Capitulo 3.
Samuel.
Cuando Willy se fue a bañar yo también me dirigí a mi habitación, eche un último vistazo a mi maleta y me dispuse a darme una ducha. Estaba muy emocionado, creí que está navidad me la pasaría sólo en casa, ya que también le había dicho a Alex que nos juntáramos pero él se la pasaría con su familia, así que estaba un poco triste, pero en cuanto Guille me dijo que si quería pasar navidad con él y su familia suspire aliviado.
Terminé de bañarme y me vestí, me puse unos vaqueros oscuros, unas botas cafés, una camiseta negra y el suéter que Willy me había regalado encima, estaba tan conmovido de que me hubiera regalado algo así y que incluso el se comprará uno para ir a la par conmigo.
Hacía poco tiempo en que había comenzado a sentir cosas diferentes por mi compañero de piso, sentimientos que no tenían que salir a flote, al menos no con él, no sabía cómo reaccionaría o que pensaría, no quería que nuestra amistad se arruinase por esto, así que creó me lo guardaría un poco más.
Tomé mi maleta y salí de mi habitación, Willy me esperaba en la cocina mientras se bebía un zumo junto a su maleta, traía puesto el suéter rojo que había comprado, íbamos a la par, era tan tierno.
—¿Listo?—dijo en cuanto me vio yo sonreí.
—Listo.
—¿Te gustó?—me miro y sonríe.
—El suéter—dijo nervioso y reímos.
—Te queda bien.
—Si William, muchas gracias, a ti también se te ve muy bien—el ambiente se puso raro mientras bajamos a tomar un taxi.
—Karol me mandó un mensaje de feliz navidad, ¿no sabe que iremos?—rompí el silencio mientras esperábamos un taxi.
—No, es una sorpresa, al parecer mi padres así lo planearon también—reí.
—Ya veo, mi padres también nos mandan saludos—el taxi se detuvo y subimos para dirigirnos al aeropuerto.
El camino fue silencioso, cuando llegamos aún esperamos un poco más para coger nuestro vuelo, yo me compre un libro, cerca de ahí, nos emocionamos ya que en ese lugar estaban nuestros libros de Wigetta, varios fans nos reconocieron y se tomaron fotos con nosotros nos obsequiaron bocadillos y almohadillas para viajes, después abordamos nuestro vuelo.
—Mira que mono, es un perrito—me mostró la almohadilla en forma de perro salchicha la cual puso alrededor de su cuello y sonrió.
—El mío es un oso polar—se lo mostré e hice lo mismo, era muy esponjosito y súper cómodo así que lo deje puesto.
—¿Tienes sueño?—le escuché bostezar mientras yo abría mi libro.
—Un poco, creó que tomaré una siesta—volvió a bostezar.
—Esta bien Willy, descansa—me sonrió y comencé a leer.
Se acomodo y en cuestión de segundos se quedo dormido, si se veía algo cansado.
Estaba muy emocionado, está navidad estaríamos con los padres de Willy, además tenía mucha curiosidad de conocer al "amigo" de Karol, si, porque ella nos había dicho que había conocido a un chico muy guay y que quería presentárnoslo, creo que el chaval no se esperaba de que Willy y yo fuéramos los hermanos más celosos que se pudiera imaginar, digo hermanos, porque Karol siempre decía que yo era como su hermano pero, solo de ella, porque Willy era adoptado.
—Guille, despierta ya vamos a llegar—abrió los ojos y miro hacía la ventanilla.
—¿Qué hora es?—musitó somnoliento y bostezó.
—9:30, si que dormiste mucho—sonrió mientras seguíamos las indicaciones del piloto para aterrizar.
—Le agradecemos su confianza por volar con nuestra aerolínea hemos llegado al destino, felices fiestas y que tengan buen hospedaje—la azafata nos indicaba por dónde bajar, ya abajo esperamos a que salieran nuestras maletas para tomar un taxi e ir directo a la casa de los padres de Willy.
—¿Así que conoceremos a él "amigo" de Karol?—dije en tono sarcástico.
—Ni me digas chaval, que se me ponen los pelos de punta—típicos celos de hermano mayor.
—Hay que ver si es un buen muchacho si no, le echamos y listo—reímos y un taxi se detuvo, subimos y le indicamos hacía donde ir.
—Pero tío, tiene que ser buen chaval o si no le mató, ¿sabes lo que te digo?—en verdad que estaba celoso, yo solo me reía pero en verdad ya quería conocerle y ver qué tipo de intenciones tenía con la pequeña Karol.
Llegamos a la casa los padres de Guille, el ambiente era 100% familiar, se podía presenciar el sublime aroma de las galletas de hombrecillos de jengibre y galleta de chispas de chocolate que indicaban la navidad sin palabras.
—Huele a navidad—Willy rió.
—Venga, entremos—me tomó el brazo con una mano y con la otra su maleta y nos adentramos en el jardín para después tocar la puerta.
—Willy, mirad—nos detuvimos frente a la puerta y antes de tocar el timbre le jale el suéter para llamar su atención, abrí un poco mi maleta dejando ver los obsequios que Guille había dejado olvidados en casa por un momento.
—Ostia tío, creí que los había olvidado, ya estaba inventado una historia convincente para cubrir mi olvido—ahora si toco el timbre escuché movimiento detrás y Karol abrió la puerta.
—Guille—se le echó encima en cuanto le vio, le dio varios besillos en la mejilla mientras él la abrazaba también.
—Samuel—le soltó para también abrazarme.
—Cuanto tiempo Karito, estás más alta—ella le dio un golpesillo en el brazo y rió.
—Ustedes se ven más viejos—dijo ella en su defensa y entramos.
—Mama, papá, Guille y Samuel vinieron—ella grito y nos dirigimos a la sala.
—Hijo—la madre le abrazó mientras su padre me saludaba a mi, después ella se volvió conmigo y él con Willy.
Pude ver por el rabillo del ojo a un chico alto de tez clara y cabello castaño algo nervioso al lado del pinito de navidad.
—Guille, Samuel, quiero presentarles a Alejandro—el chico nos tendió su mano mientras pronunciaba un débil "mucho gusto", nosotros la tomábamos mientras le hacíamos pasar un mal rato al chaval con tan solo mirarle feo.
—Creo que tenemos que hablar seriamente con ustedes—dije en tono "amenazante" y después le dedicaba un sonrisa maliciosa.
—Oigan, no hagan eso—Karol intentaba hacer que dejáramos al chico tranquilo.
—Hablamos después—Willy le guiño un ojo y nos volvimos a sus padres quienes reían ante la escena que Willy y yo nos habíamos montado.
Después nos sentamos a cenar, el pobre de Alejandro, se veía muy nervioso, ya que comía algo cohibido y con la mirada baja.
Yo me sentía un poco mal por haber tratado así al pobre chaval este pero si quería nuestra aprobación tenía que pasar por este tipo de pruebas.
En la familia de Willy siempre acostumbraban a darnos regalos así que en cuanto era ya la hora de navidad sacamos los regalos que cada uno tenía para cada quien.
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