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Soobin sentía en el séptimo cielo con los labios de Beomgyu pegados a los suyos, pero sabía que probablemente no estaba bien, así que apartó su rostro. Beomgyu lo miraba con ojos grandes y bonitos, pero no parecía arrepentido.
—Beomgyu, esto no está...
—Me gustas, Soobin, debería haberlo dicho antes, pero te digo ahora que me atraes mucho.—El más alto creyó que estaba soñando por lo que escuchaba, con disimulo pellizco la piel de su muñeca para comprobarlo, pero Beomgyu río.—No estás soñando, Soobin.—El más pequeño prácticamente subió a su regazo y puso las manos al rededor de su cuello.—Yeonjun nunca me hace mimos mientras me besa, él solamente me folla muy duro y me duele, Soobinnie.—Un adorable pero caliente puchero hizo temblar al más alto.—¿Puedes besarme bonito, Soobin?.
Él aún se sentía en las nubes, pero ya le fue imposible oponerse cuando sintió de nuevo los dulces labios sabor cereza sobre los suyos.
Y las cosas fueron en picada desde allí.
Beomgyu se acomodó perfectamente sobre su regazo, haciendo que su redondo trasero se rozara con su erección recién formada, mientras lo besaba de forma tan espectacular que Soobin sentía que perdería la cabeza. Pero recordó que Beomgyu quería mimos, así que tímidamente llevo sus manos a sus gruesos y llenitos muslos para darle caricias sobre el pantalón, luego se aventuró hacia su espalda, sus frías manos hicieron a Beomgyu gemir.
—Bin, tócame, por favor.—Pidió con una voz tan suave que Soobin sintió que haría cualquier cosa que le pidiera. Llevo las manos de Soobin a su propio trasero y las apretó allí mientras no soltaba sus labios, no tuvo que guiar mucho al más alto para que lo acariciaría en los lugares correctos, así que se aventuró a meter sus manos por debajo de su playera.—Mmm, eres tan sexy, Bin.—Gimió en su oído.—Quiero chuparte, ¿puedo?.
Soobin sintió que se quedaba sin respiración.
—¿Qué...?.—Casi se le sale el corazón cuando Beomgyu ya había saltado de su regazo al piso en un segundo, y se encontraba de rodillas frente a él.
—Siempre fuiste tan bueno conmigo, Soobinnie.—Sus manos se dirigieron al botón de sus pantalones y el rostro del más alto enrojeció.—Déjame recompensarte, ¿si?.
Él no tenía palabras, simplemente estaba demasiado abrumado.
Sin mucha ayuda, Beomgyu consiguió sacar sus pantalones por completo, bajo sus bóxers y también los quito, antes de pegar su vista al gran miembro erecto de Soobin.
—Es tan lindo.—Sus pupilas parecían dilatadas por el deseo, Soobin no entendía como eso podía estarle pasando a él. La imagen obscena que obtuvo al ver a Beomgyu pasar su miembro por sus mejillas, mientras ronroneaba como un gatito, era algo que no se esperó jamás.—Quiero jugar con él, papi, ¿puedo?.—No había podido dar ni un asentimiento cuando sintió esa cálida boca tomarlo casi por completo y su cuerpo se estremeció.
Mierda, ¿por qué demonios un chico que parecía tan inocente era un experto chupando pollas?.
No podía contener los gemidos, jadeos y maldiciones mientras la boca de Beomgyu hacía maravillas en su pene, y más increíble es que parecía disfrutarlo tanto como él. Gemía aún con su miembro atorado hasta la garganta, lo sacaba para poder meter aire y volvía a la tarea. Una y otra vez.
Inconsistentemente llevó sus manos al largo cabello del más pequeño, pero se contenía de empujarlo más duramente sobre su miembro. Apretó las manos en sus mechones y cerró los ojos, sintiendo su estómago retorcerse.
—Hazlo, ahógalo, le encanta.—La voz conocida hizo que abriera los ojos y apartara a Beomgyu tirando de su cabello lo más suave que pudo. Se congeló al ver a Choi Yeonjun parado y en la habitación, con una cerveza en su mano.—¿Por qué te detuviste?, se suponía que tenías que estar follandolo para cuando llegará.—Sus ojos se dirigieron a Beomgyu, quien estaba arrodillado aun frente a Soobin, pero con la cabeza mirando al piso y sentado sobre sus piernas.—Te di una orden.
—L-lo siento, amo, si me daba más tiempo...
—Te di suficiente tiempo, putita, pero te entretuviste chupando su polla.—Suspiró y dirigió su mirada a Soobin, quien aún estaba como petrificado.—Le encanta chupar pollas, ¿qué puedo decir?, en parte es mi culpa.—Se encogió de hombros.
—No entiendo ni una mierda de lo qué pasa aquí.—Dijo él. ¿Yeonjun no estaba molesto por haberlo encontrado con Beomgyu...?
¿Él lo había llamado..."amo"?.
—¿Qué no entiendes, Soobin?, le ordene a Beomgyu que se dejara follar por ti, era eso lo que venía a ver.—Soobin sintió tu mandíbula temblar.—Bueno, pero tienen suerte, aún no estoy aburrido, hasta puedes seguir chupándosela si quieres, nena.—Esta vez se dirigió a Beomgyu, quien asintió con la cabeza.
—¿¡Que mierda significa eso?!.—Soobin se paró enojado, estos dos habían decidido jugarle una broma de muy mal gusto y no se quedaría así.—Están enfermos, ¿en serio Beomgyu?, ¿solo por que intenté ayudarte me haces esto?.—La rabia con la que hablaba mientras se vestía era palpable.—¡Mírame, maldita sea!.—Pero el chico seguía con la cabeza abajo.
—No te va a mirar ni aunque lo fuerces, sabe que cuando está aquí en mi habitación solo puede mirar al piso hasta que yo lo diga.—Soobin no entendía nada de lo que Yeonjun le decía.—Puedes mirarlo y convencerlo de quedarse, bebé.
Entonces Beomgyu lo miro por primera vez desde que Yeonjun había entrado. Tenía los ojos rojos, producto de haberle hecho una mamada tan espléndida antes, pero también había un destello de tristeza en su mirada.
Mierda, ¿por qué era tan hermoso?, se lamentó Soobin.
Casi sentía...
Sentía que se había puesto duro de nuevo al verlo tan sumido, de rodillas y con los ojos llorosos.
—Quédate, Soobinnie, por favor.—Su voz sonó un poco ronca, pero suficiente para poner a Soobin casi en un trance de nuevo.
—Pídele que te deje terminar la mamada, putita.
—Soobin, déjame...
—¡Se más educado, mierda!.—Yeonjun dejó caer duramente la botella sobre le mesita de noche, cosa que asusto a Soobin, pero Beomgyu no pareció inmutarse.
—Por favor, Soobin, déjame terminar de chuparte la polla.—Parecía al borde del llanto, su voz era tan desesperada.—Por favor, por favor, lo necesito.
—Ustedes están locos, en serio, vayan a un terapeuta.—Su intención era irse de allí, pero Beomgyu todavía de rodillas lo sostuvo de uno de sus tobillos.
—¡Por favor!, tengo que hacerlo, mi amo me lo ordenó, s-si no me dejas, él va a castigarme, por favor.—Lloriqueo abrazándose a la pierna de Soobin.
El más alto de nuevo miro hacia Yeonjun.
—¿Vas a hacerle qué cosa?.
—Castigarlo.
—Maldito desgraciado, tú...
—No es lo que crees, Soobin.—Dijo él con una sonrisa oscura.
—¿Lo golpeas?, eres un...
—Oh, vamos, no necesito golpearlo, él se deja solito, es la puta más obediente que he tenido, ¿no es así, bebé?.—Beomgyu asintió, aun abrazado a la pierna del más alto.—Le da miedo que no vaya a follarlo, por eso está así de llorón.
—No hay forma de que sea solo eso...
—Pregúntale.—Río Yeonjun.
Soobin se negaba a creerlo.
—Beomgyu, ¿de qué tipo de castigo hablas?.—Él decidió agacharse hasta el más bajo, haciendo que este liberara su pierna.
—É-el seguro va a atarme...—Empezó y Soobin sintió de nuevo rabia en sus venas.—Y-y ponerme un vibrador hasta que ya no pueda seguir corriéndome, me va a dejar toda la noche así sin follarme el mismo, Soobin, por favor.—Él más alto sintió su cuerpo temblar ante la mirada necesitada del más pequeño. Se enderezó y vio a Beomgyu desde arriba. Sus labios hinchados y mejillas regordetas teñidas de rojo, estaba avergonzado de su propia lujuria, pero no podía contenerse.
¿Quién era este y qué había hecho con él Beomgyu que conocía?.
¿Por qué le ponía tanto ver las lágrimas caer por sus cachetes?.
—Soobin.—Sus manos tocaron débilmente sus piernas, pero dejaban una sensación de quemazón detrás de ellas.—Solo tienes que venirte en mi boca, es todo, por favor.—Soobin jadeó, ya estaba tan duro de nuevo que no pudo evitar soltar un gemido cuando Beomgyu le dio un apretón en la polla.—Estás tan duro por mi, papi, déjame complacerte.—Él más alto gruño, quería decirle que dejara de llamarlo así, que él no estaba en ese tipo de cosas, pero no podía evitarlo, estaba exitado.
—Si, déjalo, o en serio voy a meterle ese vibrador en el culo hasta que se desmayé.—Le dedicó una mirada gélida a Yeonjun.
—¿En serio quieres ver como le follo la boca a tu novio?.—El mayor sonrió, dejo la botella de cerveza a un lado y se sentó al borde la cama.
—Si, Soobin, quiero verlo.
Estaba esperando que Yeonjun le diera una razón para parar, pero ahora ya no había vuelta atrás. Se apartó de Beomgyu solamente para sacarse el mismo los pantalones y la ropa interior de nuevo. Vió como el más pequeño se lamía los labios a la vista de su erección descubierta; no pudo evitar pensarlo.
Puta.
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