Final
La imagen era peculiar por decir lo menos. Franco y Charles tenian sombreros mexicanos apilados en sus cabezas mientras se balanceaban de lado a lado. Checo se dio cuenta después de unos segundos que trataban de hacer la pose de la Barbie de escuela de princesas.
Carlos y Fernando, por otra parte, grababan la escena muy entusiasmados. Checo sintió un pequeño empujón por la espalda, Max le estaba animando a que se les uniera.
Alzó una ceja, preguntandole sin palabras si de verdad creia que iba a ser parte del hazmerreir.
Max solo rio.
―¿Deberimos irnos? ― el susurro del neerlndes mandó un escalofrio a su sistema nervioso.
― Déjalos que se diviertan ― Checo le respondió, inclinandose hasta descansar en el lado izquierdo de Max ― Nos vamos hoy mismo.
Las carreras los esperaban una vez más ese fin de semana. La mayoria del equipo ya estaba instalandose en Singapur, armando todo lo necesario para que ls practicas libres de el viernes, y las entrevistas del jueves, salgan lo mejor posible.
Checo extrañaba el ambiente del paddock.
Esa visita a Mexico habia sido rápida, y no podia estar más triste por eso. Sergio hubiera querido poder presentar su pais lo mejor posible a sus amigos. Las playas cerca de su casa en Puerto Vallarta, las festividades que estaban por venir, los restaurantes caseros que la gente de su ciudad abria con tanto esmero...
Había tanto por recorrer.
Max parecia haber sentido su tristeza -como se habia dado cuenta que siempre hacía- y lo miró con los ojos brillosos, inseguro de qué hacer para disipar el sentimiento.
― Vendremos otro día con más calma ― El neerlandés agarró su rostro con suavidad ― El final de temporada ya se acerca. Podríamos tener otro viaje, si es que quieres.
Sergio miró detenidamente al rubio, preguntandose en qué momento su cariño por el otro habia llegado al punto en el que pasar todas sus vacaciones junto con Max era lo que más le entusiasmaba. Y observando los ojos del contrario, podia ver que el sentimeinto era compartido.
•
― Empaca más rápido, chaval. Se nos va el vuelo.
Estaban sentados en el sofá de la sala con sus maletas en la entrada principal. Había llegado el momento de partir, no sin antes tener una gran cena junto con sus padres y un pequeño brindis. La mayoria ya habia vuelto a empacar las pocas cosas que trajeron al viaje -lo que constaba en una pijama y a lo mucho un cambio de ropa- Sin embargo, el rookie de Williams terminó llevandose varios recuerdos de Mexico.
― Tío ― Carlos lo sacudió por los hombros ― ¿No puedes empacarle sus cosas? Ya que estás en toda la pinta de padre, métete en el papel y ayuda al chaval.
Checo negó con la cabeza intentando safarse del agarre del español ― No mames, wey. ¿Quieres que te recuerde quién fue el que le compró la caja de Legos en la mañana?
―¡Pero estaba en oferta! ―Charles se quejó desde donde estaba recostado en el sillón.
― A parte, le prometimos un juguete cuando recién llegamos. ― Fernando se metió en la conversación.
En ese momento, el argentino bajó cargando su maleta con las dos manos, encima de esta tenia un bolso nuevo con las cosas que terminó consiguiendo ese día.
― ¡Ma'!¡Pa'! ― Gritó, ahuecando sus manos al lado de su boca como megáfono ― ¡Ya nos vamos!
Marilú salió de su cuarto, seguida de cerca por su padre. Su madre tenia un pequeño paquete en manos y se dirigió a ellos mientras lo extendía.
― Son unos de los dulces que a Chequito le gustaban cuando aun era chiquito ― Max agarró el paquete, sonriendole a Marilú mientras lo guardaba en su maleta ― Para que coman en el viaje de regreso.
― Muchas gracias, señora ― Carlos se apuró en responder, seguido de varios agradacimientos del resto de pilotos.
―Vengan cuando gusten ― Su madre siguió hablando ―Esta casa está abierta para recibirlos en cualquier momento. No importa si Chequito no viene con ustedes.
Tras varios asentimientos, con mucho pesar tuvieron que abandonar la casa.
― No te preoupes mucho por el futuro, hijo. Siempre todo se va a alinear para darte lo que necesites ― Su padre lo habia mantenido en un abrazo apretado cuando estuvo a solo segundos de ser el ultimo en ssalir por la puerta principal.
Afuera, los pilotos ya se estaban acomodando dentro de la camioneta, subiendo las maletas y peleandose por los sitios. Max lo esperaba a unos pasos de la puerta.
― Vamos, Pecas.
El rubio le sonrió, estirando su mano para ayudarlo a pasar dentro del coche. El neerlandés se sento a su lado, dejandole la ventana libre y suficiente espacio para sentirse cómodo.
Checo se relajó. Habia pasado mucho en solo unos cuantos días, no habia caido en cuenta lo cansado que su cuerpo estaba hasta ese momento.
Y cuando sus ojos estaban a punto de cerrarse, la dulce voz de Max llenó sus oidos.
― Cuando lleguemos, espero me dejes llevarte a dar un paseo por la ciudad. ― Sergio registró el tono soñador de el rubio, sin embargo no pudo conseguir las fuerzas para abrir los ojos ― No importa lo que pase el fin de semana, solo recuerda que yo siempre estaré para ti. Ya sea peleandome con los periodistas y todo el equipo, o solo si necesitas una persona en la que confiar.
Checo queria ferrarse a esas palabras. Cada una de ellas rebotando en cada esquina de su cerebro, dandole oleadas de calidez a su organismo.
El cuerpo a su lado se inclinó encima suyo. Sintió el aliento calido de Max cerca de su rostro, y trató de agrupar toda su energia para abrir sus párpados, pero se dio cuenta que estaba más dormido que despierto.
Sentía la boca de Max muy cerca a la suya, queria inclinarse y acortar la distancia, pero una vez más, la frustración lo bañó al no conseguirlo. Los labios del rubio se juntaron con los suyos, y aunque solo fue la comisura de ellos, Sergió sintio que miles de fuegos artificiales estallaban dentro suyo.
Se dejó envolver por la sensación y no por primera vez desde que había comenzado los preparativos para el viaje, pensó que si todo acaba después de esta carrera, iba a valer la pena si estar con lo que más amaba era lo que venía.
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