente si fue debido a escuchar la manera en la que JungKook le decía por primera vez —estando en sus cinco sentidos— que lo amaba, o el notar cómo el chico comenzaba a llorar de forma desconsolada. 

Nunca antes lo había visto quebrarse de dicha forma, ni siquiera pudo ver alguna vez sus ojos llenos de lágrimas. JungKook siempre guardaba todo lo que atormentaba y optaba por llorar en soledad, porque no quería que nadie lo viera de esa forma. Él no quería hablar de sus problemas con los demás, mucho menos mostrarse débil.

El que JungKook se estuviera mostrando ante él de esa manera, era un claro indicativo de que —en verdad— no lo quería lejos de su lado. Al notar esto, YoonGi sintió que un nudo se formaba en su garganta y recordó todo lo vivido con el menor. Habían pasado por demasiadas cosas buenas y malas, logrando superar todos los obstáculos juntos.

JungKook siempre había estado a su lado; de forma silenciosa y tranquila, sí, pero estuvo ahí para él. Su novio lo había aceptado tal cual era, nunca lo había juzgado. Tenían muchas diferencias, pero el chico intentaba que no fueran un problema. Y es que al menor no le agradaban las personas muy afectuosas y llamativas, pero jamás le había pedido a YoonGi que dejara de reírse fuertemente y/o evitara de saltar como un niño pequeño cuando iban al parque junto al mejor amigo del mayor; de hecho, se mantenía mirándolo y sonriendo de lado.

YoonGi negó con la cabeza y JungKook posó su vista sobre suelo; mientras que seguía llorando, esperando e imaginando que el castaño abandonaría la habitación y lo dejaría a él atrás. Después no lo culpaba, porque el mayor merecía una persona que no requiriera de alcohol para hacer su timidez a un lado y fuera mucho más transparente.

Pero, contrario a lo que esperaba, YoonGi no se fue de la habitación. En cambio, el castaño suspiró sonoramente y se aproximó con lentitud al chico, haciendo nula los pocos centímetros que los dividían. JungKook lo miró esperanzado, provocando que el contrario sintiera que —una vez más— algo se oprimía en su pecho.

Y sin permitir que el menor intentara decir lo que fuese, YoonGi se pegó a él y lo abrazó con fuerza, disfrutando al instante del poder estar junto al chico y sintiendo que una calidez se instalaba en su pecho.

—Perdóname, YoonGi. Lo siento mucho. —JungKook envolvió el torso del mayor con sus brazos y escondió el rostro en el hueco entre su hombri. El castaño sintió un cosquilleo ante la respiración de su novio allí y acarició el cuello tatuado del menor—. Te amo más que a nada en el mundo. Por favor, no me dejes. No soportaría perderte.

—Todo está bien, JungKook-ah. —Sintió la sonrisa del nombrado ante tal apodo—. No me iré, yo tampoco podría soportar estar lejos de ti —le dijo en un susurro, mientras seguía abrazándolo y ahora acariciando su cabello.

Tenían en claro que debían hablar sobre diversas cuestiones que necesitaban modificarse, así como también puntos a mejorar como pareja; pero confiaban en que podrían hacerlo, ya que se tenían el uno al otro.

Eran realmente diferentes, cualquiera que los viera podría notarlo al instante; y es que casi todo lo que los conformaba se diferenciaba de manera notable, pero podían complementarse a la perfección porque YoonGi ahora entendía que JungKook sí lo amaba estando sobrio. 

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