XXXI
El sol calentaba la tierra de una manera casi sorprendente, aquella mañana hacía más calor que cualquier otro día.
La temperatura estaba insoportable y tan solo eran las nueve de la mañana.
La Omega ya se encontraba en la sala de parto, habían pasado más de ocho horas y aún el Alfa que se encontraba fuera esperando no sabía nada al respecto sobre su hija, pero se encontraba nervioso, muy nervioso.
—Señor, ya puede entrar, puede pasar a ver a su hija.
El castaño sonrió al oír aquello y se adentró en el lugar, pudo ver a la rubia Omega en la camilla con una pequeña bebé entre sus manos, la observaba con amor, le hablaba y le hacía cariño.
—No puedo creerlo, ¿Esa es la pequeña Lalisa?
—Sí, SeokJin, esta es Lalisa, tu hija.
El hombre sonrió y tomó a la bebé entre sus brazos sin poder parar de mirarla, estaba más que orgulloso de lo que acababa de engendrar, Lalisa era una bebé hermosa y era más que obvio que se trataba de una futura Alfa.
Lalisa era una Manoban y un Alfa, estaba más que orgulloso de su hija y acababa de nacer.
—Será un Alfa, como su padre.
—Claro que sí, SeokJin, Lalisa está destinada a ser una jefa.
Exactamente un mes después de ese suceso, estaba a punto de ser expuesta y presentada formalmente a los demás de la manada, era la primogénita de SeokJin e iba a ser la jefa en un futuro, quería que todos la conocieran, estaba muy feliz y orgulloso.
SeokJin se encontraba colocándose el traje que iba a usar por la noche en la gran fiesta de bienvenida que le iban a hacer a su pequeña, había estado todo el día organizando aquel evento por lo que había aprovechado lo que le restaba del día para poder arreglarse, debía lucir bien.
—Señor Manoban.
Una voz acababa de interrumpirlo y sacarlo de sus pensamientos. Miró hacia la puerta de la habitación y se encontró con su guardia parada ahí y mirándola con suma seriedad, algo no muy bueno estaba sucediendo en ese momento, justo aquel día tan importante, no podía creerlo.
—¿Qué sucede, Chaewon?
—Wendy, ya está aquí.
—Mierda. Prepara el sótano, voy a tener que hablar con ella.
Wendy era prima lejana de SeokJin, era una Omega, ella había aparecido hacía un año cuando SeokJin se encontraba teniendo problemas con Sunmi, desde que Wendy había aparecido ambos habían cometido el grave error de involucrarse entre sí, sin saber que tenían algún tipo de parentesco.
En cuanto el Alfa lo supo se alejó de ella, además, Sunmi estaba embarazada, debía ser un hombre respetable y dejar de engañar a su Omega. Pero Wendy no había dejado las cosas ahí, había aparecido un par de veces por la mansión con la intensión de hablar con SeokJin o amenazando con contar todo lo que había sucedido entre ellos.
Bajó lentamente al sótano mientras se prendía la camisa blanca que se había colocado, iba sumido en sus pensamientos, aún no sabía qué iba a decirle a su prima lejana, era complicado y tampoco sabía qué hacía ahí.
—Wendy, hace bastante que no sé de ti.
—SeokJin.
La mujer de cabello oscuro como la noche se giró quedando frente al Alfa y dejando a la vista al bebé que llevaba entre sus brazos. El hombre sintió su corazón detenerse y cómo aquello le caía como un balde de agua fría, solo esperaba que no fuera lo que estaba pensando.
—Dime, ¿Qué es lo que estás haciendo aquí?
—Me he enterado de que has organizado una fiesta para esta noche, vas a presentar a tu primogénita.
—Así es, la pequeña Lalisa es merecedora de una bienvenida correcta.
—Bueno, lamento destruir tus intenciones con tu hija, pero no es tu primogénita.
SeokJin sintió un gusto amargo en su boca y las ganas de vomitar comenzaban a subir por su garganta quemándole, aquello no podía ser cierto, debía ser todo una estrategia para arruinar su planes, claro que sí, Lalisa era su primogénita, era la única
—Claro que lo es, hace exactamente un mes Sunmi dio a luz a mi hija. Esta noche será presentada como es debido ante la manada que en unos años va a dirigir.
—Moonbyul ha nacido hace dos meses y medio, SeokJin, ella es tu verdadera primogénita.
La mujer señalaba a la bebé entre sus brazos con molestia al decir aquello y el Alfa no hacía más que sonreír burlonamente, aunque por dentro moría de nervios, eso no podía estar sucediendo, no a él y mucho menos en ese día tan importante. Si alguien llegaba a enterarse iba a ser muy malo para su imagen, nadie debía saberlo, además, nadie iba a creerle a ella, ¿Verdad? Su descendencia de la familia Manoban no era como la de SeokJin.
—¿Por qué nunca mencionaste el estar embarazada? No puedo saber si lo que dices es verídico.
—Lo intenté pero siempre me echabas sin permitirme hablar al respecto, te he mandado cartas y no has leído ni una, ¿Cómo ibas a saberlo?
—No voy a aceptar a esa niña, no es mía.
—Claro que lo es, es una Alfa, es una Manoban y eres el único con el que mantenido relaciones desde hace un año y medio, ¿De quién más sería?
Nada de lo que decía la Omega era factible, no tenía forma de demostrarlo mientras no se hiciera un análisis de ADN o algo por el estilo, así que mientras tanto, la hija no era suyo, o bueno, SeokJin no la reconocía como tal, nadie debía hacerlo.
—Vete, no quiero verte más aquí, hoy es un día muy importante, es mucha casualidad que justamente hoy vengas a decir todas estas estupideces.
—Pero, SeokJin, por favor...
El hombre negó con la cabeza y soltó un silbido llamando a sus guardias. K.J, su lobo, se encontraba a su lado observando con indiferencia a S.W. , el lobo de la Omega.
Los guardias de SeokJin entraron y escoltaron a la mujer fuera de la casa. Debían alejarla de la mansión antes de que comenzaran a llegar los invitados o antes de que Sunmi la viera, la mujer ya era consciente de que algo había sucedido entre SeokJin y Wendy, pero aún así estaba en el pasado para ella, no iba a ser bueno que lo recordara, mucho menos que la viera ahí con un bebé entre brazos.
—Chaewon, ven aquí.
La guardia se acercó al Alfa con mirada seria y expectante, si SeokJin pedía hablar con ella no podía significar algo bueno, definitivamente no.
—Dígame, jefe.
—Mañana quiero que entres en casa de Wendy y que tomes a la bebé para llevarla hacia otro lugar, luego te daré la dirección.
—¿Qué haremos con Wendy? Digo, ella estará ahí, no puedo entrar así sin más y llevarme a su bebé.
—No te preocupes por ella, tu prioridad ahora es llevarte a la bebé, yo me encargaré de ella, no será una molestia para ti.
—De acuerdo, señor.
—Vas a dejar al bebé con otra manada, aún no sé bien con quién, pero no te preocupes, va a estar bien, te lo prometo.
—Nunca he puesto en duda alguna de sus acciones, jefe, usted sabe qué hace y por qué lo hace.
Chaewon hizo un extraño gesto con su mano y se retiró de la habitación dejando a SeokJin solo mientras terminaba de prepararse. El Alfa se encontraba pensando solo en cómo iban a suceder las cosas, debía tener todo bien calculado para no meter la pata.
Si alguien llegaba a enterarse de aquello, una hija producto de una infidelidad y de una prima lejana iba a tener que obtener el puesto de futuro jefe de la manada. No iba a permitir que aquello sucediera, Lalisa iba a ser jefa de la manada, no aquella niña.
Con el pasar de los años, SeokJin de había mantenido al margen de todo eso, Wendy había sido encerrada en contra de su voluntad en una celda lejos de la mansión, no debía soltar ninguna palabra que pudiera comprometerlo, así que se había asegurado de mandarla muy lejos.
Mientras tanto, vigilaba a la niña de lejos, debía estar al tanto de lo que sucedía, sabía que algún día las cosas podrían saberse y la niña iba a enterarse de todo, pero mientras podía la observaba para que aquello no sucediera.
Con el pasar de los años, había descuidado un poco a la mocosa, pero aún así, sabía su ubicación y qué se encontraba haciendo, pero nunca la conoció a la perfección, nunca supo realmente entre qué personas se rodeaba su hija, siempre había creído saber qué era lo que sucedía, pero no todo lo que sabía era verídico o era toda la verdad.
Durante esos años, la pequeña Moonbyul había crecido siendo conocedora de cómo habían sucedido las cosas, de una forma u otra, la información había llegado a ella y había crecido con odio y una sed de venganza increíble dentro de ella, una sed que estaba dispuesta a saciar.
Además de que todo ese tiempo se había encontrado vigilando a su hermana menor bien de cerca, si ella no podía ser la jefa de la manada, Lalisa tampoco, porque no se lo merecía, porque no era la primogénita ni la unica hija de SeokJin
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