XXXII
El frío azotaba sus músculos, sentía la helada ventisca correr y meterse entre sus ropas logrando hacerlo temblar.
Miraba a su alrededor asegurándose de que no hubiera nadie cerca o de que la hubieran notado ahí, no podía cometer ese error, no podía meter la pata de aquella forma, debía tener cuidado.
—Veo que aún no has aprendido nada, Lalisa.
Dando un ligero respingo al oír la voz detrás de ella se giró para poder encontrarse con aquella persona que despreciaba tanto. Se paró de su lugar y la observó con suma seriedad en su rostro.
—¿Qué haces aquí, Moonbyul?
—Bueno, te encuentras merodeando en la que ahora es mí mansión, ¿Qué más piensas que podría estar haciendo aquí?
La chica de cabello negro se cruzó de brazos y sonrió de lado al ver la reacción de la castaña. Se acercó a ella y se colocó de cuclillas al lado de L.M para acariciarlo de manera áspera.
—Veo que este pequeño lobo continúa siendo inútil, es una lástima porque tiene un gran potencial, o bueno, tenía.
—No lo toques.
—¿Qué sucede, Manoban? ¿Acaso temes que lastime a tu estúpido lobo?
B.M se encontraba al lado de Moonbyul gruñendo molesto mientras miraba a Lalisa fijamente como si su simple presencia le molestara.
A Lisa no le sorprendía eso en lo absoluto, Moonbyul la odiaba en gran manera, su lobo no se iba a quedar atrás.
—No quiero pelear, Moon, devuélveme a Jennie y me voy de aquí, si quieres te dejo la mansión para ti, realmente no me interesa en lo absoluto, solo quiero a la Omega.
—¿En serio te crees que todo esto es por la estúpida mansión, Lalisa? Vamos, creí que eras mucho más inteligente, pero veo que es verdad lo que dicen, solo eres una joven ignorante.
—Cuida tus palabras.
—Me da igual, nada de esto te pertenece, nunca fue tuyo, todo esto tiene mi nombre grabado aunque tú no seas conocedora de ello.
Lalisa alzó una ceja confundida y se cruzó de brazos. Aquello no le daba buena espina, las cosas que decía Moonbyul sonaban incoherentes pero de alguna forma estaban ahí haciéndole ruido muy dentro suyo.
—¿De qué mierda estás hablando?
—Todo lo que creíste alguna vez tuyo en realidad siempre ha sido mío, Lalisa, nunca te perteneció. Viviste la mentira que nuestro padre te ha hecho creer.
—¿Nuestro?
—Soy hija de Manoban SeokJin, soy tu media hermana.
Aquellas palabras habían sido repentinas para la castaña, se encontraba aún algo desconcertada y perdida, ¿Era cierto lo que acababa de oír? ¿Moonbyul decía la verdad? ¿Cómo sabía que no le estaba mintiendo?
—¿Qué estás diciendo? Debe ser mentira, ¿Cómo es que puedes decir estupideces así? Papá tendrá que explicarme esto.
—Tranquila, muy pronto lo hará.
Una sonrisa macabra se asomaba en el rostro de la chica de cabello negro, una sonrisa totalmente fría y malvada, Lisa acababa de entender aquello, a L.M no le había caído muy bueno ya que había comenzado a aullar de forma algo sonora.
—¿Qué?
—Así como oíste, ¿O acaso no lo entiendes? SeokJin está muerto.
—Voy a matarte, maldita idiota.
La castaña se posicionó a punto de atacar a la chica que tenía en frente mientras aprestaba tanto sus dientes que la mandíbula comenzaba a dolerle en extremo. En cuanto estuvo cerca, Moonbyul le impidió hacer cualquier cosa y se cruzó de brazos.
—¿En serio, Lisa? ¿Después de todo lo que sucedió vas a creer en SeokJin? Eres más idiota de lo que creí, cada vez me sorprendes más.
—Cállate.
—No te dejes cegar por las cosas que te decía nuestro padre, siempre fue un imbécil.
—Si eres su hija, ¿Por qué todo esto iba a pertenecerme a mí?
Moonbyul soltó un suspiro mientras se apoyaba en el tronco de un auto y miraba a su media hermana fijamente. A veces le sorprendía lo incrédula que podía ser Lalisa, después de años de observación había notado que era algo cabeza dura y que a su vez era demasiado inteligente, pero otras veces se quedaba con una idea y no aceptaba más cambios a lo que ya creía y tenía en mente. Solía ser estresante hablar con ella.
—Mientras SeokJin estaba con tu madre, hubo un momento en el que se encontraban pasando por un mal momento, en ese mismo instante a SeokJin se le ocurrió meterse con mi madre, Manoban Wendy.
—Oh, mierda, ¿Eres hija de una Manoban? ¿Acaso mi padre se metió con una mujer que era parte de su familia?
Una mueca de asco se hizo presente en el rostro de la castaño mientras no podía evitar sentir el mal sabor de boca comenzar a aparecer y generándole arcadas.
—Ellos estuvieron juntos y luego se enteraron de que eran primos lejanos. En ese momento en el que estuvieron juntos, mi madre se quedó embarazada de mí. Yo nací y dos meses más tarde naciste tú, por lo que yo siempre fui la primogénita de SeokJin. Él se avergonzaba de haberse involucrado con una prima lejana y a la vez de haber engañado a tu madre por lo que encerró a mi madre aislada de todos y lejos de aquí y a mí me mandó a una manada lejana. Viví todos estos años encerrada e ideando cómo iba a hacer mi presencia aquí y cómo iba a obtener todo lo que era mío y estaba siendo injustamente otorgado a ti.
—Pero, ¿Por qué lo haces de esta forma?
—Porque mientras tú siempre lo tuviste todo y estabas por ser la futura jefa de una de las razas más importantes, yo me encontraba siendo maltratada por todos y pisoteada, considerada nada ya que no sabían de dónde venía o si era siquiera alguien, solo me utilizaron, me golpearon y violaron cada vez que pudieron, era el juguete de la manada cuando siempre estuve destinada a ser una Manoban, a ser una jefa y una figura importante. Y tú estabas aquí, teniendo tu propia habitación, teniendo las Omegas que querías, tú estabas aquí cumpliendo tus propios caprichos y yo llevaba una vida de pordiosera, cuando soy una Manoban y merezco mucho más que eso.
—Moonbyul, lo que haya hecho mi padre, no es culpa mía, yo ni siquiera sabía todo esto, no sabía que eras mi hermana, yo nunca hice nada en tu contra.
Lisa se acercó a la chica intentando calmarla un poco y ésta sólo se alejó más mientras la miraba mal. La castaña intentaba hablar de manera tranquila con ella, quería a Jennie de vuelta y sabía que si la hacía enojar lo más probable era que no se dieran las cosas como las tenía planeadas.
—Regrésame a Jennie y te dejaré en paz, todo esto será tuyo y no voy a entrometerme.
La chica de cabello negro soltó una fuerte y sarcástica carcajada al oír aquello, se cruzó de brazos y observó a Lisa con ironía. Llevó sus manos a su cintura y se mordió el labio inferior como si aquello hubiera sido lo más cómico que hubiera oído en toda su vida.
—No podrías entrometerte, nada de esto es realmente tuyo.
—De hecho lo es, legalmente, soy la única hija de Manoban SeokJin, tú no figuras ahí.
Aquellas palabras le habían llegado como una burla, como algo estúpido y molesto por lo que se había acercado a Lisa y la había tomado por el cuello de la camiseta acercándola a ella y mirándola amenazante a los ojos.
—Pero ambas sabemos que soy la única que merece todo esto, así que ahora, hermanita, nada de lo que hay aquí es tuyo, ni siquiera esa linda y pequeña Omega que está dentro, en mi cama.
El corazón de Lisa se había acelerado al oír lo que su media hermana acababa de decir, la furia comenzaba a subir por su rostro tornando este de un ligero color carmesí que no pudo evitar, mientras le hervía la sangre y sus manos se apretaban en dos puños. Con un ágil movimiento, se zafó del agarre de Moonbyul y la empujó contra un árbol poniéndose delante suyo y amenazándola con uno de sus puños.
—Hazle algo a Jennie, tócale un solo pelo o incluso acércate lo suficiente como para ponerla nerviosa y te juro por mi vida que no vas a volver a ver la luz del sol, no vas a siquiera vivir para contarlo, no permitiré que le hagas nada a mí Omega.
Mientras hablaba, apretaba los dientes con mucha molestia y tragaba saliva con algo de dureza, despreciaba oír el nombre de la morena salir de sus labios.
—Tranquila, no es que haría algo sin su consentimiento, pero, debo decirte que no tardará mucho en caer a mis pies. Es débil, más de lo que crees y yo, yo soy una de las pocass Alfas que la frecuentan, no falta mucho para su celo, ¿Eres consciente de ello?
Sonrió de lado divertida y se mordió el labio inferior buscando las palabras adecuadas para hacer explotar a Lisa que ya se encontraba a punto de asesinarla en ese mismo momento y en ese mismo lugar.
—Ya puedo imaginarla gimiendo mi nombre con esos suaves y rosados labios, entre mis sábanas y desnuda, con su cabello despeinado y el sudor recorriendo su cuerpo.
Susurró aquello cerca de Lisa mientras sonreía y notaba cómo la vena de su frente ahora era más notoria, la había hecho enfadar demasiado y se sentía bien con ello, había logrado su cometido.
—Te juro que eres una mujer muerta.
—La mujer muerta aquí eres tú. Mientras lloras por todos los rincones porque no puedes ver a tu tierna y pequeña Omega, yo disfruto de la vista cada mañana al despertar y verla a mí lado en mi cama.
Se mordió el labio inferior y de repente su sonrisa se ensanchó más al recordar un pequeño detalle que podría hacer las cosas explotar en gran manera.
—Además, no la has marcado, por lo que no te pertenece. Pero no te preocupes, aún puedo hacerlo por ti.
—Voy a matarte.
—Quiero ver que lo intentes, incompetente.
Y aquello había bastado para que el puño de Lisa volara al rostro de Moonbyul con suma rapidez y fuerza en el impacto. Le había molestado todo, que hablara de Jennie de aquella forma y que la hubiera llamado incompetente, Lalisa era mucho más que eso.
—Eres una idiota.
—Aún así me quedaré con tu Omega, hermanita.
—No si puedo evitarlo.
—¿Lo harás?
—Soy Lalisa Manoban, creí que estaba claro.
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