XXXVIII
Miró a su alrededor algo confundida, no entendía nada, solo sabía que se sentía mal, mareada y le dolía todo.
Intentó estirarse pero su propio cuerpo se lo impidió, causándole más dolor del que ya sentía.
—Ahora vas a abrir la boca, maldita bastarda.
La castaña se paró delante de ella con mirada seria y pudo oír a L.M gruñirle molesto.
Lisa se acercó a ella y la tomó fuerte por el cuello de la camiseta mientras clavaba sus intensos ojos color chocolate sobre los celestes de la chica de cabello negro.
—¿Qué quieres de mí, Lalisa?
—¿Quién mierda te llenó la cabeza de estupideces? ¿Por qué carajo me odias tanto? A mí no me interesas en lo más mínimo, ¿Por qué de repente tienes todo ese odio contenido contra mi? Nunca te he hecho nada.
—Porque todo iba a ser tuyo y tú no te merecías nada de esto, siempre me perteneció a mí porque yo soy la primogénita de Manoban SeokJin, no tú.
—Aún no entiendo, a mí este puesto me hubiera dado igual si no actuabas de esta forma tan estúpida. Ahora temo lo que pueda llegar a suceder si tú te quedas como jefa legítima de la Bron Ganje. Podríamos haberlo hablado pero decidiste primero matar a Joy y ahora Jennie, no te haces una idea de las ganas que tengo de ser yo quien te destroce en miles de pedazos y ser quien acabe con tu vida.
—¿Y por qué no lo haces? ¿Acaso continúas siendo tan cobarde como para no poder ensuciarte un poco tus delicadas manos?
Soltó una suave risa sintiendo cómo la castaña estampaba una de sus manos contra su mejilla con muchísima fuerza, tanto así que la hizo escupir sangre. El golpe había sido muy fuerte, le había partido el labio inferior y se encontraba con la mejilla ensangrentada.
—¿Quién mierda te contó lo de mi padre? No lo sabía nadie.
Lisa se colocó de cuclillas al su lado mientras apretaba sus puños con fuerza conteniendo sus ganas de golpearla aún más. No debía matarla, no aún, primero debía saber cómo es que sabía todo eso, la persona que se lo había dicho seguramente lo había hecho con la intención de crearle a Moonbyul ese odio hacia ella y hacia su padre.
—Ese es uno de los errores más graves que tú y papá cometieron, confiaron demasiado pero estaban siendo observados por, quizá, su enemigo más grande.
Sonrió limpiando la sangre de su labio con el dorso de su mano. Intentó sentarse bien y miró a la castaña con algo de diversión en su rostro, aquello se le hacía gracioso, nunca había visto a Lisa de aquella forma y eso que la había seguido por un buen tiempo, la conocía mejor que ella misma.
—Dime quién.
—¿Qué ganaré a cambio?
Le hizo frente mientras levantaba una ceja en su dirección. Se aclaró la garganta y se paró con la poca fuerza que tenía en su adolorido y lastimado cuerpo.
—Quizá reconsidere el no matarte.
—No podrías ni aunque quisieras, hermanita. Eres más débil de lo que crees, tú no matarías a nadie.
Escupió en su rostro aquellas palabras con algo de desprecio en su voz y sonrió desde su lugar viendo a Lisa enfurecerse y empujarla contra una pared con fuerza. Su espalda dolió más que nunca en toda su vida pero prefirió soportar aquello, no iba a mostrarle debilidad a Lisa, claro que no, ella era mejor.
—No pensaría dos veces antes de matarte.
—¿En serio? Si Jennie se interpusiera no me matarías.
—¿Crees que ella lo haría?
—Es más humana de lo que crees, ¿Por qué no lo haría?
—Vas a decirme quién fue.
—¿Por qué?
—Porque si lo haces te daré la oportunidad de salir de aquí.
Se cruzó de brazos con mirada seria y crítica.
La chica de cabello negro frente a ella se encontraba algo confundida y desconfiada ante las palabras de su media hermana, no sabía si creerle o no, era complicado, demasiado.
—Demasiado fácil, ¿Cómo podría creerte?
—Haré un pacto de sangre.
—¿Tan desesperada por venganza estás que tienes que llegar a este extremo? No te imaginaba así, hermanita.
Sonrió de lado viendo a Lisa sacar la daga de su bolsillo y pasarla por su mano lentamente dejando un camino de sangre en ella. Le extendió su mano a la chica que tenía frente a ella y ésta última pasó su lengua por ahí degustando la sangre de su media hermana.
Se alejó y sonrió de lado con algo de burla en su gesto.
—Bien, entonces supongo que debo decírtelo.
—Sí, pero antes deberás hacer el pacto tú también, debo asegurarme de que también me digas la verdad, Moonbyul.
La de cabello negro se encogió de hombros y le extendió su mano para ver a Lisa cortarla con la daga y después chuparle la sangre.
—Ahora, ¿Quién fue el que te dijo todas esas cosas y encima te llenó la cabeza de estupideces en contra mía y de nuestro padre?
—Chaewon.
—¿Es una maldita broma?
—Hice un pacto de sangre, Lisa, si miento podría morir en un instante, ¿Realmente crees que sería tan idiota como para desobedecerlo? Estoy diciendo la verdad, fue Chaewon.
—Mierda.
—¿Vas a dejarme ir ahora?
—Primero quiero que me digas cómo o cuándo, necesito respuestas y saber cómo sucedió, no me basta con saber que fue ella.
—Bien, pero luego de que te cuente me dejarás ir. Todo empezó hace algunos años, Chaewon luego de dejarme en aquella manada comenzó a visitarme con la excusa de que mi padre lo mandaba a vigilarme. Con el paso de los años crecí y comencé a preguntarle con respecto a SeokJin, quería saber más de él pero principalmente el por qué me había abandonado y dejado con aquella gente que me maltrataba tanto, me costaba creer que mi padre hubiera hecho algo así. Chaewon me dijo que él no me quería, que traería complicaciones a su familia y que tú, para asegurarte de que yo no apareciera en un futuro e intentara robarte tu puesto como jefa, ibas a buscarme y matarme en algún momento. Crecí espiando todo lo que se hacía en esta mansión, en especial a ti y a papá, necesitaba saber a quiénes me enfrentaba antes de hacer cualquier cosa.
—¿Chaewon te dijo todas esas estupideces? Dios, a mí me daba igual el maldito puesto.
—¿Entonces por qué demonios me enfrentaste?
—Parecías inestable, no podía permitir que fueras tú quien comandara todo esto.
La chica de cabello negro bufó y después se encogió de hombros colocándose al lado de su lobo y ayudándola a pararse para que pudiera seguirla.
—Bueno, felicitaciones, yo ya me voy. Esto no me interesa realmente. Toda mi vida busqué superarte en todo, era solo una guerra contra ti para poder ser mejor que tú, pero ahora lo veo, eres una idiota, no quiero competir contra ti.
La castaña alzó una ceja confundida y después se cruzó de brazos cambiando al instante su rostro por uno más serio.
—No quiero que vuelvas a aparecer por aquí.
—Sueña con eso, todo lo que hay en esta mansión me pertenece como la primogénita de SeokJin.
—Podemos dividir las cosas.
—Por ahora deberías centrarte en tu novia, en cuanto te encargues de eso, veremos lo que sucede con todo esto.
—Voy a matarte.
—Sí, sigue intentando creerte esas idioteces, no podrías contra mí aunque así lo quisieras.
Lisa apretó con fuerza sus puños mientras la veía irse por la puerta. No podía entender cómo la había dejado ir así como así después de todo lo que le había hecho, pero estaba demasiado desesperada por encontrarse con Chaewon.
Salió de aquel lugar y miró hacia todos lados algo molesta, no había nadie cerca, le resultó extraño.
Comenzó a recorrer la mansión hasta llegar al despacho que era de su padre, pudo ver a Chaewon sentada en su escritorio y con una sonrisa macabra en su rostro.
—Chaewon, debo hablar contigo.
—Lo sé, ya te has enterado de lo que he hecho y la verdad es que no me sorprende en lo absoluto. Hace tiempo creí que ibas a darte cuenta pero al parecer SeokJin y tú fueron más idiotas y estúpidos de lo que yo creí.
—¿De qué demonios hablas? ¿Por qué mierda hiciste todo esto? ¿Por qué tú? Siempre fuiste la guardia más confiable de mi padre, no podría entender por qué harías algo así realmente.
—Tu padre empezó, tu padre me robó al amor de mi vida aún cuando sabía que la amaba más que a nada.
—¿Qué? ¿En serio la gente aún se molesta por estas cosas?
—Tu padre y yo éramos mejores amigos, él sabía que yo estaba enamorada de Sunmi, él lo sabía, fue el primero al que se lo dije. Pero estaba celoso de que yo siempre obtenía lo que quería y es por eso que decidió quitarme a Sunmi. Además, nuestros padres firmaron un contrato, gran parte de la Bron Ganje era mía también, nuestros padres juntos la fundaron y ambos debíamos hacernos cargo de la manada. Pero tu padre borró mi nombre para ser dueño de todo, tuve que enterarme revolviendo entre sus papeles. En cuanto heredó todo, por pena decidió volverme su guardaespaldas.
—Mierda, ¿Y por qué hiciste todo eso? Es simplemente estúpido.
—Porque quería ver a tu padre caer. Generé conflictos entre él y su primogénita, después de eso le generé cierto odio hacia ustedes, para que les hiciera la vida imposible y para que yo, luego de que ustedes se destrozaran entre sí, pudiera recuperar todo lo que me pertenece de esta mansión.
—Voy a matarte.
—Antes de hacer eso, ¿Crees que fue buena idea dejar a tu novia sola en el hospital?
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