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XXIX

Doce horas.

Doce horas exactas habían pasado desde la última vez que habían visto a Jennie, doce horas habían estado buscándola por todo el bosque y los alrededores de la casa de Mina y Chaeyoung.

Doce horas que habían parecido días, semanas y meses. Doce horas eternas.

La pelirroja se encontraba sentada en una de las sillas de la cocina, su cabeza estaba en cualquier lado menos en lo que sucedía a su alrededor. Por su mente estaban pasando muchas situaciones y emociones distintas que le impedían poder centrarse en una sola cosa. Primero Irene besándola, ahora Jennie desaparecida hacía doce horas, le había prometido a su Omega no demorar y ya había pasado tanto tiempo, todo aquello era una locura y el día aún no terminaba, debía decirle a Lisa, al parecer no tenía opción alguna más que hacerle saber lo que se encontraba sucediendo.

—Es peor que no lo sepa, Seulgi, si Lisa no es conocedora de esto podría matarte por no
hacérselo saber.

—Voy a pensarlo, debo saber cómo decírselo también, va a ponerse muy furiosa, no solo conmigo, también con ustedes, ya la conocen.

El silencio se hizo presente en la habitación, nadie sabía qué decir, solo se miraban entre sí, cada quien sumida en sus propios pensamientos y problemas mentales.

De repente, luego de unos minutos que se hicieron más que largos, Seulgi se paró de su lugar y soltó un suspiro. Era mucha presión para ella, pero debía hacerlo, por su amiga.

—Voy a hablar con Lisa antes de que pase más tiempo, aún tengo miedo de cómo vaya a
reaccionar con el simple hecho de que han pasado doce horas, va a matarme.

—Suerte con eso, Seulgi, si nos necesitas para algo, aquí vamos a estar, te lo prometo.

—Sí, Mina y yo vamos a ocuparnos de buscar a Jennie por esta zona e ir un poco más allá y
preguntarle a los vecinos, quizá sepan algo.

—Bien, chicas, nos vemos, suerte con eso y me avisan lo que sea que suceda, es muy importante.

—Lo haremos.

La de ojos verdes asintió y salió de la casa sumida en sus pensamientos. En su cabeza se creaban varias imágenes y posibles situaciones en las que le contara a Lisa lo que había sucedido con Jennie, no sabía aún cuál sería la manera correcta de decirle todo eso, iba a reaccionar mal fuera como fuera, se trataba de su Omega, claramente iba a estar furiosa.

Mientras conducía el vehículo dirección al hospital, miraba a su alrededor, las calles, las escasas viviendas que había por ahí, observaba todo lo que estaba a su alcance, no iba a perderse ningún detalle, debía asegurarse de que Jennie no se encontraba por ahí antes de ir en busca de Lisa, quería ser sincera al momento de contarle lo que había sucedido así que iba a estar completamente segura de que la morena no se encontraba por algún lugar cerca de ahí.

Aparcó el auto frente al hospital y soltó un suspiro mientras aún sujetaba el volante con algo de fuerza y se mordía el labio inferior nerviosa, debía decirle aquello a su amiga y estaba más que segura de que iba a estar arriesgándose a que ésta decidiera salir del hospital sin pensarlo dos veces, era Jennie no iba a quedarse de brazos cruzados, Lisa no era de ese tipo de personas.

—Hey, hola.

La pelirroja entró en la habitación de hospital y miró hacia la camilla dando con la castaña acostada y mirando el techo como si se tratara de lo más interesante que podría haber en aquel lugar.

—Hola, Seulgi, ¿Qué haces aquí? Pensé que me avisarías cada vez que vinieras.

—Sí, supongo, creo que simplemente me encontraba paseando por la zona y decidí venir a verte.

La ojiverde se encogió de hombros intentando fingir despreocupación, no estaba en sus intenciones que Lisa notara la situación que estaba pasando.

—¿Sucede algo? Te ves extraña.

—No, Lisa, estoy bien, no sucede nada en lo absoluto.

—Sabes que eres pésima mintiendo, ¿Por qué aún te esfuerzas en hacerlo? Te he descubierto todas y cada una de las veces que has intentando hacerlo, Seulgi.

—Lisa, Jennie está desaparecida.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—Jennie no está en casa de Mina y de Chaeyoung, Jennie ha desaparecido hace más de doce horas.

La castaña se mantuvo en su postura, boca arriba y mirando el techo, no reaccionaba ni nada por el estilo, solo se quedaba ahí, estática, parecía como si alguien hubiera tomado un control remoto y lo hubiera pausado, siquiera como si eso fuera posible. Seulgi se mordió el labio inferior mientras intentaba mantener la calma y que Lisa no lo notara, si se ponía nerviosa, su amiga explotaba de una forma inexplicable.

—¿Podrías repetir lo último que dijiste?

—Lleva desaparecida más de doce horas.

—¿Y por qué estás tan tranquila?

La serenidad con la que la castaña se dirigía a su mejor amiga comenzaba a asustarla un poco, no entendía cómo era que Lisa estaba reaccionando tan tranquila ante todo lo que acababa de decirle, Lisa no haría eso, claro que no, mucho menos si se trataba de Jennie, esa no era Lisa.

—¿Eh? ¿De qué hablas, Lalisa?

—Solo digo. Vienes, me dices que Jennie lleva desaparecida más de doce horas, entonces, mi
pregunta es la siguiente; ¿Cómo es que estás tan tranquila considerando el hecho de que mí Omega está desaparecida? ¿Por qué no estás buscándola por todas partes? Es Jennie, es lo suficientemente importante como para que la busquen sin cesar ni dormir.

El tono de voz de la Alfa en la camilla había aumentado con las preguntas que había comenzado a hacer.

La castaña acababa de fruncir el ceño y miraba a su mejor amiga molesta, como si lo que acabara de decirle fuera sumamente malo y algo de vida o muerte, bueno, para Lisa lo era.

—Yo... hemos estado buscándola, no dormimos ni nada, Mina y Chaeyoung aún se están fijando por todas partes, no han parado y yo tampoco. Creí que sería bueno venir a decírtelo, por eso es que estoy aquí, he parado un momento solamente.

—Entiendo, ¿Por qué no me avisaste en el instante en que sucedió? ¿Por qué tuviste que esperar doce horas para decírmelo, incompetente?

—Lo siento, Lisa, estaba buscando a Jennie, creía que iba a poder encontrarla antes de que
tuviera que venir a decirte algo al respecto.

—Bueno, fue una mala idea.

La castaña se sentó en la camilla y comenzó a desconectarse cosas mientras su mirada continuaba seria y pensando en las mil y una formas en las que iba a destripar a quien fuera que se hubiera llegado a Jennie, o eso fue lo que Seulgi interpretó por su cuenta.

—De todas formas, Lalisa, me sorprende que estés tan calmada, te conozco demasiado bien y sé que reaccionarías de otra forma comúnmente.

—Ya sabía sobre esto y hasta me lo esperaba, no me sorprende tu información, idiota.

Se colocó las zapatillas y silbó llamando a L.M para que pudieran salir de ahí como si el doctor se los hubiera permitido.

—¿Vas a irte así? ¿Sin más? ¿Solo tomarás tus cosas y te irás? ¿Te crees que será tan fácil?

—Soy Lalisa Manoban, está más que claro que será fácil.

Se acomodó su chaqueta y miró a su mejor amiga a los ojos como si intentara hacerle saber algo, Seulgi solo alzó una ceja confundida mientras intentaba captar qué era lo que quería informarle con su mirada. Seulgi no era una adivina, era obvio que no iba a saber a qué se refería Lisa.

—Llévame, aún no estoy en condiciones de conducir.

—¿A dónde nos dirigimos?

—¿A dónde más esperas? A la mansión.

La pelirroja con mucha más confusión en su rostro se subió al vehículo y le dio arranque al motor. Soltó un suspiro y antes de comenzar a conducir hacia el destino, miró a su mejor amiga esperando a que le dijera que no iban hacia dicho lugar, pero no, Lisa estaba más que decidida.

—¿Estás segura de esto, Lisa? Digo, no creo que sea una muy buena idea que vayamos ahí, en
especial tú.

—Lo sé, pero no voy a permitir que las cosas se queden así, ¿Bien? Debo ir y hacerle saber a esa idiota...

—¿De quién hablas? ¿Cómo es que sabías de todo esto? Solo sabíamos al respecto, Chaeyoung, Mina y yo, nadie más.

Lisa soltó un suspiro y se acomodó en su lugar sintiendo la incomodidad. Apretó sus puños con fuerza y después intentó calmarse antes de volverse loca, sabía que si continuaba de aquella forma era capaz de golpear algo y no quería romper el auto de su amiga, sabía lo mucho que lo amaba.

Flashback.

—Vaya, así que la débil de Manoban continúa recuperándose.

—¿Qué mierda querés aquí, Moonbyul?

—Solo vengo a ver cómo se encuentra una de las oponentes más terribles a los que me he enfrentado.

La chica de cabello negro sonrió mientras se apoyaba en el umbral de la puerta y miraba a su alrededor.

Un gesto burlón se distinguía en su rostro y eso solo lograba molestar más a Lisa.

—Bueno, yo no te he pedido que estés aquí así que puedes retirarte.

—Sabes, considerando que eres una Manoban esperaba que me ganaras, estaba más que segura de que sucedería eso. Pero veo que Felix tenía razón, solo eres una debilucha rebelde, además de eso no tienes nada más que ofrecer.

—Eres una idiota envidiosa, que no tiene qué hacer con su vida y por eso estás aquí, decidida a molestarme, ¿Realmente no tienes nada mejor que hacer?

—No solo vengo por eso. Felix ha dado un mandato.

—¿No se supone que la jefa deberías ser tú? ¿Tan mala eres que ese viejo te ha degradado?

—Es gracioso que intentes enfurecerme cuando claramente estoy posicionado mucho más arriba que tú.

—¿Eso crees?

—La razón por la que vine es para advertirte, amo ver a las personas sufriendo por alguna u otra cosa. Felix está buscando a tu Omega, ya la ha localizado, irá tras ella y créeme, no va a tener piedad.

—¿Para qué la quiere?

—¿Debería decirte, Manoban? Mejor te dejo sufriendo con la duda, es más mi estilo. Nos vemos.

Le guiñó un ojo divertida y se dio la vuelta para salir de ahí dejando a Lisa sola y con algo de
molestia en su interior.

Fin del flashback.

—Ya me lo habían advertido.

—¿Y por qué no hiciste o dijiste algo al respecto? Podríamos haber cuidado más a Jennie o haberla vigilado más.

—Porque hiciera lo que hiciera, iban a encontrarla de todas formas e iban a terminar alejándola de ustedes, era más que obvio, no iba a desperdiciar tiempo en decirles. Mientras era consciente de esto preparé algo en mente, sé que es lo que voy a hacer al respecto, solo necesito que me esperes fuera de la mansión y cuando yo te diga vas a accionar.

—¿Estás segura de ello?

—Claro que lo estoy, yo nunca me equivoco.


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