Jungkook observó la pantalla de su móvil tal vez por séptima vez en los últimos diez minutos, había estado manteniendo conversaciones casuales con Jimin durante las vacaciones.

La situación entre ellos solo parecía ser amistosa, ninguno había mencionado sobre el punto en el que habían quedado antes de solucionar los problemas que los rumores que inventó la mujer acabaron.

De alguna forma, eso le generó comodidad a ambos, no había nada certero en la relación actual que sostenían.

Inclusive si solo se trataba de amistad.

El sonido de una llamada entrante logró que el rostro alegre de Jungkook, se tornará neutral.

— ¿Qué quieres? — cuestionó al responder la llamada.

— Joder, soy tu único amigo — respondió Namjoon — ¿Cómo es posible que me trates de esta forma?

Una suave carcajada se escapó de la garganta de Jungkook.

— ¿Qué sucede? — cuestionó nuevamente.

— Uh, no es nada realmente — dijo el más alto — ¿Tienes algo de tiempo de libre?

Ladeando la cabeza hacia un costado, escuchó pacientemente lo que mencionó el mayor, parpadeó sorprendido por la propuesta de Namjoon.

Al final, terminó aceptando ya que tenía tiempo libre gracias a las vacaciones, luego de conversarlo con sus padres se encontró con Namjoon tiempo después en la estación de trenes.

— Vamos hombre — dijo Namjoon en cuanto encontraron sus asientos — ¿Te mataría lucir un poco más emocionado por el viaje?

Jungkook tomó asiento a su costado, dejó la mochila que llevaba consigo sobre sus muslos.

— Estoy emocionado — respondió.

— Jesús, Jungkook, ¿Podrías disimular un poco?

— ¿De qué hablas? — giró a verlo.

— A ti te gustaría estar con Jimin en estos momentos — respondió llevando su mirada al más bajo.

— Eso no es cierto — se atrevió a decir.

— ¿Realmente es así? — le preguntó — estás mintiendo totalmente.

— Claro que estoy mintiendo — respondió enseguida — él está en el pueblo con su familia, solo tengo que esperar un poco más.

Namjoon elevó sus hombros en respuesta, el más bajo llevó su rostro en dirección hacia la ventana a su costado derecho, el paisaje urbano prontamente se formó en uno rural en cuanto el tren se puso en movimiento.

Las charlas triviales que mantuvieron, duraron la cantidad exacta del viaje, Namjoon lo había convencido de dirigirse a una posada de un pueblo vecino de dónde el más alto provenía.

Namjoon tenía una entrada extra que le habían obsequiado, así que decidió que su mejor amigo lo acompañara durante el viaje.

— Escucha, es un buen lugar — dijo el más alto — no es un hotel cinco estrellas, pero hay varios lugares que podemos visitar.

Jungkook estaba revisando su móvil mientras charlaba con Namjoon, ellos caminaron en dirección hacia la posada desde la estación que acababan de abandonar.

En medio de mensajes, recibió una foto de Jimin desde el pueblo, él estaba alrededor de su familia compartiendo buenos momentos, una sonrisa adornó su rostro.

Lo suficiente como para que Namjoon comenzara a molestarlo por eso.

— Déjame en paz — pidió Jungkook cuando al fin llegaron a la posada.

No pudo evitar detenerse durante un momento frente al lugar, tragando saliva de forma forzosa recordó que todo los malos problemas habían iniciado con un viaje a un lugar como estos.

— Sé que no debe de alegrarte venir a este tipo de lugares — comentó Namjoon a su lado — pero, esperaba que eso no te incomodara.

— No lo hace — respondió Jungkook con una pequeña sonrisa — está bien, vamos.

Ellos ingresaron a la posada, Namjoon consiguió dos habitaciones por individual con la cual tuvieron su propia privacidad.

Quedaron de encontrarse en la entrada, Jungkook echó un vistazo rápido al lugar, había estado enviando mensajes a Jimin quien lo estaba animando  por sus vacaciones.

— Hey — Namjoon captó su atención — ven, hay varios lugares que quiero mostrarte.

El más bajo asintió, siguió al mayor durante varias horas a diferentes lugares, lograron hacer buenos recuerdos, Namjoon se encargó de animarlo a medida que se movilizaban en medio de los establecimientos turísticos.

— Debe ser genial — comentó Namjoon de repente a su costado en la caminata hacia un restaurante.

— ¿Qué cosa? — preguntó Jungkook a su lado.

— Que hayas logrado enmendar las cosas con Jimin.

El contrario lo observó en total silencio durante varios segundos, pensó en las palabras del mayor, era cierto, la sensación pesada que lo agobio al reencontrarse con Jimin había desaparecido en su totalidad.

Ya no había culpa de por medio entre ellos, solo esa incesante sensación de sentimientos encontrados, él no era tonto, sabía que debía enfrentar la realidad y decidir a través de una conversación con Jimin, la situación actual entre ellos.

— Si, eso pienso también — respondió con una sonrisa tirando de la comisura de sus labios.

— Pienso que te lo mereces — dijo Namjoon — fue buena idea haberte traído aquí — lo guió hasta la plaza cercana del restaurante.

— Gracias por haberme traído hasta aquí — le agradeció sinceramente.

— No me los agradezcas a mi — rio Namjoon llevando su mano hacia el hombro derecho del más bajo — no es a mi a quién debes agradecer.

Namjoon sacudió su vista a un costado, el más bajo dirigió su mirada en la dirección que le fue indicada, su aliento se quedó estancado en medio de sus labios al percatarse de la presencia de Jimin a unos pasos de distancia suya.

Debió ser ridícula la forma en que Jungkook abandonó la cercanía de Namjoon, para dirigirse con prisa hacia Jimin quien lo recibió con los brazos extendidos y una hermosa sonrisa en el rostro.

— ¿Realmente estás tan feliz de verme? — bromeó Jimin deslizando sus palmas abiertas contra la espalda del menor con suaves caricias.

— La pregunta es tonta — respondió Jungkook manteniendo sus párpados juntos y la sonrisa en el rostro oculta contra el cuello ajeno.

— Gracias — le escuchó decir a Jimin en dirección hacia Namjoon.

— No es nada hombre, estaba cansado de su momento de desánimo porque no te tenía cerca — en referencia a Jungkook — ahora podré tener mis propias vacaciones.

Jungkook elevó su rostro para observar a su mejor amigo, sus brazos quedaron sobre los hombros del más bajo mientras los ajenos estaban alrededor de su cintura.

— ¿Planearon esto? — cuestionó sorprendido.

— Claro — respondió Namjoon — era necesario — sonrió asintiendo suavemente.

— Gracias por traerlo hasta aquí — dijo Jimin sonando alegre.

— ¿Cuánto tiempo llevas aquí? — preguntó Jungkook.

— Llegué hace poco tiempo — respondió — le pedí a Namjoon que te mantuviera entretenido durante ese tiempo.

— Bien, misión cumplida — dijo Namjoon comenzando a retirarse — por favor, no tarden demasiado en regresar a la posada.

— No lo haremos — contestó Jimin asegurándole.

Observaron al más alto alejarse de la plaza en dirección a la calle contraria.

— ¿Por qué no me avisaste? Pude haberte esperado en la estación — comentó Jungkook por fin creando distancia entre sus cuerpos.

— Quería sorprenderte — admitió — ven, sígueme.

Park se alejó de su lado para dirigirse al cruce de la calle, en dirección hacia el restaurante que Namjoon le había comentado previamente a Jungkook.

No pudo evitar que una sonrisa tirara de la comisura de sus labios, solo él estaba demasiado feliz por la situación, que le era inevitable mantenerse inexpresivo al respecto.

Como una tetera a punto de anunciar la ebullición, las emociones de Jungkook estaban flotando en la superficie, obligándolo a querer usar su garganta y expulsar a través de su boca lo que sentía hacia Park.

Las próximas dos horas, ellos cenaron con una buena comida, entre charlas amenas ambos se sentían cómodos y relajados con la presencia contraria.

Jungkook escuchó pacientemente al mayor cuando este relató todo aquello que había hecho en el tiempo en que dejaron de hablar, a pesar de que la gente expresión en el rostro de Jimin mostraba que solo eran reacciones a recuerdos dolorosos del pasado, había calma que lo acompañaba en el presente.

Él mismo admitió en voz alta haberlo extrañado, la forma en que el rostro de Jimin pareció perder la tensión en sus músculos, fue sorprendente.

Pensó que tal vez eso era lo que Jimin necesitaba escuchar esos momentos.

— En muchas ocasiones imaginé que habías conocido nuevas personas — confesó Jimin — y estuve cuestionandome si serías con ellos de la misma forma en que eras conmigo.

Jungkook recordó una conversación pasada sobre el mismo tema.

— Incluso si fue así, estoy feliz de estar aquí contigo  — agregó — aunque, no comenzamos con las mejores circunstancias, ni mucho menos volvimos a encontrarnos en buenos términos.

— Lo sé — respondió — a su alrededor las personas transitaban a su propio ritmo — sé que todo esto no inició de la mejor forma posible, pero si nada de los problemas de los rumores hubiera comenzado, no nos habríamos encontrado de nuevo. ¿No es así?

Jimin elevó sus hombros en respuesta.

— Hace un par de años imaginé una escena donde te encontraba cuando me dirigía hacia la ciudad — comentó de repente — pero no tenía el valor de acercarme a ti porque imaginaba tu vida diferente, de tal forma que no tenía excusa para cortar la distancia entre nosotros.

Eso sonaba triste para Jungkook.

— Pero estamos juntos ahora — extendió su mano siendo recibida por la contraria.

— Es cierto — respondió Jimin — y te diré lo mismo que te dije hace mucho tiempo.

Jungkook se quedó pensando en sus palabras, con la intención de recordar a qué se refería el contrario.

— Estaré para ti, incluso si piensas que no es necesario — le recordó Jimin.

Entonces, Jungkook recordó todo lo que hizo el mayor semanas atrás, gracias a él los rumores se habían extinguido, como si jamás alguno hubiera sido pronunciado en voz alta.

Jimin tenía razón en sus palabras, a pesar de que fue una promesa de un par de adolescentes, él continuó cumpliendola, incluso si Jungkook pensó que no era necesario hacerlo.

— No se cómo agradecerte por todo — Jungkook detuvo su caminar.

Jimin giró a verlo, su mirada encontrándose con la ajena.

— Esta vez, dale una oportunidad a nuestra relación — dijo el mayor en voz alta.

— Claro que lo haré — respondió, una sonrisa en su rostro, su corazón acelerado por la emoción.

Y una agradable sensación llenando su cuerpo cuando Park lo atrajo hacia él para besarlo profundamente, sin importarle que ellos se habían detenido a un costado de la calle y los transeúntes podían observarlo todo.

No importaba, no para ellos, habían sufrido demasiado estando lejos, que no dejarían que ningún problema más, los separara.

Solo importaban ellos dos.

Fin.