Paralela a tu promesa antes de irte esa noche, habíamos jurado cegar al mundo con el amor que irradiábamos...

Rebeldes, desconocidos, pero enamorados del rigor, hemos sido prisioneros de falsas creencias, leyes, ideologías y esclavos de un aplazo que por siglos, ató de pies y manos a los mortales...

Hasta que valientes desenmascaramos en rebelión alzando aires de tiranía en cada beso ante cualquier excusa, ante cualquier NO...

No fue justo y nos toca vengarnos, no fue justo y doblegados retrocedimos ante unos cuantos, solo éramos dos y completamente desarmados...

En cuartada estratégica nos alejamos en puntos extranjeros sin contacto, totalmente ajenos a eso, fuimos vil mente torturados, el enemigo desalmado compartía nuestro rostro...

Sin embargo esa promesa que hicimos de volver a encontrarnos vivos o muertos, en retazos o enteros nos mantuvo ardiendo por dentro, por mucho más tiempo...

Nuestra meta, nuestra aventura, nuestra idea de que todo vuelva a ser como antes amanecía, para que nunca más bajemos la cabeza sumisos ante un desastre tan vil como separar dos almas que destinadas estaban y felices vivían...

Para que nunca más el corazón obedezca, para que lanzados y seguros la espada empuñemos con nobleza...

Para que victoriosos, arrogantes, engreídos con un amor entre ceja y ceja burlando al enemigo se elija luchar por amor, aunque en batalla muriendo por la patria queden nuestros cuerpo sin siquiera poder decirnos adiós.