De haber sabido que te conocería en invierno,

habría cambiado las estaciones; habría cambiado el frío por el calor,

porque tú lo sabes; tú eres fuego, tú eres un incendio.

Habría hecho que el cielo no oscureciera tan pronto,

para que ese día que te vi, se hiciera eterno,

y tal vez, aún estaría viéndote,

y tal vez de nuevo me perdería en tus ojos.

Aún escucharía tu voz y reiría contigo como un eco sin fin,

como quien sabe que tiene el cielo ahí enfrente de sí.

Y tú dirías como ese Enero: yo no quería nada, pero te vi.

De haber sabido que te conocería ese invierno,

de haber podido; yo habría adelantado el tiempo.