3
Con los pantalones fuera, se sentó justo al lado de Yeonjun, esperando que la posible vista de su novio dándole una mamada justo a su lado lo hiciera posiblemente enojar, pero solo consiguió que esos oscuros ojos brillaran aún más de lujuria.
—Están enfermos.—Se quejó Soobin tan pronto tenía las manos de Beomgyu sobre su polla.
—No tienes idea de cuánto.—Le respondió Yeonjun, mientras observaba como Beomgyu se metía a la boca la polla gigante de Soobin, tenía que admitir que era un poco más larga que la suya, pero más delgada. No le causaba envidia, en realidad se moría por ver como gritaría Beomgyu con eso dentro suyo.
—Ahg, mierda.—Gimió Soobin tirando la cabeza hacia atrás.
—Su boca es buena, ¿verdad?.
—Demasiado.—Dijo Soobin sin poder contenerse.—Es como si quisiera aspirar mi polla.—Gruñó, haciendo reír a Yeonjun.
—Tómalo del pelo, se más duro, va a encantarle.—Su propio miembro ya estaba a punto de explotar dentro de sus pantalones, pero ese no era su momento.
Soobin se dejó guiar por la voz del mayor, ya estaba completamente cegado por el placer. Tomo a Beomgyu del pelo nuevamente y estaba vez si lo estaba ahogando, el chico se dejaba con tanta voluntad que no hacía más que incitarlo a ir más duro, el interior de su boca era el paraíso, y esos labios de cereza se veían ilegales al rededor de su polla. En su último empuje, Beomgyu se apartó tosiendo y buscando aire.
—Está bien, está bien, déjalo descansar un segundo.—Dijo Yeonjun. Beomgyu suspiró y Soobin tragó saliva. Él nunca era agresivo con sus parejas, no salía lo que le estaba pasando con Beomgyu.
El mayor acercó su rostro a su novio y acuno sus mejillas.
—¿Estas bien, precioso?.
—Si, papi, quiero seguir.
—Está bien, estás siendo un chico tan bueno, bebé.—Yeonjun pasó una mano por su cabello.—Voy a recompensarte, príncipe.—Beomgyu ronroneaba por sus caricias como un gatito, hasta que Yeonjun se apartó.
Y el más bajo volvió a su cometido.
Soobin ya se había cansado de intentar entender esa extraña relación, solo se limitaría a disfrutar.
Y eso hacía, follando fuertemente la boca de Beomgyu con empujes rápidos, hasta que sintió que un escalofrío recorrer su espalda baja.
—Mierda, me vengo.—Gimió, trato de apartar la cabeza del más pequeño, pero este apretó más sus labios a su al rededor, haciendo que él placer le nuble la vista. Se derramó en cantidades en la boca del chico mientras este tomaba todo como un profesional.
Al final lo miro fijamente y abrió la boca para mostrarle su lengua sin rastros de su semen. Lo había tragado todo y le daba esa inocente mirada.
—¿Lo hice bien, papi?.—Soobin no sabía si se dirigía a él o a Yeonjun, pero dejó al otro contestar.
—Claro que si, mi putita.—Se levantó.—Ahora vas a dejar que Soobin te folle, ¿si?.
—Si, papi.
—Mierda, no, esto ya fue demasiado raro.—Dijo Soobin.
—¿Y no lo disfrutaste?.—El más alto no respondió, solo apartó la mirada.
Por supuesto que lo había disfrutado, jamás se había venido así en toda su vida.
—Míralo.—Yeonjun avanzó hasta Beomgyu y levantó su rostro para que mirara hacia Soobin.—¿No quieres ver su bonita cara lloriqueando, completamente arruinado por tu polla golpeando su lindo agujerito?.—Los ojos llorosos de Beomgyu, sus labios hinchados y naricita roja lo hicieron dudar. Se vería hermoso debajo de él. La respiración del chico se aceleró.—Es una putita perfecta, va a dejarte hacer lo que quieras y te va a envolver con sus piernas, deseando que no te salgas nunca de él mientras llora, y esta tan apretado, mierda, lo follo casi todos los días y sigue tan malditamente apretado.—Beomgyu gimió, cerrando los ojos mientras Yeonjun acariciaba su cuello.—Le encanta que lo ahorques, se viene gritando.
Soobin estaba duro de nuevo.
Quería hacerle todas cosas esas a Beomgyu y más.
—Yo...
—Pero lastima que no se vendrá mientras lo follas, él solo puede venirse conmigo dentro de él, lo sabe muy bien, ¿verdad, bebé?.
—Si, papi.
—Así que si te vienes, voy a castigarte.—Llevo sus manos hasta sus suaves mejillas.
—N-no...
—Si, bebé, y no será suave.—Soltó su rostro.—¿Qué dices, Soobin?, puedes irte ahora mismo o quedarte y follarlo como tú quieras.
Soobin quería pensarlo, en serio quería, pero no pudo detenerse.
—Quiero hacerlo en la cama.
Y Yeonjun sonrió.
—Ya lo oíste, bebé, en la cama.—Beomgyu se paró, por un segundo se sintió intimidado por la intensa mirada de ambos, pero le habían dado una orden y él cumpliría.
—Desnúdate primero.—Le dijo Soobin con la voz ronca. El más pequeño sintió sus piernas temblar, le picaban las manos por obedecer, pero primero miro a su amo.
—Ahora haces lo que él te diga, bebé.—Dijo Yeonjun. Beomgyu asintió y comenzó a quitar su ropa, con una sensual lentitud y dos pares de ojos sobre él. Se mordió los labios, le encantaba sentirse tan deseado. Su cintura era pequeña, la definida curva de su trasero hizo a Soobin jadear. Esa piel tan perfecta lo iba a volver loco, y Beomgyu no estaba mejor. Miro a Soobin, ese hombre tan atractivo lo haría suyo.
—¿Quién va a prepararme, papis?.—Pregunto inocentemente sentándose en la cama junto al más alto.
—¿Quién quieres que te prepare, putita?.—Preguntó Yeonjun.
—Umm...—Se recostó en la cama boca abajo sobre las almohadas y meneó su respingón trasero.—Tu, con tu lengua y que Soobin me folle.—Ambos se miraron, Yeonjun sonrió.
—¿No te encanta lo descarado que es?.—Soobin no respondió, pero su polla ya despierta de nuevo hablo por él.
—Mmm, papi, apúrate.—El de pelo largo ya se encontraba frotando su propia erección contra las sábanas contra las sábanas.
—Mierda.—Dejó escapar Soobin.
—Dan ganas de castigarlo por ser tan impaciente, ¿verdad?.
—Si.—Él más alto no se reconocía a sí mismo.
—Hazlo, azotale el culo.
—Mmmm, si, azotame.—Soobin dejó caer su mano con fuerza sobre ese suave trasero, haciendo que Beomgyu grite.—¡Ah!.—Se removía con fuerza en busca de su propio placer.—Otro, papi, por fa...¡Au!.—Soobin lo había azotado de nuevo.—O-otro.
—No.—Dijo Yeonjun y el chico lloriqueo.—La zorra es capaz de venirse así.—Se acercó hasta el borde la cama y apoyo sus rodillas en el colchón.—Es hora de prepararte, bebé, la polla de Soobin es grande, pero honestamente me gustaría que te doliera un poco, lastima que se que no lo aguantarías sin preparación.—Poso sus manos en los cachetes de su trasero y lamió desde los testiculos al pequeño agujero arrugado de su novio, este gemía y se retorcía con fuerza.—Mmm, ¿te gusta como papi te come?.—Esta vez metio completamente su lengua dentro de él.
—¡Si!, papi me come tan bien.—Lloriqueo.
Soobin no entendía como estaba cada vez más exitado, nunca pensó que lo pondría la idea de ver a otras personas haciendo algo así en enfrente suyo.
—¡Mmm, papi, se sienta tan rico!.—Podía ver como la cara de Yeonjun estaba prácticamente metida entre esas suaves nalgas y parecía comérselo con entusiasmo. Se preguntó si todo el cuerpo de Beomgyu era simplemente adictivo al igual que su boca. Lo siguiente fue que Yeonjun agregó un dedo travieso dentro él mientras aún jugaba con su lengua por dentro.
—Eres tan deliciosos, bebé.—Yeonjun apartó su rostro y miró a Soobin mientras metía otro dedo.
—Ah, así, papi.
—Muéstrale tu carita de puta a Soobin, bebé.—Lo azoto.
—¡Ay!.—El más pequeño volteó su rostro hacia Soobin, su boquita estaba abierta soltando gemidos y cabello esparcido en las sabanas.—Si, papi, juega con mi culo, por favor, mmh..—Dijo intentando no cerrar los ojos por el placer de los dedos de Yeonjun enterrándose en él, mientras los ojos de Soobin se encendían de deseo.—¡Papi!.—Yeonjun lo había lamido de nuevo hasta el fondo mientras insertaba un tercer dedo, causando que Beomgyu apreté las sábanas.
—Está listo, no quiero estirarlo más, quiero que le duela un poco.—Soobin se encontró a si mismo asintiendo mientras Yeonjun sacaba sus dedos y el trasero de Beomgyu se elevaba buscando la estimulación que había perdido.
—Date la vuelta.—Ordenó Soobin, y con todo el entusiasmo del mundo, el pequeño se dió la vuelta.
Su pene, el cual no era tan pequeño, estaba chorreando, su mirada perdida y su boca abierta. Soobin se colocó entre sus piernas y Beomgyu llevó sus manos a sus pezones. Su hermoso rostro parecía el de un ángel corrompido.
—Ya, por favor.—Gimió.
—Cállate.—Gruñó Soobin, sorprendiéndolo, pero no se atrevió a contradecirlo. El más alto estaba enojado.
Beomgyu le había llenado de mentiras para traerlo hasta aquí y engañarlo, todo para que su novio no dejara de follarselo.
Era una pequeña mierda.
Con furia, Soobin sostuvo su miembro contra su agujero y se empujó de una sola vez. El grito desgarrador que lanzó Beomgyu solo lo hizo enojarse más, pero su cuerpo lo traicionaba.
Estaba tan apretado, sintió que su pene se asfixiaba. Yeonjun tenía razón.
—Mierda, ¿cómo puede una puta estar tan apretada?.—Se empujó de nuevo, consiguiendo que el chico lloriquee.
—¡Soobin!.—Gritó intentando mover sus caderas.
—Quieta, putita.—Endureció su agarre sobre él, dejándolo inmóvil en su lugar, y comenzó a meterse en un ritmo regular.
Beomgyu gritaba y gemía por la sensación de la polla de Soobin dentro suyo, mientras este estaba descargando su rabia follandolo duramente. Se sentía...
Liberado.
—Estas tan hermoso, bebé.—Dijo de pronto Yeonjun, cumplido que sintió como un cosquilleo en su estómago. Pronto tenía a su novio recostado al lado suyo, con Soobin empinado dentro suyo más rápido. El más alto alcanzó los barrotes de la cama y los hizo de apoyo para mover sus caderas.
—¡Si!, ¡Así!.
—¿Te gusta, putita?.—Le preguntó Soobin, haciendo sonreír a Yeonjun.
—Le encanta.
—¡Papi, amo!, se siente también.—Lloriqueo.—Quiero venirme, por favor.
—Vas a tener que aguantarlo, mi amor.—Dejo un beso en su cuello, lágrimas de desesperación inundaron su rostro.—Mmm, mi nena está sufriendo.—Llevo su mano a la polla goteante que golpeaba contra su estómago con cada embestida.—Estas hecho un desastre, bebé.
Beomgyu tomaba las sábanas con fuerza y tenía los ojos en blanco, Soobin se lo follaba tan bien, y tenía a su amo acariciandole tan suavemente. Quería llorar y venirse, quería que ambos lo usaran para siempre.
De pronto Soobin separó más sus piernas y las llevó hasta sus hombros, al principio le pareció un poco incómodo con lo grande que era el chico, pero lo olvido completamente al sentir que en esa posición golpeaba el lugar perfecto dentro suyo.
—¡Ah!, ¡Ahí, más por favor!.—Suplico entre sollozos.—¡Soobin!.
—Lo encontré.—Gruñó el más alto, llevo una de sus manos al cuello del menor y apretó con fuerza contenida, Beomgyu llevó las suyas hasta allí y lo hizo ahogarlo más fuerte, a penas podía sentir sostenerlo con su cuerpo temblando, sus piernas estaban rígidas y solo estaba tomando lo que él mayor le daba sin poder parar de sollozar.
—Tranquilo, bebé.—Susurraba Yeonjun en oído.—¿te gusta el castigo de papi?.
—¡Si!.—A pesar de su curiosidad Soobin no se detenía.
–¿De qué habla?.—Le pregunto a Beomgyu, relentizando sus empujes, pero dando aún más fuerte.
—¡Ah!, p-papi me ¡Castigó!, por defenderte en clase, ¡mierda!.—El más pequeño no podía hablar correctamente.
—Así es, por eso no puede correrse.—Beomgyu grito en protesta.—Y tú tienes que entender que él es mío, solo lo estás follando porque lo estoy permitiendo.—Soobin gruño.
—Eres una mierda.
—Nunca dije que no.—Los ojos oscuros de Yeonjun lo hicieron tomar con más fuerza el cuello de Beomgyu mientras sentía que estaba a punto de correrse.—Hazlo dentro de él.
—¡Si!.—Dijo a penas el chico. Soobin quito sus manos de su cuello.
—Y tú eres una puta.—Dijo llevó su agarre a las piernas que tenía en su hombro y apretó tan fuerte que dejaría la marca de sus uñas en ellas.
—¡Si!.—Se aferró a la cama con fuerza.—Mmm, la putita quiere tu semen.—Y volvió a sacar la lengua como lo había hecho al tragarse su corrida.
Ese fue el punto culminante para Soobin.
Se vino con la mirada fija de Yeonjun sobre él. El culo de Beomgyu quedó inundado de su semen.
Respiro con dificultad mientras salía del chico y este gimioteaba. Juntaba sus piernas en busca de alguna estimulación, cuando Yeonjun volvió a inclinarse sobre él.
—Puedes venirte, putita.—Dijo mirando fijamente a Soobin. Y Beomgyu grito, derramando su semen sobre su abdomen mientras se retorcía y sus piernas temblaban.
—P-papi.—Dijo, con la voz muy débil, antes de cerrar los ojos.
Lo había hecho correrse sin tocarlo, simplemente se lo había ordenado.
Esa era la finalidad de Yeonjun, demostrarle el poder que tenía sobre él menor.
Beomgyu prácticamente había quedado desmayado después de su orgasmo, y su novio se había recostado a su lado con los brazos tras la cabeza.
—Cierra la puerta cuando te vayas, Soobin.—Le dijo Yeonjun, observándolo vestirse.—Puedes quedarte a disfrutar la fiesta.
—No soy él, no sigo tus órdenes.—Le dijo Soobin, con molestia.
—No me interesa, vete a casa entonces.—Termino de recoger sus cosas.—Espero que no olvides lo qué pasó hoy, en realidad fue más divertido de lo que imagine.—Río un poco.
—Sigo pensando que estás loco.
—Nunca dije que no.—Repitió, Soobin ya se encontraba en la puerta, pero le dio una última mirada a Beomgyu, quien ya se encontraba dormido sobre el pecho de Yeonjun.
Y sintió su corazón romperse.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro