Todos han visto la película ¿Verdad? ¿No? Yo tampoco.

Imagina una sociedad dónde una noche cada año tienes la posibilidad de hacer lo que gustes, sin leyes, sin que te juzguen.

¿Quieres matar a alguien? Puedes hacerlo.

¿Quieres robar? Eres libre.

¿Quieres vestir como Lady Gaga y cantar la de La incondicional mientras bailas hiphop en el tejado? Ojalá alguien te mate.

A es el mayor de cuatro de hermanos y viene de una familia asquerosamente rica pero así de que con todo lo tienen pueden acabar con el hambre en el mundo. Pero a A no le interesa esto, a pesar de toda la seguridad de su hogar decide salir con la idea de matar a alguien porque no debe preocuparse de la cárcel esa noche.

Por otro lado B es de una familia gigante, media gitana, media pobre y media loca. B tiene la clara intención de matar gente y ganar la apuesta de quién mata más gente que hizo con sus hermanos.

Y allí es dónde A y B se conocen, sus armas señalaban a la misma persona, sus ojos se encontraron y antes de que las balas atravesarán el cráneo de un hombre inocente y sin importancia, lo supieron. Conocieron al amor de su vida.

No importa que ni siquiera sepan el nombre del otro aquí es dónde deben besarse intensamente cómo si no hubiera un mañana, ya tendrían tiempo para conocerse después. Lo importante es que la masacre sucede mientras ellos intercambian saliva.