EXTRA ÚNICO:
RETOS DE MAQUILLAJE Y APUESTA

JackelineCoffex3 y SiomaraCM

«—Tenemos que hacerlo bien, porque quiero ganar esa apuesta».

Cristián se rio cuando Marcos fue refunfuñando todo el camino hasta su estudio sobre cómo era tan distraído, pero era en serio, así que insistió: —¿Qué apuesta?

—La apuesta, Cristián, la apuesta —respondió Marcos mientras abría la puerta—. Ya hemos hablado de esto. Apostamos quién tendrá más espectadores hoy.

Porque el trío más famoso de los últimos meses, #shartude, hoy también tenía un reto de maquillaje.

Cristián hizo una mueca. Él quería hacer esto sólo por diversión y un poco por curiosidad, la verdad. No le interesaba mucho el maquillaje. Y esto sonaba como a mucha presión.

—¿Con quién de ellos hiciste la apuesta y por qué me estás llamando "Cristián"? —hizo una mueca, no era un puchero—. Seguro fue con Rudo.

Marcos le dio una mirada extraña y luego sonrió discretamente. —Primero, ese es tu nombre. Segundo, sabes que es "Rude", ya hemos hablado mucho de esto. Y tercero, si te soy honesto, no estoy seguro con quién hice la apuesta. Ellos están tan conectados que parecen uno solo —se encogió de hombros—. Simplemente pasó, pero quiero ganar.

Había mucho que Cristián quería decir sobre eso, pero se quedó con lo más importante. Negó. —No. Tú siempre me llamas "Cris" o —mordió su labio inferior y miró hacia otro lado— "guapo" —su rostro se encendió cómo siempre. Era bonito ver cómo eso no cambiaba, a pesar del tiempo.

Marcos acarició con su pulgar esa mejilla enrojecida. —Siempre serás mi guapo, pero no empecemos con eso, bebé. Ah, no, espera, que "bebé" está reservado para Arturo, ¿verdad?

Dicho eso lo soltó e iba a irse, pero entonces Cristián tomó su mano y lo regresó a él. —No empieces. Arturo es mi amigo —fue su turno de llevar sus dedos al puchero de su novio.

Marcos besó esos dedos y luego sonrió. —Exactamente lo mismo sobre Rude. Ya supéralo.

Cristián se contuvo de decirlo tanto como pudo. Lo que fue aproximadamente cinco segundos, luego explotó: —¡Pero tú y él se besaron! —un beso larguísimo, si él recordaba bien—. Arturo y yo no.

Una ceja perfecta se alzó. —Fue un pico sólo para la transmisión, porque llegamos al millón. No cuenta. Pero si quieres, puedes besar a Arturo —Marcos sonrió ampliamente. Sabía que él no lo haría, lo tenían demasiado mal Rude y Sasha.

Cristián acarició distraídamente sus labios y se preguntó cómo sería besar a Arturo. O a cualquier otra persona, en realidad. Sólo había besado a Mar y era hermoso. Pero no creía que fuera la acción de besar por sí sola, sino la persona a quien besaba.

Y Arturo era guapo, nadie podía negarlo, pero...

—¡Ay! —se quejó cuando una toallita golpeó su rostro—. ¿Por qué fue eso?

No entendía la mirada asesina de Marcos, hasta que dijo: —Porque lo estás considerando.

Cristián sintió su rostro arder todavía más. —No lo estoy considerando.

Marcos soltó un "ajá" y siguió acomodando cosas, pero no parecía estar enojado, ya que después agregó: —Es ridículo que sigamos haciendo esto, cuando ellos ya tienen una relación.

Cristián sintió su ceño fruncirse, pero no dijo nada. Era lo mejor.

—¿Qué? —Mar lo miró con sospecha—. Ya hemos hablado de esto, Cris. Que tú no lo entiendas y tú y yo no lo haríamos, porque estamos perfectamente bien siendo dos, no quiere decir que ellos estén equivocados. Tú no mandas sobre los sentimientos de los demás. Creí que ya habíamos superado esta etapa. De dos o de tres, sigue siendo una relación y es perfectamente válida.

Porque sí, sacar a Cristián de los "normal" y "correcto" había llevado meses y todavía estaban en ello. Era un proceso y no era fácil hacerle olvidar todo lo que había aprendido.

Cristián se sentó en la silla indicada, porque sabía que ya casi estaban por comenzar. Pero no pudo evitar marcar la obvia injusticia aquí. Que nada tenía que ver con que fueran un trío amoroso y sí con el hecho de que eran tres y, por lo tanto, había más fans involucrados.

—¡No es justo, ellos son más! Son tres y nosotros dos...

* * * * *

Sasha miró los comentarios de la última publicación y no pudo evitar una opresión en el pecho. Había mucha gente usando hashtags, pero no el oficial de ellos.

Había algunos #shart por ella y Arturo.

Otros tantos #shude para Rude y ella.

Y bastantes más #artude por sus dos hombres.

Y no por primera vez se preguntaba si no estaba ella sobrando aquí.

—Hey —de repente dos brazos fuertes la levantaron del taburete en el que estaba y segundos después se encontró en el regazo de Rude. Él levantó su rostro, con una mano debajo de su barbilla, y acarició su puchero—. Puedo ver tu mente perdiéndose en estupideces de las que ya hemos hablado.

Sasha suspiró, perdida en esos ojos color miel. —Es que... —le presión de dos dedos largos sobre sus labios le impidió seguir.

—No —la voz de Rude la hizo, no por primera vez, estremecer. Apretó sus piernas cuando sintió una mano de él en su espalda baja.

De repente una mano más delicada aterrizó en su hombro y vio la otra en el de Rude, mientras Arturo pasaba su nariz en el punto en que se conectaban su hombro y su cuello. Ambos disfrutaron del gemido profundo de Rude. Arturo mordisqueó ese lugar, mientras decía: —En realidad yo llegué al final a esta relación, así que soy el intruso que robó a tu hombre. No crean que Mar no me ha dicho cómo este hombre te comía con la mirada aquel primer d... —no pudo terminar porque Rude lo tomó sólo con una mano que se enteró en sus largos mechones oscuros y tiró de él para un beso.

¡Y qué beso! El vientre de Sasha se calentó, porque sus hombres eran ardientes juntos. Pero también su corazón. Era hermoso verlos juntos, tan diferentes, pero encajando a la perfección.

Suspiró y no pudo evitar sonreír cuando vio la mirada perdida de Arturo al terminar el beso.

—Seguro que podemos decir —la voz de Rude era extremadamente ronca y sólo provocó un gemido de Arturo y que ella se apretara más contra él— que yo fui el último en llegar. A ti, cariño, sólo te había visto una vez y no me prestaste mucha atención. Y de este loco atrevido —Arturo sonrió orgulloso— sólo conocía sus letras. Pero ustedes se me adelantaron, les recuerdo que la primera en ocupar este lugar —una de sus manos bajó más allá de la cadera de Arturo y por su gemido, Sasha podía imaginar perfectamente a dónde había ido a parar— fue Sasha.

Sasha se encontró con los ojos oscuros de Arturo. No sabía por qué lo había hecho, entrar en confianza tan rápido con él, porque ella no era así con nadie. Ni siquiera con Marcos que era su amigo de toda la vida. Pero supuso que sus almas simplemente se habían reconocido.

Arturo acarició un lado de su cuello y su pulso de aceleró. Sintió su cuerpo derretirse un poco. Este par la iba a matar.

—Sí —dijo ella, empezando a cerrar los ojos—, pero el que quería comerte la boca, y lo ha hecho hasta el cansancio, era otro.

La risa de Arturo fue lo último que escuchó antes de perderse en sus recuerdos.

«—Supongo que ya no tengo nada qué hacer aquí —había dicho Arturo, mordiendo su labio inferior y mirando provocativamente a Rude que era sólo un poquito más alto que él.

La voz de Rude era ronca y, tiempo después, les confesó que le había costado mucho no poner sus manos sobre Arturo ahí mismo. Y eso que él no era así. —Supongo que yo tampoco.

Y todo había comenzado con aquel guiño de Arturo y su "¿No vienes?".

Y por supuesto que sí iba. No sabía exactamente a qué, pero iba.

No podía negar que su mente se fue a un escenario en particular que casi creyó que se iba a cumplir cuando, nada más entrando a la casa de Arturo, este se lanzó al cuello de Rude.

Sasha había sentido sus ojos abrirse enormes cuando Arturo se restregó un poco contra Rude y las manos del maquillista fueron al trasero de Arturo.

Pero había sido sólo para detenerlo. Rude negó y parecía que le costaba mucho hacerlo. —No digo que nunca haya tenido sexo casual, porque no soy un santo, pero no es algo que me guste hacer. Y contigo... —había acariciado con su pulgar el puchero de Arturo—. Me gustaría realmente conocerte antes de... —sus ojos recorrieron todo lo que sus manos querían tocar cuando lo miró de arriba abajo— cualquier cosa.

Y Sasha estaba segura de que Arturo iba a insistir, pero de hecho no lo hizo. Lo soltó de buena gana, sólo antes de ponerle esos ojos chantajistas y decirle que "Sólo uno, por si nunca más sucede". Y con eso se refería a un beso que dejó los labios de Rude algo hinchados.

Después de eso Arturo se separó de él y no volvió a tocarlo en toda la tarde. Pero sus caderas afiladas no dejaron de pavonearse, atrayendo cada vez la mirada de Rude. 

Y la suya también, claro.

Arturo se había dejado caer en un sillón y dijo: —Me llamó Arturo y soy escritor. Ya los sigo a ambos en sus redes, por cierto.. Yo me tomó mi papel muy en serio.

—¿Tu papel? —ella le preguntó, yendo a sentarse cerca de él.

Rude se quedó donde estaba, mirando cuando Arturo estiró su brazo y Sasha se acurrucó en su costado.

—Cupido —y fue Rude quien contestó.

Arturo asintió orgulloso, para luego percatarse de algo: —Espera. En mi presentación olvidé algo importante. Soy amigo de Cristián.

Sasha resopló, ganándose una mala mirada de él y un "Deja a mi bebé hetero en paz".

Esa fue la primera vez que vieron la posesividad en los ojos de Rude. —¿Tu bebé?

Horas después, tras una larga plática que fluyó sin pausas incómodas. Antes de despedirse, ella no había podido evitar sonreír cuando le preguntó, porque no podía quedarse con la duda, si había mordido a Rude.

La sonrisa torcida de Arturo, que aprendería a amar muy pronto, se hizo presente cuando de inclinó hacia ella. —¿Te digo un secreto?

Ella asintió, curiosa.

—Necesitaba hacerlo —él se encogió de hombros—. ¿Quieres saber a qué sabe?

Sasha miró a Rude, que la esperaba a unos metros para llevarla a su casa.

Sí quería, pero él había dicho que quería tomarse las cosas con calma con Arturo. De hecho ni siquiera debería estar a solas con él...

Pero justo cuando iba a decirle eso, Rude volteó y Arturo la tomó desprevenida cuando acunó su rostro y le dio un beso rápido en los labios.

Y en ese momento, aún no sabía a qué sabían los besos de Rude. Pero los restos de su sabor en los labios de Arturo fue una mezcla celestial...»

Iba a decirles que tenían razón, lo que los demás dijeran no importaba cuando ellos obviamente encajaban tan bien. La sensualidad y lo salvaje de Rude y lo coqueto y juguetón de Arturo complementaban a la perfección la seriedad y actitud sarcástica de ella.

Pero entonces Arturo soltó un chillido y se alejó de ellos.

—¿Qué pasa? —Rude, por supuesto, fue el primero en preguntar.

Arturo les mostró el móvil donde se veía que la transmisión del reto #CrisMar ya había comenzado y se estaban besando ahora mismo.

Ella escribió que eso era trampa y Rude la apoyó.

Pero Arturo tecleaba un comentario más largo dando saltitos ridículos. 

Arturo: ¡Aw! Yo también te amo, bebé gay. ¡Y estoy tan feliz por ti! 😍

Rude le dio una mala mirada al leerlo. Ajá, ¿había comentado ya que Rude tenía un lado celoso que salía a relucir bastante gracias a Cristián?

Era bastante divertido ver a alguien como Rude siendo ridículamente celoso y posesivo.

Cuando Arturo lo notó, le sonrió y agregó otro comentario, antes de ir a colgarse de su cuello.

Arturo: Pero aun así, les vamos a ganar. ¡Esto es la guerra, bebé 😘!

—Ya sabes que es mi bebé gay —le dijo a Rude, poniendo esos ojos a los que ya sabía que no podía resistirse.

Rude gruñó y lo tomó de la cintura, pegándolo más a él. Arturo soltó un gritito, por la sorpresa, pero fue de buena gana y pronto lo tenía ya rodeado por brazos y piernas.

Sasha empezó a acomodar las cosas. Sólo les habían dado diez minutos de ventaja y eso porque Marcos alegó que ellos eran sólo dos y era injusto competir contra tres. —¿Bebé gay?

Un Arturo sonriente y bien besado se bajó de Rude y fue hasta ella para ayudarle. —Bueno, sí. No puedo seguir llamándole "bebé hetero" cuando está enamorado de Mar.

Sasha asintió mientras Rude acomodaba todo lo necesario para el reto. Se apresuró a recordarles. —Yo estaré la mayor parte del tiempo detrás de cámaras. Puedo pasarte cosas si lo necesitas, pero no quiero maquillaje sobre mí. Ni por el reto.

Rude asintió. Ellos ya sabían que a ella no le gustaba y, a diferencia de Marcos, él nunca había intentado convencerla de intentarlo. Sólo por eso lo amaba un poco más.

Arturo acarició una de sus mejillas y dijo "Así eres perfecta" para luego besarla e inmediatamente pavonearse hasta su lugar.

—Conmigo puedes hacer lo que quieras —le dijo a Rude, con un guiño—. Aunque ahora hablo de maquillaje —su ceño se frunció—. ¿Sigues diciendo no a lo de convertirme en una hermosa Drag Queen?

Los ojos de Rude se oscurecieron. —Hoy no, pero después —su voz era ronca y cuando Arturo tiró de él para un beso Sasha pensó "¡Al diablo los diez minutos!" y comenzó la transmisión.

Ellos también podían hacer trampa.

Cinco podían jugar a este juego.

* * * *

Marcos comenzó la transmisión diciendo: —¡Hola a todos! Bienvenidos a este segundo reto de novios, pero el primero con mi novio real. Supongo que muchos han leído ya su blog "Etiquetas" y otros tantos lo conocerán por mis publicaciones cursis de enamorado, pero se los presento oficialmente hoy. Él es Cristián Cox, el chico que me robó el corazón en una aplicación de citas cuando ni siquiera sabía que al otro lado estaba yo en la línea.

Cristián puso los ojos en blanco, no era la primera vez del chiste sobre que en aquel entonces, sin que él lo supiera, había un gay en línea.

Y definitivamente no había sido su intención hacerlo así, sobre todo porque era la primera vez, pero las palabras simplemente salieron.

Salir del closet no había sido fácil. Su hermana lo apoyaba completamente y dijo que ya lo había sospechado, pero con el resto del mundo no fue tan fácil. Se sentía observado a cada instante, como si todos pudieran ver en su interior y cómo estaba locamente enamorado de Mar. Quizá no todos en su trabajo eran así, pero con Johnny haciendo constantemente comentarios homofóbicos y su jefe revisando cada palabra que quería publicar, se volvió insoportable.

Había creado, por insistencia de Mar, un blog al que llamó "Etiquetas" y que comenzó siendo anónimo, donde publicó por primera vez sus dudas sobre su orientación sexual. Y las respuestas que recibió fueron en su mayoría de apoyo y hubo un tal "AA" que lo llamó "bebé confundido" tantas veces que tenía una sospecha de quién era.

Tardó tres meses más en animarse a poner su nombre y luego dos más en agregar su apellido y por fin renunció a su trabajo cuando una revista diferente lo contactó precisamente a través de su blog para ofrecerle un puesto.

Se sentía más cómodo, más libre y al mes siguiente, seis después de la boda de su hermana, cambió su estado de relación en Facebook y agregó a Marcos como su novio oficialmente y ante todos.

Pensó en hablar con Johnny e intentarlo una última vez, porque después de todo era su amigo. Pero él se la dejó fácil cuando lo llamó "Marica" y justo después lo bloqueó.

Aunque "fácil" era un decir, nada era fácil. Pero con y por Mar valía la pena.

—Te amo —y eso sí que fue fácil de decir.

Y cuando la mirada de Marcos se derritió y vino hasta él con un "Yo también te amo" y un beso sin importar las miles de personas que los veían, Cristián supo sin lugar a dudas que este era su lugar en el mundo, sin importar la etiqueta que le pusieran. Aquí pertenecía. A él.

—Y, por cierto —agregó al separarse—, no había un gay en línea... Había dos —aclaró ante la mirada interrogante de Mar.

Marcos se rio y luego, aparentemente recordando dónde estaban, miró a la cámara: —¿Escucharon eso? Tengo un novio gay y ahora mismo van a ser testigos de su primer reto de maquillaje.

—¿Listo? —volvió a preguntarle, luego de ponerle varios productos, con una esponjita llena de un líquido muy parecido al tono de su piel ya lista.

Cristián miró la esponja y luego a los ojos de su novio. Sonrió un poco tímido. —No, pero quiero ganarle a...Rude.

Marcos se rio un poco y luego empezó a dar golpecitos en su piel.

* * * * *

«No tienes un fetiche por el maquillaje —se repitió Marcos, concentrándose en las cejas de su novio y tratando de ignorar las reacciones de su cuerpo—. Llevas años en esto y nunca te habías excitado por un hombre maquillado».

Aunque, claro, ninguno de ellos había sido su hermoso novio con una delicada piel pálida cuyo rubor era natural.

Esas cejas oscuras que no necesitaban más que un poco de gel natural para aplacarlas.

Las largas pestañas que podían ser la envidia de muchas y muchos.

Los labios que ahora mismo parecían más gruesos por el efecto de un brillante labial rosado.

Quizá en otro momento probaría uno rojo. Y tal vez, sólo tal vez, debería haber una cama cerca por si las dudas.

Pero ahora mismo no, porque quería aprovechar esos hermosos ojos azules para hacer un smokey eyes oscuro. Muy oscuro.

Quizá sería la primera y única vez que Cristián se dejara hacer de todo y quería aprovecharlo al máximo.

Cuando terminó, Cristián se veía como esas muñequitas de porcelana con su piel perfecta y una mirada profunda y azul. Hizo un puchero porque... ¡Esos ojos celestes eran su sueño!

Como si Cristián leyera su mente, lo acercó y susurró: —Sabes que tus ojos son infinitamente más bellos, pero sé que tienes algo por el color azul, supongo que va mejor contigo, porque el mar y todo eso... Pero no tienes que preocuparte, soy tuyo así que ya tienes ojos azules, si los quieres...

Marcos se dejó caer en su regazo y, aun sabiendo que podían censurar su transmisión y que estaba arruinando el maquillaje, volvió a besarlo. —Claro que los quiero, te quiero. Te amo, bebé...

Cristián sonrió contra sus labios. —¿Gay?

* * * * *

¡Y los ganadores de la apuesta fueron...!

🌊 FINAL 💄

* ~ * ~ *

¿Quiénes creen ustedes? ¿Y por qué?