XXXIV. Mariposas
Si nada cambiara, no habría mariposas.
(Wendy Mass)
Arturo: Lo acabo de ver, ¿estás bien?
Cristián cerró los ojos y respiró profundamente y, cuando los abrió de nuevo, se encontró con varios de sus compañeros mirándolo extrañados.
Y como para recordarle la razón, su mano ardía por la fuerza con la que había estrellado el móvil contra la mesa. Agradeció que fuera de madera y no de vidrio. Sonrió amablemente y los saludó con la otra mano. Resopló cuando ellos hicieron una mueca y se alejaron.
¡Ni que fuera para tanto!
Cristián: Claro. ¿Por qué no estaría bien?
Golpeteó sus dedos contra el escritorio. No iba a volver a abrir ese artículo de chismes, no le interesaba, Mar dijo que era sólo por el reto y que nada cambiaría su amistad. Todo está bie...
Arturo: Okay. Sólo para comprobar... ¿Estamos ambos hablando sobre ese artículo donde se habla de la combinación perfecta entre lo "rudo" y lo "delicado" y hay una foto con ellos mirándose a los ojos, con enormes sonrisas y sus manos unidas?
Cristián escuchó un zumbido en sus oídos y su mandíbula dolió de tan fuerte que la había apretado, sus dientes rechinaron y fue un miedo real que alguno se hubiera roto.
Y quizá presionó con más fuerza de la necesaria cada letra mientras escribía una respuesta. Pero, oye, ¡estaba muy bien!
Cristián: Claro. De eso.
Y, junto con la nueva respuesta de Arturo, llegaron dos notificaciones de Instagram: una de Mar y otra del Rudo ese.
Y sí, sí. Lo había seguido a él también y activado las notificaciones. Sólo para asegurarse que Mar estaría bien si no lo convencía de hacer el reto con él, obviamente.
Arturo: ¡Oh, mira, ambos subieron una foto! Me alegra que estés tomando esto de manera tan madura. ¡Ese es mi chico!
Cristián sintió su labio temblar y un ligero tic en el ojo viendo la foto de ambos: el tipo Rudo estaba detrás de Marcos, todo indicaba que este último estaba tomando la foto con su cabeza recargada en el hombro del estúpido aquel, ambos sonreían enormemente y el idiota tenía una mano a un lado del cuello de Mar...
Y en la leyenda ponían: “¡Los vemos el jueves!”.
Cristián dejó un corazón en la foto de Marcos. ¡Y, maldita sea, ojalá lo viera!
En la de Rudo no dejó ninguna reacción. No la merecía.
Arturo: Debo confesar que yo no lo tomaría con tanta calma si viera a la persona que me gusta salir, aunque sea un "noviazgo" falso, con alguien más.
¿Qué? ¿La persona que qué?
Arturo: Alguien que, además, es malditamente guapo y caliente. Diossss, ¿has visto sus abdominales? ¡Y esa barba! Uf, imagínate la sensación a medio beso.
Arturo: ¡Ah! Yo creo que es de los que muerden a medio beso. ¿Crees que sean de los que muerden, Cris?
Otra vez y más fuerte, ¿QUÉ?
Arturo: Yo definitivamente lo dejaría moderme...
Arturo: ¿Sabes qué? ¡Ahora quiero una mordida de ese hombre! ¿Crees que podrías pedirle a Marcos que me lo presente?
Arturo: ¡Por favorrrrr!
¿Qué demonios le pasaba a Arturo? ¿Qué estaba mal con él?
Arturo: Oye, por cierto, he estado viendo esos retos de novios y siempre hay toqueteos, risitas y besos... ¿Crees que el de ellos incluirá besos?
Cristián apagó el celular después de eso. No quería pensar en Mar besando a ningún hombre y, además, no era la "persona" que a él le gustaba, como Arturo insinuaba. ¿Qué parte de hetero no entendía?
«No me gusta Marcos. No puede. Ambos somos chicos y yo soy heterosexual».
«Sólo no quiero que tenga novio. Eso es perfectamente normal».
¿Cierto?
Estuvo el resto del día luchando con el maldito artículo que tenía que corregir y olvidó encender el celular.
* * * * *
Marcos no podía dejar de sonreír. Ni de mover nerviosamente un pie.
A ver, no, no le gustaba Rude –bueno sí, ¿a quién en su sano juicio no le gustaría?, pero no en ese sentido–; ¡pero había sido su maldito crush y le había dicho que sí!
¡Aahhh! Tuvo que morder uno de sus dedos para evitar soltar el grito que traía atorado.
Además, Dios, el hombre había resultado ser perfecto. No sólo era guapo, tenía ideas modernas que definitivamente él compartía, una manera de expresarse y de mirarte que te derrotes ahí mismo. ¡Y era caballeroso! Lo había ayudado con su silla, no olvidemos eso. Nadie había hecho eso eso por él, nunca.
Además era divertido. Tenía alrededor de cincuenta fotos riéndose –antes de por fin tomar una decente con la que dieron el aviso oficial del video el próximo jueves– que lo comprobaban y su estómago y mejillas dolían al recordarlo.
¿Y lo mejor de todo? Cuando Marcos le dijo que iba al baño a retocarse el maquillaje, Rude le dijo que lo haría él mismo ahí. “Podemos ir practicando”. Guiño incluído.
Uf, ¿por qué no había llegado a su vida antes?
Un carraspeo lo sacó de su ensoñación. Sasha tenía esa sonrisa burlona que no auguraba nada bueno. —¿Fue eso un suspiro, mi enamoradizo amigo?
Marcos mordió sus labios para cubrir su sonrisa, antes de decir: —Noup.
Las cejas de Sasha se alzaron y ya no pudo contener más la risa. —¡Basta! Si haces esa cara no puedo. No estoy suspirando y no estoy sonriendo.
—Yo no dije nada de sonrisas —Sasha dijo alegremente, a propósito.
Marcos gimió y cubrió su rostro. —No me gusta, sólo es agradable. Creo que, de hecho, tú le gustaste —miró mal a su amiga.
Sasha levantó ambas manos. —Nunca te quitaría un hombre. Además lo vi como veinte segundos, lo mismo que él a mí.
Marcos podía asegurarle que eso no era verdad, pero antes de que lo hiciera, Sasha dijo: —Está bien si te gusta, ¿sabes? Te mereces un poco de felicidad en tu vida y si este guapísimo maquillista te emociona... —ella se encogió de hombros y luego fue a arreglar las cámaras para el día jueves.
Marcos se quedó pensando, pero no, no podía gustarle Rude. No cuando era obvio que, aunque intentaba no hacerlo, todavía sentía algo por Cristián.
«Es sólo la emoción del momento», se dijo. Sí, eso tenía mucho sentido.
Asintió, de acuerdo con ese pensamiento, y corrió a ver qué estaba haciendo Sasha. También tenían que arreglar el maquillaje para la prueba de la hermana de Cris al día siguiente. ¿Será que él se iba a presentar?
Y si lo hacía, si se encontraban, ¿qué haría Cristián?
¿Le contaría a Natasha que eran amigos?
¿Fingiría no conocerlo?
* * * * *
Esa misma noche, ya a salvo de la mirada prejuiciosa de Sasha, decidió mandarle un texto. Ya que él no le estaba escribiendo nada y se suponía que eran amigos.
Mar: Hey, Cris. ¿Cómo estás? ¡Me tienes muy olvidado!
Dudó bastante antes de enviarlo, pero al final lo hizo. No había nada raro, nada más allá de un amigo escribiéndole a otro porque lo extraña. Y lo más importante, no debería cuestionarse cada palabra, ¿qué clase de amistad estarían construyendo si tuviera que leer varias veces cada texto antes de enviarlo?
Cristián tenía que aceptarlo tal cual era. Era eso o nada.
Cuando se llegó la media noche, Marcos se sintió como Cenicienta. Como si el encanto terminara. Ya era obvio que Cristián no iba a contestar. Quizá pensar que podían recuperar la amistad había sido un error.
Estaba por irse a dormir, cuando el móvil sonó. Su corazón, que ya latía como loco pensando que sería él por fin, dio un salto diferente cuando notó que era un mensaje de Rude.
Rude: ¿Lo harías conmigo?
Y Marcos casi muere ahogado por su propia saliva, gracias a la mala conexión de Internet que provocó que la foto tardará unos segundos más en llegar.
Rude: ¿Qué te parece?
«Que algo está mal conmigo por mal pensar ese mensaje».
Marcos miró el delineado de mariposa y sus dedos cosquillearon por intentarlo.
Mar: ¿Creí que nos limitaríamos algo sencillo?
Rude: ¿Por qué ponernos límites, bebé?
Rude: Con tu talento mágico y conmigo dispuesto a todo, deberíamos ir a lo grande. Y ese delineado me fascinaría.
Marcos se había quedado un poco atascado en el "bebé". ¿Quién diría que ser llamado así no le molestaría?
Y estaba por contestar cuando otro mensaje, que lo hizo sonreír como idiota, llegó:
Rude: A menos, claro, que realizar algo así en otra persona se te complique. Lo entendería perfectamente, Mar. Ajustémonos a lo simple.
Marcos negó. Supuso que esto sería más de un reto, en realidad. Y...le gustaba.
Y tampoco se sintió mal que eso los mantuviera hablando hasta bien entrada la madrugada.
Y la presencia de otro tipo de mariposas también era normal, ¿verdad?
* ~ * ~ *
Siento que le soy infiel a Cris bebé. Rude tiene la culpa por existir 🥺
En fin, ¿qué piensan que pasará en la prueba de maquillaje? ¿O qué quieren que pase? 🙊
Ya falta poco para el final: la prueba de maquillaje, el reto –¿con Rude?–, la boda y... 😅
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