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5

No voy a ir.

No voy a ir.

No voy a ir.

Soobin se repetía esto sin cansancio como si fuera una oración, porque tan pronto como había llegado a su casa y se había quitado la sudadera volvió a observa la etiqueta y unas ganas locas de ver a Beomgyu sufriendo por el placer lo invadieron.

No voy a ir.

No voy a ir.

El no iba a ir.

Entonces, ¿por qué nada más caer la noche se estaba vistiendo como para salir?.

No voy a ir.

¿Por qué estaba atando sus cordones y buscando sus llaves?.

No voy a ir.

Pero ya estoy yendo.

~

Todavía estaba a tiempo de arrepentirse cuando llegó a casa de Yeonjun.

Todavía podía dar marcha atrás y decir que él simplemente se había visto involucrado en esa extraña relación, que no tenía nada que ver con ellos.

Pero un lado que desconocía de sí mismo le estaba ganando la batalla.

Tocó el timbre, con el breve impulso de salir corriendo.

La puerta se abrió.

Yeonjun.

Vistiendo unos simples pantalones de gimnasia y una camiseta. Todo de negro.

Iba descalzo y parecía relajado.

—Ah, eres tú.

—Tu sudadera.—Soobin la golpeó contra su pecho de manera brusca. Yeonjun la recibió y la inspeccionó.

—¿Solo vienes a dejarla?.

Soobin negó con la cabeza.

—Bien, pasa.—Yeonjun se apartó de la puerta y lo dejó entrar.

Soobin se sorprendió de que él no estuviera regodeándose, después de todo, había ganado.

—No eres nada si no oportuno, ¿verdad Soobin?.—Le sonrió.—Acabo de mandar a la zorrita a prepararse, estará feliz de verte.

Él no respondió.

—Estás demasiado tenso, necesitas un trago.—Camino hasta la cocina y saco dos cervezas de la heladera. Rápidamente las destapó y le dio una Soobin.

—¿Normalmente haces esto borracho?.

—No, tengo que estar lo más despierto posible por si algo pasa, si Beomgyu usa su palabra de seguridad tengo que actuar rápido y sacarlo de la situación en la que está, pero no es un castigo tan malo el de hoy, dudo que la necesite.—Tomó un trago. Soobin lo imitó y después preguntó:—¿Palabra de seguridad?.

—Hay tanto que no sabes.—Le dijo.—No puedo jugar con él sin una palabra de seguridad ni un código de colores. Verde si quiere continuar, amarillo si necesito ir más despacio y rojo si quiere detener el juego.

—¿Y si quiere detenerse lo haces?.

—Por supuesto, su placer es lo que me importa, si él no lo disfruta no tiene sentido.—Soobin dejo la botella en la mesa.

—¿Co-cómo fue que ustedes empezaron en esto?.

—Supongo que fue gradual.—Dijo pensativo.—Ciertas actitudes suyas me dieron a entender que le gusta el sexo duro, así que investigue un poco de eso y fuimos probando. Las relaciones amo/esclavo son mucho más comunes de lo que piensas, incluso hay personas que las practican fuera del dormitorio.

—¿Y ustedes?.

—No me interesa tener control sobre él en ningún ámbito que no sea sexual.

—Pero lo castigas.

—Solo cuando él quiere.

—¿Cómo sabes que quiere?.

—Porque hace cosas para llamar mi atención como lo de la sudadera.—Dice.—Y él sabe que mi atención tiene un precio.

La mirada oscura en los ojos de Yeonjun lo intrigaba. No sabía si sentirse asustado o exitado.

—¿Por qué yo?

—No lo se, Soobin, ¿por qué tú?—Yeonjun se acercó a él.—Según yo no tienes nada de especial, fue elección de él.

—¿Es la primera vez que tienen un tercero con ustedes?

—No.—Respondió.—Pero no te pareces en nada al otro chico, él era casi tan sumiso como Beomgyu y muy bonito. Tu no eres ni sumiso ni bonito.—Soobin río un poco.

—Entonces, ¿que soy?

—Tal vez lo descubras esta noche.—Le dió un último trago a su cerveza.—Vamos, él está esperando.

~

Soobin tal vez no estaba preparado para la imagen de Beomgyu sentado en sus rodillas, completamente desnudo, con los ojos vendados  en una esquina de la habitación de Yeonjun.

—Zorrita, vino alguien a visitarte, se educado y di hola.

—¿Hola?.—Su voz ya sonaba tan destrozada y todavía no lo habian tocado.

—Hola, Beomgyu.—Le dijo Soobin con la voz ronca.

—Oh, gracias papi, gracias, gracias.—Chillo Beomgyu.

—Cállate.—Le dijo Yeonjun.—Es solo un espectador, no puede tocarte esta noche.

—P-pero...

—¡Silencio!.—Beomgyu volvió a agachar la cabeza.—Súbete a la cama.

El chico se levantó con delicadeza, era un trayecto conocido que él podía hacer con los ojos vendados.

—Voy a tener que atarte, bebé.

—Lo que quieras, amo.

Soobin estaba sintiendo su cabeza volar.

Observó como Yeonjun ataba al chico a los barrotes de la cama con las piernas separadas. Hizo un trabajo lento, masajeando ligeramente sus pies, sus rodillas, hasta llegar a sus muslos. Esos muslos blancos que daban ganas de morder y dejar marcas. Beomgyu suspiraba y respiraba aceleradamente.

—Eres tan hermoso, bebé, ¿no es hermoso, Soobin?.

—Si.—Respondió sin aliento. Beomgyu totalmente a su merced, atado y con los ojos vendados, su cuerpo desnudo y su cabello hecho un desastre, con pequeños suspiros saliendo de sus labios. Era una obra de arte.

—Gracias, papis.

—Me gusta que seas educado, bebé.—Dejo un beso en el ombligo del chico, haciéndolo temblar.—Voy a destrozarte tan mal, bebé.

—Papi.—Gimió.

—Shhh, tranquilo.—Miró a Soobin.—Puedes sentarte en la cama con él.

Soobin asintió, pues empezaba a sentirse mareado con solo ver la escena frente a él.

Yeonjun se enderezó y se alejó un poco del cuerpo de su novio para buscar algo bajo la cama.

Una caja de cartón, al abrirla Soobin soltó un jadeo.

Era algo grande y contenía una gran cantidad de juguetes sexuales, varios tipos de lubricante, esposas, pinzas y demás. Yeonjun sacó lo que Soobin reconoció como un vibrador en forma de bala color rosa, un lubricante y unas pinzas.

—Vamos a empezar tu castigo, bebé.—Dijo.

Empezó tirando chorros de lubricante por todo su cuerpo. Beomgyu se estremeció por la sensación fría, pero no emitió ni una queja.

—Hoy voy a intentar algo nuevo.—Dijo Yeonjun mientras esparcía él lubricante con sus manos. Se concentró en su pecho, comenzando a jugar con sus pezones rosados.

—¿Q-qué es, papi?.

—No quiero arruinar la sorpresa, bebé, pero ya te adelanto que no va a gustarte.—Pellizcó ligeramente, sacándole un gritito. Tomó después las pinzas, y las colocó en sus pezones, Beomgyu sólo se removió ligeramente por la molestia.

Estaba acostumbrado a llevarlas durante los castigos de su amo.

—Estas chorreando, bebé.—Dijo Yeonjun al observar su pene erecto que ya estaba lleno de presemen en la puntita.—Hoy estás muy excitado, ¿será por nuestro acompañante de aquí?.—Pasó su dedo por la punta, acariciando lentamente.

—Pa-papi, quiero que Soobin me toque, por favor.—Lloriqueo él.

—¿Ah, si?—Beomgyu asintió frenéticamente.—Veré que puedo hacer, bebé.—Dijo Yeonjun mirando hacia el más alto que estaba sentado en la cama. Ambos estaban encantados con la sumisión del más bajo.

Yeonjun comenzó a masturbar lentamente el miembro de Beomgyu, el lubricante chorreaba por sus piernas, lo que él aprovechó para para masajear su agujero. Beomgyu comenzaba a sentirse cerca del orgasmo y ni siquiera le había metido un dedo.

—Mierda, bebé, estás tan sensible hoy.—Exclamó Yeonjun.

También estaba increíblemente apretado, como siempre. Su dedo medio encontró resistencia al intentar pasar por su anillo de nervios. El cuerpo de Beomgyu estaba tensionado, haciendo el trayecto más difícil.

—Relájate las piernas.

De inmediato su cuerpo respondió a la orden y se relajó, haciendo posible que su dedo entrara.

La paja que le estaba haciendo iba cada vez más rápida mientras atacaba su culo con los dedos, Beomgyu se aferró a la pierna de Soobin, enterrado sus uñas en ella, causando que este suelte un gruñido que prácticamente lo puso al borde.

—Me-me vengo.

Yeonjun aceleró el ritmo de sus manos, haciendo que Beomgyu pudiera saborear el clímax mientras gemía sonoramente.

Entonces se detuvo.

El cuerpo del más pequeño tembló en algo parecido a un orgasmo, pero que no terminaba de serlo. Una cantidad mínima de líquido transparente salió de su miembro, el cual se mantenía duro sin ningún tipo de alivio. Sentía como una insoportable electricidad le recorría y sintió ganas de llorar.

—¡No!.—Se retorció en las ataduras.

—¿Que...?—Preguntó Soobin.

—Es un orgasmo arruinado.—Respondió Yeonjun.

—¿Y eso es?

—Básicamente; nada, ese es el punto. No eyaculas y no es un orgasmo seco porque la estimulación de va abruptamente, el orgasmo solo se va y es una sensación horrible.—Dijo.—Simplemente lo perdiste.

—Papi.—Lloriqueo.—Odio esto.

—Que pena, bebé, es todo lo que tendrás hoy.

—¿Qué?.—Dijo asustado.

—No puedes correrte, si lo haces voy a azotarte y te prometo que no te va a gustar.—Beomgyu tragó saliva.—Bueno, sigamos.

Yeonjun alcanzó el vibrador el cual se conectaba a su celular. Lo saco de su bolsillo y encendió el aparato, probándolo primeramente.

—N-no.—Beomgyu reconocía el sonido.

Esa cosa vibraba como un terremoto. Jamás podría aguantar un orgasmo con eso metido en su trasero.

—¿No qué?.

—Ese no, papi, por favor.

—Es gracioso, casi parece que eres tú quien decide.

—No creo poder aguantar, papi.—Yeonjun lo miró molesto. Dejo el vibrador a un lado y le quito la venda. Los ojos de Beomgyu estaban llorosos.

Yeonjun lo tomo del mentón y le dio una mirada dura.

—Vas a aguantar. Los niños buenas aguantan, ¿eres mi niño bueno?.

—Si, papi.

—Muy bien.—Lo soltó.

Beomgyu trago saliva al ver claramente el vibrador. Parecía pequeño, pero tenerlo en su trasero era como tocar el cielo.

Tiro la cabeza hacia atrás al sentir como Yeonjun masajeaba su miembro con el y lo tonteaba pasándolo por todo su tronco. Estaba tan sensible que sentía que podía venirse solo con eso, casi se puso a llorar pensando que probablemente terminaría azotado.

—¿Listo, bebé?.—Beomgyu asintió, aunque no estaba listo.

El vibrador hizo presión en su trasero y tuvo que tirar de la cuerda.

—Quieto.

Fue entrando tortuosamente lento, sacándole gemidos inestables, hasta que Yeonjun lo empujó directo en su prostata y gritó.

—¡Papi!

—Te quiero tanto, bebé.—Le dije acercándose a su miembro.—Tienes una linda polla, mi amor, creo que quiero comerte.

—¡No!.

—¿Me estas rechazando, bebé? Eso hiere mis sentimientos.—Beomgyu chillo al sentir un suave beso en la base de su miembro.

—N-no, papi, yo jamás.

—Entonces, pídemelo.

—¿Qué cosa?

—Pídeme que te chupe, bebé.—Un espasmo le recorrió las piernas. La voz de Yeonjun no estaba ayudando en esto de no correrse.

—Chúpame, papi.

—Lo haré, bebé, eres tan educado.

Metió la cabeza del miembro de Beomgyu de una vez dentro de su boca y el grito que salió de él casi hizo que Soobin se venga.

—No, no, no.—Repetía Beomgyu mientras Yeonjun lo chupaba y el vibrador atacaba su próstata.—Me voy a correr, papi, para, me voy a correr.

Pero Yeonjun no hizo casi, hasta que los ojos de Beomgyu se pusieron en blanco. Entonces extrajo rápidamente el vibrador y lo sacó de su boca.

Llanto.

Beomgyu estaba derramando lágrimas de pura frustración.

Ya no podía aguantar más.

Si miembro estaba rojo y tan dolorosamente duro.

—Lo haces tan bien, hermoso.—Las leves caricias de Yeonjun en sus piernas podía sentirlas por todo el cuerpo.—¿Que dices, Soobin, quieres intentar?.

Soobin abrió los ojos como platos.

—No creo que sabría como.

—Ven aquí.—El miró a Beomgyu, totalmente destrozado y decidió que quería intentar.

Se acercó al borde de la cama donde estaba Yeonjun, entre las piernas de Beomgyu.

—Está pequeña cosa hará la mitad del trabajo.—Hablo tomando el vibrador.—Puedes metérselo primero.

—¡No!.—Dijo él removiendo las piernas.

—¿Estas seguro?.—Le dijo a Yeonjun.

—Bebé, dile a Soobin tu color.—El lloriqueo de Beomgyu se detuvo un poco.

—Verde.—Dijo entre lágrimas.

—Mierda.—Exclamó Soobin.

—Le encanta.—Sonrió. Le tendió a Soobin el vibrador y dejó que se divirtiera con él.

Soobin tuvo la gran idea de empezar prendiéndolo para jugar con sus pezones en las pinzas.

—So-soobin, no.

—No lo llames por su nombre, zorrita.—Yeonjun dejó caer su mano con fuerza en su muslo.

—¡Papi!.—Gritó.

Soobin bajó hasta su goteante y roja polla, pasando el vibrador por la punta y haciendo presión por unos segundos. Beomgyu ya no sabía como rogar que su tortura acabara.

Finalmente, Soobin comenzó a meterlo en su trasero de nuevo, y el estaba llorando de nuevo.

—Es tan hermoso cuando llora.—Dijo hipnotizado.

—Puedes meter tus dedos junto con el vibrador.

Beomgyu sollozó más fuerte al escuchar eso, a Soobin le encantó la idea.

Dejó caer un chorro de lubricante en su mano, bajo la mirada desconsolada de Beomgyu y presionó sus dedos contra el apretado agujero, empujando el vibrador aún más duro contra sus prostata.

—Es tan suave dentro tuyo, Beomgyu, todo de ti es tan suave.—El chico no podía responder, pues estaba nublado por el placer.

Soobin sacó por completo sus dedos y los volvió a meter, esta vez tres de una sola vez.

—¡Me voy a correr!.

—Para.—Dijo Yeonjun y Soobin le hizo caso. No paró el vibrador, pero Beomgyu no se corrió.—Puedes seguir.

—No, por favor.—Rogó Beomgyu, pero Soobin empezó a follarlo con sus dedos de forma brusca.—¡Me voy a correr!.

—Aguántalo.—Le dijo Yeonjun.

—¡No puedo!

—Si, puedes y lo harás.—Yeonjun tomó su teléfono y subió el vibrador al último nivel.

—¡Ah! ¡No puedo!.—Beomgyu se torcía, pero no había escape de los dedos de Soobin y de ese maldito vibrador.

—Los niños buenos aguantan.—Dijo Yeonjun tomando su erección. Nunca había visto su linda polla tan roja.

—¡No, no!.—Grito mientras su novio empezaba a masturbarlo.

—Si, bebé, más te vale que no te vengas.

El cuerpo de Beomgyu se tensionó por completo. Estaba aguantando su orgasmo tan duro que sentía que iba a desmayarse, intentaba pensar en cualquier cosa que qué lograra ponerlo blando pero no era ni siquiera una posibilidad.

Sostuvo con fuerza las cuerdas mientras dejaba salir sus últimos gritos y luego su mente fue completamente en blanco.

Era todo.

Iba a venirse.

Entonces Yeonjun se detuvo y empujó las manos de Soobin junto con el vibrador fuera de él.

Su polla dejó salir un poco más de líquido blanco, pero eso fue todo.

Lo habían arruinado otra vez.

No podía dejar de llorar. Jamás había sentido tan abrumador, le habían robado el mejor orgasmo de su vida.

—Por favor.—Rogó.—Por favor, ya basta, por favor.

—¿Por favor qué, bebé?.

—Déjenme venirme, por favor.—Yeonjun lo miró pensativo.

—¿Qué dices, Soobin?.

—Yo creo que no.—Beomgyu lloriqueo.

—Hm, pero fue un niño bueno y aguantó.

—Si, si, si, papis, yo aguante.

—Mmm, ¿crees que lo merece?.—Le preguntó Soobin a Yeonjun.

—Si, creo que podría hacerlo.—Acaricio el rostro de Beomgyu y él se derritió en sus manos.—Es como un gatito, tan sumiso, se merece venirse una vez, ¿verdad, bebé?.

—Si, papi.

—Está bien.—Dijo Soobin.—¿Cómo?.

—¿Quieres venirte con el vibrador, bebé?.

—S-si, por favor.

—Vuelve a metérselo.—Soobin asintió. El vibrador entró sin problemas, pues lo había estirado bastante con sus dedos. Sin esperar más, Yeonjun lo encendió.

El cuerpo de Beomgyu estaba agotado pero seguía temblando.

—Papi, tus dedos.—Pidió en una voz rota.

—¿Quieres mis dedos, bebé?.—Le pregunto Soobin, acariciando de nuevo su entrada.

—Si, por favor.

—Esta bien.—Metió uno lentamente, su objetivo ya no era abrumar al chico.

—Fuiste tan bueno, bebé.—Lo alago Yeonjun, también volviendo a masturbarlo.

—Si,si, yo soy bueno.—Dijo él perdido en el placer. Soobin estaba tocando tan bien su punto que ya sentía que podía venirse de nuevo.—Pa-papis, me vengo.

—Puedes venirte, bebé.—Le dijo Yeonjun.

Beomgyu se aferró a las sábanas mientras sentía su orgasmo subir por su cuerpo.

Pero no podía llegar allí.

Intento con todas sus fuerzas concentrarse en el placer, pero aunque lo sentía, era como si su mente se hubiera bloqueado, y volvió a derramar lágrimas.

—No puedo llegar.—Lloriqueo.

—Si puedes.—Le dijo Soobin acelerando él moviendo de sus dedos.

—Vamos a llevarte ahí, bebe.—Yeonjun volvió a poner en máximo el vibrador.

—¡No puedo!.

—No tengas miedo, bebé—Le dijo Yeonjun.—Estamos aquí, puedes dejarte ir.

—Dánoslo, lindo.—Le dijo Soobin sin parar él moviendo de sus manos.

—Hazlo por nosotros, Beomie. Por tus papis.—Le repetía Yeonjun mientras los masturbaba con dureza.

Su cuerpo simplemente no pudo resistir más las ordenes de ambos hombres que lo estaban matando de placer.

Y se vino.

Tan fuerte que no pudo gritar, simplemente se quedó completamente en blanco cuando sintió que se estaba viniendo como nunca antes.

—No pares.—Le dijo Yeonjun a Soobin.

Entonces comenzaron los gritos mientras Beomgyu no podía parar de arrojar semen.

Era como tener 5 orgasmos en 1, simplemente no podía parar.

—¡Demasiado!.—Grito. Pero sus papis no paraban y su orgasmo continuaba. Luchaba por mantener los ojos abiertos, pero ya no podía más. Sus músculos estaban cerca de un fallo.

Finalmente los movimientos comenzaron a bajar de velocidad, pero no se detenían por completo.

La sobreestimulación era casi tan insoportable como un orgasmo arruinado.

—No más, por favor.—Sollozo.

—¿Color?

—A-amarillo.

Yeonjun entendió que Beomgyu estaba alcanzando su límite.

Dejo descansar su erección mientras Soobin quitaba sus dedos. El más alto sacó el vibrador lentamente, no fue su intención, pero esto terminó hacer desmayar al chico, pues Yeonjun había quitado al mismo tiempo las pinzas, casi provocándole un nuevo orgasmo, pero su cuerpo simplemente se había rendido.

Ambos chicos lo desataron de pies y manos. Yeonjun trajo un paño húmedo con el cual limpio al chico de todo el semen que había sacado. Él y Soobin seguían empapados de el.

—Tengo que ducharme.—Dijo Yeonjun riendo un poco.

—Si.—Dijo Soobin.—Creo que yo...

—Puedes acompañarme si quieres.—Soobin arqueó las cejas.

—No tengo ganas de verte desnudo.

—Es una ducha, Soobin.—Yeonjun ya estaba quitando su camiseta por sus hombros.

Su cuerpo era diferente al de Beomgyu.

Mientras Beomgyu era todos líneas suaves tonificadas en los lugares correctos, Yeonjun tenía un camino perfecto de abdominales y brazos abultados.

No podía negar que era atractivo, aunque aún no sabía si le caía del todo bien. En realidad, estaba seguro de que no.

—¿Vienes?.—Yeonjun se había desnudado por completo, era obvio que no le avergonzaba para nada su cuerpo. Al voltearse Soobin vió que su trasero era firme y duro.

Su polla era grande.

—Si, está bien.

Yeonjun ya había abierto la puerta de lo que parecía un baño en su habitación, así que Soobin se desnudó, viendo como Beomgyu aún dormía plácidamente.

Entonces lo siguió a la ducha.

















La última parte tendrá un poco de Yeonbin, si no les gusta se pueden quedar hasta aquí xd

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