¿Qué te gusta?
—¿150.000 wones?— NamJoon no podía creer lo que le estaba comentando —¿Me estas diciendo que te subastaron por esa cantidad? ¿No crees que es mucho para una sola noche?
—Gracias Bro, yo tambien te quiero— me quitaba el maquillaje en el espejo de la sala mientras NamJoon estaba en la computadora —Ya pagué el alquiler y pedí gas —dejé los algodones sucios en el tacho de la basura y me coloqué una mascarilla hidratante.
—¿Qué harás si es una mujer mayor con fetiches?— dejó su computadora de lado y me miró —¿Y si le gustan las cosas como quemar cuerpos y eso?
—¿NamJoon que contenido vez en tu computadora cuando estás solo?
—¡Bro te lo digo como amigo, esta bien jodido tu trabajo!
—Es eso o vivir en un apartamento pequeño donde el baño y la cocina están en la misma habitación— me quité la mascarilla y acaricié mi cara —Además, es al menos una hora, muchas mujeres beben mucho y no piden más allá de lo usual, no te preocupes, agradece que tenemos dinero— le toqué la espalda antes de irme a dormir.
El dia de trabajo en el restaurante es algo caótico cuando eres el encargado de "cualquier cosa que haga falta" y ese dia me dediqué a limpiar baños y cambiar sábanas, lo cual es lo más aburrido y asqueroso de todos los trabajos que debía hacer. Lo bueno de aquello era que la paga era buena y podía agregar un poco a mi cuenta de ahorro para mis estudios.
Mi sueño siempre ha sido baila, pero mi talento no es suficiente en este lugar así que con mucha ambición apunto hacia L.A para participar en una gran academia pero es bastante dinero y me he tardado años en juntarlo, aun asi no me doy por vencido.
—Suerte en tu cita Hoba— NamJoon se asomó a la puerta de mi cuarto donde yo me estaba alistando.
—¿Camisa blanca o vino?— le mostré para que me ayudara a elegir.
—Blanca, sin corbata— apuntó —Nos vemos mañana por la mañana— cerró la puerta de mi habitación dejándome a solas.
La cita sería en el Hotel JinyeongWoo uno lujoso y reconocido como casi un motel pero no lo era, o eso querían hacer creer con su fachada elegante, cuentan que una vez en un encuentro sexual con una amante, un empresario murió de un paro cardiaco en una de las habitaciones, ruego al cielo que no me toque aquella.
Me perfumo y tomo un taxi hasta el lugar a eso de las 21:00 hrs, siempre es importante estar antes que las mujeres a pesar de que les cueste identificarme entre la gente. En este caso excepcional la cita fue solicitada en uno de los ambientes privados que estaban separados por un biombo, comenzaba a sospechar que esta mujer tenía familia como la de la otra noche y necesitaba no ser vista.
⋆⋆⋆
—¿No crees que me aprieta mucho en el trasero?— me miré en el espejo
—Tengo otro parecido si te lo quieres probar— Eunah salió de su armario con otro vestido —SooRim tienes que cautivarlo para que te quiera follar— me acomodó el escote —¿Donde escondías este busto?—miró mis senos apretados en el vestido.
—Creerá que soy una chica fácil—me quejé frente al espejo
—SooRim, hoy tienes que ser una chica fácil—suspiró algo molesta —¿Quieres que te follen?—me cogió el rostro entre sus manos y asentí —Entonces se coqueta y directa, te irá bien— sonrió
Cuando llegué al lugar la recepcionista me envió a una de las cápsulas que tenía el salon donde podías cenar sin que nadie te viera, solo tu y la otra persona en una especie de carpa individual que parecía más la tapa de una charola de plata donde traen el pollo rostizado en las películas.
Miré a lo lejos la silueta de alguien desde afuera contra la tela de la carpa extraña y me detuve. Miré mi teléfono donde tenía todo escrito acerca de lo que quería hacer esa noche y esperaba que realmente funcionara. Respiré profundo y entré al lugar algo tímida.
—Buenas noches— dije sin mirarlo al rostro.
—Buenas noches— respondió y apartó mi silla para que tomara asiento y recien ahi pude mirarlo.
Lucía un traje negro, talle perfecto, una camisa blanca entreabierta en el pecho y el cabello engominado hacia atrás, un par de gafas estaban colgado del bolsillo de su chaqueta y el ambiente tenía el rico aroma de su perfume, tenía un lindo lunar en el labio superior, una raíz fina y respingada, sus ojos lucían menos intensos que anoche, sin el delineado negro.
—J Hope— estiró su mano para tocar la mía y besarla —Puedes ocultar tu nombre si así gustas— dijo sin soltar mi mano.
—SooRim— respondí algo nerviosa —¿Ya ordenaste?
—¿No prefieres comer en la habitación?— miró por la apertura de la carpa hacia el garzón.
—Vamos a la habitación entonces— me levanté y salí del lugar, el me siguió
—Que bueno que eligieras eso, ya comenzaba a sudar— agitó su camisa haciendo que el olor a su perfume me embriagara de forma placentera —¿A quien se le ocurrió esto?
—No lo sé— sonreí —Vamos— caminé frente a él sintiendo su mirada en mi espalda.
—No esperaba a una mujer como tu en estos momentos— me alcanzó quedando a mi lado
—¿No soy el tipo de mujer que frecuenta esos lugares?—lo miré de costado antes de ingresar al elevador.
—No exactamente, por lo general son mayores— ingreso después de mi al lujoso elevador
Caminamos hasta la habitación e ingresé con cierto pudor, no había caído en cuenta sobre lo que haríamos hasta que vi la champaña en la mesa que se encontraba en el centro de la habitación y la cama matrimonial tras nosotros.
—Linda habitación— se quitó su chaqueta y la dejó en el respaldo del sillón —¿Tienes hambre o quieres comer después?— tomó asiento en el borde de la cama quitándose los zapatos.
—¿Qué sugieres tú?— no tenia idea de lo que yo queria asi que queria dejarme llevar
—Yo estoy aquí para complacerte así que las decisiones las tomas tú— se levantó y caminó hacia mí —¿Quieres iniciar con el postre o con el plato principal?— nuevamente su olor delicioso se hizo presente haciendo que mis piernas flaquearan.
—¿Qué tal si bebemos?— apunté la champaña.
—Ok— abrió la champaña con cuidado y sirvió las copas— ¿No pretendes que la tomemos parados aquí o si?— dió un sorbo y miró la cama a sus espaldas —Vamos a la cama— me acarició la mano y la tomo jalandome junto a él.
Me senté al borde y bebí todo el contenido de la copa en un solo sorbo, él me miró y tomó con cuidado la pieza de cristal dejándola en el mueble más cercano con la de él, a medio beber.
—¿Estás bien?— acarició mis muñecas.
—Sí— susurré y bajé la mirada —Nunca había hecho esto
—¿Eres virgen?— tocó mi mentón y lo elevó para mirarme a los ojos —Si es asi no tengo problema— sonrió ladino
—No, no soy virgen— cerré los ojos —Lo que sucede es que...
—¿Tienes algún fetiche?—sonrió —Podemos conversarlo
—Soy mala en la cama— respondí con vergüenza
—¿Según quien?— su rostro cambió
—Mi ex— tenia que mentirle porque podía ser que no quisiera hacerlo si sabe que estoy comprometida o algo asi.
—Mmmh— apretó sus labios sin quitarme los ojos de encima —Mala en la cama...— me miró de pies a cabeza —No entiendo
—Es que yo no tengo mucha iniciativa... ¿Creo?
—Y eso según una persona que esta noche no esta contigo— se levantó a beber lo que quedaba de su copa —¿Que irónico no?
—¿Qué cosa?— lo miré sin levantarme de mi lugar
—Que le creas a una persona que seguramente es tu ex por alguna razón— sonrió —¿Qué sucede si te digo que es posible que no seas tu la culpable, sino él?
—¿Cómo podría ser eso?— lo miré cuestionándome la vida completa
—¿No haz pensado que si no tienes iniciativa en el sexo es por que él no te excita lo suficiente?— se acercó a mí y se hincó —¿Puedo?— apuntó mis zapatos, asentí y él comenzó a sacarlos —Seguramente no sabe lo que te gusta y no te enciende lo suficiente— comenzó a besar la piel de mis tobillos y pantorrillas —Puede que nunca se dió el tiempo de averiguar lo que gusta— subió su rostro para mirarme desde su posición. —Quiero saber que te gusta— me miró con unos ojos de vibra inocente —Dime lo que te gustaria que te hiciera—.
—No lo se— lo miré apenada —No se lo que realmente me gusta
—¿Y que solías disfrutar con él?— colocó ambas manos a los costados de mis cadera sobre la cama acercándose más para no perder el equilibrio
—Bueno, él me besaba y luego lo hacíamos...
—¿En qué posiciones? ¿Donde te besaba?—se levantó un poco haciéndome retroceder sobre la cama.
—Me besaba... los labios...el cuello ... y lo hacíamos con la posición del misionero— mi respiración era desregulada, estaba nerviosa pero no al punto de querer huir como al inicio, quizás era mi culpa al estar hablando de él con otro nombre.
—¿Cómo no ibas a ser mala en la cama te lo hacian asi?—sonrió y se sentó en la cama —¿Sexo oral?— preguntó yo me incorporé para quedar a su altura
—Solo una vez y no me sentí cómoda, no sentí nada
—¿Sexo anal?
—No, nunca lo haría, no me llama la atención
—¿Le hiciste sexo oral alguna vez?— me miró atento
—No, muchas veces me lo pidió pero no sabia bien como hacerlo por mucho que viera tutoriales y eso— froté mis manos contra el cubrecamas para quitar el sudor
—Bien, no se lo merece en absoluto— se levantó por más champaña y me entregó un poco en mi copa, la bebí con calma. —¿Que disfrutas hacer en general, escuchar musica, comer, etc...?
—Me gusta escuchar musica y el arte, las pinturas en general—sonreí
—Entonces es posible que te prenda un poco que te hablen al oído, escuchar gemidos o mirar— bebió de su copa y la dejó nuevamente en el mueble —Escuchar como su vulva hace ruidos cuando se frotan los cuerpos o el aire que se escapa de tu vagina cuando bombean dentro de tí...— se acercó sugerente
—Nunca he estado tan húmeda como para que eso suceda— tragué con fuerza, él tomó mi copa y la dejó en el mueble
—¿Te parece si empezamos a poner a prueba algunas cosas?— tomó asiento nuevamente junto a mi.
—Quiero aprender a darle placer a un hombre, creia que tu podrías ayudarme— lo miré con vergüenza —Hazme el favor de enseñarme
Él me miró y sonrió, pasó su lengua por la cara interna de sus mejillas de una forma muy erotica que me cautivó. Se acercó a mi oído haciéndome cerrar los ojos.
—¿Y qué gano yo con eso?— susurró con voz ronca
—Te pagaré bien cada una de las clases— respondí interesada —Solo quiero que no vuelvan a decirme ese tipo de cosas— se alejó para verme a la cara, seguramente pensaba que tenía lágrimas pero no era así, ya había llorado todo lo que había dolido ese comentario.
—Antes de que aprendas a dar placer, tienes que conocerte a ti y recibir placer, solo así te sentirás en la confianza de darlo— acarició mi rostro —Eres muy guapa SooRim, ese idiota no lo merece— se acercó a mi oído —¿Lista para gemir de placer?
Mis vellos se erizaron al sentir su voz rasposa en mi oído al decirlo, yo asentí
NewHope right here!
SooRim y nosotras necesitamos a hombres que estén dispuestos a enseñarnos que el placer inicia por una y qué mejor que sea Hobi quien destape cada una de nuestras fantasías...
Sigan leyendo... pecadoras
xoxo
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