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10

Beomgyu obedeció de inmediato, desnudándose y poniéndose completamente de rodillas, con la cabeza hacia bajo.

—¿Sabes por qué te estoy castigando, Beomgyu?

Solo podía ver a Soobin y a Yeonjun de reojo, pero podía oírlos mientras caminaban y ver sus zapatos en el piso.

—Si, papi.

—Entonces, sabes que no debes ir por los pasillos siendo una zorra con otros hombres.

Una vela aromática había sido encendida. Beomgyu se distrajo un poco por la fragancia, un poco sumido en el sub-espacio.

Esta que sintió su cabello ser jalado sin mucha violencia, pero suficiente para hacerlo gemir.

—Responde.—Era Soobin.

—Si, lo sé.

—¿Y por qué lo haces?—Lo obligó a mirar hacia arriba. Soobin completamente vestido y el arrodillado, desnudo y vulnerable estaba apretando todos los botones correctos.

—Para llamar tu atención, papi.

Soobin lo tomó de la barbilla.

—Oh, tienes mi atención, bebé, pero no te gustará el resultado.—Beomgyu bajo la mirada otra vez.

Soobin volvió a sentarse en el sillón y Yeonjun estaba sentado en el cama justo frente a él.

—Ven aquí.

Con la autorización dada, Beomgyu se levantó y comenzó a caminar. Soobin palmeó su regazo, así que se sentó.

La tela de su traje contra su piel desnuda le hizo sentir calor.

Calor por todo el cuerpo.

—Fuiste un chico muy malo.—Beomgyu se recostó completamente en su pecho y se dejó hacer mientras Soobin acariciaba sus piernas.—Vamos a darte un castigo. Mira a Yeonjun.

Los ojos de Beomgyu fueron hasta su novio.

Yeonjun se había quitado la chaqueta y había tirado la corbata en algún lado, estaba desabotonando su camisa lentamente, haciendo que Beomgyu empezara a endurecerse en el regazo de Soobin.

—¿Te estás excitando, putita?—Soobin lo tentaba acariciando su estómago, mientras Yeonjun llegaba al último botón.

Solo dejó la camisa abierta, no la sacó. En vez de eso, se dirigió al cinturón de su pantalón para desabrocharlo.

—Apuesto a que te mueres por chupar por polla como la zorra que eres.—Susurró Soobin en su odio mientras subía las manos a sus pezones.

Beomgyu gimió alto y se estremeció, pero Soobin lo tomó de las caderas para que no se moviera.

—Papi, yo...

—Silencio, no quiero escucharte decir una sola palabra.—Beomgyu tragó con fuerza.

Yeonjun había tomado su miembro en mano y se estaba masturbando. El mayor mordió sus labios carnosos, y tiró la cabeza hacia atrás, tensando sus abdominales y antebrazos.

Beomgyu creyó que iba a correrse solo viéndolo, y Soobin seguía susurrándole.

"¿Te gusta?" "¿Quieres montar su polla?" "¿Quieres que te folle?"

Si, si, si.

Beomgyu temblaba en el regazo de Soobin mienta este apenas lo tocaba.

Estaba tan distraído que no se dio cuenta de que Soobin escondía un juguete en el sofá.

Uno que le causaría a Beomgyu muchísima frustración.

Decidió cerrar los ojos, porque ver a su novio quitarse la camiseta y masturbarse más rápido mientras lo miraba se estaba volviendo demasiado.

Entonces lo sintió.

Fue como un pinchazo que había ido directo a su pene y lo hizo gritar de asombro.

Y cuando bajó la mirada, vio que una pequeña jaula color rosa cubría su miembro.

No...

—Soobin, ¿qué...?

Como lo había llamado por su nombre, Soobin entendió que probablemente Beomgyu estaba un poco asustado.

—Tranquilo, bebé, yo tengo la llave.

Pavoneo en su frente un juego llaves y obligó a Beomgyu a levantarse con él.

—La tendrás por el resto de la noche.—Le anunció mientras volvía a dejar a Beomgyu sentado en el sofá.

Beomgyu pensó que sería pesadilla.

Soobin probablemente lo estimularía hasta que llorara y aún así no sería capaz de correrse.

Pero no era lo que Soobin tenía en mente.

Y cuando el más alto sacó unos pañuelos con los que ató sus pies a las patas del sofá, fue evidente que Beomgyu estaba atrapado allí.

Sus manos fueron aseguradas con esposas que limitaron por complejo su movilidad.

Estaba a partes iguales asustado e intrigado.

Soobin había hecho todo esto mientras Yeonjun estaba en la cama gimiendo.

—Mierda, voy a correrme.—Dijo.

Beomgyu sintió ese gemido en lo más profundo de su estómago y se removió, incapaz de estimularse por la maldita jaula.

Ya podía sentir por qué esto era un castigo.

—Aún no.—Le dijo Soobin a Yeonjun, pero con los ojos en Beomgyu mientras comenzaba a quitarse su propio traje.—Tenemos un espectáculo que dar.—Sonrió de forma malévola.

Oh, Beomgyu tendría una noche larga.






*******






Si alguna vez le hubiese dicho a Beomgyu que estaría viendo lo que veía ahora mismo, el se hubiese reído.

La imagen de Soobin y Yeonjun besándose salvamente frente a él con las manos de Soobin metidas en los pantalones de Yeonjun estaba haciendo que su cuerpo quemara.

Sus bocas se devoraban de una forma tan sucia que producía sonidos obscenos que tenían a Beomgyu volviéndose loco.

Vio a Yeonjun gemir en los labios de Soobin y pensó que moriría de verdad.

—Soobin.—Susurró el mayor.

—¿Quieres correrte?—Dijo juntando sus frentes.

—No, todavía no.

Soobin continuó acariciandolo por debajo del pantalón mientras lo hacía acostarse.

Yeonjun completamente acostado y Soobin encima de él, también con los pantalones abiertos. Una de las piernas de Yeonjun se apretaba contra los bóxers Calvin Klein del más alto y Beomgyu pensó que Yeonjun lucía ido.

La boca de Soobin comenzó a bajar por el cuello de Yeonjun, haciendo que el mayor gimiera mirando directamente a Beomgyu los ojos.

—Por favor, por favor.—Lloriquea Beomgyu, haciendo a Yeonjun sonreír.

—¿Quién es un bebé educado ahora?—Se estremeció en mitad de la frase pues la boca de Soobin había llegado hasta su ombligo.

Y entonces Soobin le estaba sacando los pantalones.

Beomgyu respiró hondo cuando Yeonjun estaba completamente desnudo.

—Oye.—Yeonjun detuvo a Soobin cuando el tomó su erección en sus manos y con claras intenciones de llevársela a la boca.—¿Estás seguro de eso?

Soobin miró hacia arriba.

Se había perdido un poco en la piel de Yeonjun. Escuchando sus gemidos arrogantes.

—¿Por qué no lo estaría?—Respondio.

—Hasta hace unos meses me odiabas, ¿ahora vas a chuparme la polla?—El desafío en la voz de Yeonjun era evidente. Era exactamente lo que más excitaba al mayor, llevar a sus parejas al límite.

—Si, ¿vas a callarte y tomarlo?—Soobin ni siquiera pareció molesto con su provocación.

Yeonjun hizo un espectáculo acomodándose con los brazos detrás de la cabeza.

—Adelante.

Soobin rio con sarcasmo.

Pero el espectáculo no le duró mucho a Yeonjun.

El momento en que la boca de Soobin empezó a chuparlo, lo perdió.

Soobin era desordenado, mojado, y sucio, justo como le gustaba. No tuvo miedo de probar una garganta profunda, haciendo que Yeonjun se sostuviera de las sábanas mientras Beomgyu se removía como loco.

—Por favor, por favor, desátenme, por favor.

—Dios, se siente tan bien.—Miró de nuevo hacia el castaño.—Su boca está tan caliente, bebé—Puso los ojos en blanco.—Tan bueno.

Beomgyu lucho contra las ataduras en sus pies.

—Desátame, desátame, por favor.

—Ruegas tan lindo.—Gimió Yeonjun.—Oh, Soobin, así. No pares.—Sus manos sostuvieron del pelo al más alto y este de inmediato se sacó el miembro de la boca.—¿Qué..?

Soobin se quitó los pantalones y los pateo fuera de su cuerpo antes de volver a atacar los labios de Yeonjun.

Sus labios eran tan adictivos, no podía creer que hubo algún momento en que no se moría por esos labios.

Cuando Beomgyu pensó que estaba viendo a Yeonjun ser sometido, el mayor los volteo en la cama y quedó arriba.

Soobin se dejó hacer cuando el mayor entrelazó sus piernas y empujó.

Simulando una embestida.

Eso lo hizo gemir.

Y a Beomgyu suspirar.

—Soobin, déjame follarte.

El más alto se sintió temblar debajo del cuerpo de Yeonjun.

—Tu deja que yo te folle.—Dijo agarrando el culo de Yeonjun y juntándolos más.—Te va a encantar—Susurró en su oído, haciendo a Yeonjun jadear y empujar más duro.

—No.—gruñó.

Sus erecciones se frotaban juntas y ambos chicos gemían mientras Beomgyu luchaba estaba vez con las esposas.

Estaba tan desesperado que tenía ganas de llorar.

Goteaba de excitación y estaba tan duro como podía estar en la jaula y dolía.

Cada vez que intentaba moverse para obtener palacer, dolía y no lo dejaba ni terminar de endurecerse.

Era, de lejos, el peor castigo que había tenido.

—Hagamos algo.—Dijo Soobin, sintiendo a Yeonjun apretar sus muslos.—Beomgyu decide.

Yeonjun lo miró.

—Decide, ¿qué?

—A quien se follan, si estás de acuerdo.

Yeonjun le mordió el hombro, pero Soobin a penas hizo una nueva de dolor.

-Bien.—Dijo.—Tu decides, Beomgyu.

Ambos miraron hacia el castaño con la respiración agitaba.

Beomgyu estuvo al borde del desmayo.

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